Analizando Umineko: Legend of the Golden Witch. Capítulo I. Nijima.

Hora de continuar con los análisis de Umineko no naku koro ni: Legend of the Golden Witch. Si os habéis perdido la introducción y el prólogo, ¡podéis echarles un vistazo aprovechando que no son artículos muy largos! Recuerdo que estos análisis están repletos de spoilers, avisados quedáis.

Resumen básico del capítulo


Battler se reúne con su familia en un aeropuerto, quizá de Tokio, tras seis años de separación. Se nos van presentando a los distintos personajes, con una exposición acerca de sus formas de ser, hablar, y las relaciones que tienen unos con otros. Son muchas caras y nombres que aprender de golpe, se mete mucha explicación de por medio y puede resultar bastante pesado.

Por suerte, el trabajo de los seiyuu ayuda como no he sentido en ninguna otra historia a dar aún más vida a personajes que, de por sí, tienen una increíble voz propia.

Los personajes dejan caer que, a menudo, las reuniones en Rokkenjima terminan por alargarse debido a lo fácil que es que se les eche una tormenta encima —ni Eva ni Rudolf se atreven a sugerirle un cambio de fecha a su hermano mayor, Krauss— y parece ser que en esta ocasión se les echa nada menos que un tifón encima.

Rosa y Maria llegan tarde porque han tenido «problemas cambiando de tren», muy posiblemente porque la primera se ha dedicado a golpear a la segunda hasta la extenuación.

Tras pincharse unos a otros, el avión empieza su vuelo y Battler sufre un comprensible ataque de pánico. No es la primera ni la última persona que lo pasará mal en los vuelos, así que me da lástima que se burlen tanto del pavor que experimenta con los temblores de los vehículos…

¡Rumbo a Nijima!

Cuando alcanzan al puerto, les está esperando un barco, no solo con el capitán sino con Jessica Ushiromiya y la anciana Kumasawa. Tras los saludos, un amago de acoso sexual y comprobar que un hombre de un metro ochenta puede con facilidad con una chica a la que le saca un par de cabezas (¡sorpresa!), montan en un barco a punto está de dejarnos sin protagonista y se dirigen hacia la aislada Rokkenjima.

Por desgracia, parece que un templo Torii ha desaparecido, en teoría, debido a que un rayo le cayó encima durante una de las últimas tormentas. Esto hace que Maria se inquiete hasta extremos cuestionables.

Metacomentario


Sayo, muy amable por su parte, se asegura de presentarnos a las familias por bloques. Por supuesto, Battler es el primer personaje en aparecer —y hasta nos da una explicación sobre su nombre, exclusivamente apta para lectores de japonés—, pero luego cada grupo familiar aparece en orden descendiente, lo cual permite una exposición cohesionada. Además, gracias al filtro de Battler podemos dejarnos engañar de vez en cuando y ver a estas personas bajo una luz muy amable, un defecto que le llevará a quedar atrapado en el ciclo casi eterno de Beatrice.

En fin, primero conocemos a George (el hombre más importante en la vida de Sayo tras nuestro querido protagonista) y a sus padres, luego a los padres de Battler, y por último a Rosa y a Maria.

Sayo nos proporciona unos cuantos detalles para caracterizar a cada personaje, casi sin duda anécdotas escuchadas a lo largo de las reuniones anuales… O simplemente a partir de comentarios de Jessica, Krauss o Natsuhi. Por supuesto, podría ser que Battler sepa todo esto y que demuestre que nunca olvidó a su familia ni le dio la espalda. Sin embargo, siento que hay pormenores demasiado concretos y actuales para que alguien que hace poco que ha vuelto con su padre pueda enumerar. Sobre todo porque no se siente que esté recordando lentamente cosas, que es lo que sucede cuando te reencuentras con alguien tras muchos años.

