Analizando Final Fantasy VII Remake: Capítulo III

¡Analizando Final Fantasy VII Remake: Capítulo III se suma a la serie de artículos sobre Final Fantasy! Aquí podéis consultar el anterior y aquí el resto de análisis. ¡Recordad que hay spoilers!

El Séptimo Cielo


El tercer capítulo del Remake comienza con un tono mucho más esperanzador. Mucho más que el final del capítulo anterior, al menos. Una vez alejados de la omnipresente torre de Shinra y del caos de la explosión, Avalancha se permite un segundo de gloria. No, se permite felicidad por haber vuelto sin bajas, habiendo coronado su misión. Ríen, gritan, y luego bajan la voz como niños pequeños que no se pueden permitir ser pillados por sus padres.

Hora de volver al hogar.

Entonces Barret, que tendría todos los motivos para ser hostil con Cloud, dado lo poco receptivo que es este, se detiene a recordarle que vaya al Séptimo Cielo. No solo eso, sino que con un tono suave, le exige que no preocupe a Tifa:

—No la hagas esperar, que luego se preocupa.

Con gestos así, poniendo a Tifa como excusa, Barret puede permitirse demostrar que le importa la seguridad de Cloud.

Nos sumergimos, pues, en las barriadas. El contraste con la plataforma es desolador. La sensación de suciedad y pobreza rezuma por todas partes. La gente comenta que huele mal, apenas hay aceras, y mucho menos casas.

Sin embargo, una vez llegas a la zona habitada tal cual, la impresión cambia bastante. Para empezar, tenemos una música agradable y simpática, que de inmediato nos indica que podemos relajarnos. Y luego está la luz. El color. Los corros de gente, los puestos de comida barata, las tiendas todavía abiertas… En mi opinión, da la sensación de que las barriadas sean demasiado hogareñas.

En FFVII los suburbios eran mucho más deprimentes y eso permitía que el Séptimo Cielo se convirtiera en un lugar tan especial. Dentro te sentías… a salvo.

En el Remake las barriadas son un reducto pobre, pero repleto de esperanza, de buen humor y sensación de comunidad. La barriada 5 en particular destaca por su orfanato y sus flores, pero la 7 sobrevive mediante un sistema de favores y boca a boca. No es un mundo totalmente hostil.

Claro que tampoco recibe a nadie con los brazos abiertos. A medida que avanzas escuchas comentarios contra y a favor de la gente de las plataformas, pero en principio nadie vierte halagos a Avalancha. El grupo casi es desconocido, y si acaso la gente tiene miedo de haber perdido su puesto de trabajo. Más importante aún es la escena en la que un hombre arranca un cartel de Avalancha.

—Bah. ¿El mako es la sangre de nuestro planeta? Qué tontería. La madre que trajo a estos «guerreros del planeta» y sus pósteres. Los arrancas y en una hora ya están otra vez. Como si no tuvieran nada mejor que hacer… A ver, mira este armatoste metálico… Si esto no es un avance, ¿qué va a ser?

El hombre sueña con todas esas parpadeantes luces de la megaestructura que domina su vida. Ay, qué bonito si pudieras estar arriba, ¿verdad? Con los que ganan dinero y disfrutan de este «avance». Para qué mirar a tu alrededor y ser consciente del coste de este progreso. Lo importante es perder la mirada en la distancia.

Y hablando de distancia…

Al fijarse en la plataforma, Cloud ve el futuro. O… el pasado si entendemos que, cuando ve cómo la plataforma explota y se precipita sobre él, está «recordando» el FFVII.

Esto no puede explicarse a menos que sea influencia de Sefirot. Bien, podrían ser dimensiones paralelas solapándose, pero entonces otros personajes deberían sufrir las mismas visiones. En cambio, Cloud es el único que tiene frecuentes «visiones» y, hasta donde sabemos, los únicos que «saben» son Sefirot y Aeris. La deducción lógica, pues, es que Cloud es especial debido a su conexión con Sefirot a través de las células de Jenova.

Pero esta visión no puede amenazar con cambiar la historia. ¿O sí? Porque los Ecos hacen su aparición y rodean al hombre que sueña con la plataforma. No interrumpen como tal la visión de Cloud, pero tampoco afectan al tipo para impedirle hablar acerca de los adictos al mako…

En cualquier caso, es un detalle plantado para que quien rejuegue diga: oh, vaya, estaban dejando caer que hay dimensiones paralelas/cambios relacionados con el juego original desde tan pronto.

Cloud, comprensiblemente, se lleva un susto de muerte. El hombre se aparta de él con asco, mascullando que es un yonqui del mako. ¡Lore! Al parecer los borradores del FFVII pretendían hacer que personajes como Sefirot fueran adictos al mako, y sufrieran de abstención. Todo parece indicar que se han recuperado estas ideas, pero han vuelto a dejarse sin mucho desarrollo dado que los adictos al mako aparecen sobre todo en Mercado Muro, y se limitan a rondar las esquinas de la historia. Si acaso parecen estar para disimular la existencia de los hombres tatuados. Creo que ni siquiera se profundiza mucho en cómo obtienen este mako y se obsesionan con el mismo, dado que no creo que se lo metan en vena como podría ocurrir con los ex Soldados… ¿No?

Aparte, me gustaría poder decir que es un foreshadowing del futuro estado de Cloud, pero como el Remake pretende tomar un nuevo rumbo, no tenemos forma de saber si el pobre caerá a la Corriente Vital y se quedará catatónico.

En fin, siguiendo con la historia… Tifa y Marlene esperan en las escaleras del Séptimo Cielo, con la pequeñina a punto de dormirse. Pero es ver a su padre y todo el sueño se despeja. En una escena impagable, por primera vez vemos a Barret como se supone que debería ser. Un hombre de familia al que se le cae la baba por su hija y que sabe lidiar con niños pequeños a pesar de lo que pueda dar a entender su aspecto.

Mirad a Marlene, ay, he sido purificada.

El theme de Tifa suena de fondo mientras los vemos entrar al Séptimo Cielo… Y sabemos que todos están en su casa. Que este es un lugar de esperanza. La luz, la presencia de gente esperando, la idea de tener un lugar al que volver o que proteger se enfatizan bastante en este título. Hay un verdadero esfuerzo por conseguir que te sientas cómodo en el Séptimo Cielo, incluso si solo vas a visitarlo un par de veces.

Y Tifa… ¡Hablemos de Tifa!

