Analizando Berserk. Capítulo 25: El asesino (II)

Dejamos a Griffith recibiendo una flecha a través de la armadura. En este capítulo 25 de Berserk veremos el inicio de la venganza que nuestro halcón favorito se va a cobrar.

Recordad que podéis leer el resto de análisis aquí. Dicho esto, ¡allá vamos!


¿Os imagináis qué debe ser galopar detrás de la persona que más te importa y encontrarte con que su estúpida armadura no le ha protegido de una flecha?

Yo también pondría la misma cara que Guts.

Sí, sé que esto es fantasía. Sí, sé que hemos visto y leído en mil películas, cómics y mangas que las armaduras no sirven para nada (excepto cuando le interesa a la narrativa). Aun así, no puedo dejar de señalar que si la gente llevaba armadura es porque era útil. Y no, que la flecha provenga de una ballesta no cambia las cosas, porque tendría que disparar a muy corta distancia para atravesar el metal. Os dejo aquí un artículo que trata el tema. Es muy interesante y da bastantes ideas sobre cómo dar emoción a los duelos entre gente bien protegida, porque exigen mucha habilidad… y crueldad.

Pero, en fin, que Griffith se desploma. Casca se arroja sobre él para sostenerlo, mientras que Guts carga contra la princesa porque nunca ha sido capaz de priorizar a la persona que aprecia por encima de hacer algo en momentos de desesperación. ¿Verdad, Guts post-Eclipse? Que conste que no lo digo como una crítica. Resulta lógico que quiera encontrar al asesino en potencia de Griffith. El problema es que si Guts de por sí amedrenta con su tamaño, cuando pierde el control de sí mismo porque las emociones están implicadas… da miedo.

Así que, por un momento, parece que todo está acabado. Guts no ve por ninguna parte al asesino y este demuestra que es eficiente porque no se ha conformado con disparar, no, sino que ha empañado su flecha con veneno para asegurarse de hacer un trabajo redondo.

Por desgracia para él, Griffith tiene un destino manifiesto muy importante. En la siguiente página vemos que está vivo gracias a que el Beherit se ha posicionado casualmente en el sitio perfecto para detener la saeta. Los planos sombríos y grandilocuentes nos gritan que esto es antinatural. Un muy inquieto Guts se niega a creer que se trate de suerte.

Y tiene razón.

Miura es bastante cuidadoso al presentar los puntos de inflexión donde la historia supera una curva que la dirige, directa, hacia el Eclipse. Este es uno que nos estalla en la cara por la intervención del Huevo del Conquistador y, por tanto, de la Causalidad. A partir de este incidente, Griffith no se va a conformar con mantenerse a la defensiva, oh, no. Va a atacar. Ello llevará a la muerte de Adonis y Julius, lo cual provocará que Guts escuche cierta conversación, que Casca comience a verle como una persona (y viceversa), que se aproximen entre sí mientras Guts considera su lugar en la Banda del Halcón, a la par que se da la muerte de la reina y que Griffith alcance la cúspide de su poder

Y, bueno, ya sabemos qué ocurre después.

Pero para eso faltan bastantes capítulos, de modo que centrémonos.

Con dos excepciones, todo el mundo celebra que Griffith esté intacto. Esas dos excepciones son Guts, que sigue sumido en sus cavilaciones, y Casca.

Este momento es uno que quiero resaltar porque define básicamente la dinámica pre-Eclipse de Casca hacia Griffith. Está, evidentemente, enamorada de él. Lo valora, aprecia, pero también lo ve como un ser humano. Al contrario que el resto de la Banda, satisfecha con regodearse en la suerte casi mágica de su jefe, ella quiere examinarlo por si el veneno le ha alcanzado. Mejor prevenir que curar, ¿no? La reacción de sorpresa del resto de miembros dice bastante, en particular porque Guts está incluido. Guts, que es la persona más cercana a Griffith, el único ante el cual se quita la máscara, sigue tendiendo a idealizarlo y a ponerlo en un pedestal. Lo hará muchísimo más después de la conversación de la escalinata.

Pero Casca es la excepción, por motivos que veremos dentro de algunos capítulos. Y aunque pasa por llorona e histérica (porque, en  fin, Miura es como es), lo cierto es que se trata de la única con dos dedos de frente. Sus miedos son completamente coherentes.

Sin embargo, Griffith le pone una mano en el hombro, marcando cierta camaradería, y se niega a aparentar debilidad delante de nadie. Ella incluida. Marca distancias, sigue presentándose como el héroe intocable.

