De Devilman a Berserk: La importancia de las buenas referencias

El éxito de Devilman Crybaby ha despertado y renovado a partes iguales el interés de la obra original de Go Nagai. Para alguien que justo acaba de descubrir el universo de Devilman —como es el caso de servidora—, resulta fascinante ver cómo la historia de Akira ha servido de ejemplo a tantos mangas famosos, como Neon Genesis Evangelion o Berserk.

En el caso de Berserk resulta más evidente que en el de cualquier otro. Las historias son parecidas, los personajes de Guts y Griffith y la relación entre ambos beben directamente del paradigma de los protagonistas de Devilman: Akira Fudo y Ryo Asuka. Asimismo, elementos clave de la trama de Berserk están muy inspirados en los que aparecen en Devilman, como el ritual del Sabbath o las características de los ángeles, los demonios y los monstruos.

Pero empecemos por el principio: ¿qué es Devilman y qué es Berserk? ¿Qué fue lo que vio Kentaro Miura en el éxito de Go Nagai?

El paradigma de Go Nagai


Aviso de spoilers grandes de Devilman, Devilman Crybaby y Berserk a partir de este punto.

Devilman es un manga muy corto, de cinco tomos, ambientado en el Japón de los años noventa. El protagonista, Akira, es un chico cualquiera: un estudiante de secundaria normal y corriente. Su vida cambia con la llegada de Ryo, su amigo de la infancia. Ryo llevaba un tiempo fuera de órbita, y su primera aparición no podría ser más violenta.

Ryo se nos presenta como una persona sin escrúpulos, aparentemente con buenas intenciones. Su padre ha muerto en unas misteriosas circunstancias y le ha dejado un legado, un legado que Ryo quiere compartir sólo con Akira. Después de todo, es la persona en quien más confía. Akira lo sigue, un tanto receloso, y entonces es cuando se revela la existencia de los demonios en la Tierra, que llevan poblando desde que la era de los ángeles. La Edad de Hielo había encerrado y dormido a la gran mayoría, pero empezaban a despertar. El propio padre de Ryo había sido poseído por uno, sin dejarle otra opción que suicidarse, porque el objetivo de los demonios no es otro que el de acabar con todos los humanos.

Así pues, el legado y la intención de Ryo son exterminar a los demonios. Poner a salvo a la humanidad. Para ello, él y Akira se internan en un ritual del Sabbath con la intención de que unos demonios los posean y utilicen su poder para acabar con todos los demás. El problema es que sólo Akira es poseído, convirtiéndose en Devilman y obteniendo la fuerza del demonio Amon.

Eso nos deja con una amenaza inminente de los demonios sobre los humanos, y con Akira/Devilman como único guerrero capaz de hacerles frente, una tarea dura, violenta y de mucho, mucho sufrimiento. Luego se nos revela que la verdadera identidad de Ryo es Satán, el ángel caído y líder de los demonios, y Akira se ve obligado a enfrentarse a él.

En Devilman Crybaby, se nos muestra de forma explícita que la intención de Ryo desde el principio era convertir sólo a Akira. También, por supuesto, con las mismas intenciones de salvar a los humanos y derrotar a los demonios. Es decir, que tenemos a Ryo (Griffith) utilizando el antiguo ritual del Sabbath (el Eclipse) para condenar a Akira (Guts) para siempre por el bien de la humanidad.

Sutil, Miura. Muy sutil.

Berserk arranca con la historia de Guts después de estos acontecimientos. El Eclipse ha acabado con toda la Banda del Halcón para convertir a Griffith en Mano de Dios. La mente de Casca ha quedado destruida, y ella y Guts han sido marcados para siempre. La historia empieza a desligarse de la de Devilman, por razones evidentes, pero mantiene un rumbo parecido. No deja de estar enfocada a la lucha inminente entre Guts y Griffith, así como Devilman culmina con el enfrentamiento entre Akira y Ryo al revelarse este último como Satán.

