Analizando Berserk. Capítulo 13: La Edad de Oro (V)

Analizando Berserk, capítulo 13, ha llegado. ¡Y eso significa que vamos a ver cómo Griffith y Guts tienen su primer «gran» enfrentamiento!

Comenzamos con una pesadilla. Dados que los últimos capítulos del manga han explorado el subconsciente de Casca, no puedo reprimir la tristeza al poder comparar ambos tipos de sueño. Los de Casca son infinitamente más dantescos, de una proporción abrumadora en comparación con los de Guts, sí. Sin embargo, en los dos predomina el peligro del abuso sexual. La mayor diferencia es que, en el caso de Guts, se enfrenta a una pesadilla muy personal, mientras que en Casca todas las figuras son lejanas, monstruosas. Sí, a Guts lo persigue una criatura brutal, sin rostros, pero todos sabemos que se trata de Donovan… Guts incluido. Aunque no le reconociéramos por la calva, la situación nos desvelaría su identidad: Guts está desnudo, huyendo con desesperación. Su espada no sirve. Está reviviendo su violación.

Se supone que su espada debería vencer a cualquier enemigo. Es lo lógico, ¿no? Así que Guts empieza a correr hacia el Gambino de sus últimos años, despojado de su poder, sentado en su trono con su perro, sobre un campo de cráneos.

Dios, las similitudes con Griffith son estremecedoras.

—¡Ayúdame, Gambino! ¡Es imposible matarlo con la espada!

Pero el pasado no puede eliminarse sin más, ni siquiera enterrándolo bajo una oleada de violencia.

Gambino replica que no puede ayudarle si no le trae su pierna. Una que, de pronto, porta Guts en lugar de una espada. Es… muy sencillo de comprender; Guts se siente responsable por la pérdida de la pierna de Gambino porque este le hizo sentir que era su responsabilidad. Y entonces el hombre encarna toda la culpabilidad que siente Guts.

—Además, ¿acaso lo has olvidado? Yo ya estoy muerto. Clavaste tu espada en mi garganta… No veas lo que me dolió. ¡Me moría de dolor!

Ay, la carita de Guts, que no sabe qué responder.

—¿Cómo vamos a salvar al que nos trató así? ¿Verdad, Shisu?

Eh, ¡Guts no ha olvidado a su madre! Y la mente es cruel, despiadada, pero lo es más aún el simbolismo de Miura: Shisu reaparece como el muchacho la recuerda, ya destruida por la plaga… Y, además, convertida en un perro. El perro de Gambino. No es muy sutil lo que se quiere transmitir.

Por un lado tenemos que Guts se siente también culpable por la muerte de Shisu porque esas fueron las últimas palabras de Gambino. Por otro, Miura se ha esforzado por comparar a Guts con ese perro. El subtexto, pues, presenta a Guts y a Shisu como víctimas de Gambino.

Lo más interesante es que, al estar viendo el subconsciente, sin tapujos, sin fachadas… Estamos ante Guts literal y figuradamente desnudo. Así que cuando vemos que intenta negociar con Gambino, suplicándole que le escuche, estamos ante lo que de verdad siente. No se defiende, pero tampoco se rompe y traga del todo con las acusaciones. Está en un delicado equilibrio.

Uno que se viene abajo cuando llega Donovan. El recordatorio de que no debería perdonar a Gambino. La prueba de que lo vendió, lo marcó para siempre. Si hasta ahora era una especie de entidad cruel y deshumanizada, cuando por fin atrapa a Guts se revela su rostro. Y está sonriendo perversamente.

Una imagen que, sin duda, está grabada a fuego. Mientras revive su violación (cada vez más pequeña, más lejana, más horrible. Más delicada en términos narrativos que lo que Miura concederá a cualquiera de sus mujeres); esta vez sí, suplica a Gambino que lo perdone porque necesita que alguien le ayude. Como respuesta, su conciencia le responde:

—Deberías haber muerto.

Una idea imbricada en el alma de Guts, que ha formado su personalidad actual. Siente que debería estar muerto, de modo que busca la muerte. Pero, a la vez, se resiste a morir. Guts se hunde en la oscuridad, suplicando:

No… No me toques… ¡No me toques!

