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Después de averiguar en el anterior episodio de Evangelion que NERV no es la organización bienintencionada que pretende salvar al mundo —¿alguna vez hay una organización así?— continuamos con los planes de Gendo y la llegada de uno de los personajes más controversiales de la serie.
Abrimos con Gendo en su faceta de líder siniestro. El hombre ha encargado que traigan algo que proviene del Océano Pacífico. Y como Evangelion lleva bastante mejor los hilos argumentales de lo que uno puede pensar, pero solo al principio, podemos hilar con el Primer Ángel, del que ya se ha hablado en el capítulo anterior…
Y es que nos dirigimos hacia este Ángel, aunque indirectamente. Por segunda vez abandonamos Tokio-3 —como la misma Misato comenta, dando a entender al público que podría empezar a aburrirse de que todo transcurra en «casa»— y dejamos atrás el ambiente al que nos hemos acostumbrado. Shinji y sus amigos vuelan en nada menos que un avión militar. Kensuke, que es un friki de lo bélico, está que no cabe en sí de gozo y no puede dejar de revolcarse en el nepotismo de tener un amigo piloto. Shinji ni se sonroja. ¡Qué cambio, cómo interacciona con sus compañeros y muestra de forma abierta sus pensamientos. Pero si los chicos han sido invitados, no ha sido gracias a Shinji sino a Misato, que podría haber hecho esto para que Shinji no se sienta tan aislado o intimidado ante la arrolladora Asuka.
Por otro lado, no puedo dejar de comentar que Anno también es un friki de lo militar. No por nada la mitad de sus personajes llevan nombres de barcos de guerra. Así que, en cierta manera, no puedo dejar de ver cómo proyecta un poco de su persona en Kensuke mientras este nos hace una lista de la flota que cruza el océano. Sin embargo, aunque Anno tenga sus gustos, no va a dejar pasar la oportunidad de criticar a los militares a través de Misato.
Pero ¿por qué hay una flota tan grande en marcha? ¿Es por lo que traen para Gendo?