Cloud Strife y la superación del trauma, un acercamiento al personaje

Este artículo se publicó originalmente en Deculture.es, ¡donde todavía podéis leerlo!

Cloud Strife es uno de los personajes más icónicos de Final Fantasy. Dicha fama implica que ha sido usado y reusado innumerables veces, hasta crear un mosaico de interpretaciones que suscitan opiniones extremas acerca de su personaje.

En gran medida, parte del odio deriva de la simplificación que ha sufrido Cloud en entregas ajenas a la obra original. Emo, edgy, inútil son algunos de los encantadores calificativos con los que una se cruza por internet cuando quiere leer sobre el personaje. Los orígenes de este disgusto son… variados, a cada cual más sonado; desde el exceso de negro en Advent Children a que no se decidiera abiertamente por Tifa o Aeris como parejas románticas. Pero ninguna queja es tan importante como el hecho de que nunca parezca ser feliz ni estar satisfecho con su vida.

La palabra «depresión» es un tabú. Al fin y al cabo, un protagonista sirve para proyectarnos en él. Ya tenga una gran personalidad o sea una hoja en blanco, es nuestro avatar. Y un avatar que se rinde, que se cansa, que no está seguro de lo que hace, que está enfermo… Pues a muchos no les hace gracia. Podríamos decir que Cloud Strife tiene el mismo problema que Shinji Ikari de Neon Genesis Evangelion pero en menor medida. Al fin y al cabo, Cloud maneja una espada gigante a lo Guts de Berserk y da toñas importantes. Según las teorías, el peso mínimo de su espada rondaría los 36 kilos, pero podría alcanzar los 100 kilos. Menos mal que esto es fantasía, porque los bracitos y el tamaño de Cloud no son muy convincentes para soportar tamaña plancha. Al menos Guts parece un armatoste humano.

Así pues, una pensaría que la simplificación de su carácter debería haber hecho felices a muchos. Pero no, porque gran parte de los juegos lo mantienen en su faceta más «emo», distante y desconfiada. Esto se debe a que su historia con Sephiroth, por un motivo u otro, no se ha terminado. Cosa comprensible: ¡El drama llama al drama y el fanservice al fanservice!

Pero, más allá de los comprensibles gritos agónicos de los fans y los haters cuando se reusa a uno de los personajes más emblemáticos de la saga sin que aporte mucho a una trama, es cierto que el personaje de Cloud es problemático. En especial cuando hablamos de un videojuego de los noventa que se tomaba a broma muchas cosas que hoy en día nos parecen serias.

¿Qué habríamos pensado de un personaje traumatizado, quizás con dudas de género y evidentemente psicológicos como Cloud en 2017? Muchas cosas interesantes, sin duda, que ahora solo pueden ser headcanon. De momento, el Remake no ha buscado profundizar ninguno de estos aspectos al haber preferido centrarse en la presentación de personajes y el conflicto entre fans y creadores. Respecto al género, claramente ha habido una buena voluntad para presentar a los personajes LGTBI+ bajo una luz positiva, pero nada más.

En fin, ¡centrémonos en el material que nos importa! Hablemos de la evolución de Cloud como oposición al héroe clásico. Como una víctima que tiene que hacer frente a sus numerosos traumas durante el fin del mundo y que, en Advent Children, se hunde bajo el peso de los mismos mientras sufre una condena a muerte por su propio Planeta.

Cloud Strife. Su propio nombre nos dice que va a ser un personaje lleno de capas y contradicciones internas. Una nube de contienda. Prácticamente no le conoceremos hasta el final de su historia, cuando se ha librado de todas las máscaras.

Quizás por eso Cloud no tenga theme, por mucho que se le asocie con el principal de FF VII. Porque no existe como Cloud hasta que se pone punto y final a la historia.

Y luego llegó Advent Children, pero vamos por partes.

