Ha llegado octubre y toca hablar de una obra perfecta para este mes y, en concreto, Halloween: Umineko no naku koro ni. Porque… ¿A quién no le gustan las brujas, los asesinatos y las historias de detectives?
Umineko, que se traduce como Cuando las gaviotas lloran, es una saga de ocho Sound Novel, que vienen a ser lo mismo que Visual Novel, solo que dependen más de su fantástica banda sonora y efectos de sonido que de sus diseños. Esto se debe a que Ryukishi07, autor de Higurashi no naku koro ni, Higanbana no naku yori o Rose Gun Days, no tenía el suficiente presupuesto para depender de otros sprites que no fueran los suyos. Y aunque no podemos negar que tiene talento para hacer diseños atractivos, su pluma es cuanto menos… Un poco… Particular. Y no muy comercial. El verdadero encanto de las historias de Ryukishi07, aparte de los memes que se puedan hacer con sus dibujos, reside en sus personajes e historias, que suelen ser profundas, enriquecedoras y muy, muy largas. ¡Y por eso vamos a empezar a analizarlas este mes en Mistral! Pero, entre tanto, abrimos con esta invitación a la saga.
Por suerte para todos los que tienen en estima la parte estética de una obra, Umineko no naku koro ni cuenta con una completa traducción inglesa en Steam —y unos diseños mejores que los de Ryukishi07, pero muy inferiores a los de PS3 que solo salieron en Japón—, además de una infame adaptación al anime, una mucho más decente al manga, spin-offs variados y diversos juegos de pachinko. Es decir, que hay mucho material que disfrutar… Una vez hayáis pasado por la historia principal.
Dicho todo esto, ¿de qué va Umineko y por qué es recomendable leerlo?
¿Brujas o detectives?
La premisa básica está inspirada en Diez Negritos (And then there were none) de Agatha Christie, si bien también hay influencias de otros autores de historias de detectives como S.S. Van Dine. Igual que en la novela de la famosa escritora, la acción transcurre en una isla aislada del mundo exterior y se dan una serie de sucesos asesinatos que amenazan con acabar con todos los protagonistas.
Rokkenjima es la sede del patriarca de la familia de los Ushiromiya, Kinzo, del que se rumorea que pactó con nada menos que una bruja para obtener diez toneladas de oro con las que levantar un gigante empresarial temido y admirado a partes iguales. Ahora, tras décadas de tiránico gobierno, el tiempo de Kinzo comienza a agotarse y sus hijos se reúnen —como suelen hacer una vez al año— en Rokkenjima. En esta ocasión buscan asegurarse la más que suculenta herencia, ya que todos tienen problemas económicos.
Con ellos acuden sus propios hijos, entre los que se encuentra el protagonista, Battler Ushiromiya, que había evitado a su familia durante nada menos que 6 años por desavenencias por su padre. Poco interesado en los dilemas económicos de los adultos, se dedica a reunirse con sus primos y con antiguos sirvientes de su infancia. Su esperanza es pasar unos días entretenidos, ya que un tifón amenaza Rokkenjima y todo parece indicar que van a quedarse aislados del mundo por un tiempo.
Al caer la primera noche, Kinzo se niega a encontrarse con sus hijos y a estos les llega la carta de una tal Beatrice que asegura ser la misma mujer que concedió el oro que levantó a la familia Ushiromiya. En principio, quiere recuperar todo el dinero que prestó a Kinzo. Sin embargo, está dispuesta a renunciar si la familia es capaz de resolver cierto acertijo antes de que sea demasiado tarde.
Entonces comienzan los asesinatos. Todos y cada uno dentro de habitaciones cerradas. ¿Cómo puede un humano cometer un crimen así y no dejar ninguna prueba? A menos, claro, que sea magia. Después de todo, se están enfrentando a una bruja muy decepcionada porque los protagonistas no quieren resolver su acertijo.
Nadie está a salvo. Da igual que se bloqueen puertas, que la familia se encierre en una habitación… El asesino siempre es capaz de alcanzarlos hasta en las circunstancias más inverosímiles.
Battler y los supervivientes deben plantar cara a las pruebas y descubrir al asesino antes de que sea tarde. El problema es que no saben a qué se están enfrentando. ¿Existe Beatrice y es verdaderamente una bruja? ¿Se trata de uno de los hermanos que está intentando librarse de sus rivales? ¿De una conjura de criados? ¿Acaso Kinzo ha perdido la cabeza y quiere acabar con su propia familia?