Quiero que os quedéis con esa mano en el hombro. Griffith puede ser un machista y un gilipollas en muchas ocasiones, pero aprecia a Casca. Como ya hemos tratado, ama a la Banda. Así que no puedo evitar arquear mucho las cejas cuando leo que Griffith solo veía a Casca como una cosa cuando es evidente que se preocupa por ella, que se toma las molestias de animarla, de protegerla, y eso no lo haces con alguien que no te importa.

Simplemente, no está enamorado de Casca y tampoco la considera una amiga, motivo por el que no está por encima de usarla como un peón y de humillarla de acuerdo a su género, como ocurrió cuando la hizo dormir junto a Guts. Pero… trata así a todo el mundo, incluso a los que quiere, porque es su papel como general. Guts es la única anomalía

Y esa la tragedia de este extraño pseudo triángulo amoroso donde Casca es, por desgracia, la mayor perdedora porque esta no es su historia, sino la de Griffith y Guts.

Por su lado, Charlotte, comprensiblemente disgustada, da un paso al frente que sorprende en medio del esnobismo de su familia. No solo desmonta para estar a la altura del hombre por el que empieza a sentir un flechazo, sino que no le importa ensuciarse en un charco gigantesco que le va a destrozar el vestido para siempre. Y esto, antes de que hubiera empresas que crean indumentaria en masa (esclavizando niños y contaminando el planeta, yay), era una verdadera putada. Creo que por eso, aparte de por los lagrimones, Casca le dirige una mirada pensativa. Se está dando cuenta de que de verdad está enamorada… y, al menos, es buena persona.

Y como es perceptiva, Casca también escucha lo que murmura Griffith y no me cabe duda de que ve su sonrisa fría, cruel, la que vamos a llamar por defecto de halcón, con esos ojos intensos a juego. Suerte la suya que no es el objetivo de esa expresión, porque parece casi gozar de un efecto físico en la gente. Es casi una mirada láser, diría yo.

Como ya señalé en el anterior capítulo, este es el momento en que Griffith declara la guerra… por motivos completamente lógicos. El hermano del rey ha decidido intentar asesinarlo. Entonces ¿por qué la gente señala a Griffith como un psicópata?

Bueno, porque saben lo que va a pasar en el Eclipse y deciden buscar los orígenes del monstruo. Y eso está bien, siempre y cuando no dejes que te ciegue el disgusto que te produce un personaje y emborrones su contexto.

Durante años, el fandom de Star Wars discutió si Han Solo disparó primero o después a cierto alienígena. El motivo es evidente; disparar antes de que te disparen dice mucho de tu personalidad. En especial en una historia ficticia donde cada acto debería ser cuidadosamente pensado para que nos dé información sobre el personaje. Por eso me gustaría resaltar que Griffith, un mercenario como Han Solo, no disparó primero. Julius lo hizo.

Y sabe que ha sido él. Cabría señalar que no tiene pruebas… de momento. Esperad al siguiente capítulo. En cualquier caso, su intuición casi sobrenatural le ayuda a señalar a un claro culpable.

Y aunque no hubiera sido Julius, lo que tiene claro es que alguien ha intentado matarle. Así que es totalmente normal que declare la guerra, jurando que el veneno por el que ha pagado el conde va a salirle muy caro.

Una vez más, la Causalidad pone en marcha sus ruedas. Como un efecto dominó, vemos en la siguiente escena que todo parece jugar a favor de Griffith. El intento de asesinato ha sido interpretado como un ataque contra Charlotte, no contra el capitán de los Halcones. Que Griffith saliera herido «defendiendo» a la princesa solo ha incrementado su prestigio. Esto es maravilloso porque, sobre malinterpretaciones o exageraciones, se va construyendo este cuento alrededor de Griffith que alcanza su clímax cuando se convierte en NeoGriffith. Aparece no solo como un héroe de guerra, sino como un príncipe azul que va cumpliendo (de cara al público) todos los pasos necesarios de una historia para alzarse triunfante. Salva a la princesa, por lo tanto ella se va enamorando de él, y se traza un lazo entre ambos que en el futuro servirá para justificarle como rey de Midland. Exactamente como un cuento, el único lugar donde los plebeyos se ven recompensados con la corona tras superar algunas pruebas.

Se está convirtiendo en un Símbolo. En el Halcón Blanco.

