Analizando el anime de Sailor Moon: episodios 25-30

La trama


Con la muerte de Nephrite empezamos un nuevo e interesante arco. Por un lado, el Cristal Oscuro se convierte en un objeto muy importante (en especial teniendo en cuenta que Nephrite se lo sacó de la manga) y, por otro, ¡llega Sailor Jupiter! ¡Por fin las cosas empiezan a moverse!

De esta forma, el episodio 25 nos ofrece detalles muy jugosos de la temporada. Para empezar, por primera vez vemos a la reina Beryl ofreciendo energía a su líder, la reina Metalia. Esta parece encontrarse dentro de una crisálida en la que dormita a la espera de recibir el Cristal de Plata para despertar por completo. No solo eso sino que orienta a la reina Beryl con unas curiosas palabras: hay que encontrar a los siete grandes youma del Cristal Arcoiris para que aparezca el Cristal de Plata. Después la ¿bella? durmiente guarda silencio y saltamos a Usagi.

Nuestra niña llega tarde a clase, con Luna llevándole el almuerzo a la carrera, y choca dramáticamente contra un hombre. ¿Un nuevo interés romántico? ¡No! ¡Matones! Pero antes de que puedan ni amenazar de verdad a Usagi, entra en escena la inigualable Makoto, alta, fuerte y de muy, muy mal humor. Despacha a los tipejos sin despeinarse y dedica una sonrisa muy cool a Usagi. En resumen, ha hecho más que Tuxedo Kamen en muchos episodios.

Saltamos de nuevo a la reina Beryl, que habla acerca de los youma después de que Luna mire con desconfianza a Makoto. Es un claro intento por parte de los guionistas para hacernos sospechar que la chica es uno de estos youma. Algo difícil cuando en el mismo título del episodio advierte de la llegada de Jupiter. Además, ya hicieron lo mismo con Ami.

El caso: Kunzite y Zoisite asisten a la reina y nos dan ¡lore! Los Siete Grandes Youma fueron encerrados por el «enemigo» (la Luna) en fragmentos del Cristal de Plata… Y, claro, eso hace que nos preguntemos… ¿Por qué no los buscaban desde el principio? ¡Quién sabe! Magia del guion.

El caso es que, como ha ordenado Metalia, hay que recuperar a los youma, que se han reencarnado en humanos, y así el Cristal volverá a estar completo. Zoisite recibe el Cristal Oscuro, que ahora solo reacciona al Cristal Arcoiris, y se va a la búsqueda del primer youma.

Entre tanto, Usagi se entera de que su salvadora está en su instituto y, por supuesto, busca hacerse su amiga a pesar de que hay rumores de que la expulsaron de su antiguo colegio por ser violenta. ¿La forma de lograr amistad? ¡Mediante la comida, porque resulta que Makoto cocina muy bien!

El argumento pronto deja claro quién es el youma: un chico que se dedica a desvalijar con sus poderes los arcades porque ¡se lleva todos los muñecos! Dado que este tipo de máquinas están hechas para hacer trampa, no creo que sea injusto.

Zoisite viene a por este muchacho y, al usar el Cristal Oscuro, logra que se le abra el pecho y aparezca uno de los Cristales Arcoiris. Entonces Makoto interviene para salvar al chico, consigue asestarle un puñetazo a Zoisite y este desaparece cuando llega Usagi porque supongo que NO puede matar a las protagonistas (aparentemente humanas normales) con algún ataque mágico. Así hay tiempo para que el muchacho y Makoto hablen sobre los poderes de este. Sin embargo, al final Zoisite se hace con el Cristal Arcoíris y cuando Sailor Moon (de quien Makoto es fan, ¡nuestra niña se ha creado una reputación!) aparece para intentar detenerlos, es demasiado tarde. El chico se convierte en el youma Gesen y Makoto debe convertirse en Sailor Jupiter para derrotarlo.

Sin embargo, se ha establecido un nuevo desafío: ahora no se están enfrentando a simples youma (a esos que les den); sino a youma con corazón humano, de modo que deben aprender a sanarlos en vez de a destruirlos. Así, Sailor Moon obtiene el Moon Stick e inicia su carrera como healer del grupo con Moon Healing Escalation. Resulta, además, que el Moon Stick es el símbolo de la líder de las Senshi (cuando en el manga se dice claramente que la líder es Sailor Venus). ¡En efecto, la trama avanza!

El episodio 26 comienza con un sueño de Mamoru acerca de una misteriosa princesa que le pide que encuentre el Cristal de Plata. Luego resulta que los villanos están siendo competentes: Zoisite ha obtenido uno de los Cristales Arcoiris y va en busca del segundo. De paso, Luna resume el lore del Cristal Arcoíris, enfatizando que no sabemos quién selló a los Siete Grandes Youma (casi con seguridad la Reina Serenity) y apunta el importante detalle de que el Cristal de Plata, en malas manos, podría destruir la Tierra. Además, explica que ha nombrado líder a Usagi, cuyo Moon Stick reaccionará a los Cristales, porque así espera que gane confianza. Rei no está de acuerdo con la decisión no por los motivos adecuados, y no duda en pellizcar a Ami para que no se ponga a favor de Usagi. Y, bueno, nuestra protagonista no se gana la confianza de Makoto cuando se niega a acudir a una reunión porque por fin Naru ha aceptado salir de casa y quiere ir a comer algo con ella.

Es un momento… curioso para continuar la historia de Naru. Es como si hubieran intercambiado por algún motivo el guion del capítulo 25 con el 26, rompiendo por completo la coherencia narrativa. Pero bueno, era algo necesario, Naru necesita un cierre a su trama.

Porque, desde luego, Naru no puede volver  a su vida cotidiana sin más. Incapaz de hablar con nadie de sus verdaderas experiencias, acaba en el cementerio y busca consejo en un cura cristiano. Este, para su desgracia, es uno de los youma que persigue Zoisite.

Usagi, al ver que Naru está en peligro, se niega a esperar a Makoto, demostrando una vez más que para ella las amigas lo son todo. Me encanta que se muestra la diferencia de prioridades cuando el Cristal Arcoíris sale disparado y Zoisite lo busca con desesperación mientras que Usagi se concentra en el youma. He de decir que este, para ser tan Grande, la verdad es que no da muchos problemas. Ninguno de sus compañeros lo da tampoco.