También entra en juego la relación que tienen las dos parejas, conflictiva y con un gran peso en la historia. Guts y Griffith no tienen un vínculo forjado desde la infancia como Akira y Ryo, pero los sentimientos de ambos son igualmente intensos. Profundizaremos en este punto más adelante pero, para un rápido primer análisis, os recomiendo leer el apartado sobre Devilman de este artículo. Por ahora, echemos un vistazo a los personajes.

Guts y Akira: Los machotes edgies también lloran


Empecemos con Guts y Akira, cuyo parecido es, quizás, menos evidente a simple vista. Ambos son los protagonistas de sus respectivas historias. Están cortados por el mismo patrón, tanto física como psicológicamente, sobre todo después de la conversión de Akira en Devilman.

Las similitudes físicas son sutiles por el estilo de dibujo de Go Nagai y el de Kentaro Miura, que no tienen ni punto de comparación. Pero si nos fijamos, vemos que los dos son altos, grandes y «oscuros», intimidantes ya sea por el aura de peligro que transmiten o (Guts en especial) por su fuerza. Sus caracteres pueden llegar a resultar crueles. Al principio de Berserk, Guts despreciaba a menudo a todo aquel que consideraba inferior —lo cual se traduce en cualquiera—; Akira, por su parte, se vuelve violento y trata mal a su amiga Miki. No vamos a entrar en debates sobre machismo, porque ya queda claro que Go Nagai no es feminista y, en fin, por muy deconstruido que esté el personaje de Guts y la inmensa evolución que está teniendo Berserk, no podemos obviar su contenido inicial.

De todos modos, ese es un aspecto irrelevante en este artículo. Hablemos de sus historias.

No hay mucho que pueda decir de Guts más allá de lo que aparece en este otro artículo, pero quiero hacer énfasis en que es un personaje muy maltratado desde que era pequeño, tanto física como psicológicamente. En Devilman no se llega a dar profundidad al pasado y a la familia de Akira, pero en Crybaby se nos muestra que sus padres son médicos y siempre han estado alejados de su hijo. Es el motivo por el que Akira vive en casa de los Makimura. La familia de Miki siempre le ha tratado bien y le ha dado el amor que necesitaba, pero el entusiasmo y la fijación de Akira para tener cerca a sus padres revela que nunca llegó a aceptar del todo su ausencia, si bien entendía sus motivos.

¿Podría ser la ausencia de padres una influencia de Berserk? Son elementos muy importantes que sientan una base en ambos personajes, junto con el maltrato físico de Gambino y todo lo que conllevó. El impacto que han tenido los abusos en Guts es muy visible y, aunque el tema de los padres de Akira aparece en sólo un capítulo de Crybaby, hay que señalar que fue precisamente la distancia entre ellos lo que impulsó a Akira a practicar atletismo, por muy mal que se le diera. Y ya conocemos la importancia simbólica del atletismo y de correr dentro del anime de Netflix.

Volviendo ya a Devilman otra vez, y más allá de las historias, traumas y aspecto de ambos, hay que destacar la sensibilidad tanto de Akira como de Guts. Puede que cueste reconocerla detrás de la mordacidad, los insultos y la fachada de tío duro, pero está ahí en los dos casos. Akira es un llorica. Llora continuamente y siente una gran compasión por los humanos y los Devilmen. Y Guts, por mucho que a veces se nos olvide, rompió a llorar cuando una niña pequeña le dijo que le odiaba.

 

Griffith y Ryo: De ángeles caídos y relaciones tóxicas


La influencia que Ryo ha tenido sobre Griffith es muchísimo más evidente que la de Akira sobre Guts, o incluso que la de la historia de Devilman en Berserk.

Físicamente no se parecen mucho —es en Crybaby donde vemos a Ryo lucir más el color blanco y poner esas miradas afiladas que tanto nos recuerdan a las de Griffith— más allá de que sus paletas de colores son más claras para contrastar con los oscuros de Akira y de Guts. Pero en cuanto a personalidad y actitud sí que son más similares.

