Analizando Berserk. Capítulo #1: El guerrero negro

¡Nueva sección! O en realidad no, porque ya hemos analizado temas de Berserk en diversas ocasiones, pero celebrando el regreso del manga, he decidido hacer un análisis capítulo a capítulo. ¿Llevará mucho? Sí. ¿Terminaremos antes de que Kentaro Miura ponga fin al manga? Si persistimos y el Artículo 13 no nos destruye por el camino, ¡seguro que sí! En cualquier caso, allá vamos. ¡Mucho cuidado con los spoilers; si no te has leído o visto Berserk este no es tu sitio!

Edición: después de repasar este artículo varias veces para los vídeos de Youtube, me he horrorizado muchísimo con la pésima calidad de escritura, así que ahora contáis con una versión más corregida y expandida.


Kentaro Miura comenzó a publicar Berserk en 1989, en la revista Monthly Animal House… Antes había publicado unos cuantos oneshot, entre los cuales destaca el prototipo de Berserk. En este podemos ver unas cuantas ideas básicas de la trama general, con una historia oscura y un protagonista que buscaba venganza, pero la versión final se pulió en muchos aspectos. Por ejemplo,  el diseño de Guts pasó de ser un hombre curtido a un chaval joven y ganó en una barbaridad de estereoides.A pesar de los cambios incluidos, Berserk tuvo un inicio que rozaba lo genérico. Los enemigos parecían salidos de Drácula de Bram Stoker y…  No tenía un rumbo muy marcado o robusto.

Kentaro Miura es lo que llamaríamos escritor brújula o jardinero. Es decir, que improvisa sobre la marcha. En una entrevista en 1996 que aparece en la Berserk Illustrations File, Miura reconoce que no tenía básicamente nada pensado al comenzar a dibujar, y cito con una traducción aproximada:

Al principio no tenía ningún plan desarrollado. Solo pensé en hacer un shonen de fantasía con un héroe oscuro, porque mi manga, que había recibido un premio, iba a publicarse en una revista shonen. Era la clase de héroe que encajaba en revistas shonen. Y, bueno, no había tantos mangas de fantasía por esa época. Si tuviera que mencionar alguno… ¿diría Bastard? Así que pensé en perseguir un género que fuera de nicho. Eso es todo. No miraba más lejos. Era mi primera serialización basada en un trabajo original, ¡no tenía ni idea de qué hacer! Me centré en crear un héroe atípico.

De verdad, no podemos fiarnos de los autores. De acuerdo a otra entrevista, Berserk comenzó como una mezcla difusa de ideas de distintos mangas y películas. Violence Jack, de Go Nagai (autor de Devilman) y Guin Saga de Kaoru Kurimotofueron grandes influencias y se nota. Pero luego fue más allá y bebió de lo mejor de Devilman y de La rosa de Versalles, a Miura le encanta el shojo, para dar más personalidad a su obra.

Lo interesante es que, en sus propias palabras, le dieron manga ancha en una revista mensual que era de segunda categoría. Así encontró espacio para, por ejemplo, tratar a los villanos a un ritmo pausado, lógico, y sin verse forzado a cumplir expectativas de power up radicales como los de los de la ShonenJump. No jugaba en esa liga, no tenía que competir por un primer puesto, así que contó con una invaluable libertad creativa.

Es por esto que Guts tarda tanto en encontrar una armadura que le permita enfrentarse a ciertos enemigos, y por qué al final del tercer arco todavía no tenemos a monstruos del nivel de Dragon Ball a los que Guts, como humano que es, no podría vencer.

Aun así, Guts cuenta con elementos exagerados como la afamada matadragones que, de acuerdo a Miura, surgió por una serie de influencias. Y cito, de nuevo con una traducción apañada:

[La espada] viene del manga de Shinji Wada, Pygmalio. También creo que en el spin-off de Guin Saga, The Snow Queen, había una ilustración de un gigante de dos otres metros que enarbolaba una espada. La de Guts es una mezcla de ambas. Tiene el tamaño justo para que se pueda transportar más o menos, pero da a la vez esa sensación de lucha a corta distancia que caracterizaría un manga violento de hombres. No pude aclararme por un tiempo, sin embargo, y el diseño de Guts cambió bastantes veces: pelo largo, llevar una katana, etc. Después de agonizar por el tema, logré diseñarlo tal y como es ahora, y sentí que había dado en el clavo. Todo lo que tenía que hacer era capturar el giro de la espada y el placer de dar ese golpe.