Entonces, para sorpresa de todos, Umino salva a Naru de un golpe que podría haber sido mortal. Tuxedo Kamen, para sorpresa de nadie, salva a Usagi de otro impacto similar. Con muy buen tino, el youma ignora a Tuxedo Kamen, que ha dejado caer un colgante-cajita de música muy importante, y carga directo contra Sailor Jupiter, ¡una rival a su altura! Lamentablemente, aunque identifica al verdadero peligro, no es capaz de darse cuenta de que no tiene ninguna oportunidad contra Jupiter, que lo derrota sin esfuerzo. Sailor Moon lo purifica y Tuxedo Kamen huye a la carrera con el Cristal Arcoíris.

Zoisite, traumatizado por los inesperados hechos, decide retirarse en vez de perseguirlo volando mientras que Tuxedo Kamen huye a pata.

Acto seguido, Luna rompe a llorar cuando le exige a Sailor Moon que recupere el Cristal y esta se limita a fangirlear sobre Tuxedo Kamen. Adiós a las expectativas de que la niña madure. No sé, Luna, quizá deberías haberle dado el puesto a Ami. Al menos Makoto queda convencida de la valía de Sailor Moon, porque es capaz de hacerlo todo por sus amigos.

De verdad, no sé cómo el mundo sobrevive estando en manos de estas personas.

¡En el episodio 27 decimos adiós a los opening y ending clásicos! A pesar de lo mucho que me gusten, ya era hora, con Makoto en el equipo y Minako aproximándose lenta, pero sin pausa. Y por si quedaba alguna duda de que Usagi es la Princesa, el nuevo opening se asegura de spoilearlo.

Pero en fin, hablemos de la trama. La reina Beryl no está muy contenta con los acontecimientos. Kunzite asegura que cuando aparezca un nuevo Cristal, Tuxedo Kamen tratará de robarlo… y entonces podrán hacerse con el Cristal que les falta. Seguramente no estuviera así planeado, pero me parece interesante que sea Kunzite quien establezca el control sobre los actos de Mamoru, dado que va a participar en su secuestro y lavado de mente.

Acto seguido conocemos al siguiente Gran Youma bajo una muy buena luz; se trata de un compañero de Ami llamado Ryo Urawa, y lo primero que hace es impedir que camine hasta donde un andamio podría haberla aplastado por un accidente. Todo parece mera casualidad, pero este muchacho ve el futuro, por lo que el entretenerla ha sido un acto deliberado.

Usagi de inmediato se da cuenta de que a Urawa le gusta Ami. No solo eso, sino que se decide a conseguirle una oportunidad y por el camino Ryo trata de advertirle que tenga cuidado con el agua antes de que acaben bañándola con un cubo helado, y le entrega… una… foto de Ami… Usagi, por Dios…

Pero antes de que pueda florecer cualquier clase de relación, Ryo se da de bruces con un Zoisite más que dispuesto a no fallar en su misión. Su compromiso no le impide lanzarle un besito a Ryo, por si teníamos alguna duda de quiénes suscitan interés a Zoisite. Pista: no son las mujeres. Sabiendo que pretende hacerle al chico, por cierto, el beso resulta doblemente siniestro.

Sin embargo, Ryo conoce a Zoisite y sabe que él mismo es un Youma porque, aunque siempre ha podido predecir el futuro, ahora sus poderes simplemente se han desbocado y le dan más información de la que le gustaría. Ryo está dispuesto a morir antes que a convertirse en un Youma… Pero parece que su clarividencia no le permite, no sé, idear un plan de escape, de ataque o cualquier cosa y solo se le ocurre cargar contra Zoisite, que lo noquea sin problemas y usa el Cristal Oscuro para convertirlo en Youma.

Sailor Moon y Mercury llegan al rescate y esta última se sorprende mucho cuando el chico le da las gracias no a Sailor Mercury sino a Ami Mizuno. Luego descubrimos que su parte Youma sueña con hacerle cosas desagradables, pero Ami apenas se ve afectada por ello, e insiste en que crea en su futuro, ¡que se fabrique uno! Lo que supongo que es una vaguísima forma de lidiar con el hecho de que este chico ve su futuro programado ya que puede verlo.

Y Zoisite, que ha estado escuchando a escondidas toda la conversación, aparece para cachondearse encarnando a todos los espectadores. O, al menos, a mí. En fin, por algún motivo la aparición de un villano no es suficiente para espabilar a nuestros personajes y Ami se queda mirando mientras Zoisite convierte a Ryo en vez de, no sé, lanzar una piedra o algo al tío, QUE ESTÁ A MENOS DE DOS METROS.

Zoisite logra poner al nuevo Youma bajo su control y ni Sailor Moon ni Mercury deberían sobrevivir a esta batallada dado que no tienen ataques agresivos… ¡Espera, pero si Sailor Moon tiene la Moon Tiara Action! Y no la usa hasta que se sucede un Deus Ex Machina del tamaño de una casa: Sailor Mars y Jupiter aparecen para destrozar las armas del Youma. Y la tiara, por cierto, resulta que ahora puede robar energía. No sé si debería colocarla junto al bolígrafo como recurso absurdamente conveniente y poco o nada explotado…

En fin, Zoisite se retira, poco dispuesto a enfrentarse a las cuatro Senshi, y… Tuxedo Kamen sale de fondo, pero se niega a entrar en escena. De hecho, renuncia a hacerse con ese Cristal concreto, que ha caído en manos de Ami. Pero solo por el momento. Ya se hará con él después. Mejor fastidiar a las chicas más tarde en vez de ahora. Que le hagan el trabajo, supongo, así luego puede hacerse con más fragmentos.

Al final Ryo se traslada con su padre y Ami lo invita a regresar cuando quiera. Y lo hace tras entregarle una foto más bien cuca de sí misma.

Ya hablaremos de esto en otra sección, pero brrrr.

Para el episodio 28 volvemos al romance de la Princesa Serenity y Endymion. No sin que antes la reina Beryl, eso sí, le advierta poco sutilmente a Zoisite que si no consigue el siguiente Cristal… Bueno. Podemos imaginarlo. Zoisite también.

