La evolución de Phosphophyllite en Houseki no Kuni (II)

Aviso: Este artículo contiene spoilers de Houseki no Kuni. No sigas leyendo si no vas al día con el manga.

Continuamos con la evolución de Phos. Dejamos la primera parte después de la muerte de Antarcticite, cuando Phos obtiene sus brazos de oro y empieza a utilizarlos para luchar y proteger a las demás gemas. Es un propósito que está dispuesto a cumplir, si bien ya dijimos que pelear ya no le despierta tanto entusiasmo. Casi inmediatamente después, vemos que esto irá unido muy de cerca de la relación entre Phos y el Maestro. La aparición del Lunarian Shiro, a quien el Maestro conoció y miente al respecto, despertará las primeras sospechas de nuestro protagonista. ¿Sobre qué más mentirá el Maestro?

Cinnabar: la otra cara de la moneda


Le confiesa sus dudas a Cinnabar casi sin querer, y será él quien le quitará la venda de los ojos a Phos: nadie conoce la verdadera historia de su Maestro, y todos sospechan que tiene algo que ver con los Lunarian. Pero no importa que no haya querido contárselo a los demás, porque han elegido confiar en él pase lo que pase.

—Yo… Todavía estoy observando. ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?

Phos quiere descubrir la verdad. Pero para eso hace falta mucho, mucho coraje.

Se aleja de Cinnabar y decide volver a interrogar al Maestro. Pero entonces, una nueva aparición de Antarc le distrae. Su excompañero era, con toda probabilidad, la gema que más confiaba en el Maestro. Cuestionarle es, en cierto modo, volver a fallar a Antarc, y de nuevo lo ve morir. Entre esto y la desaparición de Shiro, Phos toma la decisión de no preguntar al Maestro, sino a los propios Lunarian.

Sin embargo, sólo es capaz de sacarles un par de sonidos sin sentido.

Frustrado, Phos acude a la biblioteca para ver si puede encontrar algo que le ayude a desentrañar la naturaleza de los Lunarian y, de paso, su relación con el Maestro. Los conocimientos de Alexandrite no son suficientes. Ahí le sorprende Ghost Quartz, la gema encargada de archivar y ordenar todos los documentos. Se menciona por primera vez de Lapis Lazuli y cómo sólo se conserva su cabeza desde que los Lunarian se lo llevaron; una muy poco sutil referencia a lo que está por venir.

La trama no nos deja tiempo para reflexionar y, de inmediato, los Lunarian lanzan un nuevo ataque en el que casi consiguen llevarse a Ghost. Resulta muy interesante cómo, obcecado con el Maestro, Phos se queda atrás y no intenta salvarle del peligro. De no haber estado Kongo ahí, Ghost habría acabado en la luna (antes de tiempo). Eso le hace darse cuenta de que su obsesión empieza a ser peligrosa para sus compañeros, pero también hay algo más: Phos ve al Maestro utilizarse a sí mismo como arma. Es el único que se da cuenta. Cuando se lo comenta, él le cuenta cómo emplea sus propios fragmentos para atacar, y le pide que guarde el secreto.

Sinceridad y confidencialidad. Las dos cosas que más desea Phos de su Maestro. Los remordimientos por haber sospechado de él y casi dejar morir a Ghost le atormentan. Se ha equivocado.

Pero es innegable que existe una conexión con los Lunarian, y Phos acude a Cinnabar. Por fin ha encontrado un trabajo para él: ayudarle a descubrir la verdad sobre el Maestro. Para Phos ya es imposible verlo de una manera objetiva; está demasiado involucrado con las gemas y, sobre todo, les miente constantemente. En cambio, Cinnabar resulta ideal tanto por estar alejado como por ser más frío y calculador que él.

¿Y cuál es la respuesta de Cinnabar? Rechazarle. Echarle en cara que ese no es un trabajo divertido. Recuerda lo que Phos le dijo palabra por palabra, y ahora se siente dolido porque ha faltado a su promesa.