Así pues, me inclino a pensar más que nunca que este texto es de Sayo, en especial por su tendencia a enfatizar el lapsus de memoria de Battler que no veo por ninguna parte. Es comprensible que le cueste reconocer a Jessica, pero no que haya olvidado a Kumasawa pero sí recuerde cosas tan sueltas sobre Hideyoshi o Eva. Por favor, no es como si hubiera muchos sirvientes habituales en Rokkenjima como para que pueda olvidar a la anciana que seguro que les contaba cuentos de terror siempre que podía (y quizá, ahora mismo no recuerdo, hablara con Battler de libros de misterio, además de con Sayo, claro). Y entonces vemos que la descripción habla del estado actual de la sirvienta, con menciones como los dolores de cabeza —que ningún personaje menciona ni tampoco se muestra primero antes de hablar del tema, como será el caso de Natsuhi— o el hecho de que la narración demuestre cierta admiración por Kumasawa, que no deja de ser una figura maternal para Sayo, cuando hacía unos segundos Battler ni recordaba su existencia. Toda esta información parece más fruto de la pluma de Sayo que de Battler. Puedo imaginarla siendo testigo de las bravatas de Eva con sus hermanos sobre sus habilidades físicas, o que considere con cierto cariño a Hideyoshi, que seguro que también le daba regalos a ella.

Por último, como me han señalado en los comentarios, atención a la última imagen. Me comeré los zapatos si Sayo no ha incluido el tema de no romper promesas con toda la intención del mundo.

Personajes destacados


Todos, por supuesto. Hay tanto que decir de ellos que me temo que este apartado va a ser muy largo.

Battler siempre me ha suscitado curiosidad por lo poquísimo que habla de sí mismo. Es el único personaje, aparte de Sayo, con el que la narración muestra antes que cuenta. Y, aunque lo agradezco, resulta evidente que en el caso de Battler esto sucede porque Ryukishi07 no cuida su historia y no tiene mucho de lo que hablar. En cambio, todo lo que ocurre con Sayo está milimétricamente pensado. Es posible justificar su falta de pasado/contexto con un metacomentario: Sayo no tiene ni idea de lo que hizo durante su vida, alejado de Rokkenjima y su familia… Pero no lo creo. Es irritante, porque por mucho que Battler deba ser más o menos simple para que podamos proyectarnos en él, ¡no deja de ser el protagonista! Ojalá se le hubiera dado un poco de más amor (pun intended).

Su relación con George es lo primero a lo que Sayo/Ryukishi07 hinca el diente. ¿Y qué es lo primero que hace este muchacho aparentemente responsable, sesudo y al que le gusta presentarse como un adulto mientras sufre el constante martilleo de su madre? Algo que no le haga destacar mucho como abusador, supongo. ¡Pues no! ¡Le da un susto de muerte a Battler y se ríe! No satisfecho con ello, saca de inmediato el temor de Battler a los vehículos, cosa que cualquier persona responsable —a George le encanta recordar que es un adulto y que Battler solo es un niño a pesar de su altura— no se molestaría en hacer. Pero George se ve impelido a marcar territorio una y otra vez con una pasivo-agresividad insufrible. Es fácil pasarlo por alto cuando eres joven, pero es tan evidente que imita a su madre para lidiar con sus frustraciones que no puedo evitar aplaudir a Ryukishi07 por esta maravillosa caracterización. Eso sí, al lado de Eva, George es la sutileza personificada.

Me pregunto qué sintió cuando Battler lo alabó de corazón. La modestia es la reacción automática y correcta de un japonés promedio, pero visto que George quiere comportarse como un macho alfa, me pregunto hasta qué punto sospecha que Battler no es sincero… O si realmente le importa. Para él, su primo es una amenaza. No me cabe duda de que por eso lleva consigo el anillo de Shannon: quiere asegurarse de que los viejos amores no reviven.

Con todo, cabe no olvidar que George debe ser como una esponja humana capaz de absorber toda clase de conocimiento. No importa que sus padres lo protejan, que a los 23 años ya se esté metiendo en temas de negocios es encomiable, y estoy convencida de que podría acabar siendo un gran empresario una vez ganara algo más de confianza.

Pero mientras no se sienta masculino y guarde rencor a otros hombres más jóvenes que él… Entonces seguirá comportándose de forma infantil por culpa del miedo. Miradlo cómo, antes de subir al avión, se asegura de hacer saber a Battler que no temblará «demasiado», y luego se apresura a contarle su «debilidad» a Jessica. Siempre se asegura de salir ganando, porque se regodea en el sufrimiento de Battler, que se convierte en un hazmerreír porque «es un miedica», y puede permitirse atenderlo como si fuera un hermano mayor preocupado.

