Devilman: Rompiendo el mito de Sísifo con Satán

El mito de Sísifo es un ensayo del filósofo francés Albert Camus que se basa en la antigua leyenda griega para analizar el sentido de la vida desde lo absurdo. Artistas, actores y toda clase de personajes se someten al análisis de Camus para descubrir no sólo hasta qué punto son sus vidas absurdas, sino cómo proceder con ellas y ser felices a pesar de todo. Un ensayo que es muy aplicable a una de nuestras series favoritas: Devilman, que nace de él y lo resuelve mediante Satán.

Los crímenes y el castigo de Sísifo


Se conoce a Sísifo por su castigo en el Inframundo, pero no se sabe con exactitud cuál fue la razón por la que se le condenó. Algunas fuentes dicen que fue porque atacaba y asesinaba a viajeros. Otras, porque encadenó a Tánatos con unos grilletes que le impedían ejercer como dios de la muerte; hasta que Ares no lo liberó, nadie pudo abandonar el mundo mortal. También se dice que engañó a Hades después de morir y escapó del Inframundo para no volver. Todo un personaje, vamos. Fuese por una cosa, por otra o por todas juntas, terminó en el Tártaro, el foso reservado para los titanes y los peores criminales de Grecia.

El Tártaro es famoso por las torturas a las que somete a sus presos. Tenemos a Tántalo, por ejemplo, que cada vez que intentaba comer o beber, la comida y el agua se retiraban de su alcance; en el caso de Ticio, unos buitres le devoraban el hígado todos los días. En el de Sísifo, que en un principio puede parecer el más benevolente, es donde entra en juego lo absurdo.

A Sísifo se le condenó a subir una roca gigantesca a lo más alto de una colina. Cada vez que alcanzaba la cumbre, la roca volvía a rodar hacia abajo. Y Sísifo tenía que bajar, y volver a subirla, y que volviese a caer. Y así todos los días hasta el fin de los tiempos.

¿Por qué llamamos a eso «absurdo»? Porque Sísifo sabe que lo que hace no sirve para nada. Sabe que la roca caerá cada vez que la suba, y aún así empuja todos los días.

Poco se imaginaba Camus —y menos todavía el señor griego que inventó el mito de Sísifo— que la historia podría reemplazarse fácilmente con la trama de un manga.

Trasladado a Devilman


A continuación entramos en spoilers de Devilman, Devilman Crybaby y Lady Devilman. ¡Quedas avisado!

Si tuviésemos que explicar el mito de Sísifo mediante Devilman, Satán sería su protagonista indiscutible.

Para los que no estéis muy familiarizados con la historia, el Satán de Devilman no guarda mucho parecido con el de la Biblia. En ambos casos es un ángel que cayó por rebelarse contra Dios, pero en la serie de Go Nagai, Satán estaba de parte de los demonios por amor. Eran la especie dominante del mundo a pesar de no ser más que un error cometido durante la Creación, motivo por el que Dios los odiaba. Cuando intentó destruirlos mediante sus ángeles, sólo Satán se alzó en su contra, y fue por ello repudiado… y castigado.

Uno pensaría que el castigo de Satán fue su caída, ya que perdió la guerra contra Dios. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la ganó: los demonios eran mucho más fuertes que los ángeles. Sin embargo, Dios no fue derrotado, de modo que Satán y sus seguidores decidieron hibernar durante dos billones de años para prepararse para la revancha.

Tras el deshielo, transcurren los sucesos de Devilman. Cuando despertó, Satán asesinó y tomó la forma de Ryo Asuka con el objetivo de conocer a la especie humana, sus fortalezas y puntos débiles. Su misión era ir despertando a los demonios para que estos poseyeran a su vez a distintos humanos y empezar una invasión (y un exterminio) desde dentro. En el proceso, se enamoró de Akira Fudo.

Ya tenemos a nuestro Sísifo empezando a subir la colina.

Cabe tener en cuenta que Satán asumió por completo la identidad de Ryo. Sus recuerdos como ángel fueron bloqueados por uno de sus aliados, Psycho Jenny, de modo que estaba convencido de ser humano y de actuar en contra de los demonios desde el principio. En su subconsciente, sin embargo, Satán llevaba a cabo su plan original. Entre las dos facetas surgió la idea de transformar a Akira en Amon, lo cual originaría el concepto de Devilman: corazón de humano y cuerpo de demonio. De haberlo elegido así, Akira podría haber vivido y reinado al lado de Satán en su utopía.

Pero la humanidad de Akira es una fuerza muy poderosa, y se niega a ponerse del lado de los demonios  cuando Ryo revela su verdadera identidad. Incluso cuando los humanos enloquecen y se asesinan entre ellos, incluso cuando asesinan a Miki. Convencido de que eso no se interpondrá en sus planes, Satán termina por aniquilar a la humanidad y se enfrenta en una batalla final contra Devilman.

