‘Diario de intercambio (conmigo misma)’ #1 de Kabi Nagata. La reflexión de lo cotidiano

Tras el éxito de su primera obra, Kabi Nagata vuelve a España de la mano de Fandogamia con un nuevo título. Diario de intercambio (conmigo misma) es la esperada continuación de Mi experiencia lesbiana con la soledad, y aquí os traemos la reseña del primer tomo a la espera de que, para el año 2019, salga el segundo.

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The Legend of Zelda: Creando un héroe

Todos sabemos cómo mima Nintendo a sus títulos first party, y más si éstos forman parte de sus franquicias más queridas y conocidas, como pueda ser Mario, o en este caso, The legend of Zelda. Cientos de personas se dedican al desarrollo de estos videojuegos, pero la mejor forma de ver el esfuerzo y el cariño derrochado es The Legend of Zelda: Breath of the Wild – Creating a Champion, una oda a la última entrega de una de las licencias más conocidas y queridas de la historia.

Aunque no es la primera vez que traemos una reseña de un libro, aquí estamos ante una enciclopedia de arte gigantesca y con una cantidad de detalle asombrosa. Curiosamente, en vez de acompañar al lanzamiento del juego, el 3 de marzo de 2017, salió varios meses más tarde. Esto conlleva que el contenido esté actualizado al máximo, ya que incorpora incluso arte conceptual de los dos packs de expansión. Por otra parte, debido a que esta edición se produjo a finales de 2018 —a diferencia de la versión original del libro en japonés, titulado Master Works, que salió en diciembre de 2017—, trae unas cuantas ilustraciones exclusivas.

Creating a Champion no solo contiene lo habitual en un libro de su clase, como concept arts, la evolución artística del juego desde su más temprano prototipo; ilustraciones detalladas de ciertos personajes u objetos y comentarios de los desarrolladores y directores; también trae, para mi sorpresa, feedback. Estos comentarios —no se especifica de quién son, pero imagino que se trata del director artístico hacia el creador del dibujo, o apuntes para sí mismo—, añaden una capa de profundidad al artbook.

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El canto a la libertad de ‘Sombras sobre Shimanami’ #1 y #2

Me enamoré de Shonen Note desde que empecé a leerlo. El estilo de dibujo, la historia, la forma de narrarla… Su autora, Yuhki Kamatani, había logrado algo increíble y, al terminar el manga, creía que no sería capaz de superarse. Me equivocaba. Y por eso hoy vamos a hablar de Sombras sobre Shimanami.

La editorial Tomodomo trajo el primer tomo poco después de finalizar la traducción de Shonen Note, pero, a pesar de que se trataba de la misma mangaka, no terminó de atraerme. Por una parte, estaba el altísimo listón que había dejado la obra anterior y, por otra, la sinopsis me parecía demasiado floja. Demasiado básica. ¿Un chico al que acosan por ser homosexual? Es la premisa de cientos de series, películas, libros, cómics, que a pesar de visibilizar un problema muy real, no van más allá de señalar que la homofobia es mala y que debemos ser tolerantes. Vamos, algo cualquiera con dos dedos de frente ya sabe.

Y es verdad… a medias. Porque si conocéis a Kamatani, ya sea por Shonen Note o por Nabari no Ou, sabréis que tiene una forma muy particular de transmitir sus ideas, por básicas que puedan parecer a simple vista. En vez de limitarse a un «la homofobia es mala, respetad a los demás», Sombras sobre Shimanami disecciona a sus personajes para demostrar toda clase de actitudes, no sólo con respecto al género y la sexualidad, sino también sobre la identidad personal y el sentido de una comunidad que lucha contra la opresión. Temas muy presentes en todas sus obras, pero ensalzados al extremo en Shimanami.

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Siete razones para amar Shonen Note, de Yuhki Kamatani

El 25 de septiembre del año pasado, la editorial española Tomodomo puso punto y final a Shonen Note, de Yuhki Kamatani, después de más de dos años publicándose.

La historia de Yutaka Aoi, el niño soprano, se ha ganado en este tiempo los corazones de sus lectores y los ha transportado al mundo de sonidos en el que habita. Junto a él, hemos conocido a los miembros del club de coro de su instituto, leído sus historias y sueños y recorrido con todos ellos un largo camino de descubrimiento personal y evolución, trabajado en una delicada fusión de historia y música. Shonen Note es, sin duda alguna, un manga único que merece ser leído, y ahora que el octavo tomo ha concluido, es un buen momento para analizar qué es lo que hace que sea tan especial. Y, para ello, reunimos siete razones.