Y sabemos que lo de la espada lo consiguió, ¡así que enhorabuena!

Volviendo a la historia…

Para perfeccionar primero hay que crear, así que los capítulos iniciales de Berserk son claras exploraciones, a base de pinceladas y pruebas, para decidir qué es lo que funciona. Nos habíamos quedado con que quería algo oscuro.

Y madre mía que si lo es. El comienzo de Berserk grita grimdark a raudales, tanto que te hace llorar los ojos. Parece que todas las malas copias de Berserk se hayan quedado en esta primera impresión de gore gratuito, violencia bombástica y un protagonista que se presenta como un Macho Alfa.

Por eso es tan divertido leer Berserk con la perspectiva de los años. Ya la primerísima imagen nos deja claro que Miura es un escritor jardinero. El Guts «canónico» posterior a la Edad de Oro no buscaría jamás contacto sexual porque es una víctima de violación, así que el que la primera escena sea acostándose con la Apóstol que acabó con Corkus es… es… Claro. Sí. Muy coherente. Por supuesto.

Por cierto, en la traducción al castellano se refieren a la Apóstol como un «él».

Supongo que, si recontextualizáramosesta escena, podríamos meter con calzador la idea de que Guts está ejecutando una venganzakármica, porque ya sabemos cómo murióCorkus pero… Pero no. Un joven Kentaro Miura de 23 años se sentó a planear su historia y se dijo quiero hacer algo impactante, y ¿qué hay más impactante que empezar con sexo, para que luego la mujer se convierta en una casi-Xenomorfo y mi protagonista la haga volar en pedazos metiéndole un cañón por la boca?

Hay que perdonarle, era muy joven.

Francamente, me pregunto si al Guts actual llegaría a poder… ya sabéis. Levantársele.

Tras acabar con su presa, Guts se cubre con su raída capa de SeñorTM y emprende un camino que lo lleva hasta una ciudad cuyo nombre no averiguamos. Lo primero en lo que se fija es que un carro con barrotes transporta a jovencitas y niños. Casi sin duda constituyen una referencia al capítulo piloto de Berserk, donde Guts era un hombre más irónico, curtido, y todo iba de vampiros. También era la historia donde el prototipo de Griffith era una niñita que desarrollaba un evidente crush por Guts.

Saltamos entonces al interior de una taberna, donde aparece el elemento que más desconcierta a los lectores occidentales: Puck. Personalmente siempre me ha sorprendido que Miura optara por dibujar un hada chico desnudo, con lo incómodo que puede resultar para la sensibilidad de algunos lectores masculinos. Más allá de este detalle, Puck destaca por varios motivos: es magia pura y dura, no parece tener historia propia y desborda un grado de comicidad que «rompe» el tono de Berserk.

Pero, en realidad, Puck está justificado a todos los niveles. Como se ve con la Apóstol, Miura quería una trama que poco a poco fuera enfocándose hacia la magia y Puck sirve no solo para darnos una bofetada en la cara y gritarnos que sí, hay elementos de Alta Fantasía aunque los fans más hardcore de la Baja Fantasía lo sufran, sino que Gutstiene una particular relación con lo sobrenatural. De lo contrario no sería capaz de ver a Puck. Sí, otros personajes pueden verle, pero parece darse cierto retcon después de la Edad de Oro sobre las normas acerca de los seres fantásticos… Así que dejémoslo en que todavía no estaba muy pensado.

En cuanto a los otros dos puntos, Miura cuenta en esta entrevista que Puck es una referencia sacada del teatro kyôgen y que los japoneses están habituados a contar con un compañero que rebaje la brutalidad y seriedad de una historia. Además, Puck hace las veces de Pepito Grillo para Guts. Eso por no mencionar que es un descaradísimo elemento de exposición de la trama, ya que Guts no suele detenerse a hacer preguntas ni enterarse del contexto.

