Reseña: El tiempo contigo

Hace un tiempo nos preguntaron en el Curious Cat por nuestra opinión acerca de los personajes femeninos de Makoto Shinkai. Las respuestas no estaban muy a favor del director, hubiéramos visto más o menos trabajos suyos. Aun así, decidí ver su última película, El tiempo contigo, para ver si había mejorado algo. Mis esperanzas empezaron a flaquear al escuchar cómo la voz en voz en off del protagonista hablaba sobre Hina, la deuteragonista, y fueron hundiéndose más y más a medida que avanzaba la historia. No solo los personajes femeninos no son mejores que en obras anteriores, sino que la película en sí tiene problemas que van más allá de cómo Shinkai escribe a las mujeres.

Atención: esta reseña contiene SPOILERS

 

El tiempo contigo está creada a partir de la superposición de tres niveles o mundos: el “mundano”, con la búsqueda de la estabilidad económica o lo relacionado con la pistola y la policía; el sobrenatural, con los poderes de Hina y la mitología de las doncellas del sol; y el amoroso, con el romance entre Hina y Hodaka. Puede resultar complicado equilibrar diferentes ideas de forma que el producto final sea algo coherente y que funcione a todos esos niveles, y desde luego esta película no lo consigue.

Shinkai esboza ciertos problemas relacionados con la juventud (Hodaka probablemente viene de un hogar abusivo, Hina debe falsificar su edad para encontrar un trabajo con el que mantenerse a sí misma y a su hermano, las referencias a “trabajos” de índole sexual por parte de menores, la precariedad y pobreza infantiles), pero no termina de sumergirse en ninguno. Da la sensación de que en realidad no le interesan; lo único que parece atraerle de ellos es el drama que puedan aportar a su pareja principal. La policía, por ejemplo, se presenta como un obstáculo, un muro a superar, que convierte al romance en una suerte de “amor prohibido” o “condenado”. La existencia de los servicios sociales cobra importancia en el momento en el que más puede afectar y no antes, sin prácticamente desarrollo. La madre de Hina y Nagi muere en un hospital (es decir, su muerte no es un secreto para el Estado) y durante meses logran vivir solos sin que sus vecinos, sus posibles familiares o los propios trabajadores del hospital den la voz de alarma. De hecho, asumí que era una de las típicas cosas que no se iban a tratar bajo la excusa de “suspensión de la incredulidad”, porque la película parecía querer centrarse más en otros elementos. Y luego aparece como fuente de conflicto, porque supongo que el que la policía ya estuviera buscando a Nagi no era lo bastante dramático para Shinkai. O porque de pronto recordó que, efectivamente, tenía a dos menores de edad viviendo solos sin ninguna clase de supervisión adulta. En cualquier caso, el nivel “mundano” tiene un potencial de crítica social desaprovechado casi por completo y un desarrollo irregular.

Por otra parte, el worldbuilding sobrenatural se trabaja también de forma superficial. ¿Habría seguido lloviendo ininterrupidamente si Hina no se hubiera convertido en una doncella del sol al principio de la historia? ¿Qué es el mundo en lo alto de las nubes? ¿Por qué deben sacrificarse las doncellas para que el buen tiempo regrese? ¿Qué hace que el tiempo se vuelva inestable en primer lugar? Al no explicar ni tratar en profundidad la parte fantástica de la película, esta queda como un apósito, un envoltorio colorido para la pareja y una excusa para lucir las habilidades de animación del equipo (que son, sin duda, espectaculares). Tampoco pretendo decir que sea necesario desgranar los detalles de todo, por si quieres mantener cierto misterio, pero sí algo más que unas simples migajas.

Lo que Shinkai al final parece querer mostrarnos es un romance entre dos adolescentes salpicado con otras cosas para darle un sabor un poco distinto. Y dicho romance tiene una culminación… un tanto cuestionable. Si Hodaka no hubiera salvado a Hina estaríamos, sí, ante un ejemplo más de “personaje femenino que ha sido bueno y puro toda la historia se sacrifica para salvar al mundo”, pero visto el resultado final, casi lo hubiera preferido. El mensaje que nos queda es que está bien cambiar el mundo (para mal), a cambio de estar con el amor de tu vida. 

El precio a pagar para que la pareja protagonista acabe junta es brutal. No solo nos encontramos ante una ciudad que se está inundando poco a poco (como podría ser el caso de Venecia en la vida real), sino que en Tokyo va a llover todos los días, a todas horas, hasta… ¿que Hina muera de muerte natural? ¿Hasta el fin de los tiempos?

