Analizando Berserk. Capítulos 19 y 20: Nosferatu Zodd (II y III)

¡Berserk sigue! Esta vez toca analizar dos capítulos de Zodd, porque el primero no… no tiene mucho y me da vergüenza subir solo dos páginas a la web, así que allá vamos. Recordad que podéis leer aquí el resto de ensayos sobre Berserk.

Abrimos con Zodd recordándonos que es tan masivo que está a punto de salirse de los marcos de la escena. La amenaza de su físico es sofocante. Hasta cuando felicita a Guts por haber esquivado su estocada sientes el peligro porque su viñeta es tan grande que parece que vaya a aplastar las del protagonista. Y eso que nuestro chico todavía no es el coloso que será en el futuro, pero aun así tiene un tamaño considerable, por lo que es impactante verle siendo tan, tan diminuto. Esta sensación de escala se consigue gracias al empleo de la descomunal arquitectura y de los ángulos desde el suelo que le hacen aparentar ser una simple presa.

Al contrario de lo que nos han enseñado los videojuegos, la gente alta, grande y con armadura pesada (o armas enormes) no es lenta. Zodd lo demuestra con una lluvia, o más bien un granizo, de imposibles golpes de espada. No solo son fulminantes, sino bestiales. Alguien menos hábil que Guts no habría podido evitarlas… Y él lo hace por un pelo. Cuando Zodd alcanza una de las ciclópeas columnas y las parte en dos, la tensión se incrementa porque tenemos claro el destino del chico si comete un solo error.

Y Zodd, bueno, ¿qué cabe decir salvo que se está dejando cegar por la excepcionalidad de Guts? A pesar de estar en clara ventaja, y de que arroja a Guts con tanta fuerza contra otra columna que le hace vomitar sangre (muy a lo japonés), Zodd está excitado. Es la primera vez en cincuenta años que un rival consigue resistirse a él y se comporta como si de verdad se encontrara en una batalla más o menos equilibrada.

Lo cual es una estupidez.

Como bien medita Guts, con creciente horrror, Zodd es sobrehumano, ni siquiera Griffith se puede comparar con él y a duras penas está logrando sobrevivir. Alguien tan experimentado como Zodd debería ser consciente de que Guts no tiene ninguna oportunidad contra él. Ni siquiera es que esté verde, es que no hay color. Faltan años para que se haga con la Matadragones, y todavía necesita ganar peso y fuerza, ahora mismo no es un un rival para los malditos Apóstoles. Sería incapaz de hacer frente a escoria como Wyald, ¿cómo esperar que pueda rozar a Zodd?

Y, sin embargo, la emoción y esa mentalidad pseudo caballeresca que ostenta Zodd permiten que le dé oportunidades a Guts en vez de aplastarlo como una mosca.

Así pues, las cosas son simples: si Guts sigue a la defensiva solo hay un posible destino y no está dispuesto a someterse sin luchar… De modo que decide jugárselo todo a un golpe. Zodd aprueba la maniobra, aunque su velocidad le hace sentirse confiado y está convencido de que destrozará a Guts antes de que este pueda alcanzarle. Y permitid que diga que si Guts puede superar sus propios límites para sobrevivir a Zodd… Por supuesto que será capaz de imponerse a Griffith.

Porque es un chico inteligente y no actúa sin pensar. Igual que hizo con Bazuso, confía en poder aprovechar la fuerza de su adversario para partir la espada enemiga. Y funciona. Así evita que la hoja de Zodd le alcance la cabeza. Guts directamente hunde la suya en la piel de Zodd. Todo esto nos permite ver cómo ha crecido desde Bazuso, pues su brutalidad e inteligencia le permiten alcanzar con eficiencia a su enemigo, en lugar de tener que atacar primero el arma y luego el costado de su contrincante, mientras reza porque el arma que le da en la cabeza no acabe con su vida.

Ay, las espirales de Berserk siempre haciéndonos sonreír…

Resulta que herir a Zodd es un error, porque al señor le excita que le hayan conseguido infligir un corte profundo…. en trescientos años. Lo cual me parece una soberana mentira, estoy segura de que Skull Knight le ha hecho bastante más daño que Guts, pero tampoco me extrañaría que el personaje no estuviera pensado a estas alturas. Aunque, claro, Zodd dice «ningún humano». Supogno que es posible, y lógico, que no considere a Skull Knight como tal.