En definitiva, Julius no solo va a pagar con su vida, sino que está ayudando a aupar a Griffith hacia su destino. Este es el momento perfecto para detenernos a hablar de la mirada de halcón porque, mientras Julius porfía y maldice su suerte, recuerda los ojos de Griffith, que le hacen sentir inferior. Aplastado. Más tarde, cuando esté encerrado, Griffith reflexionará sobre cómo su presencia no deja indiferente a nadie y que suscita tanto admiración como profundo odio. Es muy consciente de que solo gana seguidores o enemigos, porque no hay neutralidad a su alrededor. Así que, para mí, esto justifica bastante que sea un hombre de acción. Sabe leer a los demás. Comprende perfectamente que Julius es un idiota arrogante que, como ve amenazado su orgullo, su posición y su hombría, va a tratar de matarlo como sea.

Y Julius, ah, Julius se da cuenta de que se ha convertido en un objetivo cuando piensa en la mirada de halcón.

Pero durante la caza, por un instante, me miró como un depredador observando a su presa… ¡Como un halcón!

—Espero que no… No, claro que no. Había otros nobles allí… Nuestras miradas se cruzaron por un instante… No tiene ninguna prueba, además…

Es imposible…

El sol cae y se alza la luna, con la que tanto se asocia a Griffith. El simbolismo es evidente.

Saltamos a Guts, que ha sido convocado a la presencia de su jefe. No tengo ni idea de si esto es el castillo del rey o si ahora Griffith tiene su propio hogar, pero está claro que no ha perdido el tiempo y que ha gastado con gusto el dinero en decenas de libros. Por aclarar, en el Renacimiento un libro costaba tanto como una casa. Desconozco si Miura sabía este detalle, pero me gusta imaginar que la reacción entre asombrada e incómoda de Guts se debe en parte a este motivo. Griffith tiene acumulada la riqueza de cientos de casas en una sola estancia.

En cualquier caso, me gusta que se aproveche este pequeño inciso para profundizar un poquito más la personalidad de nuestros dos protagonistas. Griffith es pragmático; sabe que debe vestir bien, que carece de muchos de los conocimientos con los que cuentan los nobles, así que trata de parchear esos vacíos. Pero, a la vez, es intelectual. Le gusta hacer «lectura ligera» como historia, teología, filosofía, alquimia y estrategia, pero también maquillaje y cocina. Con los labios que va a tener Femto, lo del maquillaje ni me sorprende, la verdad. Lo mires como lo mires, es lo que llamamos «un hombre renacentista» que sabe hacer de todo.  Personalmente me atrae en particular que estudie teología, dada su relación con Dios y que parece ser una de las pocas personas capaz de entender cómo funciona el mundo de Berserk.

Guts… es completamente anti intelectual y hace muecas al escucharle hablar de cosas que deben sonar a bodrio. Al menos, hasta que Griffith le pone en las manos lo que parece ser un kamasutra. Lo cual es… divertido. Jóvenes compartiendo pornografía. El mundo no cambia. También demuestra que Griffith conoce a Guts porque es el único libro que el chico se sienta a hojear. Y me da que es por los dibujos.

¿Podemos considerar esto foreshadowing del imperio kushano?

Dibujos a los que nunca había prestado particular atención hasta que leí ciertos análisis que os recomiendo encarecidamente. ¿Os suena de algo las posturas que vemos en las páginas del libro? ¿No? Tratad de ubicarlas en el Eclipse.

Yeah.

No sé qué pensar. A lo mejor es coincidencia. O a lo mejor Femto intentará hundir aún más el puñal en Guts destruyendo otro recuerdo más o menos feliz. Yo qué sé. En el análisis que os he señalado se observa que quizá sea una forma más de demostrar que Casca se convierte en el medio por el cual expresan sus sentimientos acerca del contrario, tanto los buenos como los malos.

En cualquier caso…

Puaj.

Dicho esto, terminamos el capítulo con una revelación ridícula.

Griffith quiere que Guts asesine por él.

Guts. El señor que mide dos metros y usa una espada tan grande como él.

Es en momentos así cuando te das cuenta de que, definitivamente, el universo está de parte de Griffith.

¡Nos leemos en el siguiente capítulo!

¡Que el viento sople a vuestro favor!

 

 

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dorameg
dorameg
1 year ago

Sí, definitivamente volver a leerte analizando Berserk es lo más gratificante de mi regreso de vacaciones, mil gracias. Cada vez que Griffith mantiene ese semblante de halcón en plena caza, hasta yo quiero orinarme de miedo… No puedo ni imaginar cómo se sentían los aludidos. Todo el artículo es un regalo a la belleza, y como no podría ser de de otra manera, me quedo con la frase donde mencionas el tan sufrido triángulo amoroso, en donde Casca jamás tuvo una oportunidad de salir victoriosa. Un gran abrazo, Suzume, siempre al pie del cañón esperando tus escritos maravillosos. ❤️

Mistral Chronicles