Analizando Vinland Saga: Capítulo 3

Aunque estaba claro que Floki no era trigo limpio, el final del capítulo anterior de Vinland Saga no deja de ser sorprendente. ¿Contratar a una panda de mercenarios para acabar con Thors siendo ellos mismos unos guerreros tan temidos? Algo raro pasa aquí. Así que… ¡es hora de saberlo! (O no)

Capítulo 3 «Trol»


En una continuación inmediata del capítulo anterior, Floki y Askeladd hablan sobre el encargo de matar a Thors. Parece ser que el antiguo vikingo quebrantó la ley al desertar en batalla y que sobre su cabeza pende una orden de ejecución desde hace 15 años.

Sin embargo, una tropa mercenaria como la de Askeladd no sobrevive mucho sin un líder que parece ser tan astuto como él. Está claro que conoce a los renombrados Jomsvikings, su ferocidad y sus férreas leyes, así que el hecho de que dejasen en paz a Thors le genera dudas. Pero Floki no ha venido a charlar, solo a hacer negocios.

Como se vio en el capítulo anterior, parece que una de las armas de Floki es intimidar —o intentarlo, al menos— con la mirada, así que lanza una cargada de veneno a Askeladd. Y fracasa, pero Askeladd se compromete a hacer lo que le digan mientras paguen. De nuevo, se nos vuelve a mostrar la entereza del mercenario. Si lo habíamos subestimado por su aspecto poco impresionante y su actitud pasota, va quedando claro poco a poco que debajo se esconde alguien terrible.

Floki tiene un máster en hacer amigos

Aun así, sigue insistiendo en que si la orden de ejecución viene de parte de los Jomsvikings, debería de ser uno de ellos quien acabase con él. Además, fueron a Islandia a hacerle una visita, así que, ¿por qué no lo mataron entonces?

Floki no responde, excusándose con que hay cosas que Askeladd no debería saber. Ajá. Ni engaña a Askeladd, ni engaña a los espectadores. El mercenario capitula de intentar sacarle más información, así que es hora de iniciar las negociaciones: Los Jomsvikings le pagarán 5 libras de oro por adelantado, más otras 5 después de acabar el trabajo.

El vikingo es todo un machito orgulloso, ya que se toma como una afrenta que sea Askeladd quien dirija la negociación. Cómo no, ¡vuelve a fulminar con la mirada a Askeladd!, resulta incluso divertido ver cómo no se amedrenta ni lo más mínimo. Aun así, se tiran un buen rato mirándose el uno al otro hasta que la tensión del momento estalla cuando una lanza se clava con violencia en un tapiz de la pared entre los dos guerreros.

Parece que a Bjorn, un guerrero del bando de Askeladd, se le ha escapado el arma y casi empala a su propio líder. Se sigue presentando a Askeladd como una persona totalmente despreocupada aunque cada vez empiece a mostrar más su sangre fría, porque si esperábamos una bronca hacia su soldado, acaba siendo todo lo contrario. Le da una suave reprimenda, se levanta riendo y comenta que mejor pare de beber. Pero Floki no. Se queda chocado mirando a la lanza y, muy quietamente sin moverse de la silla, acepta la oferta.

Antes de salir de la casa donde se encontraban, Askeladd, por curiosidad, pregunta qué tipo de guerrero es Thors, a lo que Floki responde que ya no es un guerrero.

Menos mal que Askeladd pone fin al lamentable espectáculo y  de paso felicita a Bjorn por el lanzamiento de lanza. No ha sido uno casual, por cierto, sino que como Floki comprueba, al retirar la tela de la pared, ha atravesado a uno de sus hombres que tenía apostado para espiar la conversación y atacar a Askeladd si se diese el caso. Parece que Askeladd no es un hombre al que se le pueda tomar a la ligera.

La actitud que ha tenido hacia Askeladd y Floki hace que me pregunte si esto tendrá alguna consecuencia en el futuro, y más viendo como la orden de asesinato de Thors parece un asunto personal más que una orden del jefe Jomsviking. Ha matado a uno de sus hombres y tienen actitudes opuestas en prácticamente todo. Ya no es solo la personalidad, sino cómo tratan a su subordinados. Floki actúa como si no existieran, mientras que Askeladd promueve una actitud de camadería.