Como es de esperar, Satán vence. Sísifo llega a la cumbre. Ha sido un ascenso duro, en el que humanos, demonios y Devilmen se han aniquilado unos a otros, y Satán se cuestiona sus actos, tan parecidos a los de Dios cuando les desterró.  Pero al menos le queda Akira. Sólo cuando se da cuenta de que en realidad también ha muerto, de que lleva muerto mucho tiempo, Dios interviene y destruye el mundo. La roca vuelve a rodar hacia abajo, y todo vuelve a empezar.

El castigo de Satán no es fracasar en el último momento, es revivir una y otra vez esta historia. Dios crea el mundo, él se pone del lado de los demonios, cae, hiberna. Despierta, se convierte en Ryo, se enamora de Akira. Extermina a la humanidad, luchan, Devilman pierde. Satán pierde. Dios destruye el mundo y vuelve a construirlo. Con sólo cinco tomos y un anime de Netflix, Devilman sirve para explicar tanto un mito griego como toda una corriente filosófica. Y luego uno de sus secuelas se encarga de resolverlos.

Porque la clave del ensayo es que Sísifo es consciente en todo momento de que lo que hace no tiene sentido. Si analizamos Devilman como obra individual —o incluso junto a Crybaby— no vemos en ningún momento nada que indique que Satán es consciente de ese ciclo en el que está atrapado. Pero cuando nos adentramos en Devilman Ladyla cosa cambia.

En un principio, Devilman Lady puede parecer poco más que un genderswap de la historia original, con capítulos añadidos y más fetiches horribles de Go Nagai. Nada más lejos de la realidad (bueno, la parte de los fetiches sí es real). Lady profundiza en el universo de Devilman y lo revoluciona. Entrando directamente en spoilers, Satán cambia por primera vez su modus operandi y en vez de tomar la identidad de Ryo Asuka se divide en dos personas: Jun Fudo y Lan Asuka, la primera adoptando el papel de Akira como Devilman. A su vez, Dios envía al arcángel Miguel para detener a Satán de una vez por todas.

En resumen, Jun y Lan terminan fusionadas de vuelta, Satán renace en la Tierra junto con Akira, y ambos se enfrentan a Dios y a los ángeles. El manga termina justo con la alianza entre Akira y Ryo, de modo que no sabemos si triunfan o si fracasan, pero el cambio en la historia de Satán es tan significativo que podemos asumir que su final también es distinto. ¿Cómo no iba a serlo, con Akira por fin de su lado?

Y es que venimos de un ciclo que lleva repitiéndose desde el principio de los tiempos. Como Satán ha sido el que ha iniciado esta serie de cambios de forma consciente, asumimos que Satán se ha limitado a repetir, como Sísifo, su historia una y otra vez sabiendo siempre lo fútil que era todo. Sólo después de muchos años ha reunido el valor para detenerse, reevaluar su situación y cambiar su estrategia. Y le sale bien.


El ensayo de Camus no promueve el quietismo, la pasividad ante unas circunstancias injustas. Dentro de lo que cabe es positivo, con el mensaje de rechazar la realidad sin ignorarla. Devilman va más allá. Satán renuncia a seguir atrapado en las doctrinas de lo absurdo, renuncia a suicidarse (la otra única salida según el autor francés), y elige luchar para cambiar su situación. Pero eso le cuesta un esfuerzo: el de comprender lo equivocado que ha estado hasta Lady Devilman. Para romper con el mito de Sísifo no basta con probar estrategias distintas y esperar a que alguna salga bien. Satán ha terminado por darse cuenta de que hacía lo mismo que Dios, matar de manera indiscriminada y egoísta, cegado por su guerra de ángeles contra demonios. Jun es la viva imagen de ese arrepentimiento, siendo la mitad de Satán que quiere luchar por el bando de los humanos como lo había hecho Akira en el pasado.

Estamos ante una historia sobre todo moral, al fin y al cabo. Una vez Satán reconoce sus errores, se arrepiente y hace el esfuerzo de cambiar, se ve recompensado. Puede que no con una victoria aplastante contra Dios y su ejército, pero sí con lo que siempre ha querido: estar junto a su amor.

El mensaje al final queda bien claro: la guerra entre humanos no es la solución, sólo lleva a que todos los bandos pierdan una y otra vez. Unidos contra el enemigo común, humanos y demonios son capaces de salir de ese círculo vicioso, subir la roca a lo alto de la colina y poder dejarla ahí para siempre.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

5 1 vote
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
Mistral Chronicles