Analizando D.Gray-man. Noches 4 y 5: la Congregación de la Sombra

Continuamos analizando D.Gray-man después de dejar a Allen haciendo frente el Conde para defender la vida de Jean. ¡Hora de continuar!

Preparado para el inicio


Como no podía ser de otra forma con un personaje que quiere interpretar una obra de teatro, el Conde invita a Allen a enfrentarse a él porque debe cumplir el sentido dramático de su actuación. No sería muy impresionante si simplemente aplastara a Allen con un dedo, aunque podría hacerlo. Es una buena excusa para que los personajes sigan vivos un tiempecito.

Allen demuestra en pocos segundos que puede deshacerse sin problemas de un Akuma Nivel 1. A ello se suma que da un pequeño discurso explicativo acerca de las habilidades de su mano y toca un punto bastante relevante:

Esta arma divina existe exclusivamente para destruir sus armas, Conde.

Como hemos mencionado antes, la Inocencia es una respuesta pasiva, típica de la supuesta entidad del Bien, porque si una entidad todopoderosa quisiera hacer algo de verdad… No habría conflicto y, por tanto, tampoco historia.

Sin embargo, la Inocencia es muy vieja y se remonta a hace 7000 años a menos que la Congregación nos esté mintiendo. En cambio, los Akuma son relativamente nuevos y cuentan con menos de un siglo a sus espaldas. Curiosamente, la Inocencia en japonés se escribe como «arma Anti-Akuma», por lo que he de asumir que fue así como la bautizaron al encontrarla y descubrir que servía para enfrentarse al Conde.

De modo que Allen y el resto de Exorcistas parecen estar aplicando su forma de ver el mundo, redifiniéndolo a su conveniencia.

El Conde invoca a unos cuantos Akuma Nivel 1 que parecen haber estado escondidos en el cielo, lo cual parece indicar que el Conde no suele moverse sin una escolta… Cosa absurda dado que él solo puede defenderse sin problema y hasta los Exorcistas más nuevos como Allen son capaces de derrotar a Niveles 1. Eso o es capaz de hacer que sus máquinas se teletransporten a sus órdenes.

Por mi parte, más que achacarlo a un fallo de guion, prefiero imaginar que Mana, de forma subconsciente, está impidiendo al Conde actuar de forma cruenta. En el capítulo 158 el Conde se pregunta por qué no mató a Allen cuando tuvo la oportunidad, pavimentando así el camino hacia la conexión entre ambos personajes. Sin Mana, muchas de las acciones del Conde carecen de sentido.

Entre tanto, Jean está asumiendo que saber que existe el Conde y conocer el destino de los Akuma no es suficiente para impedir que la gente caiga en la tentación. Ver al ser querido, aunque sea por un solo instante, es un deseo incontrolable, como bien sabe la Congregación: por eso nunca informan de la muerte de sus miembros a gente ajena a la organización. Las víctimas del Conde están a su merced porque siempre se aprovecha de ellas durante el período de duelo, cuando el dolor es más intenso y no se ha aceptado la muerte.

Pero gracias a este conocimiento, al advertir lo retorcido del sistema, Jean hace frente a que su amigo está muerto. No solo eso, sino que reconoce que fue él quien le reveló la identidad del Conde y que quizá sea culpable del truculento final del pobre Leo. No podemos confirmarlo, dado que no sabemos cómo escoge el Conde sus víctimas.

El caso es que Jean hace lo que muchos adultos no pueden y simplemente aspira a que el alma de su amigo pueda salvarse.

Así pues, Allen destruye a todos los Akuma con el ataque Cross Grave (me encanta imaginarlo practicándolo y dándole el nombre de su maestro). El Conde, puro fanfarroneo y farsa, exclama que no va a lograr nada con minions de tal poco nivel y debe ejercer una retirada estratégica… Pero no sin antes darnos un maravilloso discurso de villano:

¡Recuerda que soy el creador de los Akuma, el Conde Milenario! ¡Acabaré con ese «Dios» infame y pondré punto y final a este mundo junto a mis Akuma! ¡Tú, Exorcista, enviado divino! ¡Por muchos que seáis, no podréis salvar al mundo!

Ya les gustaría ser muchos, Conde, ya les gustaría.