Todo en ella es dulzura, pero también hay omisiones extrañas. Por ejemplo, no la vemos reaccionar con alivio al ver a Cloud. Parece como si Avalancha viniera de la compra, en vez de volar un reactor. Pero voy a imaginar que, como ha estado pendiente de la televisión, sabía que sus amigos no habían sido capturados.

Además, está la posible realidad de que todavía no sepa muy bien cómo actuar alrededor de un Cloud tan desconocido.

Claro que la traducción también pasa por alto que le suelta a Cloud un otsukaresama, es decir, «buen trabajo». Al menos hasta en inglés reconocen que Tifa ha estado esperando con un «you made it!». En español se cambia todo por un… blando «ahí estás». En japonés, en cambio, es discreta y formal. Poco… familiar.

—Anda, ¿de dónde la has sacado? No puedo recordar cuándo fue la última vez que vi una.

Y aunque me duele que se me arrebate la opción de darle la flor a Marlene, esta es la historia de Cloud, así que tiene todo el sentido del mundo que el personaje decida entregársela a su amiga. En cierta manera, está traspasando el simbolismo del «reencuentro» a Tifa, lo cual es adorable.

También sirve, indirectamente, para juntar a Aeris y Tifa. Más tarde, cuando la primera vea que han cuidado tan bien de su flor, sabrá que tiene amigos en los que confiar.

La reacción de Tifa, en cualquier caso, es interesante. Más allá de sonreír o sonrojarse, dice con diversión:

—Qué amable. ¿Desde cuándo eres tan detallista?

En japonés dice, explícitamente, que es «inesperado» por parte de Cloud. La idea se respeta dentro de lo que cabe, pero no se transmite tan bien que Cloud no solía ser así.

—La gente cambia. Y han pasado cinco años.

—¿Eh?

¡Ah! Un momento tan pequeño, y tan importante a la vez.

La gente cambia. Cloud lo ha hecho. Está, literalmente, irreconocible. No es la misma persona que dejó Nibelheim cuando era un adolescente y, aunque Tifa no lo sabe, tampoco es la misma que regresó.

Desde su punto de vista las cosas tienen que ser muy confusas y puede que, por eso, los guionistas sean tan sutiles. Si las dudas de Tifa se manifestaran no tendríamos tiempo para acostumbrarnos a pensar que este Cloud, en general, es lo normal. Sería un desastre narrativo.

Además, es Aeris quien empieza a deshacer la máscara de Cloud, no Tifa. Su apellido, Lockhart, exige que se cierre a su alrededor y a su propio trauma durante mucho, mucho tiempo. En la trama original no era hasta que Sefirot forzaba la situación que se veía obligada a reconocer que Cloud se había inventado su pasado, a pesar de saberlo desde hace bastante tiempo.

Pero ¿se la puede culpar? Tifa sobrevivió a una experiencia horrible casi por arte de magia y solo para encontrarse con que su mundo había desaparecido a manos de la empresa más poderosa del planeta. Sin familia, sin Nibelheim, sin nada a los 15 años. Que reconstruyera su vida, que pueda ser amable con los demás y tenga un lugar donde la gente la aprecie y respete ya es un logro incalculable. El Séptimo Cielo es un refugio para gente como ella. Para huérfanos, para gente herida por Shinra y que lo ha perdido todo.

Uno que también perderá.

Si nos centramos en su historia y le ponemos algo de perspectiva, es fácil ver por qué actúa como lo hace. Después de todo lo que ha vivido, de asumir que jamás volvería a recuperar nada de su pasado, un día se encuentra a Cloud a menos que el Remake cambie el encuentro en la estación de tren. Y entonces Cloud le dice que es un ex Soldado. Es decir, que ha cumplido su sueño de la infancia. Uno que en la mente de Tifa está firmemente atado a la promesa de que Cloud acudiría a ayudarla cuando estuviera en peligro.

Pues bueno, resulta que sus amigos están a punto de enfrentarse a Shinra, a la que tanto odia, y podrían morir en el intento. Lo normal no sería mandar a tu amigo recién reencontrado a una misión suicida, pero… ¡Pero es un ex Soldado Primera Clase! ¡Y le prometió protegerla!

De modo que, cuando Cloud dice que quiere hablar con Barret, Tifa lo deja ir sin más. ¿Hay algo raro en él? Sí, claro que sí. Pero puede ser su imaginación o tonterías sin importancia (aunque ¿cómo que cinco años, Cloud? ¡Hace mucho más que no nos vemos!). No importa. Cloud está ahí. Un pedacito de su antigua vida ha vuelto y quiere asegurarse de que se quede.

Siguiendo con la escena, podemos escuchar la televisión de fondo, y a Marlene contándole a Barret todo lo que ha escuchado. Lo más importante es cómo él le dice que esta noche no se marchará. ¿Os duele también? Porque a mí sí. Marlene ha perdido a sus padres junto a su hogar una vez, y va a volver a hacerlo.

Pero antes de ello, la vemos escapar de Cloud. En el videojuego original también tenía miedo de Cloud, si bien podíamos regalarle la flor para aplacar esa desconfianza.

—¡Oye! ¿Qué narices haces asustando a mi hija, eh?

Y Barret carga contra Cloud como un toro aunque no ha hecho nada. Porque de verdad quiere a Marlene. Su forma de protegerla, con todo, es… eh. ¿Si Aeris hubiera asustado a Marlene, reaccionaría igual? Esta violencia es otra faceta de su comportamiento Macho Alfa. En vez de acudir a calmar a Marlene, se vuelve contra el «peligro» y agrede.

No creo que sea el mejor ejemplo para una niña, pero al menos sabemos que la ha educado bien:

—Papi dice que no hable con desconocidos.

Vamos, no es tanto que se haya asustado (yo diría que debe estar insensibilizada ante las armas, viendo a su padre y viviendo donde lo hace) como que no se acerca a desconocidos.

El cambio de actitud de Barret es… Magnífico. Toda su expresividad corporal, su expresión, su tono se vuelven azucarados, amorosos. Puede que sea un hombre violento, pero sabe cómo se cría a un niño. Dándole la enhorabuena cuando hace las cosas bien.

Pero no le presenta a Cloud. Es una clara demostración de que no se fía de él, y también el primer paso hacia su exclusión de Avalancha.

Y antes de seguir:

—Oye, papi, ¿los muertos han vuelto al planeta?

—Por supuesto.

Esta frase regresará más tarde para clavarse en Barret como una puñalada y un pobre consuelo. Una vez la dijo con total ligereza, sin aparente culpa. Al fin y al cabo, eran otras personas. Sacrificios necesarios.