Usagi, Naru y Umino acuden a una exposición de una artista llamada Yumemi Yumeno, de la que se rumorea que si se consigue uno de sus dibujos de pareja romántica (hetero, claro) tu sueño amoroso se tornará real. Tanto Usagi como Mamoru se encuentran con una imagen concreta donde PARA NADA aparecen Endymion y Serenity juntos. Yumemi, que anda casualmente en busca de dos musas, les recluta para que posen mientras Umino se da cuenta de que Naru le va gustando más que Usagi. Todo va como podríamos esperar de este par sentado en una misma habitación hasta que el guion da un pequeño golpe de efecto y Usagi encuentra un cuadro, de nuevo similar a Endymion y Serenity, que representa cómo esta le da un colgante a su amado. Yumemi cuenta que siempre que dibuja a estos amantes experimenta una sensación agridulce y Usagi coincide mientras los contempla. Mamoru, en cambio, reconoce de nuevo a Serenity.

Por cierto, no queráis saber cómo es que Yumemi conoce a Endymion y Serenity de forma tan personal. Personalmente juego con la teoría de que, en su vida anterior como youma, se dedicaba a ser una stalker.

Como no puede haber un episodio sin peleas, Zoisite ataca. Yumemi tiene tiempo de opinar que es un chico muy guapo aunque da miedo antes de convertirse. Usagi, que gracias al Moon Stick andaba por la zona, llama a sus compañeras. Zoisite y el youma, convenientemente, no se le teletransportan de vuelta al Reino Oscuro y así puede darse un combate… en el que, por supuesto, hace aparición Tuxedo Kamen. Usagi deja que sus compañeras se encarguen del youma y persigue a los dos señores, que se han apartado del grupo mientras se arrojan petalitos.

Y, ALELUYA, Sailor Moon por fin salva la vida de Tuxedo Kamen.

En el proceso, se le cae el colgante musical y Tuxedo Kamen, al enterarse de que está buscando a la Princesa, se lo devuelve… pero le advierte que probablemente se enfrentarán por los Cristales.

Después de salvar a Yumemi, esta ve cómo las Senshi saltan así de forma muy guay hacia la luna. ¿Por qué por lo general no tienen estas habilidades físicas que les permiten dar super saltos? Ni idea. Pero es una escena chachi. Habría estado bien que terminara en algún cuadro o similar, pero simplemente tenemos a Yumemi aceptando su propio autorretrato y afirmando que «ha aprendido a ser ella misma». Lo cual, igual que con los otros youma, habría sido mucho más interesante si hubiera habido una exploración entre su personalidad de youma, el trauma de dejar de existir y volver a ser persona.

En el episodio 29 se trata, una vez más, el ~romance~. Makoto (que ya le hacía ojitos a Motoki porque su voz le recuerda al de un antiguo amor) termina, de alguna forma, convenciéndolo no solo para ir a cocinarle a casa sino a limpiársela. En defensa de Motoki diré que no parecía creerse en serio que la chica querría arreglar su pocilga y  sale de fondo ayudándola a limpiar. Algo es algo. Por desgracia para Makoto, sale escaldada al ver una foto de Reika y comprender que este joven ya está pillado… Hasta que decide, junto a Usagi, que aun así se va a declarar.

Reika, por supuesto, es uno de los Grandes Youma. Y todo este episodio merece en especial la pena por una escena en la que Kunzite la contempla y señala que es muy atractiva, y lo hace solo para provocar a Zoisite:

Shhh, Zoisite. Los celos no te sientan bien.

Para pedirle perdón materializa una rosa blanca, que en su opinión no puede competir con la belleza de Zoisite  y acaban abrazándose para nada sensualmente.

Pero según la versión inglesa son tío y sobrino, ya.

La trama se apresura a poner a Makoto y a Usagi en la casa de Motoki (sí, Usagi se ha sumado al plan de cocinar, estoy segura de que todo va a salir genial) cuando este recibe una llamada de Reika. Esta, quizá impulsada por una visita dramática de Makoto, ha decidido ir a vivir en África. Los acontecimientos se precipitan y, una vez encuentra a la pareja, Zoisite la rodea con nada menos que una barrera de fuego. ¡Está más que decidido a hacerse con el Cristal! Cuando las Senshi llegan al combate todo se convierte en una suerte de parodia de mujeres enfrentadas por un hombre (yay…) y juro que la actitud de Zoisite contemplándolo todo con el Cristal en la mano me ha recordado a alguien comiendo palomitas mientras ve una película.

Mala suerte la suya, porque Tuxedo Kamen se lo roba. Parece que su bastón también puede convertirse en una suerte de palillos extensibles para robar al prójimo. Ah, y Mars y Mercury llegan cual Deus ex Machina, todas acaban rápidamente con el youma y Tuxedo Kamen se retira después de jugar a darse golpes con Zoisite (que por algún motivo no usa sus variados poderes contra este muchacho); al que ha distraído convenientemente de la batalla…

Y esto es maravilloso: de alguna forma el Cristal ha acabado en el suelo y Zoisite afirma que se rinde, pero cuando Tuxedo Kamen se agacha a recogerlo (¿qué pasa con su bastón-palillos?); Zoisite le lanza flores y se larga dramáticamente con el Cristal. Es todo tan cutre que no puedes evitar pasártelo bien, y más con la brevísima risa triunfante de Zoisite.

Por último, el episodio 30 empieza con un Zoisite rápido y eficiente que no da un segundo de respiro: ataca de noche, cuando las Sailor suelen estar durmiendo, nada menos que al abuelo de Rei y lo transforma de inmediato en un… ¡Pues no! El abuelo no deja de ser un sacerdote y tiene ciertos poderes para defenderse del Mal. Algo curioso teniendo en cuenta que el cura católico no pudo hacer nada para protegerse.

En cualquier caso, ¿no es genial que todos los Cristales hayan acabado en la misma ciudad de todo el planeta?

Zoisite, como el cobarde que es, se retira cuando Rei (y no Sailor Mars) llega atraída por los gritos de su abuelo, el cual sobrevive a una caída, de espaldas, desde el tejado del templo. Pero no es solo que una niña de catorce años le asuste, sino que los cuervos Phobos y Deimos lo picotean un poco ¡y eso no puede ser! ¡Hay que esfumarse! Luego se le da una escena en la que ríe malévolamente mientras piensa que le arrancará el Cristal. Por si os lo preguntabais, no, no sirve para restablecer su autoridad como villano.