Me parece una actitud muy curiosa, casi «clásica femenina», lo cual daría lugar a un análisis demasiado largo sobre cómo se educa a hombres y a mujeres y lo que se espera de cada uno en sociedad. George no es un ejemplar macho-alfa como pueden ser Rudolf (aunque hay que reconocer que este es bastante cobarde bajo su fachada de tío guay y confiado) o Krauss, y se comporta más como su madre o hasta como Hideyoshi… Un comportamiento que, a ojos de su abuelo, debe estar despojado de toda clase de masculinidad.

Evidentemente da igual si eres masculino o femenino, un capullo es un capullo. Las inseguridades de George serían muy parecidas sin importar que las manifestara como un bruto o como un aprendiz de intrigante. Pero me parece interesante, porque siente muchos celos de Battler porque es un «hombre» en términos físicos. Alto, fuerte, directo y confiado. Esto me lleva a reflexionar sobre los sprite originales, donde George parecía un poquito regordete. Ni los sprite de la PS3 ni los de steam o el manga respetan este detalle, y aunque el diseño de la PS3 es maravilloso, creo que nos perdemos parte del complejo de George si nos saltamos su físico.

Y ahora hablemos de su maravillosa madre.

Lo primero que hace Eva, aunque considero que es de forma familiar y cariñosa, es censurar a su esposo. Luego, tras comparar varias veces a Battler con su padre, no solo por su altura, sino su forma de comportarse con las mujeres, ataca a su hijo de forma indirecta. Sabemos que Eva adora a George, pero creo que con puñaladas indirectas como esta es fácil entender por qué George es tan celoso, por qué se siente tan inferior en general…

El humor de Eva es desagradable, solo sirve para pisotear a los demás, pero como lectora es muy divertido leerla. Al menos hasta que su misoginia florece frente a Natsuhi o Rosa. Eso sí, Hideyoshi y ella, sin duda, sostienen la relación más sana de Umineko, con respeto y cariño más o menos a partes iguales.

Cuando Battler compara a la familia de Eva con la suya y decide que la primera es mejor, está reconociendo de forma indirecta que se siente muy incómodo viviendo en su nueva casa; en realidad, como se ve después en la conversación con Kumasawa, todavía no ha terminado de mudarse. Es fácil olvidar que Battler perdió a su madre siendo muy joven y que ahora se ha quedado sin sus abuelos. Y por cierto, la primera en aparecer es Kyrie y no Rudolf. ¿Una señal de Ryukishi? Quizá. Por su madrastra siente respeto, hasta una vaga camadería, pero intenta no pasar de ahí. Se podría decir que tratan de ser neutrales el uno respecto al otro, porque Battler no la culpa por lo que sucedió. Intenta comportarse como un adulto, lo cual es muy maduro por su parte, sin dejar de reconocer los méritos de Kyrie. La considera inteligente y, como veremos más adelante, tienen formas similares de pensar. ¡Detallitos fascinantes entre madre e hijo!

Battler adora criticar a su padre, si bien siempre lo hace con una sonrisa. La rivalidad se mantiene acompañada de un intento por ambas partes de reconstruir una relación que lleva muchos años muerta. Aun así, Rudolf no tarda en destacar todo aquello que considera poco «digno» de Battler, como que se maree en vehículos en movimiento. Le falta gritar a pleno pulmón que Battler no es muy masculino (y seguramente por eso George insiste en explotar tanto este miedo). Intercambiar bebés sí que lo es, supongo. En realidad, Rudolf no es el único que es un miserable, ya que todos se ríen del malestar de Battler. No me cabe duda de que Ryukishi planeó la escena de esta manera, pero no puedo evitar sentir lástima por Battler. A nadie le hace gracia marearse o pasar miedo, vértigo ni nada similar. Es algo serio, lo suficiente para que Battler no bromee sobre ello, como hace en general con todo para restarle importancia. Curiosamente, parece que fue Rudolf quien le provocó este miedo, así que ya podría comerse un poco sus palabras.

Mirad a George haciéndose el bueno frente a los demás cuando es el primero que ha tomado el pelo a Battler…

Por cierto, Rudolf, a pesar de que Kyrie y Battler están poco predispuestos a tratarse como madre e hijo, insiste en referirse a Kyrie como «madre». No se atreve a decir nada, por supuesto, pero ahí está, intentándolo a su manera.