Y es que hay alguien tocándole. Casca, desnuda, pegada a su costado, y con la mirada vacía, haciendo autocontrol por la humillación que supone estar en esa posición,

Es un mal principio de relación, para qué negarlo. No solo Casca ha intentado matarle, sino que ahora los dos se someten a un contacto que ninguno quiere, y, peor aún, que afecta emocionalmente a Casca. Es una verdadera suerte que sea tan querida y respetada entre la Banda del Halcón, porque algo así habría hundido por completo su carrera en otra clase de círculo… O de historia.

Se establece aquí un tema horrendo que Miura no va a saber tratar como corresponde: Casca es una persona, pero el mundo a su alrededor antepone (Miura incluido aunque intente lo contrario) su género a todo lo demás. Es decir, se la reduce a ser una mujer. Y una mujer, en Berserk, es equivalente a desnudez, a sexualidad y a servir a los propósitos de un hombre. Estos elementos se repetirán una y otra vez, más allá incluso del Eclipse, y solo puedo rezar porque Miura haya aprendido a ser más abierto de mente. Da la sensación de que sí gracias a Farnese y Schierke, pero la historia de Casca es toda esa mierda que no se da con Guts o Griffith, que pasan por traumas muy similares sin que se los genderice, y no puedo evitar desconfiar.

Dos puntos que sí voy a destacar como positivos son:

Guts no se centra en el tacto de la piel de Casca, ni se percata como tal de su cuerpo. Lo que le impactan son sus ojos negros, que después usa como referencia para identificarla. Y los ojos son una forma perfecta de humanizar, en particular en el manga. Y nos ahorramos fanservice cuando Guts despierta. Su atención se centra en el dolor que siente en el pecho, lo que le lleva de inmediato a pensar en Griffith. Que se prepare; el muchacho va a convertirse en obsesión a partir de ahora.

El otro es que Miura hace buen trabajo rescatando esta dinámica el día en que ambos hacen el amor, porque tenemos los mismos elementos: Donovan, Gambino y el trauma de Guts, aplacados gracias a la comprensión y el cariño de otra persona.

Si os dais cuenta, Guts no se muestra muy agitado al despertarse. No sé si se debe a que ha olvidado los sueños, que ha prevalecido la oscuridad, o a que está acostumbrado a tener pesadillas.

Al asomarse fuera de la tienda, Guts se encuentra en medio de un campamento. Y, apartándome un poco de la narrativa, debo decir que es una sucesión deliciosa de imágenes. ¿Veis todos esos quehaceres cotidianos? Un tipo bañándose, otro afeitándose, un grupo jugando a las cartas, y otros peleándose… ¡Qué pocos autores se molestan en dar cara a extras como estos! Suelen ser personajes de fondo, sin rostro, sin detalles en la ropa. Aquí puedes distinguirlos, y, más importante aún, confirmar lo que Guts piensa: todos son más o menos jóvenes. No críos, pero desde luego tampoco hombres maduros como ocurría en otras compañías. Teniendo en cuenta que no se ha criado con gente de su edad, sino siempre, siempre, siempre con adultos que se aprovechaban de él, este cambio de dinámica indica ya que se va a sentir más cómodo en la Banda del Halcón.

Entonces ve, a lo lejos, a Casca enfrentándose a Griffith. O, mejor dicho, protestando. Es una dinámica que queda muy clara sin necesidad de emplear palabras. Casca se muestra en una actitud vagamente sumisa, intentando acceder por súplicas (enérgicas) a Griffith, pero este se niega a mirarla y hasta le pone las manos en los hombros con un aire un poco paternal, o condescendiente. El lector sabe que Casca, como todos los demás miembros de la Banda, respeta a Griffith, pero es aquí cuando se ve que hay una cercanía entre el chico y su gente que se no se podía advertir tanto en el capítulo anterior. También es posible que esta familiaridad se deba a que Casca es mujer, y por eso Griffith se permite expresarse de una manera táctil que no emplea con sus hombres salvo Guts.

En cualquier caso, Casca no obtiene lo que está pidiendo y no puede soportar estar delante de Griffith. Francamente, sea intencional o no, esto es un ejemplo perfecto del dominio que ejerce Griffith sobre ella y, sobre todo, de que no la ve de verdad como una persona. O, al menos, no la ve si no es bajo el rol de mujer.

