Analizando Neon Genesis Evangelion #25. Un mundo que se acaba

¡Aquí estamos! ¡A un capítulo de terminar la serie de Evangelion! Y como falté la semana pasada porque Windows decidió destrozarme el ordenador, os traigo 18 páginas de análisis para que os aburráis y entendáis el por qué divido los ensayos. Eso sí, tenemos que preguntarnos… ¿Qué demonios pasa con estos episodios? ¿Por qué una trama regular, que con el anterior episodio dejó claro que estábamos al borde de una apoteosis, de pronto entró en esta espiral de bocetos, filosofía y brutal introspección?

Dinero. Quizá. Otros problemas, como tener que lidiar con un guion que habla de una organización (SEELE) que provoca el Fin del Mundo y que tuvo muchas similitudes con cierto ataque terrorista que traumatizó a la sociedad japonesa. Así que ¿qué quedaba? Podrían haber hecho lo que Madoka Magica y retrasar el final de la serie unas semanas. No lo hicieron y optaron por cambiar la historia. Desconozco los motivos. Si queréis profundizar un poquito en la producción de Evangelion podéis echar un vistazo a este video. Es fascinante pensar cómo los episodios se escribían semana tras semana un poco sobre la marcha.

El caso es que tenemos la Complementación, vista desde dentro. El resultado son muchas escenas recicladas y reutilizadas de forma masiva con la excusa de flashbacks o de despertar ciertas emociones concretas. Hay animaciones diferentes, nuevas, muy asfixiantes y bien tratadas. También se nos deja asomarnos a lo que estaba planeado para el final de la serie. Pero, desde luego, nada de todo esto alcanza el extremo de la improvisación del episodio 26.

Personalmente me gustan bastante los dos episodios finales por el mensaje que dan, a pesar de que no los veo necesarios (quitando el caso de Misato) porque casi todo ya está dicho. No es difícil entender por qué los fans se tiraron de los pelos cuando se les ofreció este cierre de la serie. Pero ya examinaremos la respuesta de los fans cuando hablemos de End of Evangelion. De momento, toca analizar.

Antes de nada aclaremos una duda. ¿Qué es una Complementación? Pues el Fin del Mundo. Es cuando una Semilla de Vida recopila las almas de sus hijos y los devuelve al caldo original, por llamarlo de alguna manera. Todas las conciencias se mezclan entre sí y se van perdiendo a sí mismas a la vez que experimentan lo que otras personas vivieron. Es decir, es una destrucción de la individualidad, un mundo sin Campos A.T. y sin la privacidad que esto supone. Se podría decir que es el Juicio Final.

Así pues, y en especial en End of Evangelionuna serie de personajes se pasean por la mente de Shinji y por la de otros protagonistas. ¿Significa eso que siempre son esos personajes? No. En ocasiones lo que vemos es la proyección de lo que Shinji percibe de esas personas. Es decir, a menudo solo observaremos conceptossombras, reflejos que se enfrentan a Shinji.

Confuso, ¿verdad? Bueno, es la idea. De todas formas lo profundizaremos poco a poco.

¿Qué es lo primero que vemos en este episodio? QUE NO ES HOMOSE- *se la llevan*.

El caso de Shinji Ikari comienza con Kaworu y su muerte, acompañada de la Oda a la Alegría, la Canción de la Complementación.

El chico deseó la muerte por su propia voluntad. El chico (Shinji) le otorgó ese deseo. [Se escucha el mismo sonido con el que se arrancó la cabeza de Kaworu]. El Ángel final ha desaparecidoPero Shinji Ikari se atormenta.

Ah, sí. Los fans de Hunter x Hunter sentiréis que pisáis terreno familiar. No tendremos un narrador como tal, pero sí muchas pantallas en negro con preguntas o resúmenes de lo que está sucediendo a falta de poder verlo.

¿Por qué lo mataste?

¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio? En efecto. La Complementación es la desaparición del yo, que se va mezclando con los de muchos otros. Es decir, es la muerte. Y Rei, como diosa de los humanos, puede someter a los mismos a un juicio final. Uno en el que la persona puede vencer, reconocer sus errores… O puede perder y venirse completamente abajo en pura negación. Porque, no lo olvidemos, Rei y Kaworu pretenden dar una oportunidad a la humanidad. Sin embargo, han escogido a Shinji como representante de la misma y del espectador. Shinji debe elegir que quiere seguir viviendo. Y, para eso, toca hacer frente a nuestros demonios.