Sin embargo, también es importante por varios motivos. A menos que todo cambie mucho, y no parece dada la conexión que establecen más tarde, Marlene casi es la heredera de Aeris. Su preocupación por el planeta es una mezcla de las enseñanzas de quienes la han criado, y del ejemplo de Aeris. No parece salir tan de la nada como al final del juego original o en Advent Children.

A su vez esta diminuta conversación nos da un pedacito de información fascinante acerca de cómo funciona la Corriente Vital, y por qué debería ser importante para gente como Avalancha acabar con Shinra. Es decir, por lo general no quiere que sus amigos acaben convertidos en energía para hacer funcionar una bombilla. Y, por último, nos dice que la astrobiología enseña estos detalles, que más bien parecen la herencia de una religión. Algo curioso, dado que en principio el mundo de FFVII es casi completamente ateo, despojado de espiritualidad o tradiciones que sean anteriores a Shinra con muy contadas excepciones.

Entonces Tifa le ofrece a Cloud el gesto universal de paz y de bienvenida: algo de comer/beber.

Cloud lo rechaza:

—Mi dinero. Aún estoy esperando.

Tifa no tiene ese dinero. Si pudiera permitirse pagar a menudo a un ex Soldado, lo más probable es que no viviría en las barriadas.

—Ah, sí. En cuanto a eso. Tenemos que hablar. Fuera.

Pero cuando Cloud la sigue, Tifa continúa retrasando lo inevitable. Una y otra vez. Si Cloud hace como que los problemas no existen, Tifa los retrasa o los niega. Solo cuando la realidad le da un tortazo, como puede ser con la caída de la plataforma o, si ocurre, con Sefirot mostrándole el pasado a Cloud, es cuando se tiene que atener a lo que siempre ha sabido.

¿Y qué es lo que hace?

Darle una casa.

Bueno, un piso. Gratis. Al lado del suyo, porque quiere tenerlo cerca. Y esto es solo el primer paso del «plan» de Tifa para intentar que Cloud se sienta más o menos cómodo y no vuelva a desaparecer sin más de su vida.

Cloud, por supuesto, acepta. Ahora, cuando tiene un motivo menos para preocuparse, que Tifa habla de la misión casi suicida a la que le ha enviado (y me gusta porque no quiere resaltar cosas desagradables hasta encontrarse en terreno seguro):

—¿Qué tal fue todo en la plataforma?

—Fue… caótico.

—Siento haberte metido en todo esto. No tendría que haberte puesto en peligro. No volverá a pasar.

—Gajes del oficio. No te preocupes por mí.

—Lo intentaré.

—Cuenta conmigo para dar por saco a Shinra.

El acercamiento es titubeante. No solo eso sino que Tifa se compromete a no poner a Cloud en una situación similar. Al menos no voluntariamente. Es una decisión que trata de mantener. Para empezar, no es que defienda a Cloud para que permanezca en Avalancha, eso es cosa de Jessie,  y cuando vaya a buscar a don Corneo, Tifa insiste en que Cloud regrese a terreno seguro. Para que esté a salvo.

Luego… Ya no queda ningún sitio seguro al que regresar.

Wola, Kyrie.

También habría que comentar ese «dar por saco a Shinra».

Pero antes voy a resumir una realidad, porque no puedo estar resaltando siempre lo mal traducido que está Cloud, hasta el punto de cambiarle la personalidad. En realidad, Tifa y Barret también sufren de lo mismo. Los tres son mucho más respondones, utilizan palabrotas y expresiones hechas que no son parte de su caracterización inicial. En particular, Cloud es seco, pero bastante decente y soft al tratar con sus amigas.

Dicho esto, lo que de verdad dice Cloud es «también entiendo también el odio a Shinra». No se está comprometiendo a nada. Lo importante es que comparte un sentimiento con Tifa. Por eso ella no se emociona, sino que responde de forma apagada. No tiene forma de saber lo sincero que está siendo Cloud, ni que comparten el dolor por lo ocurrido en el pasado.

Lo que hace es cambiar de tema para tantear si Cloud se lleva bien con Avalancha. Le han debido sonar las alarmas porque declara que no confiaba mucho en las, eh, habilidades sociales de Cloud. Diría que por eso mismo le buscará contactos: para que tenga algo más que le haga quedarse en Midgar. Por eso y porque no se siente segura con el camino que toma con Avalancha. Es evidente que a Barret no puede ir con preguntas sinceras sobre el exitazo que ha sido volar por los aires el reactor así que… Interroga a Cloud:

—He visto el sector 8 en las noticias… Parecía una zona de guerra…

—Shinra controla los noticiarios. Les obligan a propagar todo tipo de mentiras.

—Entonces, ¿no ha sido tan terrible?

—Sí lo ha sido.

Cloud intenta calmar a Tifa, pero luego le dice la verdad. Diría que es la única pista que se nos muestra de que Cloud se siente mal con haber causado tanto daño.

Tifa le muestra su habitación, y Cloud sonríe un poco cuando ella le comenta que habló de antemano con la casera. Es decir, que se preocupó por buscarle un sitio donde pudiera estar. Es un gesto encantador, y Cloud… Bueno, diría que lleva mucho sin recibir cariño, pero eso sería echar por los suelos el año que pasó Zack haciéndole de niñera. Lleva mucho tiempo sin recibir cariño de forma consciente, dejémoslo así.

Por desgracia para Tifa, Cloud sabe que no todo le va a venir gratis. Una cosa es tener una habitación y, otra muy distinta, seguridad económica. Así que corta a Tifa y exige sus 2000 guiles. La cámara evita los ojos de Tifa cuando reconoce que sabe que le deben ese dinero, lo cual indica normalmente culpabilidad. Y normal, porque… Solo le da 500.

—Lo siento. El resto fue a los preparativos de la misión. No tenemos más. ¡Aunque por poco tiempo! Mañana recaudaré el dinero de los filtros y te podré pagar.

—¿Estás segura?

—Claro, pero me tienes que ayudar. Aunque… Entonces te tendría que pagar más. Olvídalo.

Primero de todo: 2000 guiles parece ser una buena suma, pero Tifa puede recaudarlos con filtros. ¿Cómo no es de oro ya? ¿Es por todos los gastos de Avalancha? O a lo mejor solo se cambian cada varios meses, y les dan el dinero para pagarse la comida, ya ue comentan que el bar tampoco da tantos beneficios.