Para entender a qué me refiero tenemos que continuar un poco con la historia:

Casca se dirige directa hacia Guts y le da un puñetazo en la herida.

Ojalá te hubiese matado Griffith y punto.

No es la primera vez que Casca le va a desear la muerte.

Pero ¿por qué este odio si hace unas páginas vimos que estaba acostada con él, proporcionándole calor? Bueno, Judeau nos hace el favor de explicárnoslo. Es porque lo ha hecho obligada.

Casca sacrificó su feminidad para convertirse en mercenaria. En realidad es bastante mejor que casi todos nosotros, pero Griffith le ordenó que durmiera contigo durante dos días y dos noches para que te calentara. Tu cuerpo estaba muy frío por la pérdida de sangre… «El deber de la mujer es dar calor a los hombres». ¡Eso dijo!

Esto es muy interesante a varios niveles.

Para entender a qué me refiero, hablemos un poco de la concepción de Griffith acerca de los roles de género. La suya es una visión increíblemente rígida para alguien que ha ofrecido la oportunidad a una mujer de no tener que dar calor a un hombre que quería esclavizarla y violarla. Griffith es un caso fascinante en términos de pragmatismo y de desenvoltura en una sociedad patriarcal. Por un lado, averiguaremos que vendió su cuerpo (humillándose, sometiéndose en términos sociales y perdiendo su «masculinidad») y, por otro, que acepta a mujeres en su ejército tanto siendo Griffith como NeoGriffith… Pero solo a mujeres excepcionales que estén dispuestas a romper el molde. Esto se relacionará bastante bien con su idea de que la gente especial es la que tiene un «destino» y no importa que seas pobre, mujer o lo que sea, mientras luches por ello. Por eso arrojó una espada a Casca, en vez de salvarla como si fuera su caballero andante. Ella tenía que demostrar si merecía tener la oportunidad de librarse de su violador.

Pero todos están destinados a tener un rol. Ese rol puede ser el de sirviente, el de enemigo, o, si eres Femto, el de tu sacrificio. Diría que por eso Guts le atrae tanto. Porque se niega a aceptar lo que el mundo exige de él. Casca, en cambio, se somete a las órdenes de Griffith de modo que, ¿por qué prestarle más atención si es un buen peón que se deja manejar con una orden o algo de lógica?

Por último, es interesante que fuerce a su mejor soldado a ser humillada. Griffith confía en que Casca seguirá siéndole leal, y… tiene razón. Es consciente de que Casca está enamorada/encaprichada de él y no le importa aplastar sus sentimientos y orgullo para obligarla a comportarse «como una mujer». Por lo general Casca siempre ha escapado al encasillamiento asociado al comportamiento femenino por necesidad de encajar en la Banda. Como dice Judeau, Casca «sacrificó su feminidad». A nosotros nos parece una chorrada. Casca está diseñada como ridículamente femenina en su forma de vestir, con botas altas, vendas en lo alto de los muslos que resalten sus piernas y su trasero, y lleva armaduras que enfatizan curvas. Su forma de moverse es elegante y típicamente femenina, con piernas juntas, espalda arqueada y todo eso. Se puede deber a que Miura quería dibujarla así, o a que no sabe hacer mujeres de otra forma. O puede que sea un mix de ambas. En cualquier caso, diría que se trata de una disonancia intencional porque nosotros, lectores modernos, percibimos a Casca como una clara «mujer» mientras que para la gente de su época es una figura más neutral al no vestir como una mujer, no comportarse como el estereotípico monolítico (timidez, dedicarse a labores domésticas, estar casada, tener hijos, sentir interés por los hombres que la rodean) y ser una impresionante soldado. Lo que dicen o exigen de ella dicen bastante de lo que Miura considera que es el patriarcado de su mundo.

Así pues, en Midland las mujeres no son como Casca. El hecho de atribuirse habilidades claramente masculinas es suficiente para que un grupo como el de la Banda, que es excepcional de por sí, la acepte como una criatura fuera del molde.

Que Casca sea pronta a amenazar con su espada, o que dé puñetazos a heridos, también debe ayudar. Son sus formas de recuperar parte de su autoridad. Por eso siempre son demostraciones públicas. El orgullo de Casca se ha visto herido no solo por cómo la trata Griffith, sino porque la gente sabe lo que ha estado haciendo. Por eso hiere a Guts.