La relación de Rudolf con Eva se muestra en una escena corta pero interesante, que nos habla de la tensión que subyace entre ambos. Ella aprovecha en cuanto puede para hacer gala de su autoridad y él no duda en ser un machista repugnante, señalando que Eva no parece ser una mujer tal y como se comporta. Hasta llega a decir que es «poco apropiada» como esposa —Hideyoshi, podrías intervenir—. No es que puedas decir mucho, Rudolf, con la pedazo de psicópata que tienes a tu lado, pero yo me callo. Dejemos que las patadas de Eva hablen por sí solas acerca de cómo ha necesitado imponerse mediante el físico para que la tomen en serio.

Y… ¡se menciona a Ange! Al menos se da una explicación de su ausencia no como en cierto anime que no existe, pero es extraño que Battler ni siquiera piense en su hermanita esperando en casa a que su familia vuelva, sobre todo con lo mal que lo pasan los niños con ausencias inesperadas. Y es que la visita a Rokkenjima se alarga tres días más de lo esperado (o una eternidad, jaja)… ¿Quizá llegaron a advertírselo y por eso no le dan más vueltas?

El cambio de música que traen consigo Rosa y Maria siempre es de agradecer. Lástima que su llegada no haga más que hablar de la horrible dinámica de los hermanos. Si os fijáis, ni Eva ni Rudolf le dan la bienvenida y lo primero que hace Rosa, que toma buena nota del comportamiento de sus hermanos, es corregir a Maria en cuanto la pequeña abre la boca. No creo que se dé cuenta de que destacar los «problemas» de su hija crea caldo de cultivo para que sus hermanos se burlen; seguramente Eva no se resistiría a soltar algún comentario de vez en cuando, pero en general le gustan las niñas, así que es Rosa misma la que se pone en evidencia y aparece como una madre negligente al corregir cada cosa que hace Maria.

Maria, por cierto, resulta mucho menos interesante que en las siguientes novelas. Eso por no decir que su caracterización es la más floja de la historia. Parece más un recurso que otra cosa. Mientras Ryukishi07 no puede darle ningún uso, Maria se limita a ser un eco de lo que dicen los demás. Su relación con la magia apenas queda bien delineada en esta historia, aunque es cierto que en seguida sospechamos de una posible capacidad mística porque es quien deduce que algo malo va a suceder por la desaparición del Torii. Como lectores que venimos a por una historia de asesinatos, por desgracia, podemos ignorar este detalle si desde un principio negamos la magia. Hay innumerables libros y películas que juegan con lo sobrenatural para que al final no tenga ningún papel definitivo y solo sirva para asentar la atmósfera. Por suerte y con la ayuda de Kanon y otros sirvientes, Ryukishi07 podrá meternos un poco más el miedo a la magia… Pero Maria es un personaje demasiado débil para que pueda establecerlo desde un principio.

Eso sí, aunque de forma superficial, podemos ver la decepción de Maria porque nadie la escucha —y nadie quiere explicarle nada. No comprendo cuál es el problema con contarle que Battler ha estado viviendo con sus abuelos por un tiempo—, pero al menos se va cimentando una relación bonita con Battler. Maria es una chica desconfiada en general, pero en seguida le coge apego. El suficiente para dejarle su amuleto más adelante.

Resulta adorable y triste cómo Battler juzga que Rosa es la más amable de los hermanos, confundiendo sumisión con buena voluntad. Rosa es la pequeña por mucha diferencia, lo cual significa que ha tenido que lidiar con tres hermanos odiosos, y su forma de copar con ello fue el distanciamiento. No podía ser asertiva como Eva, ni tampoco imponerse como Krauss ni adoptar la faceta donjuanesca de Rudolf. Así que, de buenas a primeras, es la estereotípica joven japonesa, sonriente, sumisa y en general buena persona. ¡Hasta se preocupa por los sirvientes y le trae a Kumasawa un té! Claro que uno se pregunta por qué Rosa no envió el té en vez de espear un año para entregarlo. Esta presentación de personaje se mantiene durante bastante tiempo para que luego choque como nunca su forma de tratar a Maria. Y funciona de maravilla.