Ah, por cierto, en este episodio se introduce a Yuiichiro Kumada, por cuyo diseño no-bishonen resulta fácil asumir que solo se incluyó en el anime y no existe en el manga. Y se convierte, digamos, en el molesto pretendiente de Rei. En su obsesión por estar cerca de ella, acepta una relación de maltrato amo-esclavo por parte del abuelo. Este, básicamente, se dedica a someterlo a terribles pruebas físicas, pero por lo menos podemos decir que el abuelo está en forma: siempre las realiza antes para dejar claro que son «superables». Al parecer son necesarias para convertirse en sacerdote, pero nunca vemos a Rei pasar por nada semejante.

Como Usagi no puede vivir sin meter las narices en ningún sitio, decide usar su bolígrafo Deus ex Machina para hacer de Cupido entre Yuiichiro y Rei… y estoy completamente convencida de que lo hace no porque quiera estar de buenas con su amiga, como afirma, sino porque le apetecía usar el boli.

Por supuesto, no sale bien y Rei decide no volver a dirigirle la palabra. Porque, aunque es fácil de olvidar, Rei está saliendo con Mamoru. Y es un poco agresivo-pasivo por parte de Usagi decidir liarla con el primer chico que se le cruza por delante.

A pesar de los estridentes esfuerzos de Yuiichiro por entrenar, Rei apenas le presta atención, preocupada por su abuelo. Y con motivo, dado que Zoisite reaparece y logra arrancarle el Cristal… ¡Solo para que Tuxedo Kamen aparezca y se interponga en su camino! Por algún motivo el plot, Zoisite no se teletransporta a casa. Hay tanta tensión para ver quién es el más exagerado y dramático entre estos dos que creo que podría salir una divertida ship entre ambos, eh.

Al final, como tenía que pasar, el abuelo se convierte en un youma y Yuiichiro lo guía hacia donde está Rei, lo cual termina en una incomodísima y afortunadamente breve escena en la que este tío se regodea en que la ha visto desnuda. Yikes. Yuiichiro se interpone entre Rei y el youma para protegerla, pero casi de inmediato queda fuera de combate.

Al final y a pesar de los esfuerzos de Rei por defenderse, está a punto de perecer en manos de su abuelo cuando Usagi se marca un Tuxedo Kamen al arrojar una piedra al youma y, todavía vestida de colegiala, defiende a pleno pulmón a Rei.

¡No te perdonaré por hacer daño a mi preciosa (kawaii en japonés) amiga, Rei!

Habría dedicado esta parte a examinar el personaje de Usagi si los directores del episodio no estuvieran emperrados en volverlo todo comedia; en cuanto Rei le da las gracias, Sailor Moon le entrega unos bollitos a ver si la perdona. ¡Porque comedia! ¡No solo eso sino que Usagi está a punto de usar la tiara contra alguien que sabe que debería ser un humano! Así que prefiero dejar de lado la falta de coherencia en el lore y el personaje.

Rei sella a su abuelo, Usagi lo sana y Makoto y Ami las encuentran comiendo bollitos. Rei, toda sonrojada, dice que Yuiichiro es valiente y caballeresco y le da un beso.

Y se queda tan desconcertada por su propio comportamiento OoC que recurre a su comportamiento de tsundere cuando Usagi le toma el pelo. Entre tanto Yuiichiro es feliz porque una niña le ha dado un beso en la mejilla porque al director del episodio o al creador del personaje le apetecía que besaran a su selfinsert.

Gracias a dios, el episodio llega a su fin. Cómo me alegra que Yuiichiro apenas salga, porque me ha dejado el estómago revuelto.

Personajes destacados


Makoto

¡Ah, Sailor Jupiter! La dueña del relámpago es una chica elegante, con muchos elementos de lo que hoy catalogaríamos como waifu ya que sabe mucho de tareas domésticas. Cocinar es una de sus mejores habilidades; fingir que es muy ladylike y come poco, también, ugh. También le encantan los gatitos y se sonroja y vuelve tímida cuando está cerca de chicos que le resultan atractivos. En el episodio 29 en sus intentos por ligar con Motoki literalmente adopta una postura de ama de casa y le ordena todo el piso y hasta le hace la comida, porque así espera promocionarse dentro de la imagen de esposa ideal.

Pero Makoto asusta a los hombres debido a su tamaño, sus prontos y porque es más fuerte que todos ellos. Típico. Además, por algún motivo ¿en su nueva escuela parece ser que no hay un uniforme de su talla…? Y eso la hace destacar aún más. A ello se suma que Makoto también es seca, muy independiente y con francos problemas para socializar. Deja de lado algunas conversaciones, da cosas por sentado y todo parece deberse a cómo la han tratado hasta ahora, como si asumiera que de todas formas a la otra persona no le va a importar lo que piense. Y cómo no, si nada más llegar a su nuevo instituto nadie quiere acercarse a ella porque piensan que es violenta.

Sin embargo, Makoto alberga numerosas emociones y comportamientos positivos. Por ejemplo, de inmediato se da cuenta de que Rei y Usagi son amigas, y señala que, si no lo fueran, no se picarían con tanta tranquilidad. No es de extrañar que se pronto en una suerte de hermana mayor para Usagi cuando demuestra que valora sus esfuerzos como Sailor Moon a pesar de que sea despistada y no termine de plantearse como una líder.  En pocas palabras; Makoto es una chica muy agradable, directa y valiente, que no vacila en salir a enfrentarse a tres hombres que van a aprovecharse de una niña, a un bello desconocido que está torturando a un chaval en la calle… ¡o a un youma que ataca a su querida Sailor Moon! Y en un suspiro se gana a Luna, a pesar de las sospechas de esta, a base de cariñitos y halagos.

Vale, dicho esto, ¿qué más la caracteriza?

Pues que todos los hombres le recuerdan de alguna manera a algún senpai concreto. En particular parece gustarle que los hombres sean fríos y la ignoren. Como Usagi y Rei, está enamorada de la idea del amor. Eso significa también que padece una incurable ceguera que le impide notar que a Ami le dan todos los dokis por ella.

(imagen: miradla aquí, todo sonrojada).