Y funciona. Si os fijáis, los hombres se ríen, pero no la miran a ella, sino a Guts. Asumen que el problema es él, por haber intentado «sobrepasarse». Casca tiene tal reputación que ninguno considera que ella haya buscado sexo, o se haya visto atraído por Guts. El que ha intentado afectar a las normas de la Banda es él.

Solo gracias a esta confianza, a esta aceptación de Casca como una especie de no-mujer, es que Griffith puede permitirse obligarla a comportarse socialmente como una por un par de días. Porque Casca tiene un rol poderoso y afirmado en el respeto de sus hombres. De hecho, si hubiera sido un soldado de la Banda el que hubiera caído herido, seguramente Griffith no le hubiera ordenado que durmiera a su lado porque rompería demasiado su posición de autoridad. Esto lo sabemos porque evidentemente este hecho con Guts ha sido excepcional, o se habría comentado, y también porque Griffith siente un interés particular por mantener a Guts con vida.

Más tarde, y a lo largo de muchos capítulos, vamos a hablar de la simbología de Griffith y Guts, y cómo el primero manifiesta su deseo posesivo por el segundo. Una de las formas es sacrificar a su mejor soldado, dejando claro que considera que Guts, un recién llegado, un extranjero, es más importante que ella.

De modo que la ira de Casca es comprensible, pero dice mucho que la redirija hacia Guts y no hacia Griffith. Es más sencillo culpar al primero que admitir que su crush no es perfecto. Y, de paso, refuerza su posición como persona dura y que definitivamente no ha hecho nada con Guts frente al resto de la Banda del Halcón, cuyos miembros desde luego comentarán cómo fue directa a por la herida de este.

Tiene suerte de que Guts no se haya desmayado o a lo mejor Griffith la habría forzado a cuidarle… Más tiempo… Egh.

Una vez Casca ha salido de escena, Griffith se aproxima a Guts. Y sé que debería comentar cosas más importantes, pero: Griffith era más alto que Guts y no voy a superarlo jamás. Además, Miura lo presenta todo con un aura tan clara tan… rozando lo shojo que suena más a flechazo que a «momento predestinado». Puede que sea un poco de los dos, sí, aunque evidentemente Miura está jugando con el conocimiento previo de los lectores. Este es el momento (uno de tantos) en que estos dos se acercaron. Para un recién llegado las preguntas sobre cómo pudo acabar todo tan mal son interminables. Para uno con cierto bagaje en Berserk y que haya leído el capítulo donde aparece la Idea del Mal, estos encuentros son fascinantes porque estaban planeados por Dios. Griffith es un agente del Destino, del Karma, sin darse cuenta, mientras que Guts es quien parece perturbar, aunque sea solo un poco, el discurrir perfecto de los acontecimientos preparados por la voluntad superior del mundo.

—Me llamo Griffith. ¿Y tú?

—…Guts.

—Menuda espada. Yo no podría manejarla.

Seguramente si nunca habéis visto documentales del tema, o estudiado un poco de coding, no sabréis de queer coding, pero se empleaba por muchos cineastas de Hollywood para hacer pasar simbolismo homosexual por la gran pantalla. Hay escenas famosas, como de vaqueros comparando, o acariciando, sus respectivas pistolas, pero no es algo que se reduzca al cine del oeste. De hecho, los simbolismos más homosexuales del queer coding aparecen en películas de horror, particularmente en Hellraiser con todos sus elementos sadomasoquistas que fueron inspiración… bastante directa de los villanos de Berserk.

Y Griffith/Femto es un villano.

Así que cuando leo escenas como estas es muy difícil no percibir un subtexto que ni siquiera sé si es intencional. Reducir los elementos homosexuales a algo tan simplista como que Femto se pinta los labios o Griffith es, evidentemente, femenino y fue violado y ahora intenta compensar teniendo el control absoluto de todo lo que le rodea, es ridículo. Sin embargo, los personajes femenizados o con elementos asociados a lo femenino suelen ser los villanos. Solo tenéis que mirar Disney, con Úrsula inspirada en Divine, que era Drag Queen, Scar siendo negro y amanerado, Jafar… Bueno, no tengo ni que decirlo, ¿no? Es algo frecuente en muchas películas y medios, que el enemigo amenace sexualmente al protagonista heterosexual (James Bond o Los hombres que no amaban a las mujeres son de las películas/libros que se me vienen así a la cabeza). No creo que sea casual que Griffith y Femto tengan asociados rasgos femeninos y a la vez sean los personajes que más daño han hecho a los dos protagonistas por medios sexuales.