Esas son las preguntas que se le plantean al lector. Conforman la cuestión superficial que debe intentar averiguar… Antes de llegar al corazón de la historia. ¡De no haber algo más profundo que un simple caso de asesinatos no serían necesarios nada menos que ocho libros!
Y es que Umineko tiene muchas, muchas lecturas. Más que suficientes para satisfacer a los que buscan un verdadero desafío.
Sin entrar en spoilers, os diré que hay básicamente dos niveles de narración. El primero pertenece a Battler y al resto de personajes «humanos», que te cuentan su punto de vista, los encuentros, desavenencias y asesinatos con los que se cruzan.
El segundo comienza con la segunda novela, cuando se inicia el ciclo de Umineko. Con esto quiero decir que cada libro cuenta los mismos tres días de asesinatos y tragedia, pero con sucesos diferentes. Como si se tratara de What ifs, Universos Alternativos o… Juegos de rol con unas mismas reglas y personajes, pero que toman decisiones diferentes. No por nada Umineko utiliza términos como Game Master para definir los papeles de cada personaje.
Y es que tras el fin de la primera novela, Battler se encuentra con que no sabe cómo acabó todo. ¿Murió a manos de un ser humano? ¿Fue llevado por la Bruja a algún otro sitio? Podéis interpretar este nivel narrativo como si se tratara, si queréis, de un metafórico Purgatorio donde las almas se encuentran incapaces de pasar al olvido, al Cielo o al Infierno. Insisto en el metafórico. No es más que un recurso del escritor para que conozcamos mejor a los protagonistas y nos adentremos en el misterio al encarnarnos en Battler. Porque Battler se encuentra enfrentado a una mujer que se autoproclama Beatrice y que le desafía a demostrar que ella no es una bruja, que todo se ha perpetrado por manos humanas. Es decir, que alguien de la familia de Battler asesinó a todos los demás.
De este modo, Beatrice elabora unas historias que comparte con Battler. Él (nosotros) debe encontrar todas las pistas posibles, descubrir quién ha sido el asesino, cómo realizó sus crímenes y desmontar la teoría de que Beatrice es una bruja.
Si no es capaz… Bien. Significará que la magia existe. ¿No?
Con cada novela, el nivel de personajes «mágicos» que hacen las veces de metáforas —por ejemplo, muy a lo japonés, aparece una Bruja que encarna los Milagros y otra que habla en nombre de la Verdad— se incrementan como si de una obra teatral se tratara. Los personajes humanos también crecen, hasta el punto de que podremos estudiar los crímenes de Rokkenjima desde la perspectiva de una persona que vive muchos años después de los mismos.
Y todo esto sucede a pesar de que el misterio puede resolverse con el primer libro. Oh, sí, es posible. Si llegáis hasta el final sin haber pensado —cosa que es comprensible en muchos casos, puesto que al tener ya toda la historia no tenemos unos meses o un año de espera entre entrega y entrega en los que dedicarnos a darle vueltas a la información obtenida— , os dan la respuesta y volvéis al principio, os asombraréis de lo descaradamente evidente que era todo.
Pero una sola novela no basta para llegar al corazón de la historia. Al porqué de todo. Y si lo conseguís… Sentiréis que ha merecido la pena.
Un abanico de personajes y de música
En Umineko encontraréis más de treinta personajes perfectamente diferenciables, no solo gracias a su diseño y personalidades —o a las voces si incluís el parche de PS3, algo muy recomendable ya que le ponen verdadera alma a cada uno de sus personajes—, sino a sus historias. Si empezáis odiando a uno, es muy posible que lloréis de compasión por él o ella en una siguiente novela. El papel femenino, además, es muy destacado ya que casi todas las mujeres adultas de esta historia se vuelven protagonistas de una entrega que permite profundizar su pasado, sus motivaciones y mostrarte que las primeras impresiones casi siempre son falsas. No solo eso, sino que la mayoría de personajes son mujeres… si bien encontraremos también algunos no binarios (y de otro tipo del que no diré nada porque es importante para la historia) que están pensados para que nos preguntemos acerca de las ideas de género que hemos asimilado en nuestra cultura. Por desgracia, muchos de los diseños femeninos fantásticos son bastante sexistas… Aunque, por suerte, y en especial en los diseños de PS3, los sprites no nos harán sufrir demasiado. Podríamos, quizá, considerar que la sexualización es consecuencia de un público masivo otaku que sufre Umineko y que Ryukishi07 necesita para comer. El final de la historia seguramente causó estragos entre estos fans por sus implicaciones. Cuáles son… Bueno, tendréis que leer la historia porque entramos en un terreno de importantes spoilers.