El encuentro más encantador, sin embargo, es el de Jessica y Battler. Los dos destacan por su personalidad fuerte, por tener problemas con sus padres —además de no querer parecerse a ellos, si bien en el caso de Jessica al menos busca la atención de su madre, mientras que Battler se mantiene apartado de la suya— y por no dejar de crecer año tras año. Ambos han cambiado una barbaridad desde que se vieron por última vez y desearía que hubiéramos podido ver su reencuentro en el manga.

La parte de los pechos de Jessica… Sí, sobra. Mucho. Sin embargo, es ridículamente importante para que, cuando Battler se lance sobre Shannon, no destaque tanto como plot point.

Por suerte, Jessica reacciona con orgullo, sin atisbo de vergüenza, y con una enorme sonrisa mientras hace sus propias preguntas acerca del «elefante» de Battler cuando no es capaz de vencerlo en un pulso. Nada de dejar de ser «tomboy» solo por haber sido vencida en cierto terreno. Bueno, en realidad, Jessica es bastante vergonzosa, pero para venir de los años ochenta, da gusto que no sienta complejos sobre su cuerpo más que en una ocasión muy breve durante el Segundo Episodio.

Otro tema interesante es que Battler está convencido de que no va a ser capaz de enfrentarse físicamente a Jessica, por mucho que sea más alto y fuerte. ¿Por qué? Porque cuando eran pequeños, Jessica siempre le daba palizas en sus «juegos». Si a esto unimos que Battler estaba desesperado por crecer, lo suficiente como para someterse a entrenamientos, beber mucha leche y alguna que otra droga desconocida… ¿Es posible que Jessica y George fueran abusones de niños? Sinceramente, conociendo sus personalidades, sabiendo que Jessica se ha decantado por puños americanos (y que pega a sus amigas, por mucho que se enfoque como algo gracioso) la posibilidad queda abierta. Y no podemos pasar por alto que lo primero que ha hecho Jessica es intentar reinstaurar la vieja jerarquía, donde ella era capaz de imponerse a Battler. Al no lograrlo físicamente, recurre a otros medios. No lo digo con el ánimo de insultarla, creo que es algo inconsciente típico de una niña rica que está acostumbrada a mandar al servicio, pero está ahí.

Por último queda Kumasawa, un personaje que alterna entre ser divertido y un poco odiable. Si bien no actúa con maldad, a menudo sus bromas demostrarán ser problemáticas… Y, bueno, no es difícil ver de dónde viene la actitud de Sayo/Beatrice; en esta historia todos los personajes aprenden de sus padres y Sayo decidió hacer bromas a los demás porque seguramente era lo que veía ver hacer a Kumasawa. Desde luego, que lo primero que haga es poner a Battler en su sitio le da puntos. Que sea una mujer que aprovecha su lumbago para escapar de las tareas que le molestan, como bien apunta Eva, da que pensar, pero ¡es una mujer mayor! Claro que está metida en el juego de Sayo… y fue parte también de la «conjura». Se ocupó de cuidarla, de ocultarla, pero también de entregarla a Kinzo cuando estuvo al borde de la muerte. Un personaje con muchas sombras y que se escurre la pasivo agresividad de Eva con una elegancia que, sin duda, está trabajada tras años de soportar a los cuatro críos Ushiromiya. Santa paciencia.

Pistas de las que no nos damos cuenta


Seis años. Ni me he molestado en contar cuántas veces se ha mencionado (y mencionará) el lapso de tiempo que Battler ha pasado alejado de Rokkenjima. Es importante, sí. Casi como si quisieran que nos grabáramos la fecha en la cabeza por algún motivo…

¿Un templo desaparecido por un rayo? ¿No quedan restos ni nada similar? Pero claro, no ha sido un rayo. Ha sido Sayo probando las bombas de Kinzo.

Función del capítulo


Al ser un capítulo introductorio, presenta a los personajes y establece la dinámica familiar. Las personalidades están tan bien caracterizadas que nos vale con pequeños gestos para ver quién ha influenciado a otro. George es pasivo agresivo y machaca a los que ve inferiores, como hace su madre. Rudolf y Kyrie está calculadamente presentados como una pareja patriarcal, con el hombre seductor atado por una mujer mucho más eficaz e inteligente que él, pero que respeta su orgullo y calla para dejar que él se luzca —cosa que, sobre todo, veremos más adelante—… Os hacéis una idea.