Se nos muestra la mano de la EVA 01 con las pruebas del crimen y el agua intentando borrarlas. La pregunta insiste, ahora en negro, más intensa.

¿Por qué lo mataste? ¿Por qué lo mataste? ¿Por qué lo mataste? ¿Por qué lo mataste?

Shinji ha «muerto» sintiéndose tan culpable que la Complementación empieza a atacarlo por ahí. Y a pesar de cada pausa, Shinji es incapaz de responder, cada vez más horrorizado y cerrado en sí mismo.

¿Por qué lo mató?

—¡Porque no tenía otra opción!

Mentira. Así que la pregunta vuelve.

—¡Porque Kaworu era… era un Ángel!

Es incapaz de disociarlo pues lo llama por su nombre y vacila al señalar su naturaleza.

¿Incluso si también era un ser humano?

—¡No! ¡Un Ángel! ¡Él era nuestro enemigo!

Porque si es un Ángel, se puede matar. Igual que un animal, un insecto. No es humano. Es un enemigo. Así es más fácil. Te exime de responsabilidad moral.

¿A pesar de que era humano, como tú?

—¡No! ¡No! ¡Te equivocas!

Y aparece Rei, porque es ella quien está llevando a cabo la Complementación. Notad cómo los sonidos que resuenan al fondo de la escena son los de focos al encenderse o apagarse y que Shinji está bajo una luz violácea (como el color de su EVA), enfocado y sentado en una silla.

Es un escenario.

—¿Incluso si era una persona, justo como yo?

Porque Rei… Es lo mismo que Kaworu.

—¡No! ¡Él era un Ángel!

—¿Por eso le mataste?

—¡Eso es! Si no lo hubiera hecho, habríamos muerto. ¡Todos habrían sido asesinados!

—¿Por eso le mataste?

—¡No lo hice porque quisiera! No tenía elección. Por eso le mataste.

—Ayuda…

Por eso le mataste.

—Ayuda…

Por eso le mataste.

—¡Ayuda!

Por eso le mataste.

—¡Que alguien me ayude!

Por eso le mataste.

—¡Por favor, que alguien me ayude!

Cuando suplica no recurre a Misato, ni a Asuka, ni a Rei (ni siquiera a su madre o a su padre). A quien llama a voz en grito es al chico que ha asesinado. Los flashbacks saltan a nuestra cara. Kaworu, Kaworu, siempre amable, siempre dispuesto a ayudar. El chico que lo sacó del pozo de soledad, de odio, y le dijo que había nacido para él. Que le dijo que su corazón era hermoso.

Queda patente lo que sentía Shinji y que no se perdona por haberlo asesinado. Dicho esto, ¿para qué sirve el interrogatorio? Porque Shinji debe afrontar la realidad. Podría haber elegido no matarlo. Habría tenido consecuencias feas, sí, y Gendo probablemente no se hubiera quedado de brazos cruzados. Pero no es cierto que no tuviera elección. Podría haber presionado, averiguado más, exigido respuestas antes de tomar una decisión. En su lugar, mató a Kaworu porque este se lo había pedido. Y, como es normal, se excusa en la deshumanización, en que era un Ángel. En que no tiene la culpa.

Porque Shinji está preparado para matar alienígenas, no para asumir, ni de lejos, ¡que esas cosas podrían ser parecidas a un ser humano!

Shinji se retrotrae hacia la conversación que tuvo con Misato. Esos son sus verdaderos sentimientos, la culpabilidad mezclada con el sentimiento de inferioridad.

—No hiciste nada malo, Shinji.

Pero, ah, Shinji se pregunta si eso es cierto. ¿Tiene razón Misato? ¿Puede aferrarse a sus palabras y excusar el asesinato con «no hiciste nada malo» a pesar de que, evidentemente, considera que Kaworu era una persona?

¿Qué es lo que te asusta? —¿Lo que me asusta? ¿Qué es lo que te asusta? —¿A mí? ¿Qué es lo que te asusta? —Ser odiado. ¡Que me odie mi padre! Padre me abandonó. ¡Me odiaba! ¿Qué haré si la gente me odia? ¿Qué debería hacer?