Ya hemos visto que ambos tienen más o menos los mismos motivos: salvar la humanidad. El deseo de Ryo da un giro completo cuando recuerda que es Satán, y pasa a querer destruirlos a todos. Griffith se mantiene en su línea de salvador y consigue el poder para fundar Falconia y proteger a los humanos. Uno de los aspectos más interesantes de Berserk es este, que el villano encarna en realidad el papel de héroe, de caballero de brillante armadura. Pero, como ya sabemos, el problema de Griffith no es tanto su intención, sino sus métodos. Y aquí es donde entra en juego el infame Eclipse y el sacrificio de la Banda del Halcón y de la humanidad de Griffith.

Así vemos nacer a Neo Griffith. Este es el nombre que recibe el personaje después del Eclipse, cuando deja atrás su forma de Femto para renacer entre los humanos. Sigue siendo un dios, aunque mantenga su aspecto más humano. Hasta cierto punto recuerda al de Satán, si bien el aura es lo que más llama la atención mientras se crean leyendas alrededor de su persona para que le veneren, al igual que ocurre con el ángel caído. Y no nos olvidemos de que, en los dos casos, son Akira y Guts los únicos que pueden (y se atreven) a hacerles frente. Satán lidera un ejército de demonios con el que planea destruir el mundo y a los humanos, y sabemos que Griffith, a pesar de considerarse un héroe y un salvador, es un villano. Tarde o temprano, hará algo. Algo que no promete ser nada bueno para la Humanidad. Sabemos que está reuniendo a su propio ejército de Apóstoles; ¿es posible que planee algún tipo de ataque contra la humanidad? 

En Devilman (nunca en Crybaby) Satán terminó lamentando la pérdida de la humanidad después de destruirla, pero ¿podemos decir lo mismo de Neo Griffith, que es como una especie de Satán a la inversa?

No nos engañemos: diciendo esto, Ryo parece un personaje muchísimo peor —y cualquiera que conozca el fandom de Berserk sabe que eso es decir mucho— porque hemos visto su final y las consecuencias de sus actos, pero al menos, tiene la «excusa» de que sus recuerdos habían sido bloqueados por el demonio Psycho Genie/Jenny. El Ryo que conocemos de verdad quería proteger a la humanidad, al menos en Devilman; Satán, en cambio, nunca deseó más que venganza contra las criaturas que saquearon su planeta. Dios le condenó a vivir para siempre en la Tierra y a repetir la historia de su creación y destrucción una y otra vez como castigo por su traición. Pero el punto clave de su penitencia no es otro que enamorarse de Akira, para luego perderle. En efecto, su amistad de la infancia con Akira también es fruto de la ilusión del demonio en la obra original, pero eso no quita que los sentimientos de Ryo/Satán sean menos verdaderos.

月が綺麗ですね | tsuki ga kirei desu ne (La Luna es preciosa, ¿verdad?)

En este punto podríamos señalar que Ryo nunca le dice a Akira que le quiere ni nada por el estilo, y nos equivocaríamos. Lo cierto es que la frase anterior no significa literalmente que la Luna sea hermosa, sino que se trata de una forma muy sutil de confesar tu amor por una persona. El término fue acuñado por el novelista del siglo XIX Natsume Sōseki. Los japoneses son muy, muy reservados a la hora de mostrar afecto y, en esa época todavía más, de modo que se utilizaban esa clase de eufemismos. Curiosamente, una respuesta apropiada sería esta:

死んでもいいわ | shindemo iiwa (Puedo morir feliz)

Y resulta curioso porque… En fin. Muy feliz no estaría Akira, pero muerto…

Hacia el final de Devilman, Ryo reconoce que el propósito de convertir a Akira en un Devilman no era otro que el de volverle un demonio, para que así se uniera a sus filas y pudiera sobrevivir a los humanos. Para que estuvieran juntos: Ryo como Satán, y Akira como uno de sus subordinados.

