Naoki Urasawa se ha ganado a pulso ser uno de los mangakas más míticos de la historia. Leerle es, sin duda, apostar por lo seguro. Siempre vamos a encontrar historias de calidad, personajes de lo más humanos y tramas sumamente interesantes. No es de extrañar, pues, que no sea la primera vez que hablamos de una de sus obras en nuestra página.
Pero cuando se trata de recomendar a Urasawa siempre resuenan las típicas 20th Century Boys y Monster. Sin embargo, podemos decir que en sus casi cuarenta años como creador tiene una dilatada y fructífera carrera, y no hay que olvidar que es una que sigue en activo. Y, en este caso, toca hablar de ¡Asadora!, su manga más reciente y que todavía está por terminar.
Vuelta al pasado
Urasawa es un poco como Christopher Nolan. Le gusta empezar sus historias con un breve vistazo al futuro, en el tercer acto de la obra ya sea en el principio del conflicto o en su resolución para, después, viajar al pasado e introducir a los personajes principales. A esto se le suma que Urasawa es un nostálgico. Muchas de sus obras están emplazadas en el pasado, uno que desprende cariño y añoranza por ese Japón en el que se crio.
¡Asadora!, que por supuesto que no es una excepción a esta regla, nos introduce en un presente escalofriante y caótico para enlazarlo de forma magistral con el pasado. Así crea una sensación de tensión e interés en el lector: hemos viajado 60 años atrás y aun así no conseguimos escapar del peligro. Es casi como si nos persiguiese a través del tiempo y en el espacio, porque tampoco basta con alejarse del centro de Tokyo hasta Nagoya, un pequeño pueblo a cientos de kilómetros de la capital. Solo que en vez de un monstruo el que acecha, es uno de los tifones que suele azotar al país. Uno muy poderoso.
Es ahí donde conocemos a nuestra carismática protagonista, Asa Asada, una niña que se afana por llegar al hospital para asistir a su madre en el parto de uno de sus numerosos hermanos. El tifón cada vez está más cerca y Asa corre todo lo que puede, llegando a adelantar a su amigo, futuro candidato a atleta en los juegos olímpicos. ¡Y todo esto mientras se cala y el viento juega en su contra!
Jamás llega a su destino porque, a pesar de su fuerte carácter, es una persona muy amable. Eso ocasiona que se pare a evitar un robo, y que el ladrón, un misterioso y malhumorado anciano, le acabe secuestrando al confundirla con una niña de familia rica. Nada más alejado de la realidad: Asa vive en una casa minúscula con una docena de hermanos, además de otros familiares, donde muchos días no pueden ni llevarse un bocado al estómago.
Kasuga, el anciano —con un diseño típico de señor mayor de Urasawa—, la mantiene a salvo del tifón dentro de una nave industrial abandonada, donde se enzarzarán en una conversación que dará contexto a las acciones del viejo. Fue uno de los mejores pilotos del ejército de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, pero ahora se encuentra en una situación de pobreza. Es una de las personas más gruñonas y con cara de pocos amigos del mundo y, aun así, Urasawa se las ingenia para hacer que empaticemos con él, haciendo gala de sus años de experiencia al relatar sus historias.
Como el autor juega constantemente con nuestra sensación de peligro, una vez le hemos cogido el cariño suficiente al anciano y ya hemos visto cómo Asa parece una niña sin miedo, es cuando el tifón impacta.
Consiguen sobrevivir, pero cuando salen, el paisaje es desolador. Todo el pueblo ha quedado arrasado y casi la totalidad de su familia ha desaparecido.
Así que a la valiente joven le toca madurar de forma prematura y sacar adelante lo que ha quedado de su familia, a la vez que busca dónde han ido a parar los demás.
