Reseña: Judas de Jeff Loveness y Jakub Rebelka

Judas, del escritor Jeff Loveness y el ilustrador Jakub Rebelka, es un cómic de BOOM! Studios que aborda la historia de Jesús como pocos han hecho con antelación. Con Judas como narrador y protagonista, como persona a la que un día se le acercó otro hombre y le prometió que harían un mundo mejor. Judas le creyó. Le siguió…

Y ahora me has mandado aquí. Igual que todos los demás con los que habías terminado en la historia. Todos los que no importaban.

Y acabó pagando sus días en el Infierno junto a millones de almas que no estuvieron a la altura de la compasión divina.

En realidad, pocos dioses son compasivos. Solo hay que leer un poco de mitología para ver un subtexto de envidia y miedo por parte de los dioses hacia sus creaciones. La revolución de Jesús consistió, por mucho que la institucionalización de la religión haya echado por tierra su mensaje, en ver con otras lentes al Dios del Antiguo Testamento. Uno que no castigaba y exigía servidumbre extrema, sino que otorgaba comprensión, arrepentimiento, amor. Jesús promulgaba un comportamiento pacifista, un Dios que aceptaba a todos sin reservas. Esa era, al menos, la teoría.

 

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo. SALMOS 23:4.

Pero cuando Judas se suicida y aterriza en el Infierno, comprende que nadie está con él. Que nunca fue importante. Porque a pesar de que creía en Jesús, empezó a hacerse preguntas por una voz, que bien podría ser su conciencia, Lucifer, o quién sabe qué. Todo depende de cómo queramos enfocar la creencia ciega en las promesas de otra persona.

Una vez escuché (a la voz) no pude verte de la misma manera. Porque… si podías hacer todas esas cosas… Si tenías ese poder… Si era tan fácil para ti… ¿Por qué la vida era así? Si podías curar a los enfermos, ¿por qué el mundo está lleno de sufrimiento? Si podías alimentar a los hambrientos, ¿por qué el mundo agoniza de hambre? Si podías caminar sobre el agua, ¿por qué hacer un mundo donde los hombres se ahogan? Si podías conquistar la muerte, ¿por qué ella tuvo que morir sola?

El diálogo de Judas es simplemente desgarrador, porque manifiesta todas las preguntas que creyentes y no creyentes nos hemos tenido que hacer alguna vez. ¿Por qué el mundo es así? Si hay una fuerza bondadosa superior, ¿por qué tenemos que sufrir de esta manera? Judas se manifiesta como una persona real, no un rol que adoptar en una grandiosa historia que contar a la gente para ejemplificar al Traidor. Las dudas lo corroen, el deseo de confiar y creer se ve vencido por la injusticia que lo rodea.

Judas, después de todo, es humano.

Es una persona más.

Y acaba en el infierno, donde Lucifer se le aparece y le cuenta su propia historia. Le cuenta cómo vio que lo que Dios quería crear con su Paraíso era un templo a su propia egolatría. Cómo trató de acabar con la Mentira. Y cómo falló y se precipitó a sus nuevos dominios. Fue entonces cuando se dio cuenta.

Somos iguales… Estamos atrapados en la Historia (…) La Única Historia. (…) Hasta esto, hasta mi rebelión, estaba planeada. Y por mucho que pelees, por mucho que intentes ser libre… No hay escapatoria de tu propia historia.

 

Dios necesitaba un villano.

Se establece así la idea de que Dios tiene una trama, una historia pensada. Y, de acuerdo al Antiguo Testamento y la Biblia, es cierto. Al fin y al cabo, ciertos momentos están planeados y ocurrirán independientemente de lo que las personas elijan. Entre ellas, se dará el fin del tiempo y la eterna separación entre los salvados y los condenados. Es cierto que los humanos pueden estar libremente en un sitio u otro, pero siempre de acuerdo a las normas establecidas por Dios, a menudo sin que nadie les advierta de estas normas y, en cualquier caso, solo con dos libertades. La de seguir estas normas, o las de no hacerlas.

¿Qué clase de Dios amoroso y amable condena a sus hijos al sufrimiento eterno?

Esa es la pregunta que se hace Judas, y no duda en presentar la historia de estas personas desde su propio punto de vista. ¿Merecían los egipcios perder a sus primogénitos porque Dios endureció el corazón del Faraón? ¿La esposa de Lot, cuyo nombre ni conocemos, merecía morir y bajar al infierno por detenerse a contemplar la masacre de Dios contra sus propios hijos? ¿Y qué hay del ladrón al que Jesús no perdonó?

 

¿Por qué unos, a pesar de sus grandes maldades, son perdonados y otros no?

Si Jesús sabía que Judas lo iba a traicionar, ¿por qué no actuó para salvar su alma inmortal?

Judas explora esta concepción de roles para inspirar a la gente y establecer reglas sociales. Examina la concepción de que el mundo está guiado por una trama a seguir, con principio, nudo y desenlace. Una historia rota, terrible, y que está en nuestras manos decidir qué es lo más importante.

La historia, además, tiene un arte magnífico a cargo de Jakub Rebelka. Su estilo recuerda en parte a la grandiosidad de las vidrieras de las iglesias, pero con fealdad, con dolor, con amor y tristeza, porque los personajes trascienden. Los ángeles que aparecen devorando a los condenados no son bellos, sino que responden a las retorcidas descripciones de la Biblia, y curiosamente solo los demonios exponen una forma humana con alas. Como si fueran los más cercanos a nosotros, precisamente por haber sido condenados.

Los pequeños detalles plagan cada escena revisitada de la Gran Historia, y en particular me encanta que Judas tiene un nimbo oscuro, como evidente contraste con la aureola de Jesús, la Virgen y todos los demás elegidos. Porque, bueno, a su manera lo es. Pero los escenarios también pueden ser minimalistas y explotar el color de forma trascendental o evocadora. De verdad que es un trabajo delicioso.

 

El ritmo también es impecable, lento, doloroso, pero en ningún momento pesado. Quizá hacia el final se siente más apresurado, si bien es posible que sea una respuesta al deseo de ver más de este mundo repleto de mentiras y dolor, pero también de belleza en su mera existencia. El guion es también profundo y personal, consistente en principio en conversaciones internas de Judas que dirige contra Jesús. Pocas veces he encontrado algo tan bien escrito.

Creo que un detalle interesante, antes de finalizar, es que Jeff Loveness no es creyente, aunque fue criado como un devoto religioso. Su recorrido por los valles oscuros de la religión, por tanto, son más aproximados a los de Judas que a los de Jesús. Y puede que por eso dé tan buena voz al personaje.

Dicho esto, solo me queda animar a que os adentréis en este magnífico trabajo.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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Toni
Toni
2 years ago

Es una obra imprescindible. A mí me voló la cabeza. Esperando su publicación en España.

Mistral Chronicles