Poco después, Islandia amanece en una efervescencia de actividad. Mientras unos preparan los barcos para su partida, Ari acude a la puerta de la casa de Thors para despedirse de Ylva y, ya que está, pedirle matrimonio después de su triunfante vuelta. Es desternillante cómo Ylva no hace ni caso a todas las grandilocuencias que el joven está soltando. Como guinda en el pastel, viene la madre de Ari para darle el almuerzo que se olvidó en casa. ¿Es Ylva la única chica joven en la aldea o qué? Otros tres jóvenes vienen para declararse ante ella, pero lo único que Ylva quiere es seguir un rato más en la cama, así que los despacha rápido.

Ylva está cansada de los hombres. Y le entendemos.

Tiene la pinta de que todo el pueblo ha acudido al pequeño puerto para despedir a los guerreros, que prometen traer de vuelta un gran tesoro y librar batallas épicas en nombre de sus familiares. En particular, me llama la atención como una madre le recuerda a su hijo que no se olvide de bañarse los sábados, enlazando esta pieza de información con el principio del capítulo anterior, ¡buena forma de añadir cohesión al mundo!

Una tímida chica se acerca a despedirse de Ari y a desearle buena suerte, pero entre su indecisión y que Ari, como buen macho ibérico vikingo, se encontraba peleando con otro chico, acaba quedándose callada. Leif llega para calmarla, y le cuenta —haciendo de nuevo de expositor de la trama— que si está preocupada por Ari, no se preocupe: Van a parar en Noruega antes de llegar a su destino en Jomsborg. Ahí se van a separar, Leif para irse a comerciar mientras los jóvenes guerreros se quedan en la zona un tiempo, y Thors marcha solo a la guerra. Una vez Leif acabe sus asuntos, recogerá a los chicos y volverá con ellos a Islandia.

Es de agradecer la consistencia del psique de Thors. Ya que por su culpa la aldea ha sido amenazada, se va para asegurar de que al menos el sea el único afectado. Aunque también cabe decir que… ¿Habrá pensado en qué ocurrirá en caso de que fallezca? ¿En cómo puede repercutir su muerte en su familia y en su gente? Después de todo, Thors parece ser el único muro que defiende la seguridad de su pueblo ante, por ejemplo, la crueldad de su vecino Halfdan.

Si recordamos el capítulo anterior, Thorfinn huyó de casa por la supuesta hipocresía que su padre tiene ante la violencia. Huyó, así que… ¿Dónde se encuentra ahora? Por más que Thors le busque para despedirse, no logra dar con él, así que se resigna y marcha al barco.

Este capítulo está siendo en exceso ligero y cargado con elementos de humor, pero se le perdona porque deben de estar preparando para lo que viene en el futuro. Uno de los momentos más divertidos del capítulo se da cuando una vez todos están en el barco, los jóvenes se acumulan a un lado de la barca, cada uno con su remo de tamaño estándar. Pero Thors no, por supuesto. Thors está solo en el otro lado de la barcaza con un remo gigante que vale por cinco. La escena en sí es maravillosa, pero por un momento imaginaos a Thors yendo a pedirle al artesano de la aldea que le fabricase un remo así, ¡pensad en la cara que pondría!

Antes de partir, Thors intenta dejarle a Helga unas últimas palabras para Thorfinn, pero debido a que es un Hombre™, no sabe qué decirle. Aun así, después de años de relación, Helga le entiende, y le comunicará a su hijo las últimas palabras de su padre.

Ahora sí, ¡llegó la hora de partir! ¡A la aventura!

El tambor empieza a sonar para anunciar la marcha de los barcos, y un fortísimo Thors con su todopoderoso remo mueve el gran barco en solitario, ante la mirada estupefacta de los demás.

