En el capítulo anterior de Mahou Shoujo Ore empezó una sesión intensa de stalkeo mal llamado investigación y se nos prometió una continuación de las protagonistas siguiendo descaradamente a Hyoue y, por extensión, Mohiro. Este episodio cumple con las expectativas, pero empieza de una forma inesperada.
Con el pasado de la madre de Saki.
El décimo capítulo de Macho Shoujo nos muestra cómo Sayuri se convirtió en un macho mágico para defender a su crush —Uno— de unos matones. Hay que decir que Sayuri era exactamente igual que Saki: siempre llegaba a clase por los pelos, desayunaba platos tradicionales japoneses mientras corría porque las tostadas están pasadas de moda desde los años ochenta y le atraía un chaval rarito. Igual que Mohiro-chan es una patatita rara e inexpresiva, Uno es un friki de los cíborgs víctima del bullying.
Es importante destacar que existe una diferencia entre madre e hija. Sayuri quería convertirse en macho para vencer a los matones porque tenía un dorama de la leche montado en su cabeza y creía que si se enfrentaba a ellos como una doncella, acabaría… mal. Como en un dorama especialmente dramático de alguna era feudal.
El caso es que se enfrentó a los malos, se presentó a Uno con su nombre real y comenzaron una bella relación que acabó en boda y con una hija un poco tontita (pero, vamos, hemos visto que la madre es igual).
Volviendo al presente, Saki y Sakuyo le piden a Kokoro-chan que investigue a Hyoue. Pero investigar de verdad, que el stalkeo lo ponen ellas. Y stalkeo de calidad, debo añadir. Lo observan a través de agujeros en el periódico, rescatan sus gafas extravagantes y le miran fijamente desde las esquinas. Mientras, Hyoue pasa un buen día yendo al acuario, al cine y de compras con la patatita Mohiro.
No sé qué es peor: que salgan de la sala de cine justo detrás de ellos sin pensar que les pueden descubrir o que… no las descubran. De Mohiro me lo esperaba, pero Hyoue parece más, cómo decirlo, normal.
Al final de su cita Hyoue se lleva a Mohiro a un hotel y Saki muere un poco por dentro. ¿Recordáis que la madre se montaba unos dorama de la leche en sus años mozos? Pues es hereditario. Digamos que una parte del cerebro de Saki ha interpretado que Hyoue ha llevado a Mohiro a un hotel para vender su pureza a unos machos nya mazados que quieren desflorar al idol. Como bien dice el meme: Saki, no hay presupuesto para la película que te has montado.
Y vaya que no hay presupuesto: nunca llegaron a entrar al hotel. Su destino era el parque que había al lado. Como son buenos samaritanos, quieren encontrar a la madre de un niño perdido. Por otro lado, como Saki está ya más ida que otra cosa, ha interpretado que el crío es suyo y… No sé. ¿Lo han adoptado? ¿Estamos ante un caso de embarazo masculino? Y, si es así, ¿quién le dio a luz? Lo más importante: ¿es normal que tras diez episodios de este anime mi mente está tan trastornada como la de Saki Uno?
Mientras Mohiro entretiene al chaval —que no es su hijo— con una de sus canciones Disney de las que invocan a los animalicos del bosque, Hyoue sorprende a Saki y Sakuyo apareciendo detrás de ellas entre risas porque son unas acosadoras de pacotilla. Se ríe mucho. Pero mucho mucho. Y admite que se pasó el día pegado como una lapa a Mohiro-chan solo por ver las reacciones de Saki.
Cuando consigue dejar de reír —le cuesta un poco, pero nadie le culpa— se pregunta si Mohiro realmente es humano. Cuesta creer que una persona tan sosa y con una voz que llama a los animales sea normal. De hecho, estoy casi convencida de que jamás en estas impresiones he dicho que Mohiro fuera normal, así que la teoría de Hyoue tiene cierto sentido. Hyoue, además, revela que metió a su compañero en el mundo de la música porque quería que su voz llegara a mucha gente. Saki, que es un animal de costumbres y jamás perderá la de ser directa y hablar sin pensar, le pregunta a Hyoue si él es humano. Técnicamente, el tema lo sacó él… Y no tenemos respuesta.
En su lugar, el anime nos da un cambio de escena.
Konami Yamo llega tarde a algún sitio. ¿No sabéis quién es? ¿De verdad? Konami es el nombre del manager. Sí, ese al que simplemente llamo manager tiene nombre, aunque a estas alturas del anime ya se va a quedar como manager a no ser que insistan mucho. El caso es que el hombre llega tarde para ver su anime favorito de chicas mágicas y pasan cosas.
Podría ahorrármelo porque no son importantes para el argumento, pero las voy a citar porque son graciosas y esto me está quedando corto:
El manager encuentra un objeto premium de mercha de un anime de chicas mágicas. Lo compra estampándole el dinero en la cara al de la tienda, que pensó que no podría permitirse algo tan caro.
Se encuentra con el cíborg y se da un fangirleo unidirecional por parte del manager, que acaba yéndose cabreado porque el cíborg no entendía ni papa.
Ve a unas idols en la calle y se para a comprarles un CD porque le recuerdan a sus inicios con los machos.
Se pone nostálgico.
Parece que un coche le va a atropellar, pero no, era Dio.
Llega a su casa llena de merchandising de los machos habitada por nyas.
Y aquí toca retomar las impresiones porque si lo dejo así la jefa me mata.
El manager llega a su casa y pilla a los nya peleando entre ellos. El pobre parece harto de que los nya se lleven tan mal y detiene el enfrentamiento con un ataque así rollo impactrueno. A pesar de que los ha dejado fritos, los nyas se le acercan para recibir mimitos, como si fueran sus mascotas.
El capítulo termina con el manager diciendo que se acerca el invierno final.
Vaya, vaya. Esto no se lo esperaba nadie. Quién iba a pensar que el otaku de las chicas mágicas sería el jefazo de los nyas.
Como ya viene siendo costumbre, el episodio continúa después del ending. Ni que esto fuera Marvel. El caso es que Hyoue revela a las Machos que el chico malo es el manager. Sería una bomba ni no lo hubiéramos descubierto hace unos minutos. Lo que sí es un bombazo es la identidad de Hyoue: nos hallamos, ni más ni menos, que ante el próximo rey de las hadas.
No tengo nada que decir.
Bueno sí: no me extraña que el próximo rey de las hadas sea un señor sospechoso y con tendencias sádicas que adora hacer sufrir a la prota.
Dicho esto, ¡nos leemos en el siguiente episodio!