En el anterior análisis de End of Evangelion nos quedamos en que Shinji estrangulaba a Asuka y, metafóricamente, decidía la eliminación de la Humanidad.
Los dibujos infantiles, y siniestros, que salen a continuación son motivo de divertidas discusiones entre los fans de Evangelion (al menos para quien no participa, como yo, y veo a otras personas romperse la cabeza intentando descifrarlos). Personalmente prefiero dejarlos para otro momento, ya que lo importante es que hablan de un alto nivel de violencia, en particular doméstica, y que pretenden jugar con el surrealismo de la situación y el regreso a la infancia. Quizá sean sentimientos reprimidos de Shinji, quizá enredados con los recuerdos de Asuka. En cualquier caso, muestran inestabilidad mental.
Al final Shinji se viene abajo en una conversación muy interesante con Rei. Para empezar, cuando grita ¡me traicionaste! ¡Traicionaste mis sentimientos!, sale inmediatamente después Kaworu. Y luego Rei, mientras se ve a Asuka persiguiendo y plantando cara a Shinji, le acusa de haber juzgado mal desde el principio, de haberse creado una idea de cómo debían ser las cosas. Es decir, de imponer roles y expectativas a los demás. Normal que Shinji siempre salga decepcionado, porque la gente no obedece a un guion.
Más y más frustrado, desea su propia muerte, dejar de sentir todo lo que está experimentando a la vez que se superponen diferentes imágenes de la serie y, más importante aún, almas. Miles de almas rojas, físicas y palpables.
—Nadie me quiere. ¡Que todos mueran!