¡Aquí tenéis el resto de capítulos analizados!
Resumen básico del capítulo
Llega el amanecer y seis personas han desaparecido. Cuando se encuentra una extraña «pintada» en el almacén, los familiares van acudiendo a ver qué demonios pasa. Y encontramos cinco bonitos cadáveres con las caras destrozadas, más un posible muñeco mal apañado de Sayo. Cabe preguntarse cómo los cómplices de Sayo siguen pensando que esto es un juego, pero Umineko no es tan intelectual como uno debería esperar. ¡Aprovechemos los agujeros argumentales y refocilémonos en el gore!
Metacomentario
Sayo desplaza a Shannon a la casa principal, porque necesita que esté ahí para negociar con los adultos y provocar las muertes, por supuesto. Gohda se aprovecha de la situación, como debe hacer siempre, para cargarla de trabajo. «Un poco asqueada» es una forma suave de decir lo que experimenta Sayo contra Gohda, pero es encantador que podamos ver su desdén incluso a través de la perfecta y comprensiva Shannon.
En esta escena por primera vez las mariposas. El ambiente es tranquilo, un poco inquietante, pero efectivo. Por supuesto, si quitamos la magia, simplemente es Sayo dejándose controlar más y más por Beatrice. Y, detalle, se nos recuerda que Kanon fue quien vio con anterioridad a estas maripositas. No Shannon. Porque Kanon es Beatrice.
Esta será la última vez que veamos con vida a Shannon, puesto que Sayo la ha elegido como víctima. Claro que antes aprovechará su ruta para fastidiar un poco a Natsuhi.
Acto seguido se nos ofrece un recorrido por todos los personajes, menos Maria que está durmiendo, y me parece que Natsuhi también, para que podamos situarlos. Como si Sayo estuviera haciendo un repaso de sus víctimas. Por último, sentimos el peso de la mirada de Beatrice desde su retrato, cuya sombra empieza a apoderarse de todo. La verdad es que funciona muy bien y me alegra que no hayan incluido discursitos, que romperían la atmósfera.
Todo lo que viene después antecediendo al descubrimiento de los cadáveres también tiene un buen ritmo. Crea una sensación de angustia, de saber que ha pasado algo malo, pero hay que agonizar esperando a ver qué es. Sayo se toma la molestia de llevar a Kanon por todos los lugares posibles para que nos imbuyamos en el ambiente mágico y de asesinato. En la realidad me imagino que no perdería tiempo con esto, para qué, sabe bien quién ha cortado los cables telefónicos y dónde están los cuerpos. Quizá aprovecharía ese tiempo para ultimar detalles con Kumasawa y Genji. Pero sigue siendo una buena forma de presentar el misterio.
Me fascina lo comprensiva que es Sayo con Natsuhi y sus dolores de cabeza (y su vida en general) en sus novelas mientras que en las de Tohya la crueldad contra la mujer es descarada. Sayo presenta su situación con compasión, mientras que la de Tohya solo se presenta después de hacer sufrir a Natsuhi de formas inenarrables. Dice mucho de la perspectiva de género.
En cualquier caso, la comprensión de Sayo no impide que le haga una importante trastada a su madrastra. Primero nos recuerda la función del amuleto, para que entendamos por qué no ha podido matarla, y luego nos muestra las manos desesperadas, casi rabiosas, pintarrajeadas en la pared. Es un buen efecto. Me pregunto si Sayo, mientras escribía, decidió dejar a Natsuhi viva porque es su mayor obsesión y frustración en Rokkenjima después de Kinzo, y quería ver hasta dónde podría llevarla un posible enfrentamiento…
También se nos habla del espejito que tendrá un papel más importante en el segundo Episodio. ¿Cuántas veces lo habrá visto Sayo mientras limpiaba las habitaciones? Y cómo debió odiarlo, porque Sayo tiene problemas con los espejos. Por eso se establecen como principales formas de rechazar a Beatrice, y nos cuenta detalles sobre sus poderes para enfrentarse a la malicia. ¡Worldbuilding!
Sobre los teléfonos, parece evidente que se trata de una simple mentira, ya que después funcionan sin problemas cuando Sayo los necesita. Claro que podría ser que Genji simplemente los desconectara, por si acaso.
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