Sigamos con la trama.

Como Guts todavía no estaba muy pensado, es difícil evaluar sus actos. Así que… Cuando entra a la taberna y mata al bandido que había atado y usado a Puck como diana para sus cuchillos, ¿por qué lo hace?

Chicchi todavía ni había surgido en la mente de Miura, pero es bonito crear una continuidad e imaginar que Guts salva a Puck porque le recuerda ala hadita. Como no es el caso, hay que buscar la justificación en otro lugar. Y es que Miura no creó a un personaje sin sentimientos o sin cierto límite moral. Desde su concepción, por ejemplo, Guts siente debilidad por los niños y aunque trata de aislarse emocionalmente ante el sufrimiento de los inocentes, nunca termina de conseguirlo. No es casual que su primera acción (de verdad, no pienso contar el sexo con la Xenomorfo como algo canónico) sea, pues, para salvar a un hada.

Eso sí, contra los hombres armados, no siente ningún remilgo. Y mucho menos si trabajan para Apóstoles.

—¿Verdad que le darás un mensaje a vuestro jefe de mi parte? (…) Que ha venido el guerrero negro. Solo eso.

Toda la escena se asegura de aclarar que Guts no es un don nadie que quiera meterse con gente aleatoria. Tiene un «nombre» que quiere que sus enemigos conozcan, quiere que sepan que va a por ellos. Como el Apóstol está fuera de su alcance, Guts está intentando que salga a cazarle y sabe bien qué es lo que pasa si matas a subordinados: que los superiores vienen a por ti. Es básicamente lo que le sucedió en su primer encontronazo con la Banda del Halcón, solo que aquí no hay un jovencito de pelo blanco interesado en ganarse su lealtad.

Puck nos cuenta que la ciudad se encuentra bajo el yugo de un barón horrendo, uno con el que el preboste ha hecho un pacto para mantener a los ciudadanos a salvo. A cambio entrega lo que para naaada son sacrificios humanos. Y, por supuesto, el preboste se mosquea mucho cuando encuentra que hay alguien asesinando a los soldados del hombre que tanto interés tiene en mantener tranquilo y alejado de la ciudad.

Así pues, Guts acaba torturado en una mazmorra, escena que francamente creo que Miura recuperó y explotó con Griffith porque nunca hay suficientes paralelismos entre protagonista y antagonista.

No me cabe duda alguna sobre que Guts, inconscientemente, busca esta tortura. Pensadlo, no es que tome precauciones para asegurarse de llegar, no sé, vivo a encontrarse con el Apóstol. Guts es un mastodonte que llama la atención allá donde va. No le importa convertirse en una diana humana. Al contrario, lo busca.

Aunque sus tendencias suicidas se originan en su más tierna infancia, tras el Eclipse sus impulsos autodestructivos se han disparado. Quiere castigarse y que le hagan daño por haber «fallado», por haber confiado en Griffith… y porque sufrir es más fácil que intentar lidiar con los problemas. Es un juego de fortalezas. ¿Puede ganar al mundo que desea aplastarlo o perecerá en el intento? ¿Hasta dónde puede presionar sin morir? ¿Hasta dónde alguien maldito como él tiene derecho a vivir?

Curiosamente, el preboste no lo entrega directamente al Apóstol. Motivos de guion, supongo. Lo que Miura hace es, en vez de matar a su protagonista, como ocurriría en cualquier otro caso, presentarnos al villano. Todavía podemos ver el aire de «Drácula» que envolvía la historia de Guts, con un estilo muy clásico: un castillo en las penumbras, un monstruo elegante de dientes afilados y que exhibe un extraño sentido del humor mientras devora los restos de las mujeres y los niños que se le han sido entregados en sacrificio. Este monstruo carece de una historia y de detalles que lo humanicen, salvo durante sus últimos momentos. Es plano y bastante olvidable, pero como primer enemigo está bien, porque, como veremos, queda muy claro que es uno de los niveles más bajos.