Segundo: nunca tendré muy claro si esto que hace Tifa es intencional o no. Normalmente no le pides a la gente, y menos a un chico al que hace años que no ves, que trabaje para conseguir el dinero que le debes. Me inclino a pensar que se «olvida» a propósito por si cuela, porque parece muy entusiasmada con conseguir que Cloud trace lazos con la gente… Y que la respalde un poco con clientes que le imponen.

De una forma u otra, Cloud es un buen chico (con ella) y acepta sin intereses. Acto seguido Tifa, no veo otra forma de decirlo, huye. Y rápido, antes de que Cloud cambie de opinión.

Una vez a solas, Cloud se echa a dormir con todo. Botas, ropa, guantes y hasta la protección del hombro que debe clavarse y doler como mil demonios. Pero claro, si durmiera en pijama o casi sin ropa, la escena que está por venir sería muy… Ejem. Más incómoda.

En cualquier caso, no es de extrañar que se despierte al primer golpe que oye venir de la otra habitación, donde imagino que Sefirot está controlando a Marco.

Cloud coge su espada, por si acaso, pero su primera acción no es fingir que el resto del universo no le importa, sino salir a ver qué le ha ocurrido a su vecino, al que escucha gemir. Se nota que no tiene a nadie a su alrededor, por lo que no necesita actuar como un chico duro, frío y solitario.

—Oye, ¿todo bien? Voy a entrar.

(¿No adoráis estas casas que no tienen cerrojo? No sé cómo sobreviven.)

En cuanto entra en la habitación, escuchamos ese desagradable sonido que parece apoderarse de Cloud cada vez que tiene algún contacto con este, o con otras posibles líneas temporales, y ahí, en plena noche, donde definitivamente no debería estar… está Sefirot. Cloud pierde la calma y adoro cómo se muestra lo descontrolado que está cuando resulta que no puede desenvolverse bien con la espada mortal en un espacio tan estrecho.

Y, aunque Cloud logra enarbolarla, cuando Sefirot avanza, es demasiado para él. El terror le puede. Una cosa es tenerle dando discursos que le permiten acopiar valor, miedo y furia al mismo tiempo.

Uy, qué cinturita me trae Sefirot.

¿Esto?

Esto es una pesadilla y no está nada preparado para ella. Aquí vemos a Cloud tal y como es. Un niño que acaba de encontrarse en la oscuridad con su peor enemigo.

Cuando Cloud pierde pie y cae, Sefirot se arroja sobre él y le toca. No es una ilusión, no es una alucinación. Le está tocando y, joder, le va a matar…

O hacer otra cosa. Francamente, las reacciones a esta escena tienden a ser… Interesantes. No sueles tener a un personaje masculino tumbando a otro de esta forma que es íntima y agresiva al mismo tiempo. Dadas las cinemáticas del FF Mobius, y que el guionista Nojima fue el que desarrolló la relación de Cloud y Sefirot en Advent Children, debo decir que no tendrían que cogernos por sorpresa. Ahí eran mucho más, cómo decirlo, explícitas.

Parece una agresión sexual, sí. Y la tendencia de Sefirot de susurrarle al oído a Cloud no ayudará en el futuro.

Sin embargo, mientras vemos que Cloud se sacude de encima a este «Sefirot» tenemos que notar, por fuerza, que hay algo mal. No solo es increíblemente torpe, sino que se queda atontado cuando se da contra el vano de la puerta y permanece como un muñeco al que le han cortado los hilos a esperar que Cloud lo ejecute con su espada.

Entonces Tifa interviene, gritándole que se detenga (Cloud le exige que vuelva a su habitación, lo cual muestra que incluso en esta situación tiene el suficiente espacio para preocuparse por ella), pero Cloud habría matado a Marco si este no le hubiera cogido del tobillo. Además, Nojima, que no Nomura, ha especificado que Sefirot estaba obsesionado con Cloud en Advent Children, y el Remake ha dejado claro que es el mismo caso.

El «contacto» transmite una visión de muchos hombres encapuchados que se caminan por un paraje siniestro y vagamente familiar.

—El reencuentro…

La traducción debería ser «la Reunión», porque el hombre encapuchado utiliza el inglés (es decir, el subtítulo aparece en katakana) para decir reunion, y porque es la forma en que se tradujo en el primer juego.

En cualquier caso, Reunión o Reencuentro, es difícil decir si Cloud está viendo lo que ocurrió en el FFVII original, con todos los encapuchados reuniéndose en el Cráter del Norte, o si ve el futuro.

Dicho esto, ¿no es curioso que los Ecos no intervengan? Diría que no lo hacen porque Cloud, tarde o temprano, se enterará de la existencia de la Reunión y ahora mismo ni él ni el espectador nuevo entienden muy bien qué está ocurriendo. Tampoco el que ya haya jugado al original, por supuesto, en el sentido de que queda la pregunta de: ¿Cloud está alucinando porque sus células reaccionan a las de Marco o Sefirot está molestando a través del pobre hombre?

La primera opción justificaría que los Ecos no estén ahí. Cloud ve a Sefirot en Marco porque comparten células. La segunda, en cambio, me parece que encaja mejor porque Marco no tiene motivos para arrojarse encima de una persona que le apunta con una espada casi tan grande como su propio cuerpo.

Me veo en la necesidad de preguntarme de dónde ha sacado este señor una capa con adornos tan currados. Ya podrían haberle dedicado ese amor a los Ecos.

Así pues, asumiendo que Sefirot ha decidido acosar a Cloud siempre que pueda… ¿Por qué? ¿Y por qué los Ecos no intervienen?

Parece que, cuando «Sefirot no está», no sienten necesidad de intervenir. Según la Ultimania, tienen numerosas formas de aparecer: como una ilusión que solo Cloud ve, como uno de los hombres encapuchados, como una memoria del pasado, y excepcionalmente puede ser visto por otras personas aparte de Cloud (es decir, el episodio final). Es solo en esta última ocasión que los Ecos tratan de interaccionar con él, y Sefirot parece muy capaz de librarse de ellos de un corte de espada.

Así pues, los Ecos parecen no ser conscientes de cuándo Sefirot rompe el guion, porque no es algo «físico» que pueden controlar.

Probablemente por este motivo se da un mayor papel a los encapuchados. Al principio me ilusioné pensando que los desarrollarían un poco, y hasta esperé que encontrásemos documentos de ellos en alguno de los laboratorios, pero no. En este título existen para darte pistas sobre que va a haber una Reunión de los fragmentos de Jenova (o, en el caso de alguien que no tenga ni idea de la trama de FFVII, para saber que los encapuchados pretenden reunirse aunque no tengas ni idea para qué), y para ser el medio de desplazamiento de Sefirot.