Los integrantes del barco y sus remos están creados en 3D y aunque la animación es bastante digna para ser una toma poco importante, la falta de ojos en los modelos de los personajes me preocupa. ¡No van a poder navegar bien si no tienen visión! Fuera bromas, es algo típico que se recurra a esta clase de truquitos para ahorrar en animación, aunque normalmente se suele aplicar cuando los personajes están más lejos.

Una vez en alta mar, abandonan los remos y alzan las velas para seguir. Todos están agotados en exceso, algunos con las palmas de las manos en carne viva por los remos, y otros vomitando por el mareo. Menos Thors, claro. Por suerte para los jóvenes inexpertos, Thors explica que están en una corriente, y que no tendrán que remar en un buen rato.

Por supuesto todavía no es momento de descansar, ¡tienen un polizón a bordo! Una vocecita se cuela a través de uno de los barriles, preguntando si ya no hay vuelta atrás al pueblo. Parece que Thors no se ha dado cuenta de dónde sale la voz y contesta que sí. El rumbo ya está fijado. Por supuesto, el integrante sorpresa de esta expedición es ni más ni menos que el pequeño Thorfinn. Para que no le viesen, debe de haber permanecido escondido prácticamente desde la madrugada de ese mismo día, así que es normal que su primer acto al salir de su escondite sea ir a orinar.

Thors va a arrearle un capón, pero Thorfinn le mira con una cara brillante de emoción, para señalarle y gritarle que están en el océano. Después de tanta insistencia y de escuchar cientos de historias por parte de Leif, Thorfinn está viajando por el océano. Quizá, la parte más violenta que se estaba manifestando en el niño, haya sido repelida por la reavivación de su sueño de explorar.

Es desgarrador pensar en lo felices que están el grupito del barco sabiendo nosotros que en las Islas Feroe, Askeladd y Bjorn preparan a sus hombres para la inminente batalla.

Una vez más se vuelve a mostrar las dudas que tiene el líder mercenario sobre la excusa de Floki para matar a Thors. Pondera que es algún asunto personal que tendrán entre Floki y Thors, y que la orden del líder de los Jomsvikings es mentira. ¿Por qué no usó a los Jomsvikings para asesinarlo? Quizá Floki tenía miedo de perder a tantos hombres en el proceso que fuese difícil justificarlo ante Sigvaldi, el líder de la compañía vikinga. Y eso convierte a Thors es alguien muy peligroso.

Pero Askeladd, además de ser listo, confía plenamente en sus propias aptitudes y la de sus soldados. Cosa que hace de Askeladd también alguien peligroso. Todo indica que dos bestias van a enfrentarse más pronto que tarde. También muestra curiosidad por conocer al Troll de Jom, y se pregunta si será un tipo divertido.

Enfatizando la curiosidad de Askeladd, se ve como Thors está azotando al pobre Thorfinn por colarse en el barco. Unas cachetadas no van a solucionar nada, pero la serie plantea esto nuevamente como un toque de humor.

Cae la noche y eso solo puede significar una cosa: Después de tantas habladurías, ¡es momento de que Leif demuestre sus habilidades como navegante!, ya que aunque no se ven estrellas en el cielo, el explorador es capaz de orientarse tranquilamente en el mar. No tengo del todo claro si los niños que se burlaron de él valorarían lo que está haciendo ahora, pero ojalá lo viesen para que se retractasen de sus palabras.

Voy a ser un poco quisquilloso en cuanto a la animación. Los barcos están creados en 3D, incluidas sus velas, ¡y están genial! La luz que se filtra a través del tejido es increíblemente realista y está muy bien simulado. Pero hay un fallo garrafal que aunque cuesta mucho verlo, en cuanto lo he visto no he podido evitar reírme a carcajadas. El barco de la izquierda, que pertenece a Leif, tiene la vela tan bajada que obstaculiza totalmente la visión del explorador, el cual se encuentra observando fijamente el frente. ¡Pero solo debería de poder ver la vela! No es nada grave y solo pasa en este breve plano, pero es digno de mención.

Un adorable Thorfinn duerme en el regazo de su padre a la luz de una antorcha mientras Ari charla ilusionado con Thors por la batalla que se piensa que está por llegar. Le pregunta a Thors que le cuente alguna historia sobre su pasado y sus luchas. Llega a resultar agotador la fijación de estos jóvenes por las batallas, de verdad.

