—¿Por qué no pruebas a cambiar desde dentro?Y así, desde el punto de vista de Dia, solo ha logrado que se convierta en una persona (o criatura) distinta. Es refrescante que se arrepienta. Evidentemente no pensaba en algo así cuando le hizo su recomendación, pero lo importante es cómo se nos está diciendo de forma indirecta que cambiar de forma radical por que sí no tiene por qué ser positivo. Es más, hace que te pierdas a ti mismo. ¿Qué sentido tiene entonces existir si la única forma es ser otra persona? Es mejor volver a ser como eras y, si vas a cambiar, hacerlo poco a poco y para bien. Deberías aplicártelo, Dia. Por suerte, cuando se trata de otra persona —que no sea Bortz—, Diamond es pura amabilidad y se dedica a buscar ayuda allá donde puede. Se nos presentan así a varias gemas secundarias. Red Beryl está preparando los «pijamas» para la hibernación y aparece con su primer peinado. En teoría se espera que no repita ninguno, ¡así que hay que mantenerse atentos! El más afectado por la situación parece ser Goshe, lo cual… Solo confirma las impresiones iniciales. Diamond es uno de los personajes más mayores, así que hasta cierto punto es normal que se ocupe de Phos con un aire p/maternal. Pero el resto está tan desligado llega a opinar que Phos está mejor así. Y si nos quedaba alguna duda de que Ventricosus, por algún motivo, entiende el idioma de las gemas: se indigna y mucho cuando Morga la insulta. Lo cual va mucho con su personaje porque cuando tiene su cuerpo humanoide resulta evidente lo orgulloso que está de él. La música que acompaña la escena, de todas formas, no pretende ser deprimente. Al contrario, es la que se usa para las aventurillas ligeras de Phos. Hasta cierto punto señala lo irrelevante que es para el mundo de Phos que él haya desaparecido. Todo esto vuelve a hablarnos de cómo las gemas se organizan de acuerdo a una escala de rangos por trabajo. Su existencia está motivada de acuerdo a su utilidad y no a ser una persona. Phos no hacía nada malo ni nada bueno, pero por eso mismo era una especie de piedrecilla (literal) en el camino de los demás. Nadie sabía qué hacer con él, por lo que Phos no formaba parte de la red, del engranaje de las gemas. De ahí que no sientan demasiado su pérdida… Lo cual es triste si pensamos en Cinnabar. Aparte de todo lo mencionado hasta ahora, también cabría mencionar que las gemas parecen relacionar únicamente la idea del drama o la pérdida con ir a la Luna. Una hasta se alegra porque Phos ya no tendrá que preocuparse jamás por los lunarian. Puesto que es imposible cambiar de especie de un día para otro, es hasta cierto punto normal que no sepan bien cómo tomarse la información de Dia. Que es total y absolutamente equivocada, claro. Ventricosus cagando en dirección a Dia es maravilloso, aunque no tanto como la preocupación de Dia porque «se ensucie por dentro». Cabe preguntarse si las gemas, cuando son más niñas, prueban a comer. Y si… tienen alguna suerte de espacio dentro. En teoría se alimentan de la luz del sol y nada más, pero pueden respirar. Claro que esto puede deberse a una mera licencia porque, bueno, son humanoides y tienen que parecerse a nosotros para que nos gusten y se hagan miles de hermosos fanarts. Al final Dia, al haber fracasado (una vez más) en su propósito, comienza a venirse abajo. Tanto que se pregunta si un cambio así no sería aceptable, porque ya no tendría que preocuparse por su rol en la sociedad, o por la existencia de Bortz.