A todo esto, no podemos olvidar uno de los grandes atractivos de esta saga: la música. Umineko tiene una banda sonora increíble, con temas sutiles, melancólicos, agresivos, siniestros y alegres. Casi todos de ellos son maravillosos, muy ambientales y es difícil sacárselos de la cabeza. Por decir solo algunos títulos, podéis probar con Life, Worldend Dominator o el genial Dreamenddischarger. Quizá alguno os seduzca.
La escritura de Umineko, por otro lado, tiene puntos muy débiles y otros muy fuertes. En el primer caso, Ryukishi07 peca muchísimo de la repetición de ideas, en especial en las primeras entregas, y puede volverse muy cansino. Irónicamente, cuanto más insiste en algo importante, más fácil es dejarlo de lado por puro cansancio. Por otro lado, las situaciones que describe sobre los personajes son tan familiares y tan fáciles de entender que es muy difícil no sentirse identificados. Ryukishi07 domina la ambientación de sus escenas, sabe presentar los momentos más dolorosos o tensos y compaginarlos con la música de forma que sean inolvidables. Y, por supuesto, cuando llegas al final y entiendes todo lo que has estado viendo, cada pieza de esta historia de misterios encaja a la perfección.
Eso sí, debo advertir que Umineko abusa mucho de la espectacularidad… En el buen y en el mal sentido. A lo mejor tendremos increíbles batallas mágicas que no sabemos si de verdad están sucediendo, o veremos historias preciosas que se cuentan desde el punto de vista de un personaje que retuerce una realidad cruel y asquerosa. O, directamente, saltaremos al gore. Oh, sí, el gore es intenso en Umineko. Incluso si los cadáveres que se encuentran no están muy destrozados, cuando la magia puede estar de por medio se tortura a personajes física y psicológicamente. A menudo esto sirve para profundizar las circunstancias, ver los rencores y lo que se esconde bajo la fachada de una persona, pero no son escenas agradables ni que vaya a disfrutar una persona que quiera limitarse a leer sobre misterios.
Una invitación al corazón de las historias
Umineko no es para personas que quieran historias rápidas y superficiales, con personajes que obedezcan a sus aparentes estereotipos o que ofrezca respuestas inmediatas. No, Umineko exige esfuerzo por parte del lector, no solo mediante paciencia o la capacidad de detenerse a pensar un poco, sino a la hora de encarar las situaciones que se le presentan, que son duras y desagradables en el mejor de los casos. Umineko no transcurre en un mundo justo; es una tragedia repleta de personajes grises que nos harán sentirnos incómodos, alternando entre el cinismo y el deseo de una situación mejor donde todos podamos darnos de la mano. Recorrer su historia será frustrante, divertido y doloroso, pero merece la pena.
Porque pocas veces encontraréis personajes tan humanos, situaciones tan absurdas y cercanas al mismo tiempo, producto de los malentendidos, del abuso, del amor, del control y del odio. Los personajes se envidian y desprecian entre sí, encerrados en un constante ciclo de abuso. Lo que el padre hizo a sus hijos, estos lo repiten en sus propios vástagos. Y así una y otra vez. Lo peor es que puedes ver cómo podrían haber sido las cosas si alguien hubiera intentado dar un paso. ¿Podrán hacerlo los niños? ¿Serán capaces de mostrar ese amor, esa comprensión que tanto se necesita en un ambiente oscuro y cruel?
¿Podríamos nosotros?
Umineko nos llama para intentar entender más allá de qué hace que una persona decida matar a otra. Qué hay debajo, por qué se llegó a esta situación. A lo mejor necesitamos la ayuda de la magia para comprender por qué un humano desesperado y miserable vende su alma a cambio de un Milagro que luego empleará de forma egoísta y arrogante. Quizá tenemos que aprender a mirar con otros ojos antes de juzgar, dejar una historia de lado y sentirnos satisfechos porque hemos comprendido el cómo…
Pero no el porqué.