Lo que define a Shinji desde su infancia no es tanto la pérdida de su madre —que sí, también. Si ella hubiera estado, Shinji no se habría aferrado tanto a Gendo—, sino el hecho de que cuando ella desapareció, su padre también. Gendo dejó de interesarse por él, así que Shinji asumió que lo odiaba. No solo eso, sino que lo sustituyó por Rei. A todos los niños se les enseña que reciben un castigo si hacen algo malo. Por eso Shinji tiene esa concepción, como Asuka o Misato, de que debe negar lo que ha hecho mal. Porque entonces será castigado, como lo castigó su padre por algo que él nunca comprendió. Algo tuvo que hacer mal para que lo abandonaran y sustituyeran ambos padres.

¿Cómo no va a marcar eso su vida? ¿Cómo no entender el terror que tiene Shinji a que todas sus relaciones acaben igual que con su padre? Por eso es tan contradictorio. Quiere ser útil para los demás porque así lo necesitarán y no lo podrán dejar de lado —por eso probaba un poco los límites al principio con Misato— pero a la vez los apartaba y se negaba a abrirse porque… ¿Y si confiaba y luego lo traicionaban?

Shinji pregunta qué debe hacer porque no sabe, no tiene confianza, no tiene nada a lo que aferrarse y asumir que lo ha hecho bien. Por eso quiere la opinión de los demás y se amolda a ella. Así se siente más seguro.

Entonces aparece en un paraje lleno de niebla entre la que asoman espinos (siento que podría aparecer el terreno de duelos de Utena en cualquier momento). Un sitio por el que uno no se puede mover sin ir a ciegas y hacerse daño. Un poco como Shinji, ¿no? O, más bien, como él considera que es el mundo. Así que, como no puede ver nada, como no sabe qué hay, se niega a moverse.

Empieza a llamar a Misato, no a su padre o a su madre, como un niño perdido. Porque si ella está con él, podrá moverse mejor. Ella lo protegerá, ¿no?

—Eh, ¿a dónde se supone que tengo que ir ahora? ¡Misato! ¡Asuka! ¡Ayanami! ¡Toji! ¡Kensuke! ¡Ritsuko! ¡Kaji! ¡Padre! Madre… Que alguien me lo diga. Que alguien me diga qué se supone que tengo que hacer…

¿Qué haces cuando no hay un adulto para darte indicaciones para moverte por el mundo real? ¿Uno que asuma la responsabilidad de tus actos por ti?

Shinji prefiere, en cierto modo, verse atrapado por la EVA 01 y toda la misión de NERV antes que seguir su camino. Por eso, cuando parece la Unidad 01, es amenazante, abrumadora, agónica. Quitando las teorías freudianas sobre la dependencia de la madre y la necesidad de rechazarla, que tanto pululan por Evangelion, esta imagen es una clara representación de cómo Shinji está atrapado por la EVA 01. Si atendemos a EoE, de manera literal, ya que Yui lo fuerza a estar en su interior cuando comienza la Complementación. La EVA 01, las EVAs en general, es una regresión, volver al vientre de la madre.

Es algo antinatural.

Aparte, por supuesto, está el tema de cómo por las EVA se ha visto obligado a destruir a la única persona a la que ama. No es suficiente con evadir unas pocas preguntas, con decirse que era un Ángel o que no hizo nada malo para lograr superar un trauma de esa profundidad. Un trauma que, para colmo, es reciente.

De pronto Shinji se encuentra en la misma situación que Kaworu. Se pone en sus zapatos, ve lo que debió ver él —o lo que vería cualquier persona aferrada a la vida y que no estuviera tan tranquila mientras se dan batallas de titanes a su alrededor. Vamos, alguien que no fuera Kaworu—. Un monstruo.

Es su turno de estar bajo el foco. ¡Junto a Shinji!

—Este es el yo que existe en tu mente, Misato.

—Y al mismo tiempo, el yo que existe en tu mente, ¿verdad?

—Debo conectar con todo tipo de personas para lograr encontrar quién soy. Debo buscar en lo interior de mí mismo. Debo buscar dentro de la Misato que existe en mi mente. ¿Qué es lo que quieres, Misato?

¿Quieres ser una buena chica?

¿Una buena chica? ¿Nuestra Misato? Oh, sí. Porque Misato siempre está yendo y viniendo entre la buena chica que muestra al mundo, la eficiente capitana, la sexy tutora, y se regodea al mismo tiempo (siempre escondiéndolo a los demás) en el sexo, en fumar, en beber y ser descuidada. En su santuario, rompe con las convenciones casi de forma agresiva para quitarse la tensión de encima.