No dejaré de lamentar que no se desarrolle a Marco, que no se muestre si tiene alguna clase de personalidad a pesar de que todo lo que dice Tifa da a entender que así es (de alguna manera pagará el alquiler… A menos que Marle sea muy buena samaritana con él).

—¿Qué le estás haciendo al pobre Marco? Este es su apartamento. Tiene problemas de salud, pero no es mal tipo. La casera me ha pedido que venga a visitarlo de vez en cuando para asegurarme de que está bien. ¿Podrías hacerlo tú también?

¿Cómo debe ser perderte a ti mismo mientras te devoran las células de Jenova? Aaah, podría haber sido tan dramático. Además, no sabemos si Cloud también acabará más o menos catatónico, pero que Tifa cuide de un hombre usado y abusado por Shinra y Sefirot me parece un buen paralelismo y habría tenido más fuerza con un Marco que tuviera un asomo de personalidad.

Eso sí, esta escena creo que deja clara que Tifa no le conoce de nada. Es decir, que Marco no proviene de Nibelheim, como se supone que ocurría con todos los encapuchados, que Hojo utilizaba para sus experimentos a la hora de recrear a Sefirot.

Llegados a este punto, la cantidad de trama argumental que se ha lanzado a la cara del jugador es abrumadora. Sin embargo, creo que es intencional: tanto si eres nuevo en FFVII como si no, vas a quedar tan desconcertado como Cloud. Al contrario que él, quieres respuestas. Y todos estos elementos nuevos van creando una curiosidad en el jugador que no existiría si la historia fuera, plano por plano, igual a la trama original.

Al día siguiente Cloud conoce a Marle, la casera. Y queda claro, aparte de que se huele que a Tifa le gusta Cloud, que es una de las personas que ha permitido que Tifa sobreviva a su partida de Nibelheim. Su presencia explica mucho mejor cómo consiguió llegar a una ciudad y medrar en un lugar tan pobre. No me extrañaría que todo lo que hace Tifa por Cloud, Marle lo hiciera por ella.

Así que… ¡Toca trabajar y dar vueltas por las barriadas para lograr que Cloud se gane una buena reputación! Solo que en principio a Cloud no le hace nada de gracia y… Y se comporta como el crío de 16 años que es, poniendo mala cara y poniendo cara de perrito desconcertado gruñendo:

Pero mamá, los niños se van a burlar de mí…

—Yo era Soldado, no vendedor.

¡Y su narrativa interna se debe sostener! Solo que lo hace con infantilismo, porque esto es una clara regresión para su gusto. Escapó de Nibelheim para ser un militar y escapar de tener que hacer trapicheos como el que le está pidiendo Tifa.

Y ella sabe bien cómo alimentar su ego. No le pide que haga las veces de vendedor, sino de su guardaespaldas. Que ponga mala cara, que asuste a la gente que se niegue a pagar… A la vez que lo lleva a que se encargue de diferentes trabajos.

Evadiendo todo lo que pueda crear situaciones incómodas:

—¿Llevas… mucho tiempo aquí?

—Unos cinco años, diría yo. Olvida eso, ¡sigamos con los pagos para tu recompensa!

Creo que Tifa se puede defender bien por sí sola, y que no se deja intimidar por los hombres (como se muestra más tarde cuando tiene que ir a la guarida de don Corneo) así que me inclino a pensar que está actuando un poco para comprobar cómo reacciona Cloud… y para que él se vaya aclimatando a su papel. Es francamente desagradable escuchar comentarios masculinos sobre ella, lo cual dice qué clase de persona se supone que es Tifa. A pesar de que escuchamos que se dice que Barret parece que te vaya a partir la cara, pero en realidad es un buenazo, no oímos nada similar de Tifa como que te puede tumbar si te propasas con ella. Eso indica, por un lado, que cae bien y nadie ha intentado ponerle la mano encima, pero también que cualquier día podría pasar. No es de extrañar que se sienta cómoda con Cloud. Por triste que sea, los hombres no pillan las indirectas hasta que hay otro varón en escena.

Cloud ayuda, reluctante y poniendo muchas caras de fastidio, pero nunca dice que no. ¿Tiene que ir a negociar? Lo hace mal, pero lo hace. Su falta de experiencia es evidente. Cloud tiene mentalmente 16 años y sus ideas de ser un «adulto» son las esperables de un adolescente. Por eso creo que se deja llevar de la mano aunque gruña. Porque no sabe qué más hacer. No se le da bien poner buena cara, pero como guardaespaldas amenazador, en cambio, lo borda.

Sin embargo, Tifa quiere llevarle por un camino más comunitario y lo convence para que se una a la policía vecinal (es decir, Biggs y Wedge, entre otros), que se dedica a proteger la barriada de los monstruos. Y tienes que adorar cómo Tifa se niega a quedarse a un lado, demostrándole a Cloud que no puede pretender ser independiente cuando no conoce el sitio ni sabe moverse por él.

—Cloud, voy contigo.

—Ya me encargo yo.

—Pero… no sabes cómo llegar, ¿no?

Y lo pregunta inclinándose hacia delante como una niña buena. Cloud responde, muy bajo, bajísimo. No vaya a escucharle algo más que su cuello.

—Llévame.

Hay que apreciar lo reticente que es Cloud a que nadie le enseñe nada. ¡Rompe su rol! Y, sobre todo, implica demostrar debilidades. Se resiste a modificar la espada mortal, afirmando que le gusta como está, pero por la forma en que la mira uno se da cuenta de que hay algo más. Una memoria agridulce que no quiere salir. Al fin y al cabo, el legado de Zack debería mantenerse más o menos estable pero ah, cómo dejar de romper cajas de Shinra con ella, ¿no? Y entonces, cuando regresa de matar a unos pocos monstruos e intentar labrarse una reputación, como Zack planeaba, Cloud sonríe al mirar su espada porque Biggs le ha dicho que encaja con él. Y va a decir que le ha sacado de muchos líos…

Y entonces el zumbido, como si le dijera no sigas por ese camino.

Tifa empieza a hacerse preguntas. Le ha visto intentar atacar a un inocente fuera de sí (se le echó encima, vale, pero evidentemente no estaba sano ni merecía ser cortado por la mitad). Así que ahora le ve hablar de su espada, insiste en saber qué ha ocurrido desde que abandonó la aldea:

—Es largo de contar.