—No tienes que compararte con nadie. No necesitas estar celoso o fingir, ¿verdad? ¿Eres feliz?La felicidad es otro de los puntos que Houseki no deja de examinar, aunque pocas veces lo ponga tan explícitamente. Y es una buena pregunta. ¿Phos alcanzaría la felicidad al dejar de ser una gema, y por tanto de no saber cómo encajar? ¿Esa es la solución? ¿Reencarnarte en un ser superior, muy a lo budista? Y digo superior porque las gemas y los minerales sí entran en el ciclo de reencarnación y son de lo más bajo frente a criaturas orgánicas. Dia permanece meditando sobre esto mucho tiempo. Por supuesto, al no tener riego sanguíneo ni músculos, Dia (o Phos más tarde) pueden permanecer en la misma postura durante horas o incluso días sin que les afecte. Pero lo importante es que Dia sigue sacando lo mejor de sí mismo por otra persona y decide continuar con sus intentos. Porque… alguien debe necesitar a Phos. Sin embargo, la pregunta es ¿alguien necesita a Dia? La pantalla nos muestra las lunas. Ya hemos aprendido a relacionarlas con Cinnabar, por eso no nos sorprenderá el salto a la carpeta de Phos, el testigo de la promesa, como motivo mucho más evocador que hacer aparecer a nuestra venenosa gema sin más. Estamos, pues, preparados para ver a Cinnabar en su interminable camino, envenenando todo lo que toca. Quizás es ya un poco reiterativo que tenga que resumir el problema de su existencia en un monólogo, pero tampoco hace daño porque nos lleva a sus dudas sobre Phos. A cómo Cinnabar se niega a hacerse expectativas —pero ah, las tiene, o no pensaría en Phos, o no guardaría su carpeta—: que Phos le encuentre un trabajo o que los lunarian se dignen a aparecer por la noche. Por eso, cuando ve el brillo de Dia —que además imita una de las manchas solares, solo que es blanca en vez de negra—, no es de extrañar que sea incapaz de controlar sus sentimientos y el mercurio empiece a fluir. Por fin va a poder hacer algo pero ¿está preparado? Hasta cierto punto sí. Cinnabar es muy capaz de hacer frente a los lunarian solo y se desplaza sin hacer ruido ni llamar la atención. Se recalca así lo que nos dijo Rutile: que tiene un don, que está muy preparado para todo. Que su maldición es el mercurio. Y qué suerte que Cinnabar sea tan espabilado y con buenos reflejos o podría haber destruido a Diamond. Dia es excepcional incluso de noche, por que con la luz de las lunas es casi una antorcha andante. Se pone su guante a modo de pañuelo para disimular el brillo, pero quizá también para no perder energía. Debe doler verle, que sea precisamente él —encima nacidos en el mismo año, el destino es cruel haciéndolos tan diferentes— a quien haya tenido que encontrarse. Y es todo muy irónico porque Dia y Cinnabar quizás se entenderían en medio de su debacle emocional. En cualquier caso, Cinnabar se detiene cuando escucha «Phos no está». ¿Se habrá preguntado si ha venido a verle? ¿Si quizá… por fin había encontrado algo para él? Aun así, opta por irse. Al fin y al cabo, de noche no puede pasarle nada malo a Phos. ¿No? Pero Dia, actuando un poco como Phos, se aferra a él y le pide ayuda. La idea de que las gemas funcionan por jerarquías parece verse de nuevo aquí, cuando Dia recalca que tienen la misma edad y por eso deben ayudarse. Es una lógica extraña, pero quizá se refiera a que como son mayores, tienen la misma responsabilidad sobre Phos o puede que sea simplemente una suerte de camadería que debería existir, similar a cuando has ido a la misma clase que otra persona. Cinnabar es un trozo de pan. Dice que no quiere ver a Phos pero en ningún momento toca a Dia. No pretende hacerle daño, incluso si forcejea para intentar marcharse, así que tampoco puede irse con facilidad. Entonces ve a Ventricosus. Y esta debe pensar que Cinnabar es muy guapo —en el siguiente episodio especifica que le va mucho gente como él— porque se alegra una barbaridad al verlo. Ojalá pudiéramos entenderla. Como las demás gemas, se toma a broma lo que le cuenta Dia y masculla acerca de la excentricidad de los Diamantes —nadie incluye a Yellow en la ecuación de ser «raro», solo están Bortz y Dia—. De otra liga. Resulta descorazonador cómo se separan unos de otros cuando Dia y Cinnabar podrían haberse entendido bien por lo excepcionales que les consideran los demás, tanto en el buen como el mal sentido. Al final, a pesar de que Cinnabar no quiere escuchar, deja que Dia le cuente la aventura de Ventricosus. Mientras tanto suena el melancólico tema principal de Houseki no Kuni, que siempre se ha asociado a Cinnabar. Y, gracias a Dios, este tiene más cabeza que Rutile y todas las gemas por lo que parece. Pero antes vemos a Dia intentar imponer a Cinnabar las respuestas que busca, porque es su última esperanza. Cinnabar no se da cuenta de que está siendo útil, que sus razonamientos, que su forma de pensar pueden salvar la vida de una criatura. En cambio, Dia sí sabe que está ante alguien competente y es más espabilado —y un poco malévolo, como veremos en otras interacciones con Cinnabar— de lo que aparenta ser. Porque va a lo que tanto le lleva molestando y que está seguro de que Cinnabar no aprobará: ¿le parece bien que a nadie le preocupe que Phos haya desaparecido como tal?
Hay resentimiento y dolor en la expresión de Cinnabar porque Phos le ha devuelto una esperanza que no quiere tener. ¿Cómo se atreve alguien tan inútil a devolverle un motivo por el que esperar el mañana, con soñar a caminar de nuevo de día?—Creo que estamos mejor sin alguien como él. Problemático, molesto, egoísta y lleno de pensamientos infantiles… Un inútil estúpido que no puede hacer nada pero que se impone a los demás sin un segundo pensamiento. ¡Lo odio!