Pero, ¿por qué esta doble fachada? ¿Por qué Misato se protege, un poco como Asuka, bajo una máscara impenetrable frente al resto del mundo? Hasta cuando dejaba a los niños entrar a su casa se comportaba con bastante dignidad y madurez, al contrario que al estar sola con Shinji y Asuka.

—Tengo que ser una buena chica. ¿Por qué?

—Porque mi papá no está aquí. Tengo que ayudar a mamá y ser una buena niña.

Atentos a cómo la imagen de Misato de niña de pronto está rota, como una foto, pegada con celo.

—Pero no me quiero volver como mamá, porque siempre está llorando cuando mi papá no está aquí.

Y más y más rota.

—No llorar, no ser caprichosa. (…) Y voy a hacer lo que pueda para que papá no me odie.

Por una parte tenemos un ejemplo que no quiere seguir —el de su madre, como pasa con Asuka— y que siente que debe proteger y luego está la relación dependiente con su padre. No quiere parecerse a su madre porque asume que su padre no está con ellas porque… su madre es molesta, un estorbo, una carga. Misato, igual que Asuka, se impone la idea de crecer y de ser buena chica, casi ideal.

—Pero odio a mi padre. Por eso odio ser buena también. Lo odio todo. Estoy tan cansada. Cansada de tener que mantener mi imagen limpia. De mí misma, por seguir esta pretensión de ser prístina. Estoy tan cansada.

Misato habla con tranquilidad, casi con desidia, por contraste con Asuka que es joven y mucho más explosiva. Misato está cansada de toda la fachada, de su relación con su padre, que nunca tuvo clara ni tampoco la tendrá jamás porque murió preocupándose por ella. Lo que todo hijo desearía siempre y cuando no conllevara la muerte.

—Quiero estar sucia. Quiero ver cómo se me veía cuando no era perfecta.

Estar «sucia» es una reacción típica no solo a la misoginia de la sociedad —¿por qué ibas a ser sucia, socialmente, por acostarte con hombres? Ah, por el estereotipo santa/puta con el que tanto lucha Misato. O eres frígida o eres una devora-hombres. Imaginaos qué habría pasado si llegara a pagar gigolós, el mundo explota, porque pagar por prostitutas es viril pero por gigolós es penoso, al parecer—, sino por el deseo de liberación, de morbo y saber que estás haciendo algo «malo» y te sales con la tuya. Romper con la imagen que se te ha impuesto o que has forzado sobre ti mismo para liberar tensión y no volverte loco.

—¿Es por eso que dormiste con él? ¿Con ese hombre?

—No, dormí con él porque lo amaba.

—¿De verdad lo amabas?

—Sí, lo amaba. Me aceptó por quién soy. ¿De verdad?

Ritsuko aparece como la parte de la sociedad que critica a una mujer activa sexualmente. Mirad cómo acusa. Si solo te acuestas por sexo, es malo. Debe haber sentimientos, como lo que deseaba Ritsuko con Gendo. Que, no me malinterpretéis, es evidente que Misato amaba a Kaji y que también tenía sentimientos encontrados con él, con su actitud y su evidente dependencia. Por otro lado, su yo niña, que quiere ser perfecta, también la critica porque los niños no terminan de entender —y menos en nuestra sociedad— lo que es sexo por placer. Igual que hará Shinji, mira mal a Misato porque esta debe justificar el tener sexo con Kaji.

¿Alguien se lo pediría a un hombre?

—¡Él fue amable conmigo!

Y entonces vemos un instante la semana en que Misato y Kaji no fueron a la universidad y desaparecieron de la faz de la tierra. Shinji, que tanto quería comprenderse y para eso se funde con Misato y sus recuerdos, contempla con franco disgusto la escena. Porque Misato, a pesar de todo (en particular de cómo se siente atraído por ella en términos sexuales y que ha sido expuesto a su evidente sexualidad una y otra vez), era «pura» para él… No, mejor dicho, debía ser pura. Nunca queremos ver a nuestros padres manteniendo sexo, ¿no? Pero eso no justifica el asco, la decepción —me encanta cómo suena el tren de fondo, siempre asociado al deseo de escapar de Shinji—.

Misato se horroriza y chilla:

—¡No! ¡Basta! ¡No le mostréis esta parte de mí a Shinji!