Y como quiere, como sea, una relación, enterarse de que Motoki tiene pareja no es suficiente para desanimarla de confesarse porque «al menos no tiene nada que perder». Lo mejor de todo esto es que arrastra a Usagi consigo. Lo peor es que decide intervenir en una relación amorosa e ir tras la pareja de Motoki, Reika, para insistirle en que se vaya a África a investigar. Es un comportamiento repugnante, pero me gustaría recordar que el diseño de Makoto hace fácil pasar por alto que solo es una cría de 14 años y no sabe lo que está haciendo, de ahí que se obceque y tenga rabietas porque el mundo no funciona como ella desea. ¿Que Motoki claramente está enamorado de Reika? ¡No importa! ¡Seguirá persiguiéndole, un día la querrá a ella! Y esta terquedad infantilizada se enfatiza al contrastarla con Usagi, que a veces es capaz de valorar otras relaciones románticas y decide renunciar a Motoki porque evidentemente «está pillado».

Pero, como he dicho, por lo general Makoto tiende a ser una chica bastante madura para su edad siempre que no le metan a muchachos que, por algún motivo, le recuerden a uno de sus interminables ex. Así, en el episodio 30, tiene un buen momento en el que trata de intermediar entre Rei y Usagi porque le preocupa que la amistad se rompa (si bien suelta una machistada como una casa al afirmar que la amistad de las mujeres es fácil de quebrar así que hay que resolver las peleas pronto). No llega a hacer nada activamente, pero al menos lo intenta.

Además, en seguida se destaca como la Senshi más competente y dispuesta a pelear porque, vaya, a eso se dedica (el episodio 30 confirma que practica Kung-Fu) incluso sin ponerse un trajecito de marinera. Hasta tiene un discurso para lanzar su ataque, Supreme Thunder, que ha debido improvisar sobre la marcha y es la cosa más épica de toda la primera temporada.

¡Es que hay que quererla!

Naru

Tras faltar durante una semana a clase, Naru recibe la visita de sus amigos e intenta fingir que se está recuperando. Pero ¿cómo va a ser el caso cuando no puede hablar con nadie acerca de que el hombre que le gustaba no era humano y ha desaparecido de la faz de la Tierra sin dejar rastro? Usagi tampoco puede actuar como si lo supiera, de modo que solo puede acompañar a su amiga cuando esta decide ir al cementerio. La escena que sigue es dura. Sí, se suaviza cuando Umino no entiende que si vas a un cementerio no es porque estés precisamente contenta, pero permite afrontar de forma sorprendentemente sincera el dolor de una pérdida. Naru llora con amargura porque Nephrite ni siquiera tiene una tumba donde pueda visitarlo u honrar su memoria. Lo único que le queda es el vendaje que le preparó para el brazo porque en esta serie son como en Marvel y si te hacen desaparecer, la ropa y los accesorios se van contigo excepto los que convenientemente queremos dejar fuera y saber que murió protegiéndola.

Las palabras de un sacerdote cristiano la calman un poco y también establecen el tema de Sailor Moon: el amor es importante. Cuando le dio su amor a Nephrite,  este correspondió con amor (el cual pudo ser o no romántico. Quiero pensar que no lo era). Y Naru no está sola. Tiene amigos, tiene familia. Hay amor en su vida. Hay… esperanza.

Por eso adoro que Naru se tome literalmente la frase de: si te das la vuelta encontrarás amor, y se vuelve ¡y encuentra a Zoisite, el asesino de Nephrite!

Su reacción tras el primer susto es intentar impedir que use el Cristal Oscuro, que pertenecía a Nephrite, para el mal. Tal es su nivel de desesperación porque no le queda nada de su primer amor.

Sin embargo, el sacrificio de Umino permite que Naru se da cuenta de que sí, hay gente que la quiere, que está a su lado y que haría cualquier cosa por ella. Hasta arriesgar la vida.

Más importante aún, es gente de su edad.

De modo que venda el brazo de Umino con la misma venda de Nephrite, simbolizando que va a dejarlo marchar (gracias a Dios) y que seguirá adelante con su vida.

Y se recupera tan, tan rápido que para el episodio 28 acude felizmente a una exposición de Yumeno Yumemi y fantasear con obtener uno de sus dibujos.

Seh. Sailor Moon no es la mejor historia, pero al menos brilla por sus pequeños momentos.

Mamoru

Como ya comenté en otro análisis, Mamoru tiene problemas de amnesia debido al accidente que sufrió de niño y que le arrebató a sus padres. A ello hay que añadir que, de vez en cuando, sueña con la Princesa Serenity. Esta misteriosa aparición le promete que podrá entenderlo todo cuando encuentre el Cristal de Plata. ¿Cómo no va a resultar tentador hacerse con él? No deja de ser un chico que cada dos por tres se despierta en sitios donde no debería estar, ya que no tiene conciencia de ser Tuxedo Kamen (a pesar de que sospecha que lo es). Si de verdad encuentra el Cristal y se cumple lo que dice su sueño, su vida debería cobrar algo de sentido.

Por otro lado, siempre cabe preguntarse hasta qué punto las memorias de Endymion están empujando a Mamoru a desear volver a recordar a Serenity…

Además, da la sensación de que Mamoru se ve atraído por los youma, y que por eso acude a la ayuda de Sailor Moon. Endymion debe tener un sensor en la cabeza. En cualquier caso, Tuxedo Kamen es una personalidad bastante arrogante y abrasiva, es una pena que no se le represente con la edad que tiene porque es muy apropiado para un chaval universitario. Por ejemplo, cuando coge el Cristal Arcoíris y se ríe en la cara de Zoisite es maravilloso. ¡Solo es un niño que va con un traje negro, lanza rosas y usa un bastón, pero aun así desafía a poderes fuera de su comprensión!

Lo triste es que, con el Cristal, Mamoru logra reconciliarse con su identidad de Tuxedo Kamen, por lo cual todo el tema del alter ego no florece de ninguna forma. Un desperdicio, si me preguntáis, pero al menos esto solo provoca que Mamoru se empeñe aún más en conseguir otros Cristales, ya que ha quedado claro que con cada uno sus otras memorias van a volverse más claras. Poco a poco llega al extremo de ver un cuadro y lo relaciona de inmediato con la princesa de sus sueños… Y no con Usagi, aunque está a su lado, PORQUE PLOT. Curiosamente, no experimenta ningún interés por la persona que ha dibujado todo esto y no deja de protestar porque le molesta hacer de modelo para realizar un nuevo cuadro. Plot again. Para qué pedir a un personaje con dos dedos de frente que, supuestamente, está interesado en averiguar quién es esta muchacha y por qué aborda tanto sus sueños.