Aviso: Este artículo no contiene spoilers de la trama ni del final, pero sí del carácter general de la historia.

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‘Pájaro que trina no vuela’ #1 y las heridas del pasado

A finales del 2015, en el XXI Salón del Manga de Barcelona, la editorial Tomodomo sorprendía a sus lectores con el anuncio de una nueva licencia llamada Pájaro que trina no vuela, un yaoi —o BL— enfocado a un público adulto que venía de dar la campanada en Japón desde el 2011 gracias a la pluma de Kou Yoneda. A pesar de que su lanzamiento se esperaba para primavera del 2016, hubo que aguardar hasta diciembre por problemas con el maquetado y discrepancias con la editorial japonesa en el acabado final. Con cinco volúmenes publicados actualmente en Japón —y a la espera del cuarto en España—, Pájaro que trina no vuela se ha convertido en una obra referente en su género y ahora veremos el porqué.

Atentos al resumen que la editorial Tomodomo ha incluido en el primer volumen, porque considero que se queda corto:

Chikara Dômeki, expolicía recién salido de prisión, comienza a trabajar como guardaespaldas de Yashiro, un cabecilla de la yakuza lascivo, insaciable y masoquista, pero con una gran habilidad para hacer dinero. Yashiro tiene como regla no mantener relaciones con sus inferiores, pero, por alguna razón, se siente muy atraído por Dômeki. Éste, sin embargo, se mantiene impasible ante sus agresivos avances, al mismo tiempo que demuestra hacia Yashiro una ciega lealtad, lo que consigue despertar, aun más si cabe, el interés de su jefe hacia él.

Pájaro que trina no vuela es la historia de la relación entre dos hombres atenazados por el dolor de sus heridas en el mundo de intrigas y traiciones de la mafia japonesa: Yashiro, un alma atormentada refugiada en el poder, y Dômeki, su fiel subordinado, cuya honesta adoración hacia él llega a rozar la devoción.

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Shuna no Tabi y las semillas de la filmografía de Hayao Miyazaki

Pocos conocen Shuna no Tabi o El Viaje de Shuna. Cuando pensamos en Hayao Miyazaki o en el Studio Ghibli se nos vienen a la cabeza títulos como La princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro o El Castillo Ambulante. Son solo unos pocos en medio de una filmografía extensa, cuidada y variada. Bien, pues en esta ocasión no vamos a hablar de ellos, sino de una obra que los antecedió a todos y en la que podemos encontrar muchos elementos que luego Miyazaki recicló para sus historias.

El origen de esta historia se encuentra en la fábula tibetana El Rey Serpiente y los granos de king-ké, que narra la historia del príncipe Achu del reino de Bula que intenta erradicar el hambre que asola a su pueblo. Acaba así cerca de la guarida del Rey Serpiente para robarle unas semillas de cebada, pero es descubierto y convertido en un perro; para volver a ser humano, necesita el amor incondicional de una mujer. Por suerte, una dama llamada Zetang le cumple ese requisito y son capaces de salvar a su reino.

Inspirado por esta historia, Miyazaki trató de llevarla al cine incluso en China, pero no hubo forma. Por eso la sacó adelante como un cuento que logró publicar en 1983 con Animage JuJu Bunko y, como suele pasar con Miyazaki, con muchas divergencias respecto a la obra original.

Considerado por algunos como un prototipo de Nausicaä a pesar de que la publicación de esta comenzó en 1982 (pero, ciertamente, planta muchos temas que encuentran su desarrollo en el manga), Shuna no Tabi presenta un reino muy lejano, situado en un pasado distante o quizá un futuro incierto. El joven príncipe Shuna vive en una pequeña nación que se consume. Cierto día, rescata a un anciano viajero que le habla de unas semillas doradas que pueden encontrarse al oeste y que germinan en cualquier sitio. Enfrentado a la lenta decadencia y casi segura desaparición de su pueblo, Shuna decide arriesgarlo todo y partir en busca de este remedio mágico. En su camino se encuentra con caníbales, gigantescas naves abandonadas en medio de desiertos y crueles esclavistas. Debe poner en juego su integridad por seguir lo que su moralidad le dicta y caminar nada menos que hasta el fin del mundo para llegar a la tierra de los dioses.