Quiere ser sucia, pero sin que lo sepan los demás. Porque sigue estando mal de acuerdo a lo que nos enseñan. Y sale Kaji. O, más bien, la fachada Don Juan de Kaji, que mira al frente y sonríe, burlón. Porque desde el momento en que apareció se dedicó a desmoronar la imagen de chica perfecta de Misato. Lo cual es ser muy capullo.

—No hay motivo para avergonzarse después de todo lo que ha pasado.

—¡ES vergonzoso!

—¿Por qué es vergonzoso? —pregunta la propia voz de Misato—. No tienes ningún problema… No, en realidad disfrutas al presentar esta parte de ti misma al hombre que amas.

—¡No! ¡Por favor, basta!

Shinji, entre tanto, mira con cada vez más rechazo a Misato.

—Con total honestidad, en realidad estás feliz de mostrarle esto a Shinji.

—¡Eso es mentira! ¡Estás equivocada! ¡Equivocada!

—No sé yo… En realidad quieres mostrarle esto a tu padre, ¿verdad?

—¡No es cierto!

—Buscabas sentirte en paz mirando la cara de Kaji mientras dormía.

—¡No es cierto!

—Buscaste paz en la calidez de Kaji.

—¡No es cierto!

—Buscaste a tu padre en los brazos de Kaji.

—¡No es verdad!

Pero la propia Misato lo reconoció en su momento, cuando se quitó los tacones —se despojó de la imagen social de mujer madura— para pasear con Kaji, medio borracha. Es decir, se mostró tal y como era. Si recordáis, ella misma se dio cuenta cuando era joven de que le gustaba Kaji porque se parecía a su padre y por eso huyó. Misato expresa a la perfección el sentimiento de contradicción porque se sentía bien con Kaji y la perspectiva de que fuera porque estaba buscando a su padre, al que odia —pero a cuya venganza ha dedicado su existencia— la aterrorizó. No, no podía ser que estuviera disfrutando con un hombre que le recordara a su padre. No podía ser feliz así.

—Bueno, supongo que eso significa que el amor empieza sin motivo pero siempre acaba por una razón.

—Eres tan amable, Kaji. Por favor, toma esa amabilidad y márcame con ella.

—Solo porque te odias ahora no significa que debas hacerte daño. Estás engañándote para sentirte mejor porque te estás castigando. Tienes que parar.

—Entonces vas a decirme que sea buena conmigo misma, ¿verdad?

Mirad la cara de odio de Misato mientras se aparta la mano de la cara, con la que había cubierto su vergüenza.

—Así son todos los hombres. Y después de eso se van a trabajar, se van a sus propios mundos. Dejándome atrás…

—Justo como papá.

Para Misato las palabras de Kaji no significan que se acepte, que se aprecie por cómo es… Sino que sea una buena chica, porque siendo mala solo se está haciendo daño. Para Misato los hombres solo se entretienen con ella hasta que consideran que empieza a dar problemas y ya no hay la misma satisfacción sexual —como su madre, que en cuanto se deprimió significó que se quedaba sola, porque le exigía demasiado a su padre— así que se marchan.

—Todo lo que estoy haciendo es huir de la dura realidad. —¿La dura realidad…? Esa soy yo, ¿verdad? Por supuesto, solo mírame. Es lo que se tenía que esperar.

Misato huye de la realidad mediante el sexo, mediante el placer. No es que eso esté mal, en especial con una vida tan tensa como la suya. Sin embargo, una actitud así deriva hacia una terrible dependencia e incapacidad de afrontar la realidad. Por eso se nos muestra cómo Misato intentó tener sexo con Shinji y este la rechazaba con firmeza.

—¡A veces pierdo toda la esperanza en mí misma! ¡Lo odio!

Aparecen otros personajes diciéndole lo sucia, lo patética que es. Maya, Ritsuko, Asuka… Pero es más bien lo que Misato cree que pensarán de ella si alguna vez les deja ver cómo es. Atentos a que todas las que la critican son mujeres. Me gustaría creer que es una representación de cómo nos enseñan a las mujeres a competir y enfrentarnos entre nosotras, pero dudo que sea el caso. Misato se siente aparte de ellas y no confía en que vayan a aceptarla porque no cumple con el «estereotipo» profesional que debería ser. Por eso saltamos luego a Makoto, felicitando a Misato por su ascenso. Felicitando a la oficial, no a la persona, sino a la figura que ella ha creado frente al público.