Al menos sí es capaz de dar un buen consejo a Yumemi cuando esta dice que no puede dejarse ver porque destrozaría el sueño que tienen sus fans sobre ella:

Si no puedes ser feliz, no harás felices a los demás.

Después, ya como Tuxedo Kamen, tenemos por fin ese maravilloso momento en que acaba necesitando que Sailor Moon lo rescate. Tuxedo Kamen no se lo toma como una ofensa a su orgullo masculino y se limita a decir (como si no lo hubiéramos visto con recochineo) «esta vez me has salvado tú». Y ya. Sin comentarios acerca del rol de las mujeres, de que Sailor Moon es distinta a otras chicas, blablablá. Es ridículo y precioso a la vez. Dice bastante de Tuxedo Kamen que esté dispuesto a dejar que Sailor Moon se quede con su colgante, que es importante para sus recuerdos. Y en un acto de buena fe, y de cabezonería juvenil, hasta le advierte que quizá vayan a convertirse en enemigos en su carrera por obtener los Cristales. Resulta evidente que tiene sentimientos encontrados porque le caen bien las Senshi y hasta las admira, pero no está dispuesto a renunciar a su persecución de su memoria.

La pregunta es: ¿por qué no colaborar? Evidentemente las Senshi son sus aliadas y las ha salvado y apoyado innumerables veces. Esta repentina oposición es… absurda.

¡Guion, por supuesto! Si no, no habría tensión ~romántica~. O sí y se podría construir de forma más inteligente. Pero hay que rellenar muchos capítulos, de modo que supongo que es una decisión vagamente comprensible.

Aparte, a lo largo de estos capítulos por fin vemos a Mamoru actuando como amigo de Motoki. Es una relación simpática, con un grado decente de confianza y que nos permite ver otra cara de Mamoru al tomarle un poco el pelo, pero comportándose de forma cercana y humana. Es agradable verle hacer algo más que burlarse de Usagi. Mi parte favorita es que anda un poco desesperado con lo oblivious que es su mejor (¿único?) amigo respecto a los evidentes sentimientos de Usagi. Tanto que, cuando Motoki dice que Makoto va a cocinar para él, Mamoru le pregunta si tiene idea de cómo se va a sentir Usagi. La respuesta de Motoki simplemente es demoledora al confirmar que las ve como hermanas pequeñas:

¿Crees que iría en serio a por unas estudiantes de instituto?

Y entonces Mamoru se pone blanco al pensar en Rei. No pienso tratar esto en los temas ya que he hablado de sobra de lo problemático que es en otros artículos, ¡¡pero la serie es consciente de ello y no hace nada por evitarlo, no lo comprendo!!

Pero bueno, que toda esta conversación en el fondo sirve para cortar los lazos entre Usagi y Motoki (tampoco es que hubiera muchos), dejando sitio a Mamoru. El concepto no está mal. Lo que chirría es que el chico se comporta como un hermano mayor antes que un posible interés romántico. Es que solo hay que ver la sonrisita que pone cuando ve a Makoto y a Usagi dispuestas a declararse a Motoki. No solo eso, sino que al menos trata de ahorrarles un disgusto confirmándoles que Motoki las ve como hermanas pequeñas, aunque lo haga con evidente placer. Se merece el apodo que le pone Makoto de hermano cínico.

En mi opinión también deberían llamarlo «alma de cántaro» porque, a pesar de que la serie insiste en presentarlo como alguien inteligente, la forma en que pierde contra un engaño tan ridículo de Zoisite es maravillosa. En especial cuando Mamoru, muy indignado, jura que ¡Zoisite pagará por haberle engañado!

En definitiva, hay avances por parte de su personaje, pero la caracterización sigue siendo así un poco de blandiblú.

Ami

Ya que en general se trata a Ami como el personaje oblivious acerca de todo lo que no tenga que ver con ser Senshi o los estudios, que los guionistas decidan desarrollar su personalidad a través del amor no solo es incómodo, sino un poco asqueroso. Y lo digo porque decide jugar con la idea de un crush trágico que se desarrollo en un único episodio. Permitidme que opine que es ridículo. Al menos Nephrite tuvo un mini arco de montaña rusa de emociones.

Eso sí, hay que reconocer que se trata de un crush con matices diferentes. Para empezar, Ryo admira a Ami y se anima a estudiar al tenerla a ella como ejemplo. ¡Eso es bonito de verdad!

Sin embargo, Ami no es más que una receptora pasiva de este crush. No tiene realmente nada que decir, ni criticar. Ni siquiera reacciona mal al encontrar que Urawa lleva una foto suya encima. Lo que sí aprecio es cómo Ami insiste en defender su personalidad como Sailor Mercury y como Ami Mizuno. Es la idea que debería haber tras Sailor Moon, con muchachas que marcaran evidentes distinciones entre sus roles para no volverse locas en el día a día. Es una pena ver cómo a veces emerge esta concepción y luego queda completamente enterrada.

Para colmo, Ami (que no Sailor Mercury) tiene espacio para desarrollar lo que piensa acerca de Urawa. Simplemente acepta, porque es lo que hacen las «buenas personas». En especial las chicas. Así, al final del episodio el muchacho le devuelve la foto que le dio Usagi, y Ami le entrega una distinta (es decir, le permite llevar fotos suyas de forma consentida) como forma de aceptar sus sentimientos. La serie descarta el romance, por supuesto, al sacar a Urawa de escena, pero la cosa es que Ami llevaba la foto para dársela y probablemente lo habría hecho incluso si él no le hubiera devuelto la otra. Lo cual es un poco incómodo, incluso entre niños.

Por desgracia el resto del tiempo se mantiene en un papel tremendamente pasivo, e incluso cuando critica a Rei por empujar a Usagi al suelo, se limita a marcharse y encerrarse en los estudios para «no perder el tiempo». Es evidente que, cuando el guion no la necesita, decide dejar de lado su caracterización haciéndola salir de escena. Ni siquiera cuando regresa, preocupada porque sus amigas sigan enfadadas, tiene nada que hacer o decir porque los guionistas no quieren hacer evolucionar la relación de Usagi y Rei, ni tampoco la del grupo entero. Así que mejor que guarde silencio y esté solo para cuando se acuerdan de que se supone que Ami es inteligente y tiene opiniones sobre lo que ocurre a su alrededor.

