¡Seguimos analizando End of Evangelion! Después de una introducción básica y de recibir la primera bofetada por parte de Anno, vamos a ver cómo se desarrolla al mayor enemigo de NERV. La propia Humanidad.
Como toda buena historia de ciencia ficción, Evangelion pretende estudiar a los humanos con situaciones que reflejan nuestra realidad. Los Ángeles, tan extraños y distantes, nunca tuvieron demasiada personalidad porque lo que importaba era cómo reaccionarían los protagonistas para superar sus obstáculos. En realidad, la serie se cuidó de que no sintiéramos simpatía por ellos hasta que nos presentaron a Kaworu, un Ángel con forma humana. El planteamiento de esta idea pretende hacernos reflexionar sobre la forma de ser de nuestra especie. Cuanto más parecido es algo a nosotros, más empatía tenemos con ello. Así que, y a pesar de que EoE confirma lo que ya se sospechaba —que son humanos—, la revelación de que somos primos hermanos da un poco de igual porque los Ángeles no tienen aire antropomórfico. Y, sin duda, es algo que Anno y su equipo eligieron a propósito.
Por tanto, tenemos dos bandos, por decirlo de alguna forma. El de los Ángeles, bebés casi inmortales que no sabían lo que sucedía y buscaban a su madre, y a la propia Humanidad que actúa obedeciendo órdenes en el caso del ejército y no duda en destrozarse a sí misma. Es, cuanto menos, irónico que apareciera como enemigo a un Ángel que intentó hacer renacer a sus hermanos y, por otro lado, a una organización que pretende reducir a la nada al resto de seres humanos. Lleva a reflexionar sobre la inmadurez de nuestra especie.
Así pues, nos quedamos con un ejército profesional a las puertas de NERV y toca defenderse, por mucho que Maya critique por lo bajo la idea de enfrentarse a otros seres humanos. ¡Es la gracia, Maya! Por otra parte, querida mía, cuesta creer que acabes de ver cómo el Gobierno despliega todo su arsenal militar contra vosotros…
En realidad, el problema de Maya es que no quiere darse cuenta de la situación. Es comprensible. Nadie espera que su recompensa por proteger el mundo sea que te den una patada en el culo porque tu jefe no quiere dar el instrumento que provocará el Apocalipsis a la vez que planea iniciar este por su cuenta.
Gendo declara el estado de batalla y se cierran las entradas.
Pero la orden ha llegado demasiado tarde.
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