Mientras el pseudo conde Drácula se da un banquete, Guts ha dado con sus huesos en una celda donde sostiene un breve y traumático encuentro con su hijo. Claro que, a estas alturas, todavía noestaba planteado como su bebé. Me encantaría hacerle una entrevista a Miura y preguntarle qué idea había detrás de este feto deforme, y por quéGutslo odia y teme al mismo tiempo. Miradlo, el pobrecito ni siquiera es una amenaza, apenas puede moverse y se arrastra hacia su padre… ¿Buscando afecto? ¿Reconocimiento?

Por desgracia para él, puede que Guts esté exhausto, pero tiene fuerzas para rugirle que se aleje.

Es entonces, cuando todavía no sabemos qué va a pasar, si el bebé continuará acercándose, que Puck salva a Miura de revelar el misterio. El hadita, todo amor, entra en escena armado con las llaves de la celda y acaba en un charco de orina, porque dónde iba a acabar si no. El bebé desaparece. ¿Por miedo a otra criatura mágica o porque alguien ha venido a ocuparse de su padre y ya no tiene nada que hacer…? El caso es que se va y Puck trata de curar a Guts. La primera reacción que obtiene es muy interesante:

—¡No me toques! Ni se te ocurra volver a tocarme…

La expresión de Guts no es la de un arrogante macho alfa que reniegue del contacto porque no es cosa de hombres. Es la de una persona en guardia, asustada porque está desvalida y no puede defenderse.Uno diría que es exactamente la misma situación a cuando lo estaban torturando, así que… ¿Por qué antes sonreía con arrogancia y ahora está tan a la defensiva?

Básicamente… porque Guts se protege bajo una fachada de dureza. Para él es más natural desafiar a quienes quieren aplastarle que afrontar a alguien cuyo objetivo desconoce. En el primer caso siempre puede prepararse para el dolor. En el segundo, en cambio… Además, acaba de ver al feto, que es evidente que le trae malos recuerdos y lo ha dejado vulnerable por dentro. No quiere que nadie se le acerque cuando está tan desamparado.

Y es esto lo que hace que Guts escape de ser un mero estereotipo. Puede que Miura no hubiera planeado su pasado, pero resulta evidente que sabía que le habían hecho mucho daño. Que estaba… roto. Es posible que, al comenzar la Edad de Oro, decidiera justificar el terror de Guts ante el contacto físico y le creara un horrendo trauma infantil. En cualquier caso, estoy convencida de que recontextualizó este rechazo al contacto para que encajara con dos violaciones distintas; la de Donovan y la del Eclipse. En dos de los momentos más traumatizantes de su vida, Guts estuvo sujeto por criaturas crueles y despiadadas, muchísimo más grandes que él, boca abajo y repleto de heridas. En ambos casos hubo una terrible violencia psicológica y sexual, y se encontró impotente para salvarse… o para salvar a los demás.

Pero en vez de hacerle daño, Puck desprende polvo a lo Campanilla y comienza a curar sus heridas. Miura replicó esta escena, paso a paso, con Chicchi, así que me gusta imaginar que Guts está recordando a la hadita.

En cualquier caso, Guts está tan sumergido en su atormentada búsqueda de muerte que no espera agradecimiento ni ayuda de nadie, de modo que se queda sin palabras ante la bondad de Puck. Y más con lo rápidamente que este confía en él y le habla sobre sus experiencias:

Los elfos tenemos varios poderes. Sanar heridas, empatía, proporcionar felicidad… Aunque al jefe de mi compañía lo decapitaron aquellos bandidos…

Guts calla y se deja hacer. Puede que haya sentido empatía. No son tan diferentes y los dos han sido incapaces de salvar a gente que les importaba. O puede simplemente que el hada lo haya desarmado con su amabilidad. Se siente lo suficientemente seguro como para presentarse con su nombre y Puck no duda en aprovechar esta apertura. Como no deja de ser nuestro representante porque es quien tiene reacciones más similares a las nuestras, se lanza a hacer preguntas. ¿Qué es esa marca (o estigma), quién te la puso, cuál es tu historia?

La respuesta es… inquietante.

Pronto lo entenderás. Enseguida vendrá a esta ciudad para matarme… Y para arrasarla hasta los cimientos.