Misato se intenta convencer de que no sufre, que es feliz… Pero se viene abajo.

—¡No! ¡Esto no es felicidad! ¿Qué es la felicidad?

—¡Esta no soy yo! ¡Solo me he hecho creer que lo soy!

—¿Es eso lo que tenemos que hacer para seguir viviendo?

Es una gran pregunta, Shinji. Nunca somos una sola persona, tanto en solitario como frente a distintos individuos nos comportamos de forma ligeramente diferente y actuamos de acuerdo a una imagen. ¿Es necesario? ¿Debemos evitarlo? ¿Es posible evitarlo?

Los personajes se suceden para señalar que Misato tiene miedo cuando está sola, que no soporta irse a la cama sin nadie y por eso se emborracha… Y por eso aceptaría a cualquiera. Misato, como es normal, lo niega a voz en grito. Pero su propio yo casi hace más daño que los demás, porque afirma que simplemente quiere abandonarse al placer. De nuevo, como si eso fuera algo malo… De no ser porque es una forma de escapar a sus verdaderos problemas. Y para eso usa a los hombres. Igual que Asuka, e igual que Shinji querría usar a las mujeres pero no sabe (por mucho que fantasee con ello).

De modo que… ¿Qué es lo que de verdad quiere Misato?

La Complementación nos deja con esa duda mientras saltamos de nuevo a Asuka. Una Asuka con su vestido amarillo, pero sin fuerzas y completamente desconcertada. Se repite la escena con Misato; Shinji aparece para explicarle que son el reflejo que cada uno tiene del otro y necesitan investigarse:

Shinji pregunta:

—Asuka, ¿qué es lo que quieres?

Volvemos a la infancia de Asuka, a su convicción de vivir por sí misma sin necesitar a nadie. En general casi todo es un refrito de lo que ya vimos durante la invasión mental del Ángel, así que no tiene mucho sentido insistir en lo que ya sabemos. Lo interesante es cómo la mujer, la doctora, resalta que Asuka es extraña, que parece vigilarla y rechazarla desde lo más profundo de su corazón.

—A veces me da miedo. ¿Nunca te has sentido así, cariño?

—Qué va. De todas formas, ahora eres la madre de Asuka.

—Pero antes de eso soy tu esposa.

—Te convertiste en ambas al mismo tiempo.

—Sí, desde un punto de vista social, es cierto. Pero tú nunca podrás dejar de ser el padre de esta niña, mientras que yo puedo dejar de ser su madre en cualquier momento.

—Ciertamente.

Esta escena, si pensamos que fue antes de que Kyoko muriera, debió enfatizar todavía más el horror de Asuka a ser abandonada. Debido a la lealtad que sentía por su madre, rechazó a la amante de su padre. Pero entonces escuchó de fondo a esta mujer diciendo que, en cualquier momento, podía dejar de ser su madre. Exactamente lo que Asuka sentía que estaba haciendo Kyoko al sustituirla por una muñeca…

A continuación viene una de las súplicas de Asuka a su madre que tan bien conocemos:

—¡No, mamá! ¡No dejes de ser mi mamá! ¡Seré una buena chica para que te guste! ¡Así que no dejes de ser mi mamá! ¡Así que mírame!

Solo que, esta vez, sigue.

—¡Para, mamá! ¡No me mates!

¿Es posible que hubiera más de un intento de matar a Asuka y que por eso luego esta se ofreciera a morir? ¿Por eso intentó negociar con el: si así logro que me quieras, mátame?

En cualquier caso, el simbolismo del monito destripado es muy revelador acerca de lo que le espera —o lo que ya le ha sucedido— a Asuka en la Complementación.

La voz de Kyoko mientras le confiesa a la muñeca que el padre nunca la quiso y jamás la necesitó. Esto trae de nuevo el equivalente amor/necesitar de Evangelion que me pone los pelos de punta, suena tan joven que casi duele. Sin duda era joven, igual que Yui, cuando tuvo a Asuka. Pensar todo lo que le ha pasado…

—Muere conmigo, porque tu padre ya no nos necesita. (…) Por favor, muere conmigo.

—¡No! ¡No soy tu muñeca, mamá!