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La Balada del Viento y los Árboles, una crónica del abuso a menores

Milky Way se está ganando un buen nombre en España por traer numerosos títulos de calidad, algunos bastante ansiados por los fans. Cuando supimos que traerían Kaze to ki no uta, que nunca antes había salido de Japón, se generó una enorme expectativa. Se trata de un clásico del BL/yaoi de Keiko Takemiya, una de las afamadas autoras de la generación del 24 junto a Riyoko Ikeda, autora de La rosa de Versalles, o Hagio Moto, que creó Poe no Ichizoku o ¿Quién es el 11º pasasjero?, que nos ha traído Tomodomo. Sus obras no se limitan a este género, por supuesto, pero sí pusieron las bases de un estilo que se mantiene hasta hoy en día…

Y, en muchos casos, resulta mucho menos misógino o problemático que las obras actuales.

La Balada del Viento y los Árboles empezó a publicarse en 1976, tras nueve años de esfuerzos por Takemiya para que la revista Shogakukan aceptara la obra. Al parecer tenía demasiado contenido sexual. Todavía hoy resulta pionera en muchos aspectos como el maltrato y la violación, al acercarse a ellos sin fetichizar ni romantizar la idea. Al contrario, los personajes que insisten en romantizar el constante abuso que sufre uno de los protagonistas son representados como… lo que son. Seres muy despreciables. En particular, los adultos.

Porque, oh sí, La Balada trata de cerca la prostitución y la pedofilia. Y lo hace bien, no como otras obras que deben mucho a esta obra y no saben transmitir bien lo que deben.

La historia transcurre en Arlés, a finales del siglo XIX, en un internado obviamente masculino. Serge es, por azares del destino, el único heredero de su padre. Eso significa que ostenta el título de vizconde a la tierna edad de 15 años, aunque su cargo de noble tampoco se le ha subido a la cabeza. Siguiendo la tendencia de muchísimas de las obras de la época, o más bien inspirándola, Takemiya presenta a un protagonista inocente, recto y digno a pesar de los golpes que le ha dado una sociedad racista y clasista. Porque el padre de Serge renunció a todo por casarse con una gitana y el muchacho ha heredado no solo los rumores desagradables, sino la piel de su madre (aunque esto lo sabemos más por los personajes que por el sombreado del dibujo…). No solo eso, sino que sus progenitores murieron cuando era muy joven y quedó en las manos de su tía, a la que solo le interesaba su fortuna.

Serge, virtuoso de la música, ha crecido puro y fuerte a pesar de ser expuesto a la sociedad como un monito de circo. Perfectamente educado, se enfrenta al rechazo constante con resignada dignidad. En otro personaje resultaría demasiado maduro, en especial por su constante tendencia a ayudar y a esperar lo mejor de los demás solo para llevarse una decepción; y lo cierto es que en ocasiones Serge resulta increíble en su… falta de rencor. Solo que a veces asoma, siempre cubierta de una capa de buenintencionismo. Esperemos que en próximos tomos se enfoque más que se fuerza a encajar en una sociedad racista y clasista que lo desprecia con toda clase de epítetos a sus espaldas (y a veces a la cara).

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‘El Barrio de la Luz’, de Inio Asano. Luces y sombras entre apartamentos

Volvemos con Inio Asano, un autor que ya no es desconocido para nosotras desde que os trajimos la reseña de Solanin. Ahora os mostramos El Barrio de la Luz, un manga de historias cortas que fue recopilado por la editorial Shogakugan entre el 2004 y el 2005, y que Norma decidió traer a nuestras estanterías en mayo del año pasado.

En cierto piso de cierto bloque una pareja de jóvenes discute; lo de todos los días.

En el piso 303, el contiguo, un adolescente se arregla porque hoy tiene una cita. Límpiate, anda. Límpiate ahí con especial cuidado.

Mientras tanto, su novia, la chica del 804, se ha olvidado de que tenían plan y hoy va al instituto con unas bragas más bien deprimentes.

Su padre, por otro lado, lleva tres días en el paro y aun no ha reunido el valor para contárselo a su familia. Así que se dispone, un día más, a irse por ahí vestido con su traje y corbata.

Un día más, las señoras del complejo residencial disimulan, sin éxito, sus ganas de cotillear, disfrazándolas de palabras ambiguas y conversaciones inútiles.

Un dibujante de manga, agobiado por las fechas de entrega sueña, mientras duerme la mona en el basurero, que ha terminado sus páginas.

Imaginemos a un indigente que duerme en un banco como si estuviera muerto y a un anciano muerto en su casa como si estuviera durmiendo.

Risas que inundan algunas mesas; silencio que se instala en otras; enamorados que certifican su amor; otros que se hieren mutuamente.

Pero lo que cuenta es que esta mañana el aire es fresco. Es una mañana agradable, en la que blancas sábanas y camisetas de todos los colores ondean al viento… y un niño de guardería siente una revelación.

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Mistral Chronicles