Por supuesto, también se nos va introduciendo el mundo occidental como contraste con Higurashi, que más japonés no podía ser. Puede parecer un detalle superficial, pero creo que todo el tema de los nombres occidentales es una buena forma de que Ryukishi07 conecte a Kinzo con Bice. Sabemos que su fascinación por lo occidental es muy viejo, quizá una forma de escapismo, y que antes de ser destinado a Rokkenjima bautizó a sus hijos con nombres extranjeros. Así que cuando conoció a Bice se trazó un vínculo inmediato. Al fin y al cabo no solo era una doncella en apuros muy atractiva, sino una exótica extranjera que se adaptaba a sus gustos por todo lo que no fuera nacional.

Que todos los nietos mantengan esta costumbre, por otra parte, habla de la pugna de los hermanos por lograr que su vástago resulte agradable a los ojos de Kinzo. Al fin y al cabo, si Jessica no es aceptable por ser mujer, George parece muy blando a ojos de Kinzo, Battler rechazó a la familia y Maria no solo es otra mujer, sino una niña a la que Kinzo tiene asco… Cualquiera podría tener una oportunidad. (Importante: esto no es correcto, ya que, como se ha señalado en un comentario, fue Kinzo quien eligió todos los nombres excepto el de Maria.)

Claro que ninguno ganaría frente a Lion.

Manga


El manga se salta prácticamente todo este capítulo y recurre a una presentación más simplificada de los personajes, directamente en el barco que va rumbo a Rokkenjima. Creo que la historia le hace un flaco favor a Battler al mostrarlo de buenas a primeras gritando y sufriendo, y que tampoco presenta muy bien a los primos (excepto, quizá, Maria). En el caso de George, toda su pasivo agresividad desaparece. Me pregunto si sería una decisión consciente de Ryukishi07… Por desgracia, la reacción de Maria ante la ausencia del templo se enfatiza demasiado. En la novela no deja de repetir lo mismo, pero no tiene esa aura extremadamente siniestra a su alrededor. Todo es bastante más artificial de lo que cabía esperar de personajes como los de Umineko (Battler llega a tocar el pecho de Jessica) y, aunque comprensible por la falta de espacio, esto significa que luego se tendrán que presentar aún mas personajes de golpe.

Detalles a mencionar


¿Qué podría pasar? ¿Que Rudolf se las apañe para dejar embarazadas a dos mujeres que paren al mismo tiempo e intercambie los hijos? Nah. Con todo, podría resultar un pequeño ataque a la supuesta prueba viviente de Rudolf en su infidelidad. Después de todo, Kyrie piensa que su hijo murió mientras que Battler está vivo.

La… ironía… de la situación es tan… difícil de… soportar… Podría haber puesto esta imagen en la sección de Pistas, pero creo que es demasiado pronto para asumir que son madre e hijo, así que lo dejo por aquí y destaco que se nos está dejando claro por las fechas de los seis años que Battler se separó de su padre porque no podía soportar la presencia de Kyrie.

El miedo de Battler a todo lo que se mueve se termina por olvidar, incluso si es recurrente, hacia los episodios finales. Creo que por eso no nos damos cuenta de lo valiente que fue al montar en el botecito final… Y otra cosa que se suele olvidar es que Battler es muy suave en sus opiniones sobre los ricos. Queda incluso algo snob, pero se ha pasado seis años viviendo con sus abuelos, que no tenían mucho dinero. En este se sugiere que quizá esto podría ser una referencia a un tema que sale a colación después: ser rico no se traduce en ser feliz. Kinzo, Eva, Ange y Sayo ven sus vidas destrozadas por culpa del dinero. Pero creo que Ryukishi07 podría haberlo llevado con algo más de profesionalidad. Es posible que todavía no se le hubiera ocurrido la idea y se fuera construyendo sola con el tiempo…

QUE ROSA NO ROMPE PROMEJAJAJA

Contador de risas creepy

0

Contador de «Beatoriche»

0

Contador de «muebles»

0

¡Que el viento sople a vuestro favor!

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
Mistral Chronicles