Un vistazo a ‘Zinzyde’, el primer BL de Fandogamia

Durante la Japan Weekend del pasado septiembre de 2018, Fandogamia presentó un nuevo título de manos de una mangaka novel llamada Klaux, que se une a otras autoras de manga español como Studio Kôsen, Kenny Ruiz o Xian Nu Studio. ¡Vamos a ver qué nos ofrece!

Zinzyde es el primer BL que publica Fandogamia. Se trata de un tomo único con una historia ambientada en un mundo alternativo. Los diseños recuerdan mucho a la fantasía, pero tampoco se definen como tal (ni como un posible futuro apocalíptico, a pesar de que hay ciertos visos de tecnología). Inspirada por la sierra de Guadarrama, Klaux creó la ciudad del Norte, una fortaleza con unas torres que albergan maquinaria de fuego. Este sistema resulta básico para proteger a los ciudadanos de los crueles azotes de la tormenta Zinzyde, que tiende a ser un poco mortal cuando arrasa estas tierras… Una vez al año.

Los protagonistas han sobrevivido, solos desde niños, este mundo duro, cruel y frío. Zima, el mayor de los dos, es un delincuente que se mueve por los bajos fondos y que roba y se enfrenta a las autoridades para mantener a sus amigos de camada con vida. Sanya estuvo a su cuidado durante un largo tiempo, y Zima llegó a prostituirse para poder darle de comer, hasta que logró medrar y alistarse entre la guardia de la ciudad. No solo eso, sino que Sanya está a punto de convertirse en capitán. El conflicto entre ambos es evidente.

No tengo palabras para tal manipulación. Y luego hay más. Encantador.

Por desgracia para ellos, el superior de Sanya le descubre en un intenso encuentro con Zima, que acaba de robar víveres a la ciudad justo cuando se acerca la tormenta. De inmediato exige a Sanya que no vuelva a verlo o los ejecutará a los dos. Por su lado, Zima se encuentra dividido entre su lealtad hacia Heinryk, el hombre que le ofreció unirse a una camada de descarriados cuando era un jovencito, y Sanya. Resulta que Heinryk quiere robar la llave que activa las torres que protege a la ciudad, lo cual implica que casi toda su población perecerá. A cambio de entregarla a ciertos mensajeros del sur, Heinryk podrá regresar a su antiguo reino, donde está perseguido con pena de muerte. Zinzyde resulta muy refrescante en algunos aspectos; para empezar, no hay un triángulo amoroso. Eso ya es un alivio, porque hay sitio para varios conflictos amorosos, en particular con Var, el único personaje femenino de la historia.

La autora no la presenta como suele ocurrir con las mujeres en los yaoi, y resulta cargar con un papel casi heroico al lado de Zima y Sanya, mucho más egoístas. No solo eso, sino que le se le da sitio para ser buena persona, para enfadarse y rectificar sus errores. ¡Encima no está sexualizada y viste como los demás personajes masculinos! Por otro lado, la relación de Zima con Heinryk se enfoca como una tóxica y manipuladora, porque lo es, sin romanticismo ni culpabilización de la víctima. Ciertamente Heinryk da para mucho más y sus motivaciones y anhelos quedan muy reducidos en un tomo donde solo hay verdadero espacio para el desarrollo de Zima y Sanya, pero la autora pretende contar su historia, así que estaremos atentas.

Otro detalle destacado es que la relación entre los protagonistas ya está establecida. No estamos ante un romance, sino ante una pareja que debe lidiar con la vida que pretenden llevar y cómo afecta a la otra persona. Así, el sexo se presenta pronto porque no es la culminación de ninguna persecución romántica ni tampoco el clímax que haya que alcanzar para que la historia sea satisfactoria. Lo importante de Zinzyde son los sentimientos y las decisiones morales, no el seducir a la otra persona y lograr que sus sentimientos sean recíprocos.

Y hablando de sentimientos y amor, en Zinzyde no se siguen los estereotipos del yaoi: Sanya es más adorable que Zima, más joven y más pequeño físicamente, por no hablar de que ocupa el típico puesto de integridad moral frente a un delincuente más trágico, seductor y acostumbrado al sexo como Zima. Y, sin embargo, es Sanya quien resulta más activo en el sexo, un acto que disfrutan ambos y que si se intenta forzar (como ocurre en cierta escena) resulta problemático y manipulador por los dos lados.

También he de dar las gracias a la autora porque enfoque a Zima como una víctima de violación que tiene miedo a sentirse utilizado por Sanya. Es una pena que el paralelismo entre el pasado, cuando los guardias abusaban de él, y la situación actual con Sanya a punto de convertirse él mismo en guardia no pudiera explorarse un poco más.

