Este artículo se publicó primero en Deculture.es, ¡donde todavía podéis leerlo!
¡Continuamos con un nuevo artículo por el 20 Aniversario de Utena! Esta vez toca dar el salto a la gran pantalla.
Ikuhara no tenía intención de continuar Utena. Sin embargo, tomó la decisión de hacer la película —bautizada entre los fans como The End of Utena, por su… estructura tan extraña. Guiños a Evangelion por todas partes— en 1999 y aquí tenemos el loco y exacerbado resultado. Amada por muchos, odiada por otros, The Adolescence of Utena es una historia cargada de masivos simbolismos y que podría interpretarse como un retelling de la serie o como una continuación. Una que aprovecha para contar de forma directa y sincera el amor entre ambas.
Q: Was there resistance to the movie’s stronger romantic elements, and if so, how did you overcome it?
A: No, there wasn’t. I tried to do in the movie what I wasn’t able to accomplish in the TV series.
Porque sí, hubo problemas para desarrollar el romance de Utena y Anthy, que solo se muestra con más claridad hacia el final —y aun así, dejando espacio para los que no veían el opening, el ending o querían ver con unas gruesas gafas heterosexuales para decidir que no, que no eran pareja—, una vez se superaron obstáculos como la propia autora del manga: Chiho Saito. Demos gracias porque Ikuhara presionara y al final Saito aceptara que sí, que estaban hechas la una para la otra y que las veía como un matrimonio.
Todas estas reticencias se dejaron de lado en la película. No había problemas de horario de televisado y, por tanto, de censura. Ikuhara pudo hacer lo que quiso con la película y se nota, para horror de muchos. La película deja de lado el amor más platónico que suele plagar el género y trata el cuerpo y lo sexual de forma mucho más cercana. Los personajes son «más mayores» al menos en términos fisiológicos, aunque sigan teniendo la misma edad, son más sexys (a propósito) y mucho más sensuales. Todo el simbolismo que antes envolvía a Anthy como prometida de la Rosa ahora se deja muy explícito, el incesto también se toma de forma mucho más brutal.
Lo mismo tenía que pasar con el romance.