Aviso de spoilers de toda la historia de FF VII

La muerte de un sueño


Nacido en un pueblo perdido de la mano de dios (o de Gaia), Cloud sufrió desde pequeño debido a la pobre excusa argumental de no tener un padre. Nunca consiguió ser parte de la comunidad de Nibelheim y se convirtió en el paria entre sus vecinos. Retraído, convencido de que el resto de críos eran infantiles y estúpidos, empezó a soñar con alcanzar la gloria. Demostrarle al mundo que era alguien importante. Probablemente también fantaseaba con vencer a sus compañeros, ya que Tifa nos deja caer que se peleaba bastante.

De forma algo más realista, también aspiraba a hacerse amigo de su vecina Tifa, la niña «popular». Probablemente, cuando la pobre perdió a su madre, Cloud consideró que podrían establecer un vínculo. Las cosas no salieron como esperaba. En plena negación, empeñada en que encontraría a su madre en el monte Nibel, Tifa se alejó demasiado del pueblo. Sus amigos la abandonaron y solo Cloud continuó tras ella, consciente de lo peligroso que era el camino. Ambos cayeron de un puente y Tifa quedó en coma durante siete días. Y ya tenemos el primer trauma de Cloud, acicateado y grabado a fuego gracias a la mezquindad de sus vecinos, que lo acusaron de ser el responsable de lo sucedido.

Entonces su ídolo, el jovencísimo Sephiroth, se convirtió en su meta. Sería alguien fuerte y digno como él. Se uniría a lo que todos los chavales de su edad soñaban: SOLDADO.

Dejando atrás lo único que conocía, y tras haber prometido a Tifa que la salvaría si lo necesitaba (cuando fuera rico y famoso of course), Cloud se unió a SOLDADO. A partir de ahí, su vida fue fracaso tras fracaso. A pesar de su confianza en el sistema y de desear, con desesperación, formar parte del mismo, nunca alcanzó un rango relevante. De acuerdo a Before Crisis y Crisis Core, participó en unas cuantas misiones, pero en general no era más que un NPC desechable.

Cuando por fin tuvo la oportunidad de participar en una misión con su ídolo, resultó que era en una donde se le exigía regresar a su hogar. Cloud sentía tal vergüenza por su fracaso que no se quitó el casco excepto cuando entró a la casa de su madre, temeroso de ser reconocido y vilipendiado una vez más. Admitir que se había precipitado y que no era un genio militar resultó ser un trago demasiado doloroso para un chaval de quince años.

Poco después, Sephiroth destruyó Nibelheim, apuñaló a Tifa y casi mató a Zack. Cloud logró asesinarle en un ataque de absoluta desesperación, pero a costa de acabar gravemente herido. Tifa logró salvarse de la purga que los Turcos promovieron contra los escasos supervivientes del pueblo gracias a su maestro Zangan, mientras que Zack y Cloud fueron capturados por ShinRa y entregados las atentas manos de Hojo.

Durante alrededor de cuatro años, desde los 15-16 hasta los 20-21, Cloud se convirtió en un conejillo de indias.

Un bello durmiente en apuros


Antes de seguir, hay que resaltar un par de cosas: las infusiones de mako son nocivas y generan rechazo en la gente. Por eso solo algunos llegan a ser SOLDADO.  Y Cloud no tenía ni de lejos la suficiente fuerza para someterse a un proyecto tan largo, de ahí que estuviera muy, muy bajo en el escalafón militar (además de que no pudo superar las pruebas básicas).

A pesar de ello, Hojo  decidió forzar su cuerpo hasta el extremo. Al fin y al cabo, algo debía tener de especial este jovencito que había vencido a su mejor obra, a Sephiroth. No le debía entrar en la cabeza la posibilidad de que la adrenalina, el odio y desesperación del momento (frente a un extremadamente confiado Sephiroth) lograran darle la fuerza necesaria para un ataque suicida. Para Hojo parece que era más lógico elucubrar que Cloud era un individuo especial y que las circunstancias lo llevaron a sacar todo su potencial.

Por suerte, jamás se nos cuenta qué se les hizo a Cloud y a Zack. A ver, dudo mucho que los tuviera metidos en un tanque tal cual, sin más, o que mantuvieran sus ropas intactas durante tantos años. En cualquier caso, si el mako no acabó con la salud mental  y física de Cloud, sí que lo hizo la experimentación de inyectarle células de Jenova. El pobre no fue la única víctima; otros tantos aldeanos capturados se convirtieron en sujetos de prueba y al menos 12 sobrevivieron, a cambio de perder la cabeza y convertirse en pobres Copias de Sephiroth (y luego Crisis Core vino a hacernos estallar la cabeza). Todos recibieron un número para tenerlos localizados antes de ser liberados para… trastabillar por el mundo, supongo.