—¡Tengo tiempo! ¿Qué tal si me lo cuentas mientras te buscamos algún trabajillo más?

Cloud se salva por la intervención de Wedge, pero el breve intercambio es magnífico por la respuesta de Cloud. Es largo de contar…

Solo que él mismo no sabe cuánto. Esos cinco años en blanco le pasarán factura, espero, en el siguiente juego.

Debo decir que me gusta cómo se va hilando el tema de los monstruos. No es que salgan de la nada, sino que son una plaga y surgen de los experimentos y los desperdicios de Shinra. No solo eso sino que Shinra se niega a ocuparse de ellos, porque sería como reconocer públicamente que hay un problema.

Y así vas conociendo las barriadas. Están repletas de gente, de conversaciones, de un sentimiento comunitario, de pobreza y esperanza. Puedes ver guarderías entre basura, gente que lucha por sobrevivir, apuestas, trapicheos y peleas, pero también música, buena fe y buenos vecinos. Hay niños jugando entre la basura y manteros que venden sus productos a escondidas, mujeres que lavan ropa a mano porque no tienen otra manera de hacerlo y, ah, también androides encantadores (Hojo tiene un extraño buen gusto diseñando a chavales… Hm… Y un fetiche por el albinismo).

Si te molestas en intentar conocer a los centinelas de Shinra, encuentras que uno de ellos es un chaval simpático dispuesto a invitarte a musicales. Uno que no quiere hacer daño a nadie y que ayudará en la evacuación porque todavía no se ha dejado contaminar por la crueldad de Shinra. Ah, y por cierto, la escasa presencia de cuerpos armados de la empresa deja muy claro que Shinra no se preocupa por las barriadas y permite que estas se las apañen por su cuenta. Eso explica que gente llamativa como Cloud o Barret no sean capturados instantáneamente, y que sea fácil culpar a Avalancha de la destrucción de la plataforma: no hay efectivos militares que supongan una pérdida ni puedan ser testigos de tal crueldad.

Es increíble la cantidad de recovecos, de pequeños vistazos que echas a la vida cotidiana.

Todas las misiones ayudan a suavizar la actitud a la defensiva de Cloud que ayuda a la gente. No solo se le nota más cómodo con Tifa cuando mencionan viejos recuerdos que no son dañinos, sino con otras personas. Si cumples la misión del perro de Shinra, se menciona un posible laboratorio secreto y Cloud se toma con tranquilidad que Wymer espere que sepa algo del tema, a la vez que deniega el conocimiento. Shinra es grande, un ex Soldado no puede saberlo todo. Es decir, como cimenta su posición de mercenario y la gente se cree su papel, no tiene necesidad de gruñir.

Esto sirve no solo para que te encariñes con una ciudad que va a ser destruida, sino para naturalizar el lugar. En definitiva, hay variedad por todas partes y una increíble atención al mimo.

Pero: hay mucha luz.

Uno de los temas recurrentes de Midgar era que la plataforma robaba la luz a las barriadas. Sin embargo, cuando sales de Villa Cosmos te quedas cegado por la cantidad de luz que hay. Vas por todas partes y es que no se necesita ni siquiera luz artificial. ¡Hasta puedes ver el cielo! Sí, hay polución y las barriadas son el vertedero de Midgar. Sí, el ambiente es opresivo a pesar de los intentos de la gente por volverlo familiar, pero da la sensación de vivir en una Inglaterra brumosa y no bajo una bestia del capitalismo.

¡No digo que haya que estar a oscuras! Solo un poco… más en penumbra.

Por otro lado, en los videojuegos de acción siempre hay una extraña disonancia cuando tus personajes van asesinando por doquier a personas, pero esos NPC no parecen contar porque no forman parte de la «historia».

Así que llevas un buen número de muertes a la espalda cuando la trama te hace enfrentarte a las consecuencias de volar por los aires el Reactor Mako. De pronto tienes que salvar a un tipo llamado Johnny al que han ido a buscar los de Shinra porque alguien ha estado robando de un almacén. En medio del pánico, Johnny está a punto de cantar sobre Jessie y Avalancha. Cuando Cloud y Tifa noquean a los guardias, el primero decide que el tipo es peligroso y que va a matarlo:

—Es un bocazas.

—¡No!

Tifa, horrorizada, se interpone en su camino. Cloud deja escapar a Johnny después de amenazarle un poco.

Entonces mira a los centinelas:

—¿Y estos?

—Déjalos… Cloud, me estás asustando… (…) Es que… has cambiado bastante.

Esto sirve para que Tifa empiece a asimilar que Cloud no es el chico que conocía, y se nota que teme que Shinra sea la culpable de este cambio. Se ve cuando señala que el cambio se ve en sus ojos. Puede ser el mako del que habla Cloud, o la frialdad que hay en ellos. En cualquier caso, ambos son consecuencia de Shinra. Tifa se cimenta aquí como una especie de guía moral para Cloud, lo cual en sí no está mal. Sin embargo…

Como se comenta en este podcast, en el videojuego original Tifa es maternal, pero está furiosa con el mundo. La diferencia con Barret es que contiene mejor sus sentimientos y piensa con más claridad.

El Remake la suaviza mucho para crearle una especie de arco de personaje, y porque en Avalancha debe haber alguien que trague peor con el hecho de que están matando a inocentes. En sí no es una mala decisión. El problema es cómo está ejecutada. Fue ella quien le puso en manos de Avalancha para que atacaran uno de los edificios más protegidos del planeta. ¿De verdad esperaba que no hubiera derramamiento alguno de sangre? ¿Se asusta porque Cloud va a matar a gente inconsciente o a inocentes, a pesar de que… para eso le contrataron?

Ese es un problema de caracterización que no vuelve a traerse a colación. Supongo que porque tenemos que asumir que Tifa madura o se endurece. El resto no lo es necesariamente problemático, si bien resulta irritante que tengan que «reducir» la fiereza de Tifa para desarrollar más a Cloud.

Y QUÉ OJAZOS.

Y, por cierto, como hemos hablado de centinelas, Shinra y tal… El Remake resalta constantemente los ojazos de mako de Cloud, pero no hace ninguna referencia a su uniforme, y estoy segura de que debería ser ilegal hacerte pasar por un Soldado Primera Clase. Oyes más hablar del tamaño de la espada que lleva (nadie la reconoce como la de Zack o Angeal con excepción del centinela del anterior capítulo y se supone que eran famosos) que de la ropa. Si acaso se ve más en la misión de la capataz de Tallago, donde Cloud defiende que las tropas de Shinra no pueden apartarse de su deber. Tifa no comenta nada, pero la capataz manda a la mierda a Cloud y con cierto motivo, pero lo interesante es que dice que le han dicho que trabajaba para Shinra. ¿Es que el uniforme no habla por sí mismo?