Guts ha hecho el equivalente a ponerse una capa roja en medio de un campo de nieve y lanzar fuegos artificiales para atraer la atención. ¿El problema? Que, como bien dice Puck, con estos actos está condenando a la ciudad. Una ciudad que agacha la cabeza y sacrifica a gente inocente para mantener cierta estabilidad.

Guts, como buen protagonista de un pseudogrimdark, no intenta justificarse. Es más, admite que la «morralla» de la ciudad le da completamente igual… Cosa que sabemos que no es cierta. Solo intenta convencerse de ello.

Mirad cómo masculla en voz alta:

Si uno no es capaz de hacer lo que plazca con su propia vida, está mejor muerto.

¿Oís eso? Sí, soy yo llorando.

Es tan doloroso ver cómo la doctrina de Griffith, que tanto mal hizo a Guts en su momento, ha calado tan lejos…

Pero Guts no es un simple cínico. La habilidad mágica de Puck nos permite percibir que, bajo su fachada de hombre cruel y distante, hay una tormenta de ira, tristeza, miedo. Todos estos sentimientos brotan del pozo de amargura y destrozo que es nuestro protagonista. Hablan de un humano, no un estereotipo.

Guts, eso sí, sigue interpretando su papel. Y así, rompe a reír cuando Puck le pregunta que por qué lo salvó. ¡Claro que no le ha salvado, qué va! ¡Fue puuura casualidad! Puck carga contra su mandíbula y Guts recibe de esta forma lo que, sin duda, es un golpe bien merecido.

Y por si no nos queda lo suficiente claro que a Guts le importa lo que digan y hagan los demás, intenta impedir que Puck se marche cuando lo ve llorar. Luego, a solas, se queda mirando las llaves que le ha traído. Y ¿qué pasa entonces?

Que se mira las heridas que Puck le acaba de sanar… y empieza a autolesionarse con sus propias uñas, desgarrándose el brazo.

No dejo de recordar la escena de Griffith lavándose en el ríoporque considera que su prostitución lo ha mancillado por dentro y que no ha servido para nada porque muchísima gente ha muerto. Y también recuerdo a Griffith desgarrándose los brazos después haber tenido sexo con Charlotte mientras piensa en Guts y se castiga porque ha perdido el control.

Griffith reprime sus emociones hasta que se vuelven contra él. Guts se deja poseer por ellas, pero termina por abrir el suficiente espacio para que alguien lo ayude a ser mejor persona. Sin embargo, ambos autolesionan mientras persiguen un camino que siembran de cadáveres: uno para alcanzar su sueño; el otro, para obtener la venganza.

Y antes de que podamos profundizar en Guts, el Apóstol llega —y así aprendemos el terrible funcionamiento del estigma: sangra y duele cuando un cazador, un Apóstol, anda cerca—, de modo que Guts entra en modo máquina sádica de matar, también conocida como modo Guerrero Negro.

En la siguiente escena… ¡Tenemos nuestro primer bebé muerto y clavado en una pica! Las tropas del barón cargan contra la ciudad porque pueden y Guts se esconde entre unos cadáveres para poder acercarse y pillarlas desprevenidas.

Y bueno, hay batalla. Por si no lo sabíais, Miura tiene un fetiche con los ojos y al final de cada capítulo pienso hacer un recuento de cuántos ha hecho saltar por los aires.

Al final el Apóstol se transforma y plantea la idea que perseguirá a Guts durante toda la historia: solo eres un humano, no puedes con nosotros, los Apóstoles. Y, a pesar de ello,Guts siempre ha intentado quebrar el destino.

La pregunta es: ¿lo conseguirá? Porque una cosa es pillar a un Apóstol desprevenido durante, eh… Una escena de sexo…

Y otra pelear contra uno perfectamente transformado y alerta.

Spoiler: no sale bien.

Miura siempre se ha molestado en representar a Guts como el humano que es. Uno monstruosamente fuerte, sí, pero que acaba hecho papilla después de derrotar a los Apóstoles. De lo contrario, no supondrían un desafío y, más importante aún, no podríamos ver que Guts es tan autodestructivo que siempre se levanta para vencer sin la intención de vivir. Se deja guiar por el odio ciego, por la misión de destruir hasta que su vida se extinga. No piensa en nada más allá de matar, dudo muchísimo que crea que puede sobrevivir a los Apóstoles… Y más aún que tenga algún plan sobre lo que pasaría si así ocurriera.