Zack y Cloud, en cambio, fueron catalogados como fracasos. De entre los dos, Zack fue el único con la suficiente resistencia física y mental como mantener su personalidad, quizá gracias a haber desarrollado resistencia por su propia conversión en un SOLDADO.

Por el contrario, Cloud pasó a encontrarse en un estado vegetal. No sabemos qué habría sido de él si Zack no lo hubiera salvado. Probablemente se habrían deshecho de su cuerpo. Pero tuvo la suerte de contar con alguien que se ocupó de él con la paciencia de un amigo y la dedicación de un enfermero. Durante su huida hacia Midgar, Zack no solo tuvo que cargar a Cloud de un lado a otro, sino que se entiende que se encargó alimentarlo, mantener sus miembros en movimiento, limpiarlo cada vez que los esfínteres no aguantaran por sí solos, y mucho más. Todo en total soledad, puesto que Cloud era incapaz de responder. De hecho, no parece guardar casi ninguna memoria de este largo año. Sin embargo, el verse alejado del mako debió darle el suficiente respiro para que su fisonomía comenzara a recuperarse y, poco a poco, volvió a ser él mismo.

Su cordura regresó a tiempo de asistir a los últimos momentos de Zack.

Es evidente que, llegado este momento, estaba desconcertado, aturdido y que todavía no controlaba bien su cuerpo.  Arrastrándose, encontró a un Zack agonizante que, con su último aliento, le entregó su característica espada. Sé mi legado, le dijo.

Cloud acababa de emerger de la oscuridad. Hasta donde sabemos, puede que ni recordara quién era, lo que ocurrió con su pueblo, con su madre, con Tifa, con Sephiroth o el propio laboratorio. O quizá sí, pero en una maraña desordenada. De una forma u otra, no se le concedió ni un minuto para ordenar sus ideas. De pronto se encontraba cerca de Midgar, solo, desconcertado, casi como un viajero del tiempo, y con un cadáver a sus pies.

Lo extraño es que no enloqueciera del todo.

Una máscara sin autoridad


Pero sí que perdió un poco la cabeza. No queda muy claro cuál fue la influencia de Jenova (o Sephiroth) a la hora de entremezclar los recuerdos de Cloud, pero la Ultimania Omega señala que las células lo ayudaron a crear una nueva personalidad. A ello se le debió unir un buen deseo de escapismo, sueños de adolescente y de necesidad de protegerse mentalmente del horror de la realidad.

Así surgió una suerte de ideal de Cloud, inspirado en el SOLDADO Zack y también, me parece a mí, la frialdad y profesionalidad que Sephiroth parecía despedir. Es posible que estemos ante los vestigios de los borradores, dado que los desarrolladores descartaron crear una relación mucho más estrecha entre Cloud y Sephiroth. Una en la que Cloud habría sido un clon literal del mismo, y no solo un individuo influenciado por las mismas células de Jenova. Especulaciones aparte, Cloud decidió proteger su débil yo construyendo una personalidad artificial de lo que él consideraba un perfecto guerrero. Una personalidad que empieza a caerse a pedazos en cuanto te acercas un poco y te das cuenta de que es el personaje emo y guay que crearía un adolescente. Lo cual tiene lógica porque… mentalmente, Cloud sigue atrapado en los 16 años.

Pobremente armado con su nueva máscara, Cloud se arrastró hasta Midgar, donde tuvo la buena suerte de que Tifa lo encontrara y acogiera bajo su techo. A lo largo del resto del juego, Cloud se muestra arrogante, confiado y todo lo que se supone que debe ser un SOLDADO. No contento con ello, crea una vida imaginaria donde cumplió todos su sueños de la adolescencia, se convirtió en SOLDADO Primera Clase, regresó triunfante a Nibelheim y se reencontró con su amiga, eliminando todos sus dolorosos recuerdos de Zack.