Griffith juega con la humanidad de Guts de una manera parecida. Le quiere, eso es innegable, aunque sea de una forma obsesiva, tanto que la mera presencia de Guts pone en riesgo lo único a lo que Griffith ha dado importancia antes: su sueño. Y cuando Guts se independiza de él, Griffith no puede soportarlo. Eso es lo que desencadena el Eclipse, y toda la historia de Berserk.

Tanto Ryo como Griffith ven a sus contrapartes como a posesiones. Ellos son los que llevan la voz cantante en las relaciones, los superiores. Son celosos: Ryo amenaza a Miki y Griffith viola a Casca para hacer daño a Guts. Como personajes, rara vez se ven desafiados, sobre todo Griffith. Al tratarse de una figura tan poderosa y autoritaria, no puede comprender por qué Guts querría abandonar la Banda del Halcón en su mejor momento. Tristemente, la intención de nuestro protagonista era encontrar la forma de que Griffith y él estuvieran a la altura. Lo hizo por él, al igual que Akira decidió sacrificarlo todo por Ryo y, después de que él le metiera la idea en la cabeza, por la humanidad. Pero Griffith no supo ver eso. Y Ryo no supo apreciar eso.

 

Dos mundos, dos historias


Ya hemos señalado que las historias pueden resultar muy parecidas, pero vayamos un poco más lejos: los demonios y los Apóstoles. ¿Es posible que tengan algo en común, además de ser los enemigos por excelencia de sus respectivos mangas?

Pues sí. Nagai terminó por explicitar que los demonios de Devilman son humanos evolucionados. La premisa de Devilman, en realidad, nos advierte de esto desde el primer capítulo. Los demonios nacen a causa de la evolución, siendo los primeros cruces entre animales prehistóricos. Los Apóstoles, por su parte, son humanos dispuestos a sacrificar aquello que más aman con tal de… evolucionar, sí.

…Algunos de forma más exagerada que otros.

Entre los detalles del worldbuilding, también podemos hablar de religión. Las referencias al cristianismo son más que obvias en Dios, los ángeles y los demonios, pero tanto en Berserk como en Devilman encontramos una fuerte crítica al extremismo de las creencias religiosas. En ocasiones más directa, como cuando Guts acusa a Farnese de vacía por idolatrar a un dios que ni siquiera conoce; en ocasiones más sutil, como cuando los humanos enloquecen y asesinan a Miki acusándola de bruja.

Y hablando de Miki y de brujas… otro pequeño guiño a Devilman: Casca fue acusada de bruja y casi asesinada por ello en la hoguera. No es que los dos personajes guarden otro parecido más allá de eso y de ser «las chicas», pero resulta curioso cuanto menos.

En cualquier caso, el extremismo religioso va ligado, a su vez, del destino de la humanidad buscando su propia destrucción. El miedo es lo que alimenta esa paranoia, lo que lleva a la tragedia del final de Devilman. En Berserk, ese tema lo vemos tanto en los Apóstoles como en personajes como Farnese, cuyo personaje es la viva representación de una mujer que se ha dejado devorar por el extremismo de sus creencias.

 

Las raíces de una gran evolución


Hay, por supuesto, más parecidos entre Devilman y Berserk. Escenas enteras, como la de Neo Griffith volando a lomos de Nosferatu Zodd, que hace referencia al final de Devilman, cuando Satán aparece sobre un demonio gigante. Los trazos, sucios y violentos para expresar emociones igualmente violentas. Pero no hay nada más significativo que los propios Griffith y Guts para demostrar hasta qué punto fue importante la obra de Devilman.

Berserk es un manga muy controvertido, pero la maravilla de su evolución con el paso de los años es algo que se encuentra muy, muy pocas veces. Y gran parte de lo que es, sin querer restarle ningún mérito, es gracias a Devilman y a Go Nagai.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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