Este cuarto episodio de Mahou Shoujo Ore empieza con la figura del rostro cubierto (no tengo muy claro con qué, aunque parece un cubo de esos de palomitas que se compran en el cine) del final del capítulo anterior luchando contra un pelotón de nyas baras que se disponen a cortar la luz de la ciudad para secuestrar a alguien —mi intuición femenina dice que se trata de Mohiro— en medio del caos. El desconocido vence de una forma mucho más elegante que las protagonistas de la serie (con una pistola eléctrica) y de la nada encuentra un periódico donde hablan del debut como idol de las chicas mágicas. No parece gustarle mucho la noticia porque grita al viento «¡Chicas mágicas!» un total de tres veces y cada vez con más odio que la anterior. Es una escenita tan típica del anime que no sé cómo se han esperado tanto para meterla.
Volvemos con las heroínas, que tienen que ir al baño del estudio de televisión a transformarse. Qué no daría yo por ser una de las señoras que presencian cómo dos chicas se meten en unos cubículos, confiesan su amor por un tal Mohiro-chan y por una tal Saki y salen transformadas en armarios tras una luz cegadora. Es que tiene que ser brutal. Como Ore y ¿el otro tiene nombre? son unos profesionales, se dirigen a sus camerinos ignorando a las miradas indiscretas de la gente, que no se corta en preguntarse en voz alta si son hombres, están haciendo cosplay o cómo va la cosa. Seguramente habrá un montón de chicas con esas pintas por esos mismos pasillos, pero ver a dos tíos en falda es el acabose. Por otro lado, llaman la atención de dos idols veteranas que, a juzgar por el opening, serán importantes más adelante.
Saki sigue dándole vueltas el hecho de que Sakuyo se le haya confesado. Y es que es difícil de ignorar ese detalle cuando lo grita cada vez que se transforma y se dedica a pegársele cual lapa en su forma macho. Por si no lo creéis, tenéis más abajo una captura bella bella que sirve de prueba. Por otra parte, Saki está frustrada porque, si bien su sueño siempre fue el de convertirse en idol (y triunfar), jamás pensó que lo haría como Ore. Lo bueno es que Mohiro comentó que ese día estaría en el estudio, así que tiene las esperanzas puestas en verle. Es justo pensar en ello y aparece… con el personaje enmascarado —¿se le puede llamar así?— pegado del brazo.