¡Aaaah cuando ni la propia obra oculta el shippeo! Pero esto es importante: parece que la amistad tal y como nosotros la valoramos y entendemos —comprensión, apoyo incondicional, confianza y cariño— no existe como concepto. Se trata más bien relaciones de compañerismo y trabajo. En cambio sí existe el amor entre las gemas. Lo cual nos da que pensar respecto a personajes como Yellow Diamond y Rutile con Padparadscha, entre otros. Un poco harto de la tontería, Cinnabar deja claro que Ventricosus es eso: un bicho que come rocas para reparar su concha/caparazón. ¡Gracias! Quizá no es tanto que el resto de personajes no piense mucho, como que se nota que no saben nada de animales. Cinnabar, en cambio, vive solo. Tiene, como ya se vio antes, mucho tiempo libre y se dedica a contemplar lo que hay a su alrededor. Cien años dan para una barbaridad de observaciones. ¿Por qué no hace él la enciclopedia, Maestro Kongo? Ilumínenos. Y Dia por fin se da cuenta de que, ¡lo había visto, no tiene excusa!, Phos es ese resplandor verde que intentó liberar en su momento. El enfoque a sus ojos es precioso, porque desde lejos nos parecen «normales» pero aquí vemos que las pestañas y el iris son puro diamante. Vaya nivel de detalle. Desde luego el CGI funciona bien para las gemas. Dia se quita el pañuelo y resplandece, recuperando sus energías. Allá donde Cinnabar debería haber corrido a ayudar a Phos, lo hace Dia, lleno de determinación por un trabajo que hacer, uno donde puede triunfar. Cinnabar le grita que no hay motivos para salvar a Phos, pero es muy tsundere. Si de verdad no quisiera ayudar o que Phos volviera, habría dejado que Dia siguiera creyendo que Ventricosus es Phos. Resalta que solo conseguirán traer de vuelta a un inútil, cosa que Phos no quiere ser. Y eso me lleva a preguntarme si quizá Cinnabar no se estaría poniendo en su lugar. Dia y él, hasta cierto punto, son mayores y están cansados, por lo que valoran morir si no pueden tener un puesto en la sociedad. Ambos se identifican con lo que ha sucedido con Phos y Dia decide que debe estar bien ser uno mismo y Cinnabar… también, pero más a regañadientes. No está mal ser tú incluso si no sirves para nada en el orden actual. Es un paso importante para ambos, pero falta mucho para que se lo apliquen a sí mismos. Además, Cinnabar no piensa que Phos sea tan inútil. Quiere seguir creyendo en él. Me pregunto si hará muñequitos de Phos con mercurio a menudo. Si Dia lo viera, estallaría… Tras una carrera impresionante, de nuevo sin cortar planos, Dia regresa a la escuela. Bortz ha estado esperándolo sobre la campana pero no llega a regañarlo. Está tan feliz, tan esperanzado porque pueden recuperar a Phos que simplemente se echa a un lado y le deja paso. Las gemas se levantan para sacar la concha del agua y arrancar a Phos de su interior. Recuerdan un poco a los lunarian, llevando todas las piezas en cuencos de madera. Pero solo en eso. Dia permanece durante toda la noche contemplando cómo Rutile (que se pone guantes siempre que quiere tocar a otra gema) va reconstruyendo poco a poco a Phos. Eso es talento y lo demás tontería. Lo más interesante es cómo, a pesar de su indiferencia, todas unen fuerzas para recuperar a Phos y sonríen cuando lo ven despertar. Rutile tampoco permite que Phos quede más tiempo del necesario en un estado de muerte. Puede que las gemas no sean la sociedad ideal, pero sí tienen la suficiente empatía para ahorrarle la no existencia a Phos. Lo primero que hace al despertar es arrojarse sobre Ventricosus que, al son con Dia, le pide perdón. ¿Os imagináis a Dia practicando por la noche con ella, imaginando lo enfadado que se despertaría Phos? Y mientras Phos habla con Ventricosus, varias de las gemas se van a trabajar como si aquí no hubiera pasado nada. Es, en cierta manera, parte de su día a día. Creo que más divertido aún que ver a las gemas desconcertadas, es la cara de enfado de Ventricosus porque Phos no entiende que estaba rico y no pudo resistirse. Ventricosus, duras poco, pero haces la serie mucho mejor. Gracias por existir.—Cinnabar… ¿Phos se te confesó o algo?
—¡¿Por qué dices eso?! ¡Siempre he odiado cómo piensas que todo es una especie de romance!
—¡Pero es que suena como eso! Sabes, nunca habías hablado tanto en los últimos cien años. —Dia mira a Ventricosus y ríe—. ¿Te gusta? ¡Qué mal gusto!