No deja de resultar curioso cómo, a pesar de su enfado, Cinnabar nunca ha hecho nada con tal de cambiar su situación. Sí, es una gema venenosa, pero nada le impedía, al menos, intentar acercarse a los demás (sólo hay que ver cómo, después de que Phos y varias gemas se vayan a la Luna, Bortz tira de él para que se integre y les ayude). ¿No nos suena esa actitud de algo? Exacto: a Phos al principio de Houseki no Kuni, después de trescientos años de no hacer nada. ¿De verdad tiene Cinnabar derecho a recriminarle nada a Phos?

Él se va con las manos vacías. Tendrá que esperar a un nuevo ataque de los Lunarian para avanzar un paso más. La oportunidad surge cuando patrulla emparejado con Ghost, y Phos se lanza tras pedirle a su compañero que le cubra las espaldas. Sin embargo, subestima el peligro de los Lunarian y termina partido por la mitad. Y no sólo eso: es incapaz de volver a unirse mediante el oro. ¡Resulta que no es tan fuerte como pensaba!

El enfrentamiento culmina con Ghost salvando a Phos, pero los Lunarian se lo llevan en su lugar. Ghost ha decidido sacrificarse porque le recuerda demasiado a Lapis, que era lo más importante para él. Por Lapis se quedó cuidando de la biblioteca, por Lapis vuelve a luchar, por Lapis decide morir. Ahora que lo ve en Phos, no puede quedarse de brazos cruzados. De esa manera, deja atrás a Cairngorm, la otra gema que habita en el cuerpo de Ghost, con la misión de proteger a su nuevo compañero.

Cairngorm le salva, pero se muestra resentido por lo ocurrido, sumado a los fuertes sentimientos por Lapis que compartía con su otra mitad.

Cairngorm: la viva representación de los errores de Phos


La relación entre Phos y Cairngorm merece otro artículo entero aparte, sobre todo ahora con los nuevos capítulos. Intentaré ser más breve.

Phos intenta socializar con Cairngorm, que le culpa de la pérdida de Ghost. Al señalar eso, es imposible que los demás —lector incluido— no se den cuenta de que Phos ha perdido a dos compañeros en muy poco tiempo. Por no hablar de las Amatistas, que sólo se salvaron por un pelo. Entre eso y el hecho de que Cairngorm tiene un aspecto tan parecido al de Antarc, Phos pierde la cabeza.

Bueno, sólo en sentido figurado.

—¿Qué bicho te ha picado ahora?

—¿Eh? Es peligroso que estés aquí fuera, Antarc. Se te podrían llevar.

El manga dedica un capítulo entero a los sentimientos de Phos respecto a Cairngorm. La culpa le devora por completo y le hace creer que todo ha sido culpa suya. Una vez más, el oro empieza a actuar por su cuenta y se dispone a romper a Phos desde dentro. Pedazo a pedazo, le destroza de tal manera que Rutile no pueda arreglarle, y Jade se ve obligado a golpearle para que se detenga.

Hemos dicho que el oro actúa más allá de Phos, pero lo cierto es que la gema tampoco hace acto de detenerlo. Tal es su desesperación consigo mismo que recurre al equivalente de las gemas de la autolesión, del suicidio incluso. Y es que, si Jade no llega a estar presente, Phos podría haber sido reducido a polvo, algo con lo que Rutile no puede trabajar.

Cuando despierta en la enfermería, Phos hace amago de meterse en la caja de Padparadscha para dormir junto a él, al igual que Yellow hace unos capítulos cuando se dio cuenta de todo lo que había perdido. Además de eso, Phos asegura que está cansado de rezar.

Es lo mismo que Ghost le había confesado poco antes de ser llevado a la Luna: está cansado de rezar y esperar a que todo salga bien. A que Lapis vuelva de la Luna, a que la situación de Phos mejore.