En fin, como decía, un error. Guts puede haber sacado un 15 sobre 20 en su tirada, pero acaba de condenarse a sí mismo desencadenando la siguiente fase del jefe de mazmorra. Después de tres siglos de impaciente y resignada espera, Zodd se deja llevar por la ciega emoción de tener un rival digno, y se transforma. Y sí, insisto otra vez, porque debería resultar evidente que su rival no está en circunstancias de enfrentarse a un Apóstol totalmente transformado. Herirle ha sido casi cosa de suerte, y desde luego era la última baza que se jugaba Guts.

Pero de acuerdo, adelante, Zodd, no es como si se pudiera razonar con un señor que está con las hormonas por los aires.

Así que tenemos un jefe de mazmorra.

Y qué jefe.

Aquello era la pura personificación del mismísimo terror…

Ya que los monstruos deben encarnar el miedo, rozando muy eldritchianamente la enajenación mental del espectador, Miura habría buscado inspiración en bestiarios medievales, creando una amalgama de elementos animales para enfatizar la brutalidad de nuestro peluche favorito.

Sin duda, la temprana introducción de Zodd como jefe de dos fases es lo que le ha permitido convertirse en un personaje tan representativo de Berserk. Lo encuentro destacable porque se desmarca de lo que han sido los shonen y shojo más genéricos desde hace mucho tiempo y porque es una demostración de que Miura ha aprendido de los «errores» de su propia obra. Por lo general, el primer enemigo es uno pasajero, olvidable, como el señor serpiente que vemos en El guerrero negro. Existen para permitir que el protagonista demuestre sus habilidades, pero no dejan de ser un enemigo basura en la base de la pirámide de poder. Miura comentó en cierta entrevista que trabajar en una revista de «segunda» le permitía escapar de esos clichés del manga.

El mundo del manda está caracterizado por la inflación, con la llegada de enemigos cada vez más increíbles acompañados de incluso armas aún más poderosas. Es una situación típica del manga shonen, donde no tienen tiempo para controlar esta inflación. Pronto se vuelve una inflación galopante y excede el rumbo del que, salvo por un golpe de suerte, ya no es posible detenerse. En mi caso, y sin ánimos de ofender a mi primera editorial, mi historia se publicó en una revista de segunda clase, lo cual me permitió mantener la inflación bajo control. Especialmente al principio, la publicación era mensual. Siempre me aseguré de que la inflación creciera, pero con pequeños saltos… Siento que estoy hablando de economía, donde la mejor inflación es un 2%, un 3%, un 4%, es decir, moderada.

Al no necesitar preocuparse por crear un ritmo ascendente y alocado, podía desarrollar su mundo al ritmo que quisiera siempre y cuando resultara efectivo. Como veremos, Guts va a pasar por pequeñas subidas de nivel, pero cuidadosamente planeadas y, sobre todo, externas a base de armas y armaduras. Él sigue siendo una persona que refina su arte en la batalla, pero que no adquiere poderes sobrenaturales. Siempre está por debajo de sus enemigos… Y estos, a pesar de mis referencias a las mazmorras, no son los típicos que encontrarías en el nivel de videojuego que te corresponde y a los que luego puedes volver una vez tienes nivel 60 y eliminar de un triste puñetazo. Todos los Apóstoles son jodidos. Guts tiene suerte de sobrevivir en cada una de las ocasiones en que decide plantarles cara.

Y, sin embargo, necesita matarlos en el arco durante el que le ha tocado cruzarse con ellos para asegurarse de que él, como protagonista, no sucumbe y puede continuar contando su historia.

Por eso Zodd es excepcional. Porque se perpetúa. Porque es un enemigo impresionante, al que queremos volver a ver, y del que apenas vemos habilidades porque cuando Guts lo encuentra, cronológicamente, es el principio de su historia, de ahí que diga que es un «aprendizaje de los errores» entre comillas.