¡Asadora!, como la grandísima mayoría de obras de Urasawa, tiene un ritmo frenético. Estos momentos de acción del principio se ven entrelazados con la otra aptitud que define al mangaka: el misterio y cómo lo entrelaza con la obra y sus personajes. En un principio, y con lo que se lleva publicado, parece una obra menos ambiciosa si las comparamos con sus mangas más famosos. En 20th Century Boys nos preguntábamos quién era Amigo, cuál sería su siguiente movimiento, qué les pasó a todos cuando eran pequeños, o dónde están actualmente los miembros del antiguo grupo de amigos. En Monster, el magistral Johan se encargaba de plagar la obra de obstáculos para Kenzô. En ¡Asadora!, el único misterio es uno que se aborda de forma bastante directa y que el autor no tarda mucho en empezar a desvelar. ¡Pero eso no significa que sea menos interesante!
Por cierto, así empieza ¡Asadora!. Sí, yo también quiero pedirle la bola mágica a Urasawa y saber cómo ha sido capaz de predecir el futuro.
Ahora en serio, las Olimpiadas son un evento tan importante que el hecho de arruinar ese símbolo de unidad mundial es como un caramelito para los autores. No es el primer autor ni el último que hará algo así, de hecho Otomo se le adelantó con Akira. Pero, sin duda, teniendo en cuenta el contexto del 2020 real… resulta escalofriante.
Un autor con buenos personajes femeninos
Asa es una más en la lista de personajes femeninos maravillosos creados por Naoki Urasawa. En 20th Century Boys escribió a Kanna, la protagonista de la historia junto a su tío Kenji, y la verdadera joya de esa obra. También hay que tener presente Yawara!, una historia sobre una joven judoka, que incluso llegó a influenciar el mote de una de las primeras medallistas de oro del deporte en la vida real.
Pero también tiene un genial elenco de personajes femeninos mayores, como Yukiji, apodada “la niña más fuerte del mundo” en 20th Century Boys, o Kinuyo en la obra que nos concierne, que al igual que dar la misma impresión de ser una anciana malhumorada como el anciano Kasuga —bueno, es que lo es—, acabará acogiendo a Asa cuando más lo necesita y se convierte en la única voz cuerda de la obra.
Volviendo a Asa, es una persona carismática a más no poder y se hace querer desde el principio. No hay nada más que echar un vistazo a las primeras páginas: se está pegando una carrera increíble por todo el pueblo en medio de un tifón que se aproxima con tal de conseguir ayuda para su madre y que la asistan en el parto que está por venir. Es ahí mismo donde encontramos unos elementos que se repetirán durante su infancia: el menosprecio y la invisibilización. Primero se presenta como algo inofensivo, con una anciana confundiéndola con otra de sus hermanas, cosa lógica si tenemos en cuenta que tiene cerca de una docena. Sin embargo, la situación se repite varias veces de forma consecutiva en el primer capítulo, pensando que es otro de sus hermanos, o incluso otra gente. ¡Si es que incluso la secuestran por error!
Ella misma se menosprecia, actitud nacida del trato tan descuidado que le han dado sus familiares. Su nombre mismo, Asa Asada, le resulta vulgar en comparación con los nombres de sus otros hermanos. Si es que hasta solía quedarse sin comer porque no la tenían en cuenta. Además, entiendo que vaya ella a buscar ayuda porque sin duda es la más rápida, pero… ¿dejar a una niña sola ante la amenaza de un tifón? Suena a negligencia pura. Ni siquiera se percatan de su ausencia cuando el desastre está a punto de impactar… ¡Y eso que es ella misma quien ha salido!
En resumen, es un constante machaque hacia Asa que puede pasar desapercibido por lo fuerte que es el personaje. Sí, le irrita que le confundan con otras personas, pero poco más. Ella sigue avanzando, corriendo con el viento en contra y saliendo adelante… y aun así, todavía tiene tiempo de desviarse para ayudar a una familia que ni siquiera conoce. Incluso es capaz de perdonar a su secuestrador en cuanto conoce la historia que el anciano carga a sus espaldas. Su empatía y fortaleza nos ganan inmediatamente, y por eso resulta satisfactorio verla crecer, salir adelante y que le reconozcan algún que otro mérito.