Tifa, incapaz de decir la verdad, guarda silencio.

Sin embargo, Cloud no puede escapar a su pasado. Sufre jaquecas, oye voces y experimenta recuerdos fragmentados. Durante los eventos de la Posada de la Abeja, se deja caer que Cloud podría haberse quedado impotente. Porque, ya sabéis. Jaja. Humor. Por otro lado, dudo mucho que un juego japonés de los noventa tuviera intenciones de hacer una crítica al machismo o inspeccionar el travestismo (mucho menos la transexualidad) aunque se pueda leer en esa clave porque Muerte del Autor. De modo que toda la aventura de Cloud, que puede culminar en una escena bastante incómoda con Don Corneo, no parece ser más que una broma divertida para algunos. Aun asi, se deja claro que el físico de Cloud le permite hacerse pasar por una mujer y que es capaz de actuar y pasar por una.

Es decir, juega con una dicotomía: Cloud puede ser muchas personas. El problema es que esto no se debe que sea buen actor, sino a que su máscara no se sostiene. ¿Qué SOLDADO de Primera Clase, culmen de la masculinidad patriarcal, habría aceptado, en toda su hombría, vestirse de mujer? ¿De hacerse pasar por prostituta? No me malinterpretéis, Cloud lo hace para salvar a su amiga, a la que siente que ha fallado en dos ocasiones, y es muy loable. Sin embargo, deja claro que NO es un mercenario, que no tiene experiencia como SOLDADO ni como alguien importante. Sephiroth habría podido entrar y hacer lo que quisiera. Porque es alguien con autoridad.

Cloud… es un don nadie.

Por tanto, la misión nos está gritando sobre su construcción como personaje. Cloud no deja de ser un chaval, poco más que un adolescente en términos mentales, que jamás logró sus objetivos ni sus sueños y que solo tiene la idea de lo que es el poder. Actúa imaginando lo que es ser un SOLDADO, un Sephiroth o un Zack, pero al final predomina su verdadera naturaleza, más tímida y retraída. En absoluto tan fría y distante, tan lobo solitario, como quiere venderle al mundo.

Y esto se ve en su equipo.

Puede que un Macho Alfa no necesitara deshacerse de Barret, de Tifa o Aeris. Al fin y al cabo habían superado muchos momentos de vida o muerte juntos y son competentes guerreros. En cuanto a Nanaki,  pelea de maravilla… Pero es una especie de perro-león gigante con una cola resplandeciente. No es muy inteligente llevárselo consigo.

Después de eso permite que se les pegue una ninja menor de edad y con una evidente tendencia a tener y dar problemas. Y luego deja que siga con ellos incluso después de haberles robado. También recluta a un pseudo vampiro, ex agente de los Turco, los acompañe porque fue maltratado y usado por Hojo, además de que tiene cuentas pendientes con Sephiroth. Eso por no hablar del piloto con sueños frustrados que decide unirse a ellos después de que… bueno, el grupo de Cloud hiciera un poco imposible para él regresar a su hogar sin que tenga verdaderos problemas —a la pobre chica que cuida de él que le den, supongo—.

Y luego está el peluche parlante.

No voy a fingir; Cloud permite estas adhesiones porque estamos ante un juego, pero lo que está claro es que el chico pertenece a una banda de desterrados, de gente que no termina de pertenecer a ningún lugar por culpa de Shin-Ra. Motivaciones aparte, no es ese lobo solitario que tanto quiere demostrar que es. Es incapaz de decirle que no a casi nadie, por favor.

Para colmo, la falta de autoridad se demuestra en su persecución de Sephiroth. Ciertamente, busca vengarse, pero de forma inconsciente está obedeciendo a las células de Jenova para ejecutar la Reunión y entregarle a Sephiroth la Materia Negra.

Es… el viaje de un muñeco con la máscara de un SOLDADO.

Una máscara que casi nadie debería tragarse.