Thors adivina que Ari está enamorado de Ylva y que por eso se quiere convertir en alguien tan fuerte, cosa que el joven confirma. No va a satisfacer los deseos del joven y contarle una historia sobre batallas, sino que pasa a contarle uan de cuando nació su hija.  Es un movimiento acertado, ya que es coherente con el personaje de Thors que lo último que quiera hacer sea seguir avivando la llama de la guerra dentro de Ari.

Ylva nació cuando Thors todavía formaba parte de los Jomsvikings. Lo vemos totalmente absorbido por la guerra y coger a la recién nacida sin cuidado alguno, como si fuese un objeto más, para horror de las matronas.

¿Para que preocuparse por su agotada esposa, la cual acaba de parir? Thors deja descuidadamente a la niña en la cama y le exige a Helga que la próxima vez le diera un hijo. Esa era la orden de Sigvaldi, líder de los Jomsvikings y padre de Helga. Resulta repugnante la forma de comportarse de este Thors joven, y hace que me pregunte si el resto de los guerreros son así de fríos.

No hay duda de que Helga es una buena persona con una tonelada de paciencia, y le pide por favor que se digne a ponerle un nombre a su recién nacida. Thors se niega, excusándose de que está muy ocupado con la guerra. Por suerte, Helga no se deja tratar así. Muy seria, le ordena que le ponga un nombre.

Según Thors, es la única vez que la ha visto enfadada en los 15 años que han pasado desde entonces. r. Thors piensa al instante en el nombre de Ylva, el de su propia madre. Bendita sea Helga, porque gracias a eso hizo reflexionar a Thors y prendió la llama que haría que cambiase de forma de vivir.  El hombe empezó empezó a apreciar la vida. Esa se convirtió en la razón de su deserción.

Como espectadores no tenemos ni un segundo de descanso. Nada más acabar el relato, el cielo clarea y el sol se empieza a alzar en el horizonte. Además, ¡divisan tierra! No está claro cuantos días han pasado desde su partida y bajo mi punto de vista, estaría bien que lo explicasen para tener un poco de contexto temporal.

Las gaviotas rodean los barcos cuando Thorfinn se despierta después de una buena noche de descanso. Ilusionado, se piensa que ya han llegado a inglaterra, pero Leif le corrige. Están en las Islas Feroe, a mitad de viaje entre Noruega e Islandia. Una parada para reponer provisiones y descansar un poco parece lo más indicado ahora mismo. Para eso, deben entrar en una cala a través de un acantilado vertical muy estrecho, por donde apenas entran los dos barcos uno al lado del otro.

Estaría bien saber cuántos días han estado navegando para poder empatizar más con los personajes. No parecen físicamente muy cansados, además de que para nosotros han pasado poco menos de 10 minutos y solo hemos visto ponerse el sol una vez.

Entre el tambor que Leif hace sonar y la entrada de los barcos en una parte alejada del sol, la atmósfera entre los acantilados empieza a ser opresiva. Cuando el explorador divisa la cala al fondo y ve una casa, empieza a preocuparse. El lugar parece distinto a la última vez que vino. Thors también empieza a sospechar y mira a la cima de los acantilados donde se observan unos escombros cayendo desde arriba.

Además… el pueblo está demasiado vacío. Difícilmente se van a poder reabastecer en las dos pequeñas construcciones que se ven. Y es que Leif recuerda que antes había más casas. Por precaución, Thors ordena dar la vuelta.

La compañía de Askeladd se asoma a lo alto de un acantilado, lamentando haber sido descubierta tan pronto. Aun así, deciden actuar. Lanzan una miríada de escombros que identificamos al instante como las casas que le faltan al pueblo, muebles incluidos. Sin embargo, ¡no pretenden acabar con ellos con esta avalancha! Su meta es bloquear la salida al mar de los barcos.