Esto nos conecta directa e indirectamente con el Maestro. En este punto de la historia todavía no conocemos su verdadera identidad, pero es una máquina de rezar. O, mejor dicho, una máquina que ya no puede rezar.

¿Y qué pasa cuando rezar ya no es suficiente? Ichikawa nos contesta con un mensaje al final del capítulo:

«En ese estado, tanto la mente como las emociones se debilitan poco a poco. Cansado de rezar, la única opción que queda es seguir adelante.»

Regreso a los orígenes… o no


Para Phos, seguir adelante se traduce en volver a ser la misma gema alegre y despreocupada que conocimos al principio del manga. Una vuelta a los orígenes, cuando todo le iba bien y era feliz. Lo que sea con tal de no estancarse.

O de sincerarse, más bien.

Y es que Phos ya ha pasado a mentir por completo, incluso sobre su felicidad. Al menos, esa nueva actitud le permite arreglar un poco las cosas con Cairngorm cuando se le ocurre pedirle al Maestro un nombre propio —una identidad propia— para él, que siempre había sido una pequeña parte de Ghost hasta el punto de que le llamaran por el nombre de éste. Cairngorm, a pesar de parecer indiferente, demuestra sentirse conmovido por el gesto, y le propone a Phos que se encarguen del invierno juntos.

Como Antarc le pidió una vez.

Pero todo vuelve a torcerse. Llega el invierno y, con él, nuevos ataques. Phos y Cairngorm ya tienen una relación más cordial de lo que parece a simple vista, lo bastante como para que Phos se sacrifique por él cuando los Lunarian están a punto de arrebatarle el brazo, y Cairngorm por Phos cuando una flecha le corta la cabeza. Esta vez es Cairngorm quien no puede recuperar a su compañero, pero, en su lugar, pedirá que se use la cabeza de Lapis e incluso la suya propia para restaurarle. Después de todo, Ghost le pidió que lo protegiera. Al igual que ha pasado con Phos y Cinnabar, se establecen paralelismos con Phos y Cairngorm: desde que los dos esconden sus verdaderos sentimientos a los demás hasta que siguen prácticamente el mismo camino. Las últimas palabras de sus seres queridos les han marcado aunque, en el caso de Cairngorm, él sí que pone todo su empeño en cumplir su promesa.

¿Lapis, Phos o ambos?


—Pero incluso si despierta, ¿será posible llamarle Phosphophyllite…?

Fosfofilita, ágata, oro y platino… y ahora lapislázuli, un material formado por una mezcla de lazurita, sodalita, pirita y haüyna. Va a necesitar un descanso para asimilar todos esos cambios, como bien dice Yellow, y ese descanso se extenderá a ciento dos inviernos.

 

Al despertar, Rutile y Cairngorm esperaban y temían a partes iguales que la personalidad de Phos se hubiese dividido, asimilada en parte por la de Lapis y su cabeza. Qué gran alivio para todos cuando vemos que, lo primero que hace Phos al ver su nuevo aspecto es maravillarse y poner muecas, demostrando así no haber cambiado ni una pizca…

…¿Verdad?

—Mi tiempo se ha agotado y, ahora, compartiré este precioso regalo contigo. Ha llegado la mañana. Ahora despierta y míralo todo con nuevos ojos.

Resulta que las teorías sobre personalidad dividida no iban del todo desencaminadas. Lapis visita en sueños a Phos y le recuerda sus objetivos: encontrar trabajo para Cinnabar, descubrir la relación entre el Maestro y los Lunarian, conseguir que Ghost regrese. Todo ello parece tener la misma respuesta, una que Lapis quiere que Phos descubra por sí mismo. Y, evidentemente, no se trata de un simple sueño.

Cuando Phos despierta, empieza a comportarse cada vez más como Lapis hasta el punto de incomodar a Cairngorm. Incluso se nos insinúa que, en su día, Lapis también sospechaba del Maestro, lo que conduce a Phos de nuevo a intentar buscar la relación entre él y los Lunarian.