Un muñeco sin cuerdas


Y hablando de muñecos… Hasta donde vemos, Cloud tiene voluntad propia siempre y cuando Sephiroth no influya de forma directa sobre él. Esto crea un interesante paralelismo, porque el juego es ambiguo sobre el control que ostenta Sephiroth sobre Cloud… o su propio ser. Para empezar, es difícil distinguir entre Jenova y Sephiroth. Por ejemplo, la primera vez que el jugador se cruza con Sephiroth estamos en realidad ante el cuerpo de Jenova y este no reconoce a Cloud. Poco después, sin embargo, vemos más y más la personalidad de Sephiroth hasta que llega a ser dominante. O al menos esa impresión da.  Es decir, a lo largo del juego, tanto Sephiroth como Cloud  tienen una evolución paralela durante la cual se esfuerzan por crearse una personalidad y una narrativa tanto para sí mismos como para el mundo que les rodea. La conciencia de Sephiroth, ya sea suya o una que adopta Jenova (lo cual me pone la piel de gallina), triunfa al ubicarse en el espacio, el tiempo y definir sus objetivos.

Cloud, en cambio, fracasa estrepitosamente. Su autoridad se desmorona, su comprensión del mundo pierde sentido. Mientras que Sephiroth se alza como dueño de sí mismo, también se convierte en marionetista de Cloud, que no deja de caer más y más bajo hasta el extremo de que su utilidad se anula y es desechado una vez más.

En el Templo de los Ancianos, la influencia de Sephiroth sobre Cloud queda más que clara. Le vemos reír histéricamente, repetir palabras que salen de boca de Sephiroth y, además, luchar consigo mismo por recordar quién es. ¿Hasta qué extremo es cosa suya, y no las palabras de Sephiroth (o Jenova) las que lo impulsan a tomar la Materia Negra, capaz de invocar a Meteorito, y sacarla del único lugar donde Sephiroth no podía alcanzarla? No es que sea una decisión estúpida. Sephiroth podría haber usado a cualquier clon para obtenerla, como de hecho hace, pero siempre nos va a queda la duda. Siempre. Nosotros solo podemos seguir la trama. No podemos elegir marchanos porque Cloud decide sacar la Materia Negra.

Pero… ¿es su decisión? Una duda escalofriante cuando la consideramos desde la perspectiva de Cloud.

Una vez obtenida la Materia Negra, Sephiroth lo controla abiertamente y Cloud se la entrega. En un arranque de desesperación, llega a hacer daño a Aeris, que solo intenta consolarlo. Tras esto, la chica parte por su cuenta para arreglar el problema que, hasta cierto punto, Cloud ha causado. Así que Cloud corre detrás de ella, aunque no hasta que sus amigos le obligan a hacer frente a sus propios temores… Que son completamente justificables. A mí tampoco me haría gracia que mi mayor enemigo pudiera controlar mi cuerpo, qué queréis que os diga. Pero va, porque tanto Cloud y Tifa son muy conscientes de lo que pasa cuando alguien se interpone en el camino de Sephiroth que, para colmo, demuestra un odio visceral por los Cetra, a los que un día creyó pertenecer.

¿El resultado? Cloud cae una vez más bajo la influencia de Sephiroth y por muy, muy poco mata a Aeris con su propia espada —¡la espada de Zack! Cuán irónico habría sido todo—. Solo lo evita gracias a los gritos de sus compañeros. Sin embargo, ya sea por lo agotado que se encuentra mental y físicamente por librarse del control de Sephiroth, o por lo inesperado de la acción, es incapaz de reaccionar cuando su enemigo atraviesa de parte en parte a su amiga.

Ha vuelto a fallar. Ha vuelto a llegar tarde. La pesadilla de lo que Sephiroth le hizo a su pueblo, a Tifa, se repite, agravada ahora por el peligro de que supone para el Planeta. A todo ello se suma un profundo miedo por sí mismo, expresado en «hay alguien dentro de mí». Una persona a la que no conoce y que le obliga a hacer cosas terribles. Y aun así, Cloud intenta ir a por Sephiroth una vez más.

¿Eran las cuerdas tan fuertes que no podía resistirlas?