Arte
¿Qué podemos esperar respecto al arte? Pues a Urasawa en su más puro sentido. A diferencia de otros autores, como Kentaro Miura con Berserk o Katsura Hoshino con D.Gray-Man, donde se ve una progresión en el dibujo y las técnicas que utilizan, en el arte de Urasawa no existe esa evolución tan evidente.
Aparte de ser un autor que sigue apostando por lo tradicional, ha mantenido un estilo muy parecido desde Master Keaton, la obra que podríamos decir que definió su estilo y que ha mantenido sin cambios hasta el día de hoy.
Seguimos encontrando esos característicos ancianos, con unas facciones y expresiones más exageradas y que contrastan con las caras de los más jóvenes. Sólo hace falta ver a Asa y a Kasuga juntos. ¡Parecen de obras distintas! Estoy seguro de que Togashi se debe llevar muy bien con Urasawa.
Otro curioso detalle es que, como en otras tantas obras de Urasawa, se muestra el amor tiene por la música. En 20th Century Boys, por ejemplo, la música formaba parte intrínseca del protagonista, y además se ligaba con esa nostalgia de los sesenta que era tan importante en la obra. En ¡Asadora! es mucho más sutil y, de momento, no tiene tanto peso. En los primeros compases de la historia, Asa capta en una radio un fragmento de una canción que le enamora de inmediato, pero se queda con la duda de cuál será su nombre. Además, esta situación es recurrente y siempre se queda a medias, así que no le queda otra que quedarse tarareando durante años el estribillo. Falta ver si será algún elemento narrativo en el futuro, o si será simplemente un componente que enlace la pequeña Asa con la mayor.
Conclusión
Es un momento perfecto para leerse ¡Asadora! En este pasado Salón del Manga Online, Planeta anunció la adquisición de la licencia —junto con una recopilación de algunos de sus one-shots, ACHOO— y, aunque todavía no ha llegado la obra a España, debe de estar al caer. Ahora mismo solo hay cuatro volúmenes kanzenban publicados en Japón, así que el material a leer no resulta tan abrumador como lo pueden ser sus obras más longevas. ¡Ah! Parece que Urasawa es de esas personas a las que le gusta tomarse algún que otro hiatus anual —eh, Miura—, así que avisados estáis. Normalmente sus descansos se centran en trabajar de golpe en varios capítulos para recopilarlos en un tomo y luego soltarlos en consecución. Al menos… hay cierta constancia y seguridad.
Eso sí, os aseguro que os vais a quedar con ganas si lo seguís al día. El mangaka tiene obsesión con los cliffhangers, id preparados para sufrir.
¡Genial artículo! Siempre es una alegría ver hablar de Urasawa, ese señor nunca defrauda con sus historias. De Asadora he visto cosillas por Internet y tiene muy buena pinta, pero justo como dices estoy dudoso de si es mejor alcanzarla ahora que no lleva ‘muchos’ capítulos o dejar que la termine para leerla (o devorarla) de una jajajaja. En cualquier caso, me picó un poquito más la curiosidad, ¡a ver qué sorpresas se guarda todavía! ¡Un saludo!
¡Muchas gracias por tu comentario! Con Urasawa uno nunca falla, este señor tiene un don. Y la verdad es que soy incapaz de decir cuanto puede quedar para que acabe, juzgando el último tomo publicado, el cuarto, parece que podría acabar pronto, pero conociendo a Urasawa no me extrañaría nada que se acabe yendo a las 10 o más tomos, ¡así que tu mismo! La verdad es que es mi primera vez leyendo una obra de Urasawa al día y es una experiencia distinta a tener toda la obra y maratonearla.
¡Un saludo!