La intención de Guts, por nebulosa que sea en su cabeza, es morir vengando a sus amigos.

Pero le gusta hacerse de rogar.

Visto que no es lo suficiente rápido para esquivar la cola de serpiente del Apóstol, que las flechas no funcionan y no tiene tiempo para atacar con la espada, se deja atrapar. Cuando el Apóstol va a devorarlo, lo sorprende igual que hizo con la primera Apóstol y se asegura de causar el mayor daño posible al encontrarse a la mínima distancia de su víctima.

Solo entonces se permite emplear la matadragones.

Aunque está hecho un desastre, el rabioso y violento júbilo de haber vencido a otro Apóstol saca lo peor de Guts y comienza a torturarle clavándole flecha tras flecha, disfrutando al saber que no puede morir por algo tan débil, pero que no deja de doler.

Vas a sufrir en tus carnes lo que se siente al ser un endeble humano… Sentirás cómo desgarro tu carne… Cómo te clavo mis proyectiles.

El problema no es si el Apóstol merece o no lo que le están haciendo, ¡claro que sí!, sino que Guts se pierde a sí mismo. Si los Apóstoles sienten que pueden matar y torturar seres humanos es porque tienen el poder de hacerlo.Guts hace exactamente lo mismo, ignorando los alaridos del Apóstol, que le ruega que se detenga.

¿Qué diferencia hay entre él y los torturadores de las mazmorras, por ejemplo? Desde luego no lo está haciendo por justicia, sino porque puede. Porque quiere dejar de sentirse vulnerable. Porque quiere estar en la posición que tuvieron los Apóstoles cuando lo destrozaron a él.

Y no hay que perder de vista que durante toda esta batalla, Guts ha estado sufriendo por la cercanía del Apóstol. El estigma es un constante recordatorio del Eclipse, de Griffith y de que está condenado a ser devorado por monstruos.

Es gracias a este estigma que obtenemos dos datos importantes: que el estigma es algo que provocan los Apóstoles, yque Guts busca a la Mano de Dios. No se nos dice qué es este grupo, pero creo que el título es muy… revelador. El caso es que los Apóstoles son tan poca cosa que no conocen la localización de esta Mano. Es un buen trabajo para apuntar la dirección de la historia, marcando un objetivo claro, y que despierta la curiosidad de los lectores por averiguar qué le ocurrió a Guts para acabar así.

Una vez confirma que el Apóstol no le sirve para nada, Guts se aleja ignorando sus gritos, y le vemos morir lentamente entre las llamas.

Sin duda, si no lo había decidido a estas alturas, al menos estoy convencida de que Miura ya jugaba con la idea de que los Apóstoles son humanos que, en un momento de extrema ansiedad y tensión, eligieron convertirse para salvaguardar su propia existencia… De modo que ver sollozando a este hombre serpiente queno quiere morir tiene un trasfondo más profundo del que puede parecer a primera vista. Estamos ante un ser humano que sacrificó lo mejor de sí mismo para prolongar su vida y empleó esta para hacer daño a los demás. Hay cierta tragedia en ver cómo este miserable acabó conociendo un terrible destino a pesar de todos sus sacrificios.

Claro que se merece lo que le pasa, no voy a ser yo quien diga lo contrario.

¡Nos leemos en el siguiente capítulo!

Ojos destrozados

14

Gente partida por la mitad

4

Niños muertos

1

¡Que el viento sople a vuestro favor!

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

2 Comments
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
Puck ^_^
Puck ^_^
2 years ago

Hola, qué tal! Os sigo de hace tiempo y estaba buscando éste post para compartirlo.

Os escribo para informaros que, por lo menos a mí, desde la página principal de Mistral y clicando en la etiqueta Berserk no se consigue encontrar ni éste análisis ni el de el capítulo 2. He tenido que llegar desde Google.

Saludos

Mistral Chronicles