En el Cráter del Norte, el grupo logra recuperar la Materia Negra. Con buen criterio, Cloud decide entregársela a uno de sus amigos. Pero cuando portas a tu enemigo dentro, es difícil engañarlo. Mientras Sephiroth emplea las habilidades de Jenova para confundir al portador y hacerle creer que Cloud reclama la Materia, a la vez juega con la frágil cordura que le queda a nuestro protagonista. Reproduce sus memorias de Nibelheim, haciéndole recordar a Zack… y borrando al propio Cloud de la ecuación, como si nunca hubiera sido parte del mundo real. Intenta hacerle creer que es un simple clon creado a partir de Sephiroth. No una persona con células Jenova o Sephiroth, sino una réplica total. Concretamente una fallida que ni siquiera mereció recibir un número, como todos los otros desgraciados que se arrastran hacia el Cráter del Norte para efectuar la Reunión.

Al principio, Cloud no se deja engañar. Mi argumento sería: el parecido entre nosotros es taaaan evidente, oh, sí, totalmente creíble. Mira mi larga cabellera plateada… Ah, no, que no tengo.

Bromas aparte, el problema llega cuando Tifa se ve incapaz de denunciar a Sephiroth. Cuando la única testigo que puede cimentar la máscara del SOLDADO vacila, Cloud empieza a caer en la cuenta de la cantidad de lagunas que hay en sus relatos. Sin ir muy lejos, no recuerda haber entrado a SOLDADO. Quizá… porque nunca lo hizo.

A partir de aquí, la memoria se vuelve clave para Cloud, lo único capaz de ayudarle a discernir verdad de mentira. De ahí que sea tan importante la amenaza de Sephiroth con su nunca seré un recuerdo.

Pero nos estamos adelantando.

Al final Cloud entrega la Materia Negra, una vez más, a Sephiroth. Esta vez, a su verdadero cuerpo. Como consecuencia del despertar de este y de las Armas de Gaia, un desechado Cloud se precipita a la mismísima Corriente Vital.

Ya no es necesario para nada más y puede ser eliminado.

Un héroe roto


Ese debería haber sido su final. Sin embargo, la Corriente Vital lo expulsa y la historia se vuelve a repetir en Mideel cuando Cloud queda catatónico, vegetal, pero esta vez Tifa decide quedarse con él. Así, cuando la tierra se abre, ambos se precipitan a la Corriente porque claramente Cloud no ha tenido suficiente. Allí se abre una conexión mental entre ambos, y Tifa ayuda a Cloud a reconciliarse con sus verdaderas memorias.

Una vez enfrentado con la realidad de que el último año su vida ha sido una mentira, y de que ha perdido cuatro, Cloud decide seguir adelante y acabar con Sephiroth, con el apoyo de sus amigos.

El resto es historia. Sabemos que vencieron por poquísimo. Como colofón, Cloud sostuvo una batalla mental con Sephiroth para librarse de su influencia. Algunas teorías señalan que una de las luces rojas en las que se disuelve nuestro villano penetra a Cloud… y no vuelve a salir. Podría interpretarse como que se han purificado… o que ese es el momento en que Sephiroth posee a Cloud. En cualquier caso, si sobrevivieron al Apocalipsis es gracias a la ayuda de Aeris, siempre pendiente de sus amigos incluso tras haber entregado su vida por la causa.

Y… tras eso, la vida siguió.

Era el momento de descansar, de intentar recuperar esa vida corriente que habían olvidado. Hasta entonces, Cloud no había tenido ni un momento para respirar, para reflexionar. ¡Cinco años de negrura y mentiras! Ni siquiera pudo guardar un luto por Aeris y, mucho menos, por Zack o su propia madre. Pero claro, cuando va a acabarse el mundo no hay tiempo para detenerse a pensar.

En On the way to a smile (ya llegaremos a eso de sonreír), Kazushige Nojima nos habla de las historias de los personajes, cada uno por su cuenta en sus luchas por recuperar sus vidas y enfrentarse a sus demonios particulares. Nada de esto termina de aparecer en Advent Children, pero es el camino hasta la película y el motivo por el que los personajes están tan cambiados cuando volvemos a verlos.