Aunque todos han salido indemnes a la lluvia de escombros, los barcos de Askeladd con el resto de su tripulación aparecen de su escondite para atacarlos de frente. Y como guinda en el pastel, en lo alto del acantilado tienen apostados una gran cantidad de hombres con arcos, listos para disparar en cualquier momento. Han caído en la trampa y han quedado encerrados.

La reacción de los jóvenes es de esperar. Por mucho que hayan intentado vender que son valientes y que van a arrasar en la guerra, sucumben al pánico y plantean rendirse para que les perdonen las vidas. Es algo que resulta totalmente comprensible y añade humanidad a los personajes; pocos habrían reaccionado de otra forma al ver cómo las expectativas que tenían se desmoronan.

Cómo no, Ari es el único que no se echa para atrás por mucho que tiemble y dude. Es posible que los vendan como esclavos, así que si presentan batalla, quizá puedan enfrentarse y sobrevivir a los dos barcos —aunque no ha notado a los soldados apostados arriba—. Pero Thors, voz de la experiencia, advierte que no son unos simples granjeros o piratas, sino guerreros experimentados. Los chiquillos no serán rival para estos mercenarios.

Thors mira fijamente a Thorfinn, le acaricia la cabeza y respira profundamente. Despide dolor de haber acabado en esa situación. Su plan ha fallado completamente y toca improvisar. Abre el cofre con sus pertrechos y se equipa su espada. Persiste la mirada de dolor y rabia en su rostro cuando coge la daga que le había quitado a su hijo en el capítulo anterior y se la vuelve a entregar. Tiene permiso para usarla, pero únicamente en caso de autodefensa.

Con Thors preparado para atacar, Ari se envalentona e intenta ir detrás afirmando que los van a matar a todos. Thors está tan agotado como nosotros de la actitud de Ari nos tiene agotados. Le suelta de una forma muy seca, que deje de decir «matar» tan a la ligera. Su tono de voz es más que suficiente para amedrentar al muchacho.

En el bando de Askeladd, Bjorn empieza a engullir una seta mientras hace un recuento de la gente a la que deben de enfrentarse: 11 hombres y un niño. Por muy bien que me haya podido caer en gracia el vikingo en la primera parte del capítulo, aquí se encuentra en una situación en la que está tranquilo al decir que va a tener que dañar a un crío y, quizá, tomarlo prisionero para venderlo como esclavo. Es el día a día de los mercenarios y espero cierta insensibilidad ante ello, pero igualmente me entran escalofríos por la banalización de la violencia contra menores.

¡Pero llegó la hora de demostrar la fuerza de Thors! Y qué mejor forma de representarlo que con un salto gigantesco para aterrizar en uno de los barcos de Askeladd. ¡Vaya si es fuerte! Su simple mirada ya echa para atrás, y con sus manos desnudas acaba en un momento con todos los guerreros del barco. Delante suyo solo queda Bjorn, clímax en el que deciden acabar el capítulo. Sí, no concuerda con lo que he ido comentando, sobre lo terrible de que banalicen la guerra y los niños estén ansiosos por batallar. Pero es que el final de este capítulo me deja con ganas de más, ¡más peleas!

Adaptación


La fidelidad de este capítulo respecto al manga es asombrosa, no hay ni un diálogo que sobre ni que falte. Aunque tal respeto por la fuente original no siempre funciona, en este caso han dado en el clavo. Hay la cantidad justa de acción, exposición de información y desarrollo de personajes. Incluso hemos podido conocer un poco a uno de los protagonistas del anime: Askeladd.

Eso sí, ha habido un cambio que ha pasado desapercibido, pero que los lectores del manga quizá han notado: La introducción de Askeladd que se da al final del segundo capítulo, mientras que en el manga ocurre después de la partida hacia Noruega de Thors y su equipo de jóvenes guerreros. Obviamente es algo que sirve para dejarnos con un cliffhanger mucho más impactante. ¿Para que cortar el capítulo con el barco zarpando desde Islandia cuando es mucho más chocante enterarse de la orden de asesinato hacia Thors?

El capítulo no podría quedarse en un momento más emocionante, así que ¡estad atentos al próximo!

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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