Asumo que no, dado que a nadie parece importarle.

Claro que es posible que, con el transcurso de los años, el uniforme haya evolucionado. El de Roche tiene la misma base, pero diferente diseño, y los tercera clase definitivamente tienen un estilo distinto. Así que entre eso y que el uniforme de Zack y Cloud parece tener solo lo básico… ¿Quizá es posible que pase desapercibido?

En fin, corramos un tupido velo.

Cuando los personajes vuelven momentáneamente a su apartamento, Tifa ya no puede dejar de lado lo que ha ocurrido. Cloud ha atacado en menos de 24 horas a personas desarmadas y ella ha salvado la vida de todas. Yo también tendría curiosidad. Pero su aproximamiento es amable, dulce y casi travieso:

—Por cierto… Cuando te fuiste de la aldea…

—¿Eh?

—Lo dejé pasar donde la policía vecinal, pero ahora no.

Silencio. Incómodo por parte de Cloud, sonriente por la de Tifa. La actuación en este juego es que es de diez.

Y entonces, en vez de dar largas, Cloud se abre una barbaridad, dado que apenas lleva un día con Tifa (y un par con su nueva personalidad). Sin embargo, tiene un terreno relativamente seguro del que hablar. Uno que no le obliga a enfrentarse con su dura realidad, porque mezcla parte de la amargura que vivió como centinela desilusionado sin tener que reconocer que no es un ex Soldado. Se presenta como alguien que llegó tarde:

—Bueno, cuando éramos pequeños… los de Soldado eran nuestros héroes, ¿no?

—Sí, recuerdo que durante la guerra aparecían siempre en las noticias.

—Cuando por fin logré entrar, ya no les hacían falta héroes. No se parecía nada a lo que habíamos soñado. Era trabajar para Shinra. Nada más…

Como siempre, la traducción española interpreta un poco y pierde la idea original:

—Durante la guerra se trataba a los Soldados como héroes.

—Sí, recuerdo mirar las noticias todos los días.

—Pero, para cuando yo me hice Soldado, la cosa había cambiado. No era el trabajo con el que tanto había soñado, era trabajar por el bien de Shinra como un mero…

Para empezar, y creo que es importante, en japonés se habla de guerra. Parte de la historia de FFVII es centrarse en un mensaje antibélico, y el Remake pretende llevarlo más lejos al posicionar la historia no en un período de paz, sino de armisticio. El presidente Shinra intentará despertar el nacionalismo de la gente, y la generación anterior aún odia profundamente a Wutai. De modo que destacar que los Soldados eran héroes entonces es una forma de manchar esta idea de patriotismo y de glorificación de los militares.

Después es importante que Cloud no habla de héroes, sino que casi se sincera acerca de que fue un centinela. Ahí se entiende mucho mejor su repentino desconcierto, porque es un recuerdo que no encaja con la historia que se ha fabricado.

Tifa deja ir el tema, pero quiero resaltar que en japonés se muestra mucho más considerada que en español.

—Lo siento, no quieres hablar de ello, verdad?

—No es el tipo de conversación que tienes la primera vez que ves a alguien tras mucho tiempo.

Se siente mal por forzarle y da un paso atrás. Dejar espacio a la gente en vez de presionar para que hablen de sus sentimientos es maduro, responsable, y estaría bien que se hubiera respetado.

Como queda claro que ese período de su vida se le atraganta a Cloud, Tifa decide centrarse en el presente. ¡Le pide una cita para celebrar que se han reencontrado! Cosa que, además, refuerza que apenas han estado juntos unas pocas hora.

El jugador puede influenciar en qué clase de vestido llevará para don Corneo, uh, (oír hablar a Cloud de vestidos es hilarante, ay, si solo supiera) y se crea un compromiso encantador. Tifa, además, le dice a Cloud que le guarde el secreto de que no va a descansar. Es decir, que Tifa no es débil y no necesita que la cuiden.

Y, para que se note que Tifa está creando lazos con la esperanza de que Cloud no vaya a desaparecer sin más… Le pregunta cuánto tiempo piensa quedarse:

—Quizá. Trabajaré un poco, ahorraré algo de dinero…

—Ah, bien.

Nada definitivo, pero es algo. Sobre todo teniendo en cuenta lo que va a pasar a continuación.

Después la traducción presenta como un coqueteo con Tifa a lo bartender lo que en japonés da más la sensación de un torpe y encantador intento de Cloud por estar a la altura de lo que Tifa espera, es decir, un cliente que la halague. Sin embargo, cuando le da la segunda bebida no dice que sea perfecta, sino algo más infantil y sincero:

—Es bonita.

La cámara puede indicar que quizá se refiere a Tifa, o que ella lo interpreta de tal manera, pero la traducción lo afirma con rotundidad y nope.

Entonces Jessie llega, emocionadísima por cómo las noticias airean que Avalancha es una organización de ecoterroristas. ¿Yay, supongo? Flirtea un poco con Cloud y…. Y pasa lo que ya comenté antes, que Tifa aparece como la menos «entusiasta» del grupo.

—Tifa se va a apuntar en esta ocasión, pero… no se la ve muy convencida. Nunca le ha gustado lo de las bombas, así que si la cosa se pone peliaguda… Si he de dejar mi vida en manos de otra persona, preferiría que fuera un profesional. Como tú.

Es comprensible que a Jessie no le haga gracia llevar a alguien reticente, pero es un movimiento bastante sucio el de este diálogo. Criticar a su amiga, con la que supuestamente se lleva muy bien según Barret, e intentar ganas puntos a la vez con Cloud… Eh.

Después de que el juego te permita obsesionarte con los dardos y superar a Wedge en la lista, Tifa regresa intempestivamente y no dirige una palabra a Cloud después de tomar asiento. Uno que, tomad nota, está a distancia, lo que marca simbólicamente la separación y la falta de confianza que hay entre ambos.

Pero Cloud se preocupa por ella, así que abre conversación a su brusca manera:

—Me han dicho que tienes dudas.

—Sé que tenemos que apuntar más alto si pretendemos solucionar algo, pero no así. La verdad… No sé qué hacer.