Imaginad la impresión que debe causar en quienes comienzan Berserk por la Edad de Oro. Debe ser igual de impactante y estremecedor que lo que vive Guts.

De ahí su efectividad.

Si Guts sobrevive, como veremos, es gracias a que Griffith está ahí y a que Zodd sabe que tiene un «destino» fijado. No sale adelante por sus habilidades, p porque venga un maestro a hacerse cargo de él y enseñarle los misterios de este mundo, sino porque la historia le necesita en su sitio y Zodd no quiere interponerse en el devenir de esa narrativa.

Estoy convencida de que, a pesar de su magnífico diseño, Zodd no se habría vuelto tan icónico como es si no hubiera aparecido como hace aquí: para ser un enemigo que le queda demasiado grande a Guts.

Pero volvamos a la trama.

Zodd, encantadísimo de la vida, expulsa vapor por la boca y le explica a Guts por qué esta va a ser la mejor pelea que ha tenido en trescientos años. Épica, sangrienta, memorable. La caña, vamos. Cualquiera diría que se fijaría en la cara de horror que tiene su víctima y lo pequeñita y vulnerable que parece mientras Zodd sujeta su puñetera espada con una mano.

Pero meh.

Detalles.

—¡Vamos, lucha! ¡¡No me defraudes ahora!!

Y procede a dar un tortazo a Guts que lo lanza por los aires. Voy a ignorar el hecho de que, en vez de convertirse en carne triturada, rompe una columna. Porque, evidentemente, Guts es un personaje shonen hecho de piedra. Voy a ignorarlo, yep. El caso es que, Zodd, cómo decírtelo. Creo que has proyectado en Guts una imagen que no es real. Está verdecillo . De acuerdo, sí, ha caído al suelo y solo está vomitando sangre (otra vez). Quiero decir, ¡no tiene los huesos triturados! Milagrosamente. Es una buena señal, lo reconozco. Pero creo que si puedes tratarlo como un perro patada, el desafío de un duelo entre iguales es que…

No.

Pero Zodd está desesperado. Es como esos horrendos personajes de romance del insiste hasta que diga sí, a ver si así logra que Guts entre en su propia segunda fase. Y, entonces, unos escombros alcanzan al chico en la sien. Se distrae. Porque es de puñetero acero. Zodd carga. A Guts no le queda otra; con las salidas cortadas la única posibilidad es hacerle frente.

Spoiler: no sale bien.

De hecho, sale tal mal que cuando Zodd lo estampa contra una nueva columna, las leyes del universo deciden mantener su coherencia. En vez de reventar la piedra, Guts cae al suelo dejando un feo trazo de sangre a su paso, indicando que este golpe sí que ha sido grave. No para abrirle el cráneo, machacarle el cerebro, ni nada similar, no, Berserk no es tan realista, pero se queda al borde de la inconsciencia. Una vez asume que ha dejado K.O. al muchacho, Zodd se resigna a matarlo, no sin reconocerle que para ser un humano lo ha hecho bastante bien.

Y procede a intentar desmembrarlo.

En esta clase de situación, como lectores, esperamos que Guts haga lo imposible y nos demuestre que todo era un plan para que Zodd bajara la guardia y así poder atravesarlo de lado a lado. Pero no. Está exhausto, herido y literalmente atrapado entre unas manos peludas que son casi tan grandes como sus brazos. No hay escapatoria posible.

De no ser por la intervención de Griffith, Guts habría sucumbido bajo la encarnación de la idea del berserker. Lo sé, lo sé, por lo general asociamos la idea de berserk exclusivamente a Guts. En especial, una vez se hace con su famosa armadura. En el conjunto de sagas nórdicas Heimskringla, que se traduce al castellano como Círculo del mundo, se describe cómo los hombres de Odín cargan sin armadura, fuera de sí, como si fueran perros o lobos, fuertes como osos o toros, que matan de un solo golpe. Hasta ahí, todo encaja a la maravilla con Guts. Pero los versos añaden que ni el hierro ni el fuego les afecta. En la mitología escandinava hay muchas otras formas de describir a los berserker, esta en concreto me ha llamado la atención por aparecer citada en el libro Berserk: Written in Darkness, que describe elegantemente cómo los berserker luchaban sin escudo y enarbolaban espadas con ambas manos para afrontar el peligro. El libro también se aclara que los escolares no han decidido si berserk significa piel de oso o sin protección, y también resalta que se consideraba que los berserker entraban en un trance inducido por sus espíritus animales, asociados con jabalíes, osos y lobos.