En Advent Children Cloud ha abandonado su característico y falso atuendo de SOLDADO, Primera Clase, que nunca fue suyo y solo implicaba ser una sombra de Zack. Su legado viviente. Pero para ser un legado no hay que olvidar… ni tampoco dejarse aplastar por una memoria. Por eso también deja la espada de Zack, cerca de donde murió su compañero y de cuyo cuerpo ya no queda rastro.

Por lo que vemos, su vida parece haberse enderezado un poco. Podemos ver que Cloud ha mejorado mucho físicamente (sí, estar cuatro años en un tanque de mako no deja mucho lugar para la musculatura, por mucho que algunos se lleven las manos a la cabeza. Y no es como si Cloud alguna vez hubiera sido algo más que simplemente delgado). Su estilo de ropa es más personal, juvenil si queréis, porque no deja de ser un chaval que no ha tenido vida desde los dieciséis años. Eso sí, su vestimenta va curiosamente a juego con la de Tifa. Esta combinación se refleja en cómo han trabajado juntos para seguir adelante, reconstruyendo el Séptimo Cielo y formando una suerte de familia a cargo de Marlene, a quien Barret dejó a su cargo. De hecho, se han traslado a una misma habitación, aunque en camas separadas,  una intimidad que nos recuerda a lo que jamás se nos permitió ver antes de la batalla final. Es más, en Case of Tifa, la chica nos cuenta que suele presentar a Marlene como su hija para ahorrar explicaciones. Pero… recordemos la cama. No son una pareja oficial. No olvidemos que no han cumplido los 25 y los dos tienen importantes traumas que superar. ¿Cómo se les puede exigir que inicien una relación que sin duda sería malsana? Por ejemplo, la novelette nos revela que Tifa todavía sufría pensando en todos los crímenes que cometió mientras formaba parte de Avalancha.  Cloud… Bien, ahora veremos algo más de él, pero por un tiempo todo parecía ir mejor. A veces, Cloud sonreía y parecía esperanzado.

Sin embargo, surgió un problema. Tifa no sabía cuál era; lo único que tenía claro es que Cloud cada vez se estaba volviendo más distante. Aun así, no se volvió desalmado. Su compasión se ve en que llegó a adoptar a un niño de ocho años, Denzel, marcado por el Geostigma. Básicamente se trajo a casa a un chico con lo que se podría comparar con un cáncer terminal. Muy amable por él.

Hasta que dejó a Tifa a cargo, decidió abandonar su hogar y dejó de responder al teléfono.

La búsqueda del perdón


Los dos años que transcurren entre FF VII y AC fueron duros para Cloud. Torturado por la culpa de haber dejado morir a tanta gente importante para él, buscaba un perdón que nadie podía concederle. A pesar de ello puso cara al mal tiempo e intentó salir adelante, buscando un trabajo como repartidos con el que mantener a su nueva familia. En apariencia, la etapa de los sueños de grandeza y de heroicidades había terminado. Era hora de ser un adulto.

Eso sí, el negocio parece que le fue bien, porque le dio para una espada maravillosa y una moto muy icónica.

Pero entonces el Geostigma comenzó a extenderse. Cloud, ¡del que la gente tanto se queja por no ser capaz de superar casi seis años de constante tortura y trauma!, se puso a buscar una forma de curar a la gente. Solo que… resulta que Cloud, quien alberga las células de Jenova, también acabó infectado.

Salvas el mundo y la Corriente Vital te dice: ahora muérete.

Yay.

Para colmo, el Geoestigma no es solo terminal, sino una enfermedad que duele, que supura pus negro, consume lentamente el cuerpo y provoca alucinaciones. Temeroso de que fuera contagiosa, Cloud se alejó del Séptimo Cielo para no poner a nadie en peligro. Continuó su búsqueda, pero a la culpabilidad por todo lo acontecido se sumó una condena de muerte. 

Qué queréis que os diga, casi parece un castigo divino.

Por supuesto, tuvo  enfrentamientos con sus compañeros, a los que se negaba a contestar por teléfono, y sufrió por no querer recurrir a la ayuda que le ofrecían. Vamos, el típico mensaje que podemos encontrar en casi cualquier producto japonés que enaltece la amistad y la confianza con mucho aire cheesy. Porque no vamos a mentirnos, Advent Children no es una gran película por sí misma ni tampoco especialmente original.  ¡Y eso está bien! Es lo que el público quiere.