Al final, llega a una conclusión: la respuesta a la que Lapis se refería no era otra que la de ir a la Luna directamente. Pero antes de tomar una decisión tan drástica, prefiere preguntarle de nuevo. En persona y sin tapujos, porque todavía le quiere.

Pero como era de esperar, no funciona.

En la Luna: la palabra de Aechmea contra la de Adamant


Phos decide confiar en Cairngorm para llevar a cabo su plan de ir a la Luna. Desde que se insertó la cabeza de Lapis, su relación con Phos se ha vuelto un tanto tóxica, y es que Cairngorm intenta separar a Phos de Lapis, pero no lo consigue. Y estoy convencida de que nuestro protagonista —con más o menos influencia de Lapis— se da cuenta de ello. Es más, el plan es totalmente suyo.

Tras una magistral actuación de Cairngorm, el plan funciona y Phos termina en la Luna. Ahí es cuando descubre la realidad sobre los Lunarian, sobre las gemas secuestradas, y conoce a Aechmea, todo en una de las escenas más poderosas de todo Houseki no Kuni.

—Decorado con vosotros, nuestro mundo es hermoso.

A pesar del dolor, del horror y de la ira, Phos acompaña a Aechmea para escuchar su historia… o su versión de la historia. Todavía no podemos saberlo. En cualquier caso, le duele tanto que el Maestro no haya sido capaz de contarle la verdad él mismo que está dispuesto a creer la verdad de Aechmea, que suena verosímil. Y no sólo eso, Aechmea dice lo otro que Phos se muere por oír desde el inicio del manga. Algo manipulador y hasta cruel, pero muy efectivo:

—Tú nos salvarás. Tengo esa corazonada.

Y actúa en consecuencia. Ya no se trata sólo de ayudar a Aechmea y a los otros Lunarian —no defraudarles—, sino de proteger a las demás gemas y arreglar al Maestro. Y también restaurar a las gemas secuestradas como Antarc, Ghost y Lapis, algo en lo que no piensa hasta que sus compañeros se lo echan en cara.

¿Podrá con todo? Difícilmente, y más cuando compruebe que Aechmea no es trigo limpio. Pero hasta entonces hará lo que haga falta.

Incluso manipular a sus antiguos compañeros.

Incluso secuestrar a algunos.

Incluso terminar de perderse a sí mismo.

Un error tras otro


¿Es Phos el villano de Houseki no Kuni, después de todo? Dicen que los malos están convencidos de que hacen el bien, y eso encaja con Phos a la perfección. Se equivoca y nosotros lo vemos incluso antes de que sus actos tengan sus consecuencias, le juzgamos y nos horrorizamos ante sus métodos, porque ni son correctos ni tienen perdón.

Pero ¿cuál es la reacción apropiada tras descubrir todo lo que ha descubierto Phos? Si estuviera en nuestras manos proteger a nuestros seres queridos, ¿no haríamos cualquier cosa? Las gemas han sido perseguidas y cazadas durante miles y miles de años, y todo porque alguien se niega a hacer su trabajo.

¿Hay acaso una reacción apropiada?

Houseki no Kuni es un manga maravilloso que trata esos temas de una forma tan cruda como hermosa. Nos presenta a personajes como Phos, como Cinnabar o hasta como el Maestro, a los que llegamos a apreciar e incluso a querer para que luego desemboquen en una situación tan complicada como la actual. No hay héroes ni villanos en esta historia. Tenemos algo mejor: personajes grises ricamente desarrollados como Phos que, después de todo lo que hemos visto, prometen todavía más cambios. Esperemos que no nos decepcionen.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

Autor

  • Dena

    Critico todo lo que se me pone por delante, pero siempre desde el cariño y con mucho amor. O casi siempre. Amante del worldbuilding, de las historias emocionantes y, por lo visto, de analizar hasta el más mínimo detalle. Feminista de esas que os caen tan bien.

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