Pero ya hablaremos de eso cuando toque.

De momento centrémonos en que, aunque no apostaría un brazo, no aseguraría que Miura ignoraba el subtexto que estaba creando. Puede que lo hiciera por las risas, por atraer a cierto tipo de público, o porque sabía que los lectores masculinos tradicionales se negarían a interpretarlo más que como una relación de rivalidad. O, si acaso, harían que el interés posiblemente sexual reposara única y exclusivamente en Griffith, como tiene que ocurrir con un villano.

Pero, y esto es importante, todo este subtexto no le va a pasar desapercibido a Guts, que siempre está al tanto de hombres que quieran aprovecharse de él, ya sea en el trabajo o sexualmente.

Y por eso a veces pienso que es imposible que Miura no lo esté haciendo a propósito.

Una vez ha terminado de tocar la espada de Guts ayuda, le toca la espada aaah de forma que Griffith halaga al protagonista a la vez que impone su poder sobre la situación porque está cogiendo su arma y devolviéndosela, el líder de la Banda se lleva al recién llegado aparte. Esto sorprende de inmediato a Judeau, pero también a Casca. Todos saben que Griffith está interesado en él, porque no suele prestar tanta atención a nadie. Sin embargo, el nivel de implicación parece ser excepcional.

Lo cual, claro, no sienta bien a muchos. El pequeño Rickert piensa que Guts es un fichaje bueno, pero Corkus… Corkus quiere cargárselo:

—¡Ese gusano se cargó a Dan y dejó manco a Errol! No voy a permitir que se vaya de rositas.

Pero, como bien señala Rickert, fue Corkus quien le buscó las cosquillas. Así que diría que Corkus, aunque lo sienta por sus compañeros, lo que de verdad quiere es reparar su orgullo herido.

¡¡Pippin!!

Griffith pasea a Guts por medio del campamento, sin duda para mostrarle su poder y tentarle antes de decirle que son la Banda del Halcón. Su fama les precede, tanto que a Guts le cuesta creerse que se trata de gente tan joven. Dice bastante, pues, de la habilidad de su líder.

Una vez aparte, Guts se niega a seguir el juego de Griffith y va directo al grano:

—¿Por qué? ¿Por qué evitaste darme en el corazón? Podrías haberme matado perfectamente. ¿Por qué no lo hiciste?

Tras un silencio, Griffith se encara a él y le mira a los ojos:

—Porque quiero tenerte, Guts.

Antes de entrar al japonés, o a analizar esta declaración, creo que es divertido resaltar cómo Miura se asegura de que Griffith tenga que repetir varias veces su intención (por medio de palabras, de fuerza, y una mezcla de ellas en el siguiente capítulo cuando se imponga a Guts). De hecho, la situación escala poco a poco. Primero se presenta como algo divertido debido a que Casca les ha seguido y está ojiplática. Que en el futuro tenga celos de Guts… Francamente, dice mucho del tipo de relación con la que bailan estos dos.

Luego viene la «comedia» cuando Guts trae a colación el «interés» de Griffith. Lo hace no con hostilidad, sino con reticencia.

—¿Eres marica?

Y más tarde vendrá el enfrentamiento físico.

Por cierto, Griffith, el hombre tan empeñado en imponer su masculinidad, en demostrar al mundo cuál es su posición, que asesinará a su violador, destruirá a todo el que se interponga a su paso…

No responde.

En su lugar comienza a psicoanalizar a Guts. No solo resalta cómo estuvo a punto de morir contra Bazuso, sino que Guts se prueba a sí mismo con cada batalla, negándose a perder terreno o a ceder ante sus enemigos.

—Pero a mí se me antoja como si estuvieses deliberadamente colocándote ante el peligro. Como si quisieras tirar por la borda tu vida. Me interesas. Me caes bien. Te quiero entre nosotros, Guts.

A lo cual no tengo nada que añadir. Griffith sería un psiquiatra escalofriante.