Sin embargo, Zinzyde no es una historia perfecta. Sabe pisar fuerte en escenas emocionales, pero se aferra demasiado a las casualidades para que la trama pueda cerrarse en un único tomo. Zima no solo tiende a ignorar que sus encuentros con Sanya, que no deja de ser un soldado mientras que él es un delincuente buscado, muchas veces son públicos y resulta un poco absurdo que no sea capaz de leer la situación y las respuestas de Sanya. También Zima aparece donde la historia lo necesita como por arte de magia, sin tener en cuenta la estricta vigilancia que debería haber antes de una tormenta, por ejemplo.

Diría que el pasado de los personajes también está poco definido. No queda muy claro por qué Zima tiene tanta relación con sus compañeros, que se comportan (y se autodenominan) como una manada, pero Sanya apenas los conoce. Zima tuvo que relacionarse con ellos para conseguir comida, dinero y todo lo que su amigo necesitaba para salir adelante, pero ¿por qué Sanya vive en un mundo aparte? ¿Es que estaba en una casa aislada y Zima solo lo visitaba para llevarle comida? ¿Lo separó a propósito de la manada para que tuviera un futuro mejor? ¿O lograron meter pronto a Sanya en los barracones de los guardias… en cuyo caso no tiene mucho sentido que Zima necesitara explotarse para darle comida a Sanya?

Pero, como digo, Zinzyde busca más la emoción que ser una historia muy detallada.

En cuanto al arte, se nota que es la primera historia grande de Klaux (al menos que haya publicado). Muchas partes son un poco difíciles de leer porque falta fluidez entre diálogos y la transición de una escena a otra. Los personajes tienen diseños detallados, pero a veces la autora cae en el problema de que muchos tienen rostro similar al de Sanya, peinados cortos y cabellos rubios… Zima y Heinryk terminan por destacar ya solo porque el primero tiene el cabello oscuro y el segundo, la piel (además de una cicatriz característica). Supongo que podemos incluir a Resk, el superior de Sanya, entre los diseños más distinguibles porque tiene barba y más edad.

Por otro lado, es una lástima que se anteponga el deseo de que los personajes lleven una moda bonita y atractiva… a la credibilidad de la historia. Al fin y al cabo Zinzyde transcurre en un mundo nórdico, particularmente a las puertas de una tormenta que suele ser mortal. Hasta la diosa de los norteños lleva un top, muestra vientre y se le notan los pezones, con una sexualización innecesaria en sus posturas que no da mucho contexto sobre cómo es una sociedad criada en circunstancias tan extenuantes, por lo que rompe la suspensión de la incredulidad. Las capas, los pantalones gruesos y, en general, lo útil frente a lo estilizado debería predominar. Llega a ser un poco absurdo ver a los personajes vestidos de esta forma entre montañas de nieve, en particular cuando aparecen los agentes del sur, que llevan manga corta bajo unas finas capas. Si se hubiera puesto un poco más de énfasis en el aspecto cultural de esta civilización se habría sentido mejor el peligro de esta horrenda tormenta.

Los fondos no están muy trabajados ni son demasiado atmosféricos. En general predomina el blanco, que funciona bastante bien con la idea de la nieve y la tormenta, pero no hay sensación de saber cómo es la ciudad por la que se mueven por los personajes.

Dicho todo esto, para una primer obra enfocada a fans del BL y no a la fantasía o la construcción de un mundo, es más que digna y que se libra de muchos estereotipos horribles. Contando con que apenas hay espacio para desarrollar nada, la autora ha hecho un gran trabajo, en especial al emplear personajes emocionales y grises, sin que ninguno sea perfecto o absolutamente malvado. Es fácil empatizar con ambos bandos, no se demoniza a nadie y la relación entre los protagonistas se trata de forma satisfactoria. Porque si algo ha hecho bien Klaux es no enfocarse en una historia más grandilocuente que sería imposible reducir a un solo tomo, sino contar la historia de dos personas concretas y la gente que hay a su alrededor.

Dicho todo esto, la edición de Fandogamia es muy decente, con una portada que respeta los característicos colores de la autora, e incluye al final detalles sobre Zinzyde. Desde bocetos a aclaraciones sobre los personajes, un fanart de Xian Nu Studio y otro de Yami11, y un encantador cierre por parte de la autora.

Zinzyde no es una historia perfecta, pero sí un encantador pistoletazo de salida para Klaux y una buena apuesta por parte de Fandogamia, que ha demostrado querer traer cosas diferentes con obras como Mi experiencia lesbiana con la soledad. Con algo de suerte inspirará a otras autoras (y autores), por no hablar de lectores, a leer historias menos tóxicas y donde las ideas de masculinidad no se imponen a los protagonistas.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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