De modo que Kyoko se suicidó sola. Lo peor es lo que Asuka vio. No solo que su madre se había colgado, sino que…

—La expresión de su cara parecía muy feliz. Pero yo odié esa cara. No quiero morir. No quiero desaparecer. Odio a los chicos. Odio a mamá y a papá también. ¡Odio a todo el mundo! Nadie me protegerá. Nadie se quedará conmigo. Por eso voy a vivir por mí misma… ¡Pero no quiero! ¡Es duro! ¡No quiero estar sola! ¡No quiero estar sola! ¡NO QUIERO ESTAR SOLA!

En definitiva, si Asuka muere es porque nadie la necesitaba. Por eso estaba tan desesperada por ser piloto, por la profesión más necesaria del mundo: matar Ángeles. E incluso entonces, dejó de ser útil. Podían dejarla morir, sola, sin que nadie se preocupara por ella porque nadie la necesitaba.

Nuestros protagonistas aparecen en el escenario e, igual que Asuka, suplican lo que de verdad quieren:

—No me rechaces.

—No me abandones.

—No me mates.

Shinji, nuestro Shinji, está sentado entre el público. Es, a fin de cuentas, nosotros. Misato le explica que esto es la Complementación Humana en la que Gendo estaba trabajando. Los personajes le murmuran que nadie tiene la verdad absoluta, que solo puede confiar en lo que siente, en las memorias que empiezan a formar parte de él. Sin embargo, a veces la verdad cambia con el paso del tiempo. La verdad total no existe entre los humanos, solo tenemos una de tantas, que es la de nuestra perspectiva.

—Esto es el resultado de lo que deseaste.

Porque, como se nos cuenta en EoE, Shinji acaba por desear que todo se acabe y el mundo desaparezca.

—Sí, aniquilación, un mundo donde nadie se salva.

—¡No! ¡Es solo que nadie me salvó a mí! Nadie…

—Nadie puede salvarte.

—Esto es lo que deseaste.

—Destrucción, muerte, el regreso a la nada… Es lo que deseaste.

—Esto es la realidad. ¿Qué es la realidad?

—Es tu mundo.

—Es tu propio mundo, donde coexistes con tiempo, espacio y otras personas.

—Es un mundo donde tú decides cómo percibir y aceptar.

—Ahora mismo, este es tu mundo, donde todo se te ofrece.

Como nunca hemos visto a Shinji aceptar la Complementación, las acusaciones parecen injustas, más cuando él mismo no sabe qué está pasando. Pero, en definitiva, Rei y Kaworu dieron a elegir a Shinji y este deseó el fin del mundo porque mientras sufría nadie acudió a ayudarlo. No creo que en esas circunstancias podamos culparle de ser débil y querer ayuda. Y es el gran problema de Evangelion, que hablan de depresión y problemas «corrientes» cuando la situación no lo es.

En fin, que cuando Ritsuko dice que nadie lo va a salvar se refiere a que él necesita tener voluntad de mejorar y que el resto del mundo no va a hacer el trabajo de hacerle feliz. No puedes serlo si no pones de tu parte.

—Tus pensamientos de querer morir… Son todo lo que tú deseabas.

Por si alguien duda de que Shinji planeó suicidarse tras lo de Kaworu. Anno mismo afirmó que Shinji querría hacerlo, pero no tenía el «valor» para acabar con su propia vida. De modo que cuando un Dios le dio la oportunidad de elegir —en medio, si me permitís, de un orgasmo—, optó por la muerte de todo y todos.

Por eso que Shinji aparezca como parte del público y no del escenario es relevante. Nosotros nos vemos como protagonistas de una historia, pero ahora Shinji ha trascendido. Se ha acabado. Solo puede repasar sus recuerdos de la obra, intercambiarlos con otras personas y llegar a conclusiones sobre lo que ha vivido.

—Deseaste por un mundo cerrado, donde estuvieras solo y cómodo.

—Para proteger la debilidad de tu corazón.

(…)

—La gente no puede vivir en un mundo que es solo tuyo. No pueden vivir en un espacio que está cerrado.

Todo mientras apuntan a las puertas cerradas de la salida del teatro.

—Este es uno de los muchos posibles finales que podrían ocurrir. —Este es el final del mundo que has traído.

Porque Shinji es quien tiene en las manos la decisión final. ¿Quiere la destrucción, la nada, la desaparición del ser? ¿U optará por un nuevo comienzo?

Y el camino hacia la Complementación…

Continuará.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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