Pero antes de continuar…

HABLEMOS DE CENSURA.

Puede que a algunos os suene el drama que hubo con la traducción de Evangelion en Netflix, concretamente el problema con las declaraciones de Kaworu hacia Shinji. Lo que nos importa aquí es que Kaworu, según los traductores, decía quiero decir que me caes bien en una parte donde evidentemente no estaba diciendo eso.

Así que podéis imaginaros que lo que pone en mi edición de Berserk no es lo que pone en japonés:

気に入る

Esta expresión se traduciría por:

—Me has gustado

El pasado es importante, porque se refiere a que Guts hizo algo que suscitó la atracción de Griffith, lo cual es lógico de acuerdo a todo el análisis de personalidad que le ha hecho.

Y una no puede menos que preguntarse: ¿por qué cambiar el verbo? Puede ser una declaración inocente…

Solo que, evidentemente, el traductor no lo entendió como tal. Por eso el equipo de Glénat decidió poner que Griffith no remarcaba otra vez que quiere a Guts y metió con calzador un «te quiero con nosotros» cuando en japonés el chico dice «ore» (la forma más masculina del «yo»).

Así que me congratula decir que los traductores de Netflix no son solo ridículos, sino que ni siquiera son originales.

Dicho esto, volvamos a la historia.

Casca, por supuesto, que siempre ha deseado que senpai noticed her, se ve afectada por esta declaración ya que es la primera vez que Griffith demuestra un interés tan manifiesto en nadie.

Guts, por su lado, no está acostumbrado a tanta atención. Y mucho menos que resulte positiva. Además, no hay que olvidar que Griffith ha estado a punto de matarlo, por lo que es normal que reaccione negándose. Lo que roza lo adorable es el desconcierto de Griffith. Se ve que nadie lo ha rechazado antes. Con todo, eso solo provoca que se interese más en Guts, en especial cuando este lo reta a un combate.

—¡Si gano yo, abriré en tu pecho un boquete igual al mío!

—¿Y si gano yo?

—Puedes ficharme, petarme el culo… ¡Lo que quieras!

A pesar de que esta parte siempre me saca una sonrisa, quiero hacer notar que Guts se está ofreciendo a, básicamente, ser violado. Y no, no está dando su consentimiento para tener sexo bajo x circunstancias porque su intención es morir antes de que puedan tocarle de esa manera. Dado el trauma que carga sobre los hombros… Es evidente que está marcándose un importante farol. Necesita saberse en control.

Cuando los dos deciden pelear están, más o menos, en igualdad de condiciones. Sin embargo, Guts se está ofreciendo a acabar en una posición de sumisión, que es lo que desea Griffith. A estas alturas el joven no quiere realmente amigos, sino posesiones, y de hecho la idea de que alguien pueda ser igual a él, de que Guts tenga la libertad de ir y venir sin que pueda controlarlo, nunca se le pasará por la cabeza. Al fin y al cabo, Casca y el resto se someten de buena gana a Griffith. ¿A dónde más iban a querer ir estando él?

Guts es desde el primer momento una disrupción en su vida. Una por la que debe pelear para someter e incorporar a su mundo. El hecho de tener que sangrar para ganarle solo incrementa la satisfacción de la victoria, como vamos a ver.

Y, casi seguro, por eso, porque Guts se resistió y Griffith venció, se cimentó el que se volviera alguien tan importante para él. Porque no fue sencillo. Porque fue… distinto.

De modo que pelean. Casca intenta intervenir, pero Griffith la detiene porque consigue todo lo que quiere. Es esta confianza en sus habilidades, unida a la devoción que siente Casca y el resto de la Banda por él, que la lleva a interponerse entre los hombres que vienen atraídos por el ruido y buscan detener la batalla. En su lugar, terminan haciendo de espectadores.

Resumiendo, Griffith tiene ventaja no solo por estar sano, sino porque está acostumbrado a luchar contra enemigos más fuertes (y grandes) que él. Solo hay que ver cómo su estilo se basa en desviar la espada de Guts sin problemas, y en usar el ímpetu de este contra sí mismo. Como nota Guts, solo necesita usar una única mano porque sabe hacerlo. Sin desmerecer su genio, ya que Griffith es básicamente un as en todo, esto también es resultado de experiencia.