Vamos, que sí, que el nombre es por Guts.

Y, sin embargo, creo que se trata de un término que puede aplicarse al mundo habitado por Apóstoles.  El fuego y el hierro pueden afectarles, pero solo si son especiales o se emplean después de haberles infligido un considerable daño. Los Apóstoles ocultan su apariencia hasta que la sed de sangre se apodera de ellos y entonces desvelan su verdadera forma, por lo general animalesca. O bichesca si eres el Conde Babosa. En el caso de Zodd, el más icónico de los Apóstoles, tiene una espada que enarbola con una sola mano, rechaza los escudos y se arroja a asesinar por el placer y la gloria del combate. Al contrario que otros, ni siquiera participa en el Eclipse porque no le gusta que le den de comer.

¡… todo este tiempo ha sido la tiranosaurio de Parque Jurásico!

Ahora en serio, creo que no está fuera de lugar asumir que Guts y los Apóstoles hacen honor al título de la obra. Al fin y al cabo, no es casual que se compare a nuestro protagonista con la bestialidad de estas criaturas, a las que solo él parece capaz de derrotar aunque no esté en igualdad de condiciones.

Os cuento todo esto porque en Berserk, como en toda obra, hay momentos clave que afectan al entramado de la historia. Son tan importantes que crean ecos, se repiten a lo largo del tiempo en circunstancias distintas y evolucionadas que permiten marcar el ritmo al que crecen, o se destruyen, los personajes. Diría que Zodd representa al enemigo perfecto, tan similar y tan distinto a la vez, que no llega a ser un opuesto binario como lo son Guts y Griffith. Es lo que en inglés catalogarían como foil. Algo que Guts podría llegar a ser… en un mundo donde no hubiera sido marcado. Por ello encuentro tan apropiado que sea Zodd quien siempre parece estar a punto de afectar a la Causalidad que envuelve a Guts. Está a punto de romper su destino, una y otra vez, porque es demasiado para el chico y puede aplastarlo con supoder. De ahí que Guts necesite caballeros que lo defiendan… y siempre, siempre, siempre, con Griffith como telón de fondo. Porque si Guts es un pez enturbiando el agua, Griffith es un astro, asociado tanto con el sol como con la luna, y sin ellos no podemos ver el agua en la que nada el pez. Así, Griffith le salva la primera vez de Zodd con su mera presencia. Después, cuando finaliza el Eclipse, Skull Knight logra salvar a Guts cuando Femto le deja escapar. Entonces el convencimiento de que tiene un destino relevante que cumplir hace que Zodd respete su vida una vez más. Un destino, por supuesto, relacionado con Griffith puesto que es su sacrificio. Más tarde, en la colina de las espadas, Griffith detendrá a Zodd y perdonará la vida a Guts. Por último, al haber derrotado temporalmente a Ganishka, Zodd está a punto de arrebatar la vida a Guts por amenazar a Griffith. No es que se tome la amenaza en serio, pero ya sabemos que no es que le gusten las sutilidades; el desafío contra su señor es suficiente para sacarle de sus casillas. Pero Guts, rodeado de amigos, se echa atrás para no arriesgar la vida de Casca.

En otras palabras, sea intencional o no, la presencia de Zodd como foil de Guts asocia a los Apóstoles con la idea de los berserker. Parece apropiado, entonces, que solo un «dios» o un «ángel» pueda impedir que un berserker elimine a otro. No solo eso sino que, dependiendo de si se quiere tener en cuenta o no el capítulo perdido, la Idea del Mal le dijo a Griffith que podía hacer lo que quisiera. Así pues, resulta fascinante ver cómo antes de ser Mano de Dios logra plegar a los representantes encarnados de la Causalidad…

Claro que entonces llega Wyald y desmonta toda esta idea.