Usagi

Usagi se vuelve secundaria durante casi todos los episodios hasta que alcanzamos el 28. Cómo iba a ser de otra forma si es cuando por fin se acerca a Mamoru. Sin embargo, antes de hablar del romance, me gustaría resaltar cómo lo primero que hace al descubrir quién es Yumemi no es fangirlear o gritar porque ¡la ha cogido de modelo! No. Es empatizar y lamentar que nadie conoce su identidad, ya que ni siquiera tiene amigos. Y después se interesa de forma sincera en cómo logra pintar cuadros tan personales y emocionales. En menos de una tarde la cala lo suficiente para saber cómo animarla y atacar uno de sus mayores miedos: lo que dirán los demás.  ¡Tiene talento, cocina bien y es amable! Para Usagi es una persona maravillosa y cuando le dice que no debería esconderse, lo hace de corazón.

Es por cosas así que Usagi se vuelve un personaje tan memorable.

Claro que entonces llega Luna a decirle que es una simplona porque no podemos tener nada bonito. A veces me entran ganas de rendirme con esta historia.

Más tarde, a pesar de que Usagi tiene miedo porque está sola cerca de un youma, demuestra que ha aprendido de sus experiencias porque pide ayuda a sus compañeras y, de paso, se hace cargo de la situación a encargarse. Al menos Luna no tiene otro remedio que reconocerle que se las ha apañado bien aguantando hasta que llegara la caballería. No solo eso sino que Sailor Moon salva activamente a Tuxedo Kamen. ¡Cada vez tiene un papel más importante!

Por otro lado, Usagi definitivamente no siente nada por Mamoru hasta este episodio. E incluso entonces, si se acercó a él fue con intenciones de picarlo porque Yumemi le tiraba de la manga y pretendía contárselo a Rei. Y cuando acaban siendo escogidos como modelo, su principal obsesión es restregárselo a Rei por la cara. Por otro lado, Usagi reacciona a las chanzas de Mamoru con mucha más suavidad, pero… Sigue sin haber nada. Resulta extraño, pues, que el título hable de un acercamiento entre ambos cuando el único avance ha sido entre Sailor Moon y Tuxedo Kamen, que no dejan de ser roles distintos a sus personas corrientes.

En el siguiente episodio, ese donde Motoki tiene pareja y todos quieren destrozarla, se lleva al extremo lo muy, muy, muy crusheada que está por él, tanto que fantasea en vivo numerosas veces con que le pida el matrimonio a pesar de que es perfectamente consciente de que tiene novia. Mediante su torpeza en lo que se refiere a ser ama de casa, la trama enfatiza lo mucho que Usagi se abraza a las fantasías ya que no trata de perseguir el camino de ser «la waifu ideal» y simplemente espera que las cosas salgan bien por arte de magia. Como muchas niñas, Usagi está enamorada de la idea que le han vendido toda la vida y por eso tiene un delantal cuquísimo, pero no sabe cocinar ni tampoco se molesta en pedirle a Makoto que le enseñe.

Con todo, parece evidente que la serie está intentando separar a Usagi de Motoki, porque al admirar el amor de este por Reika (y viceversa) decide «quitarse de en medio» (como si alguna a vez lo hubiera estado). Esto, por un lado, establece su empatía con los demás y, por otro, prepara el terreno para Mamoru porque se insiste en que (COMO DEBERÍA SER TAMBIÉN PARA MAMORU) Motoki no tiene ningún interés en adolescentes, cuya «persecución» contempla con cierta diversión.

Rei

En el episodio 30, la vida de Rei da unos cuantos vuelcos. Para empezar, su abuelo acepta a un chico que a todas luces no tiene hogar y que está colado por ella (lo cual es inquietante de por sí dada la diferencia de edad) para que se convierta en sacerdote. Por otro lado, su abuelo tiene constantes altibajos y en una ocasión llega a caerse desde un tejado. A ello se suma que es la única verdadera responsable del templo y teme que el hombre arruine su reputación es difícil de creer que no haya pasado ya. Y, para su sorpresa, por no saber lidiar de forma agradable con Usagi, se encuentra con que no va a contar con el apoyo de sus amigas en toda esta debacle.

¿Su respuesta? Decir que no se puede confiar en las chicas, que son demasiado volubles. Por supuesto, ella es la excepción a la regla, es diferente.

Hermoso.

Así que se dedica a enfrentarse sola a sus problemas con diversos grados de éxito. Por ejemplo, tiene el buen tino de ignorar al molesto Yuiichiro, y con razón se enfada cuando Usagi intenta hacer las veces de Cupido entre ellos dos. A pesar de los esfuerzos de los guionistas tratan de meterle a la pobre una suerte de interés romántico, la relación es fría como un témpano, sin nada en común, y Yuiichiro es un creepy que se encapricha de una catorceañera a la que ve desnuda y se queda encantado. En definitiva, aunque no fuera la intención y Rei no lo interprete como tal, está viviendo toda una serie de acosos sexuales en su propia casa, lo cual es una situación tremendamente angustiante.

Pero como solo se enfoca como humor, no podemos decir mucho.

Así que dejemos este asqueroso asunto de lado para centrarnos en lo badass que es Rei. Sin siquiera transformarse es capaz de afrontar, utilizando el fuego de su templo, a nada menos que un Youma; si no lo destroza es porque el fuego le comunica que se trata de su abuelo transformado. Sí. El fuego. No me preguntéis, yo tampoco sé.. Así que no tiene otro remedio que correr, y aun cuando su abuelo la atrapa y empieza a asfixiar, Rei tiene los redaños para negociar con él e intentar que recupere la consciencia. No… no termina de funcionar más que por un segundo, para el cómico pánico de Rei, pero al menos lo consigue.

Después de que Sailor Moon la salve, Rei, todavía sin transformarse, da un salto mortal y sella a su abuelo, permitiendo así que su compañera lo sane.

Francamente, entre ella y Sailor Jupiter podrían encargarse solas de todo… Lo cual es dice bastante de lo tristes que son los enemigos, uh.

Al final no se ve cómo hace las paces con Usagi, porque de acuerdo, le ha salvado la vida, pero aun así deberían haber hablado, pero al menos la vemos abrazar a su abuelo y ser vulnerable porque lo ha pasado realmente mal.