Guts, por el contrario, siempre ha sido más bajo, menos fuerte que los demás y por eso cuenta mucho en la potencia de su arma y en no dar descanso a sus rivales. No es que no haya técnica en su estilo, al contrario, pero sí cuenta demasiado con que el resto de personas no van a poder reaccionar ante su carga.

«¡¡Ganaré!! ¡Derrotaré a este tipo! ¡¡Más deprisa!! ¡¡MÁS FUERTE!!»

Esa es su táctica general. Más deprisa, más fuerte, más imparable, sin retroceder un solo paso. Y debe ser la primera vez que se encuentra con un rival que se le oponga de esa manera. Si para Griffith, Guts fue diferente, lo mismo se puede decir a la inversa. Guts se ha topado por primera vez con alguien mejor que él. Alguien que quiere dominarlo, que muestra interés por él. Es una sensación que le enfurece porque no está acostumbrado a la atención y, sobre todo, porque coarta su libertad.

Pero Griffith ya sabe bien cómo funciona Guts, y por eso puede permitirse hacerle heridas superficiales; porque lo quiere funcional y entero, pero necesita demostrar su superioridad.

Aparte, diría, los dos se lo pasan bien dentro de lo que cabe. La satisfacción de una buena batalla se nota en algunas de sus expresiones.

Entonces, dejando claro que Guts no carga sin pensar, usa el terreno a su favor y logra distraer un instante a Griffith. Sin embargo, este es demasiado ágil y ya ha aprendido qué es lo que tiene que hacer: si no puede lograr que Guts suelte la espada, entonces debe inmovilizarla. Así que salta, literalmente, encima.

¿Recordáis que he comentado sobre el queer coding?

Bueno. Las espadas, de toda la vida, han sido símbolos fálicos.

Así que…

Sí.

Griffith señala que Guts cada vez le gusta más porque es capaz de hacer cualquier cosa por ganar. No sabe lo cerca que está de descubrir que Guts es un puñetero superviviente.

—Pedazo de cotorra. Vas a ver cómo se usa la boca en el campo de batalla.

Evidentemente le está diciendo que le va a enseñar que no se tiene que parlotear, sino emplear todo lo que esté a su disposición.

Pero, como digo, símbolos fálicos.

Griffith ha inmovilizado la espada de Guts. Ahora este va a morder la de Griffith y dar la vuelta, por primera vez, al combate.

Sí.

Sutil.

Ojos destrozados

0

Gente partida por la mitad

0

Niños muertos

0

P.D.: ¡ahora tenemos una sección de preguntas por si os da palo o pereza hablarnos con cuenta/twitter/Curious Cat! ¡Podéis entrar en modo anónimo, así que adelante y sin timidez!

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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Daveguitar
Daveguitar
3 years ago

Como siempre maravilloso el análisis!

Por cierto, esta entrada es la única que puedo ver desde hace meses, y si me meto en cualquier otro sitio de la web me sale siempre esto..

Modo de mantenimientoActualmente, en nuestra web se está llevando a cabo un mantenimiento de urgencia. Avisaremos por nuestro twitter cuando todo vuelva a la normalidad.El michi de Mistral está trabajando sin parar por arreglar los problemas. ¡Tened paciencia!

Daveguitar
Daveguitar
Reply to  Suzume
3 years ago

Sí! Ya funciona.. tengo artículos pendientes pues que me llegaban notificaciones de nuevas publicaciones pero no podía entrar! haha
Gracias!

dorameg
dorameg
3 years ago

¡REGRESARON! Estoy tan feliz que hayan vuelto al ruedo, puesto que yo no puedo vivir sin sus posts y análisis tan bellos, son mi fuente para vivir. Esperaba con ansias tus análisis de Berserk, éste en particular, porque hay tanto subtexto, tanta simbología…TANTO TENSIÓN SEXUAL. Perdón pero, no sé si estoy loca o es que yo veo demasiada química entre Guts y Griffith que me desestabilizo, mujer. Para mí es un deleite leerte, nunca me cansaré de decírtelo, muchísimas gracias por regalarme felicidad <3 .

Julio
1 year ago

Pues en la traducción de Netflix de Berserk dice «me gustas» Está genial lo que haces

Mistral Chronicles