—Si el corazón te dice que no, no lo hagas.

Tifa sonríe, pero  calla. La música indica una sensación cómoda entre ambos, sí, pero aun así hay demasiada distancia, demasiado silencio. Tifa no está segura de lo que hace, no confía en Cloud, y este no tiene su corazón puesto ni en Tifa ni en la misión, ni en nada.

Y, la verdad, esto se entendería mejor si se hubiera mantenido el japonés:

—Si sigo haciendo las cosas como hasta ahora, nada va a cambiar. Eso lo sé. Estoy en un serio problema.

—Si tienes dudas, es mejor que lo dejes

No hay mucha diferencia, lo sé, pero cuando Tifa dice estoy en un serio problema está gritándole disimuladamente a Cloud que la ayude, porque en el próximo episodio este va a recordar que le prometió acudir a su rescate cuando tuviera problemas. Hasta la Ultimania lo confirma. Y por eso Tifa sonreirá más tarde cuando le diga que ha recordado la promesa. Sutil, pero temáticamente importante, sobre todo porque Cloud ahora mismo le dice que no tenga compromisos en vez de lo que ella espera: un apoyo.

Así que, visto con algo de retrospectiva, el giro de trama no debería cogernos tan desprevenidos:

No solo Cloud no baja a reunirse con el resto de la Avalancha, sino que… ¡No lo contratan para la siguiente misión! Y quien haya jugado el original siente que esta misión es suya. ¿Cómo que no contratan? ¿Qué pasa aquí? Pero, ah, las acciones de Cloud tienen sus consecuencias. Solo está por el dinero y claramente esta gente es pobre. Es mejor lidiar sin él.

Cloud responde sin que le podamos ver los ojos hasta que masculla sin contrato, sin obligaciones.

Esto le ha dolido.

En cualquier caso, sorprendentemente, Tifa no protesta. Ni siquiera sabemos por qué se fue de la reunión, en realidad. ¿Por la misión en sí? ¿Porque quería que Cloud se quedara? Quizá le alivie que Cloud no participe. Jessie pide disculpas, y él le resta importancia… Desde un ángulo en el que no podemos verle los ojos. De pronto el grupo no bebe con él, corta conversaciones. Barret directamente le dice que se vaya.

Auch.

Eso sí, en japonés es mucho más amable, casi quedo, al entregarle el dinero y sugerirle que se busque otro trabajo.

La cosa es, como se dice aquí, que Cloud nunca tuvo verdaderos amigos por su personalidad y por bullying. Pero él quería ser parte de un grupo. Quería «jugar» con los demás. El problema es el orgullo, el cómo espera que los demás hagan el trabajo por él y que sea «especial». Su defensa poniendo una muralla con dinero para justificar interés acaba volviéndose en su contra. Y es una delicia que también se vaya desmoronando a lo largo del juego.

No *entiendo* por qué insisten en cambiar la personalidad de los personajes. Aquí Jessie le dice «de verdad que lo siento». ¡Por qué cambiarlo, por QUÉ! Pero bueno, atentos a cómo la cámara evita los ojos de Cloud cuando este después resta importancia a lo ocurrido.

De momento, sin embargo, esta exclusión duele. Todos en Avalancha tienen una historia en común, y si te quedas a escuchar no solo averiguas que fueron expulsados de la Avalancha principal (aunque no se mencione el nombre de la misma) hace un año, sino que esa separación fue dura y superarla los unió aún más. Barret hasta habla de Avalancha como su familia y en japonés ríe con vergüenza después de agradecerles todo el trabajo y quedarse a su lado. Biggs responde que están para él, igual que él ha estado para ellos, y Wedge sueña con repetir esta clase de celebraciones que los unen como familia.

Nadie le dirige la palabra a Cloud más que unos segundos porque no forma parte de esto. No forma parte de nada.

¡Y los Ecos no están de acuerdo! Podemos ver uno pasar por el bar, observándolos, aunque en principio no hace nada. Está claro que se ha ido a discutir con el resto de sus compañeros cómo integrar a Cloud en el equipo, y les va a llevar toda la noche tomar una medida muy drástica y exagerada.

Creo que puedo oír su grito de agonía porque este desvío del guion original haya tenido que pasar durante su turno de vigilancia.

Cuando Cloud abandona el Séptimo Cielo y se encuentra con hombres de don Corneo que preguntan por Barret, el juego nos deja valorar la posibilidad de que Cloud vaya a denunciarles. En especial cuando empieza a regatear por guiles.

Y, por cierto, esto es una clara mejora respecto al juego original. Allí Tifa, ya en la mansión de don Corneo, nos contaba que había «un tipo» buscando a Barret y haciendo preguntas. Ahora se va dejando con mucha antelación (y no solo eso, sino que don Corneo insistirá incluso tras perder a estos hombres), de modo que no da la… eh… sensación de que Shinra solo aparezca cuando la trama lo requiere.

Otro detalle que me parece bastante interesante es la actitud de los maleantes. No porque sean típicos yakuzas, sino por su sentido de «clase». Si les prestas atención, van mascullando sobre lo pobre que es la barriada en comparación con Mercado Muro. Y tienen razón. Mercado Muro es el lugar a donde va todo el dinero de las barriadas, y no es casual que se trate del lugar más moralmente cuestionable. ¡Capitalismo!

Volviendo a Cloud, en cuanto se queda a solas con los tipos deja caer que piensa que trabajan para Shinra. Puede que no recuerde lo que Hojo le ha hecho, no con claridad al menos, pero desde luego no es tan idiota o inocente como para trabajar a favor de Shinra. E incluso cuando averigua que no es así, se niega a soltar información. ¡Qué buen trabajo hace el Remake a veces para presentar a personajes antes de tiempo! Le chirría que digan que no tienen nada que ver con la empresa, pero lo deja ir: ya no forma parte de esto.  Su actitud habitual ante las cosas que suponen un problema.

Eso sí, la gente la agradece que se haya ocupado de ellos.

Entonces se encuentra a Jessie esperándole frente a su habitación. Después de bromear con un tono que imita al de una esposa, muy exagerada, que recibe a su marido, le ofrece nada menos que la materia Ifrit a cambio de que le acompañe a la plataforma del sector 7 a una misión privada, de la que no quiere que informe a los demás. Cloud acepta, pero se le ve reticente.

Por si os puede la curiosidad, en japonés dice:

—La recompensa no está mal.

Alguien está intentando fingir ser duro para no quiere encariñarse con nadie.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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Mistral Chronicles