Y a la vez no, porque Cloud no se ha convertido en la imagen de Zack que pretendía ser. Y jamás lo será, porque ese personaje con el que jugamos durante horas nunca fue Cloud.

Cloud se quedó estancado alrededor de los 16 años y después solo pudo tropezarse con lo que le lanzó la vida a la cara. Y a pesar de sus dudas, a pesar de sus pérdidas, luchó y se convirtió en uno de los hombres más fuertes del planeta. Después logró curarse del Geostigma e hizo las paces consigo mismo porque, como bien dejó caer Aeris, solo él mismo podía perdonarse. Y entonces hizo algo que no hemos visto casi nunca hacer.

Sonreír.

El camino hacia la sonrisa


Cloud es un personaje con un profundo sentimiento de inseguridad, complejo de inferioridad y con problemas que nunca llega a solucionar… Por ejemplo, ¿saber que casi provocaste el fin del mundo? ¿Haber estado a punto de matar a Aeris? ¿Años de encierro y experimentación? ¿Un año de mentiras y de no saber quién eres? ¿Caer víctima de una enfermedad terminal?

Sin embargo, hacer un repaso de su historia jamás parecerá suficiente, porque Cloud no deja de ser un personaje y a la gente no le gusta lidiar con consecuencias realistas. ¡Vamos, Cloud, eres un héroe, has superado todo, feliz! Pero las cosas no funcionan así. No cuando hay buena escritura.

Los traumas están para que guíen a los personajes. No todos pueden ser machotes y esconder su dolor sin derramar una sola lágrima, como podría pasar con Auron, o ser alegres y forzarse a tirar adelante como Snow. No todos están predispuestos a soltar risas ridículas y forzadas como Yuna o Tidus. No todos pueden morir con una sonrisa en los labios como Zack.

En el fondo resulta sorprendente que Cloud no despierte más admiración por lo lejos que ha llegado a pesar de todo lo que le ha sucedido… Pero no nos llevemos a engaño: el problema es Advent Children. En esta película la depresión se libera en todas sus peores facetas. ¿Y por qué? Ah, bueno, porque no hay que luchar por sobrevivir ni salvar al mundo. Y en el momento en que tienes espacio para respirar todo se te viene encima.

Y a pesar de eso, Cloud se dedicaba a salvar niños y buscar una cura para el Geostigma. Ahí donde se le exigía tener pareja (llevarse a la chica, para que nos entendamos), Cloud sostuvo una relación platónica con una mujer que tampoco andaba por la labor de buscar nada más, como bien deja claro Case of Tifa. Ninguno de los dos estaba curado, ni en la situación para iniciar una relación amorosa cuando no podían ni apreciarse a sí mismos.  Allí donde se acusa a Cloud de débil por dar un paso atrás, la gente no se sienta a considerar que nunca hubo un paso adelante. Que vendarte una herida no es igual a coserla y dejar que cicatrice.

La historia de Cloud es una muy bien pensada y llevada, con todas sus lógicas consecuencias. Si hubiera sido débil y pasivo, no habría llegado a donde está… Y, de todas formas, la gente débil puede crecer, hacerse fuerte. Cloud lo hizo, con la tenacidad del superviviente. No era Zack, no era Sephiroth, y no era un gran guerrero, y aun así, fue quien  prevaleció, porque era una persona corriente y contó con la ayuda de amigos. No dejó de ser amable, ni de atender a la gente que lo necesitaba (aunque tuviera que aprender a coger el maldito teléfono) ni de luchar cuando era necesario. Y lo hizo a pesar de que le costara muchísimo.

Para terminar, quiero volver a hablar de su tema. Por mucho que se le relacione con el tema principal de Final Fantasy VII, Cloud no tuvo un tema propio durante el juego, así que parece más que apropiado que reciba uno cuando termina de definirse como persona al final de Advent Children. Este tema se llama Cloud smiles.

Y no se me ocurre forma más apropiada de concluir su camino.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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