Después del capítulo de relleno puro y duro, Mahou Shoujo Ore nos trae el típico innovador episodio de baños termales. Es el primer anime que jamás ha hecho algo parecido (de los que he visto durante la última hora, al menos). Bueno, vale, no es nada nuevo, pero… ¿No os morís de ganas de ver qué topicazos parodia esta vez?
Nuestro querido manager amante de las chicas mágicas lleva a Saki y Sakuyo a un complejo de baños termales para que actúen en una competición de karaoke. Lo interesante del trabajo es que la solicitud es de antes de que se convirtieran en machos mágicos así que no necesitan transformarse para actuar porque están contratadas como ellas mismas. Las chicas están encantadas.
Es solo cuestión de tiempo de que algo les salga mal.
Justo lo digo y aparecen Mohiro y Hyoue, que acaban de grabar un videoclip por esos lares. A priori no es nada malo, pero fijo que se lía en un rato… O eso espero. Mohiro saluda a Saki y ésta entra en pánico. Por alguna extraña razón, empieza a explicar así como quien no quiere la cosa que se encontraron por casualidad y que no es una stalker y acaba asustando al chaval. Otra vez. Por suerte, Saki recupera su sentido común y se disculpa. Mohiro la mata, digo, ciega con su sonrisa mientras le patpatea la cabeza. D.E.P. Saki.
Hablando de muertos, la chica se pone a espantar a los malos espíritus porque sí, porque puede. No hay explicación alguna. No parece funcionarle porque el fantasma de Hyoue interrumpe su (para nada unidireccional) conversación con Mohiro. Hyoue y Saki empiezan a picarse y a ver quien lo tiene más grande. El talento, claro. Hyoue se lleva a Mohiro —que se deja porque tiene la personalidad de una patatita hervida— y Sakuyo se muere un poco de celos porque su amor está colada por su hermano. Nada que no hayamos visto antes.