En fin, como era de esperar, Rei no pasa por ninguna evolución real a pesar de que los acontecimientos de su vida son sorprendentemente impactantes, lo cual siempre me parecerá una verdadera lástima.

Temas


¿Machismo, supongo?

La serie claramente se sitúa del lado de Makoto respecto a lo injusto que es que se la juzgue por su apariencia y tendencia a defender a los demás. Por otro lado, personajes como el joven youma, un farruco al que le encanta ser un fantasma y presumir de sus habilidades (haciendo trampas con las mismas) cuando no es más que un don nadie que se dedica a robar muñecos, aparecen bajo una luz negativa. Al fin y al cabo, Usagi se convierte en la voz de la razón y de la justicia. ¿Cómo vas y abandonas a la mujer que te está protegiendo de alguien que casi con total seguridad pretende matarte?

Por supuesto, está el detalle de que se le echa la culpa de no ser un hombre y que Makoto sea quien tiene que hacerse cargo de la violencia, pero vamos a reconocer que queda enterrado bajo lo que viene a continuación: el tipo grita que nunca ha pedido que una tía que no es su tipo porque es alta le siga como un perrito faldero. Y aunque tiene razón en que Makoto ha decidido ir detrás de él, el insulto se construye tanto sobre lo físico y los estereotipos de género que resulta repulsivo.

Y es que aunque Makoto no fuera una preciosidad, como lo son casi todos los personajes, seguiría siendo importante que al no tener el físico de una waifu (insisto, no parece casualidad en que encaje en todos esos aspectos excepto en «cuerpo», que es igual que el de todas las demás solo que algo más alta, y su propensión a la violencia) se la denigre constantemente.

Luego tenemos a Urawa, cuya parte youma proyecta visiones en las que literalmente arranca la ropa a Ami hasta dejarla totalmente desnuda. Ya sabéis, porque hasta la fecha se nos ha mostrado que los Youma son violadores y todo eso. No es como si en general tendieran a ser representadas como mujeres para poder jugar sobre seguro con la fetichización sexual.

¿Se dice algo sobre esto?

Nope.

Así que la amenaza de una violación real aparece solo porque… Hm.

Reasons.

En el caso del episodio 28, parece que hay un mensaje contra, de nuevo, la idea de flagelar a las mujeres para que estén a la altura de las ideas de belleza sociales. Yumemi, la pintora, se niega a aparecer en público o a tener amigos porque no considera que sea atractiva ni acorde a la idea que la gente saca de ella a partir de sus obras. Así que vive encerrada.

Lo cual sería un buen mensaje, una vez más, si no fuera todo el mundo extraordinariamente guapo en esta historia. Los únicos «feos» están dibujados como parodia, a lo Umino, de modo que las contradicciones sientan como un importante puñetazo en el vientre. No es que Yumemi deba salir y tener una vida porque lo que importa es quién es y que debería disfrutar de su tiempo, no. ¡Es que es guapa y el problema es la baja autoestima!

Por otro lado tenemos el mensaje típicamente shojo/shonen de: cree en ti mismo y podrás salir adelante. Lo cual está muy bien cuando no estamos hablando de un imperio maligno que quiere convertirte en un peligroso Youma.

Amistad

El episodio 30 trata, supongo, el tema de lo frágiles que son las amistades femeninas de acuerdo a Makoto.

… yeah.

A ver, si recordáis, Usagi y Rei tienen una fuerte pelea, y la serie trata de representar lo difícil que es la relación entre ambas. El problema es que no sabe cómo hacerlo. Los intentos de ofrecer una tregua por parte de Usagi resultan estrepitosamente cómicos, egoístas y fallidos. ¿El motivo? Oh, sencillo: la trama no pretende que vuelvan a ser amigas pronto, de modo que los personajes no pueden ser racionales y comportarse con cierta dignidad. Por otro lado, que Rei se limita a gruñir y criticar a las demás porque le han dicho que también tiene parte de la culpa. ¿El resultado? Supongo que es que Sailor Moon debe salvarte la vida para que volváis a ser amigas… y que esta reconciliación tiene que darse fuera de escena. Y es que la mayor parte del episodio pierde el tiempo con Yuiichiro haciendo su absurdo entrenamiento, en lugar de examinar la arrogancia de Rei y la torpeza social de Usagi, que son el tema según los que nos dicen Ami y Makoto, muy preocupadas al final del capítulo porque creen que las dos chicas siguen peleadas.

Podrían haber metido aunque fuera una sola escena en la que se miraran y perdonaran de inmediato, porque así funcionan muchas amistades. Hay peleas fuertes que parecen el fin del mundo porque tienes catorce años, pero el cariño continúa ahí. Sailor Moon es un anime que no se corta en lanzar mensajes sobre cómo debería comportarse la gente, así que lo lógico sería esperar que te mostraran que lo mejor es decir perdón en voz alta, tratar de arreglar las cosas incluso si cuesta porque tus amigas están ahí para ti. Pero, claro, es Sailor Moon.

Aun así, no puedo dejar de resaltar que cualquier cosa habría estado mejor a meter un salto de tiempo tras el cual Rei y el resto comen bollitos y tenemos que asumir que han hecho las paces. ¿Para qué todo el drama si no iba a haber una solución importante y ninguna aprende aunque sea una lección de sus errores?

Sí, es importante que Rei y Usagi se lleven bien; son un equipo que lucha contra monstruos. Sin embargo, cuando deben salvar al abuelo se demuestra que son capaces de dejar sus problemas de lado y compenetrarse. ¡Tienen todo ahí, de verdad que apenas necesitaban trabajar! De modo que es un episodio extraño, que siembra el conflicto pero no lo resuelve porque tiene miedo de tratarlo o es demasiado cutre para hacerlo.

O porque está más preocupado por mostrar a Rei desnuda y a un creepy persiguiéndola.

Yay.

Apariciones de Tuxedo Kamen

5

Apariciones de Mamoru

3

Uso del extraño deus ex machina bolígrafo para convertirse en cualquier persona

1

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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Malthus
Malthus
2 years ago

¡Un año esperando este momento!
Gracias totales.
Saludos desde Francia.

Alberto
Alberto
2 years ago

Necesito el análisis de los últimos capítulos de la primera temporada. Lo necesito, simplemente lo necesito.

No es una orden, es una súplica.

Mistral Chronicles