Imagen de Tokyo semisumergido al final de El tiempo contigo. No hay rastro de carreteras y solo la parte superior de los edificios más altos sobresale del agua.

En Escocia, por ejemplo, llueve casi todos los días, pero también hay sol. Y en otros lugares de la Tierra el clima es muy lluvioso, pero el ecosistema se ha hecho a ello. Los tokiotas no van a disfrutar de semejante consideración. Pensad en las infraestructuras, el alcantarillado, el metro, la vegetación que va a sufrir un diluvio constante. Por no hablar de cómo va a afectar a la gente. La película hasta muestra algunas consecuencias a nivel personal: Fumi ha tenido que mudarse porque su casa anterior ha quedado sumergida. Pero por supuesto, una historia que está construida alrededor de la pareja de Hina y Hodaka no va a considerarlo como algo negativo. A pesar de haber perdido su hogar, Fumi cuenta que la bahía de Tokyo antes tenía mucha más agua, así que esta inundación es una especie de “vuelta a los orígenes” o “la naturaleza recuperando lo que era suyo”. Suga, por su parte, comenta que no es posible que Hina y Hodaka hayan provocado esa situación, y esto parece acallar la conciencia de Hodaka. Excepto que sí lo han hecho, y el chico en sus reflexiones en off confirma que es consciente de que sus acciones han cambiado el mundo. Ni él ni Hina, hasta donde sabemos, sufren consecuencias por ello. Hodaka debe pasar tres años en libertad condicional en su isla de origen, pero es debido a sus problemas anteriores con la policía. Y en el caso de Hina… ignoramos qué ha estado haciendo este tiempo, porque Shinkai no está muy interesado en trabajar a sus personajes femeninos más allá de su relación con el protagonista de turno. Lo cual nos trae de vuelta al motivo por el que quise darle una oportunidad a la película.

Como ya he comentado, Hina recae en el estereotipo de “chica buena y pura que acaba sacrificándose por un bien mayor”. Y en el de “hermana mayor que actúa como una madre”. Y en el de “chica que necesita ser salvada por chico”. Por supuesto, no estoy diciendo que un personaje femenino no pueda cumplir uno o varios estereotipos, pero es que Hina no tiene mucho más desarrollo. La idea de monetizar sus poderes es de Hodaka, no suya, y la decisión más importante que toma, sacrificarse por el bien común y de sus seres queridos, queda anulada cuando Hodaka la trae de regreso a nuestro mundo. Y a la falta de agencia de Hina, casi una víctima de sus circunstancias y de las decisiones y necesidades de otras personas, hay que añadirle escenas como las del “desnudo”. Teniendo en cuenta que las secuelas de sus poderes son visibles en sus pies o sus brazos, resulta innecesario que se quite el albornoz para enseñarle el pecho a Hodaka, incluso aunque no se vea nada debido a estas secuelas.

Aparte de Hina tenemos a Natsumi… cuya escena de presentación es Hodaka mirándole los pechos mientras ella supuestamente duerme. Habría estado bien que la película mostrara más interacción entre Hina y Natsumi, dado que la escena que comparten en el parque está bien y es Natsumi la que le revela a Hina su trágico destino como doncella del sol. Pero no vuelven a coincidir y, es más, en esta única ocasión, Natsumi vuelve a ser objeto de fanservice. Su otra aportación relevante a la trama es ayudar a Hodaka a huir de la policía.

El resto de mujeres son casi anecdóticas. La hija pequeña de Suga, por cuya custodia está luchando. Las dos niñas que sirven para presentar como un womanizer (a cuento de… nada) a Nagi, y que luego le ayudarán a escapar de la policía. La abuela del protagonista de Kimi no Na Wa, obligada a mudarse al final de la película por las inundaciones. Miembros de la policía y/o servicios sociales. Una adivina. Dos madres muertas y otra que no aparece físicamente pero intuimos que puede ser maltratadora. Nada de esto hace que Shinkai sea el peor escritor de personajes femeninos del mundo, ni de lejos, pero es indudable que no es una faceta en la que destaque, y esta obra lo cimenta aún más.

No voy a negar que El tiempo contigo es una película que me ha resultado entretenida o que en el apartado visual es increíble. El mimo y la espectacularidad con la que está animada, sobre todo aquello relacionado con el agua, es algo incuestionable. Es por eso por lo que resulta aún más frustrante que el contenido no esté a la altura. Me pregunto cómo sería el resultado si Shinkai dirigiese el guion de otra persona o si al menos crease personajes femeninos un poco menos estereotipados y un poco más trabajados.

El tiempo dirá, espero.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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