Odio a Wyald.

En fin, volvamos al épico rescate.

Hay que adorar las caras de todos los  miembros de la Banda del Halcón  que han venido a rescatar a Guts. Ni siquiera Griffith se salva de haber roto a sudar al afrontar la cosa más perturbadora que ha debido ver en su vida. ¡Di hola a tu futuro subordinado, Griffith! Y eso hace. Le manda un saludo con una segunda ráfaga de flechas tras evitar que sus hombres sucumban por completo al pánico. Un líder con sangre fría, desde luego. Para protegerse, Zodd debe dejar caer a Guts al suelo, y Miura nos dedica una pequeña viñeta en la que nos muestra el amor y admiración que despierta entre sus hombres, que están preocupados a morir por su estado.

Por desgracia Zodd siente que la Banda del Halcón ha interrumpido el sagrado campo de batalla entre dos hombres. Como si… hubiera estado luchando en igualdad de condiciones con Guts y no hubiera sido una masacre desde el principio, sip. Fuera de sí, empieza a despedazarlos a todos. Es imposible que puedan vencerle. Ni siquiera retenerle. Griffith da la orden obvia: retirada. Sin embargo, deja todo en manos de Casca.

La pobre, que se había puesto frente a él para protegerlo de Zodd porque tiene los ovarios más grandes que mis puños juntos, se queda rotita por dentro al ver que su ídolo está arriesgando su vida por recuperar a Guts.

El cual se muestra tan sorprendido como Casca, y el doble de indignado. Y aun así… A pesar del enfado, del dolor, del miedo, la presencia Griffith le proporciona cierta sensación de seguridad. La suficiente para, literalmente, abrirse y lamentar, no su propia suerte, sino la de sus hombres.

—¿Por qué…? No entiendo cómo ha podido ocurrir esto… Joder.

Y Griffith lo contempla en silencio, reflexionando. Probablemente porque él jamás mostraría su debilidad de esa forma tan abierta, tan consciente. No llevaría su corazón en la palma de la mano, como hace Guts.

Entonces, aplastados unos cuantos mercenarios y vengado su coitus interruptus, Zodd devuelve su atención a la presa que se le intenta escapar. El capítulo cierra con una de las frases más efectivas y escalofriantes que he escuchado en mucho tiempo. Porque no solo es una amenaza.

Es una promesa.

—¿A dónde crees que vas? Tu corazón aún está latiendo.

Ojos destrozados

0

Gente partida por la mitad

5

Niños muertos

0

 

¡Que el viento sople a vuestro favor!

Autor

  • Suzume

    Redactora de artículos variados (Neon Genesis Evangelion, Utena, Nier Automata, Berserk, D.Gray-man. Houseki no Kuni y un largo etc.) sobre worldbuilding, personajes o narrativa. De vez en cuando alguno de opinión. Tengo un blog donde hago lo mismo pero con libros. Fui redactora de Deculture. También escribo relatos (cuando puedo) y he publicado algunos que podéis encontrar en Goodreads.

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dorameg
dorameg
2 years ago

Yo, como siempre, llegando tarde a la repartición de premios, perdón por el comentario tardío T.T Una maravilla de reseña de dos capítulos han sido estos, siempre que desee ver y leer calidad, pues la encuentro aquí y termino enamorada de todo lo que haces, querida Suzume, además que sin quererlo me diste el mejor cierre de año, ¿qué más puedo pedir?

Muchísimas gracias por tomarte el tiempo para darnos tanta información a través de tus análisis, Berserk se transforma en algo aún más fabuloso, si cabe. Te deseo un FELIZ AÑO NUEVO lleno de goce y, por supuesto, que la prosperidad en todo ámbito de tu vida sea constante e interminable. <3 Gracias por todo.

Albonk
2 years ago

Muy buena reseña, gracias de corazón por estas reseñas, yo llegué aquí, a Mistral Chronicles por la voz de Rivka, pero tú, Suzume, eres el cerebro detrás de los videos <3

Last edited 2 years ago by Albonk
Mistral Chronicles