Con este monólogo vuelven a reforzarse las ideas del Demiurgo opuesto al Dios creador… así como una interesante concepción acerca de «terminar este mundo», lo cual recuerda a la potestad de los dioses para destruir a la humanidad (y todos los pobres animales que están de por medio), a menudo mediante inundaciones. Una tradición muy vieja y que no encontramos solo en la religión judeocristiana, sino en la mesopotámica, china y otras tantas.

Después de la dramática partida del Conde, Allen cae al suelo, incapaz de sostenerse debido a las heridas… Lo cual es un buen recordatorio de cómo el chico se va forzando más y más a adoptar roles de héroe invencible a medida que la carga de proteger a otras personas se va incrementando. Se me viene a la cabeza la escena de Johnny, por ejemplo, y cómo durante la batalla de la Congregración, Allen utiliza su propia Inocencia para hacer que su cuerpo se mueva, a pesar de que ya no le quedan fuerzas.

Jean rompe a llorar sobre él. A pesar de que ha superado la (corta) negación de la muerte de su amigo, ahora resta el duelo. Además, sobrevivir a una miríada de Akuma y al Conde tiene que haber sido un subidón importante de adrenalina. Con todo, parece muy fácil que el Conde simplemente renuncie a asesinar a Jean y se olvide de él dado que se movió por su propio pie para acabar con su vida.

Hoshino tiene algunos problemas de narración en este primer tomo, pero ya se perfila como una machacacorazones con la siguiente escena, en la que Jean prepara una cruz para su amigo debido a que no hay cadáver, ni tampoco tendrá tumba por mucho tiempo, y al menos quiere poder ofrecerle… Algo. Algo que no se pierda en el olvido ni en la nada. Porque cuando alguien parte, solo quedamos nosotros para proteger sus memorias. Las malas, pero sobre todo las buenas. Y es ese dolor agridulce, el que nos permite tener un sitio donde recordar, rezar o simplemente estar, lo que da estabilidad a la persona que ha perdido a seres queridos. Al fin y al cabo, a los muertos no les importa mucho si los entierran o no. Pero es de nuestra revulsión ante el maltrato de los seres amados que el Conde se aprovecha. Y al darle simbólicamente un entierro, Jean pasa la peligrosa franja de ser su siguiente víctima.

Jean, con todo, no está dispuesto a dejar ir y asegura que irá a estudiar con su padre.

Me pregunto si algún día volveremos a verlo…

La Congregación de la Sombra


En el siguiente capítulo, Allen escala una especie de montaña para llegar a la Congregación de la sombra y creo que lo que más me gusta es que, a pesar de que para ir y venir utilizan un río subterráneo, hay un camino con una bandera que da a un precipicio. Casi como si se esperara que alguien entrara por ahí… Cuando es evidente que no se trata del caso.

La Congregación me da cierto aire a la Torre de Babel, por cierto.

Todo el departamento científico (parece evidente que la organización de la Congregación no estaba tan pensada al principio, puesto que habrían tenido que ser guardias y no esta gente quien vigilara a Allen) ha estado contemplando el trabajoso ascenso porque han descubierto a Timcanpy revoloteando junto a nuestro protagonista.

Y la primera vez que vemos a Lenalee es con el culo en pompa. Menos mal que la historia mejora… Pero al menos tenemos a Komui siendo Chaotic Evil desde el principio. Más allá del humor, aprecio que Hoshino mantuviera la sobresaturación de trabajo que vive Komui, motivo por el que es perfectamente creíble que se le pasara la documentación. Lo cual indica que necesita personas que le ayuden a llevar el trabajo.

Entonces aparece el guardián de la puerta. Sigo, a día de hoy, sin saber qué es. Evidentemente es artificial dado que tuvieron que desactivarlo con el traslado a una nueva Congregación, pero desconozco por qué es el quinto de su especie, por qué es un ser sentiente. ¿Es un gólem? ¿Un robot? ¡Qué es, Hoshino, necesito saberlo, porque no vuelven a aparecer seres parecidos!

En cualquier caso, y a pesar de que Hoshino siempre ha tenido un humor particular, la introducción de la Congregación con el Guardián y la absurdez de la situación parece más un recurso necesario por ser la Jump y me alegra sobremanera que ahora la autora pueda tener una coherencia tonal más apropiada a la historia. También es cierto que a estas alturas D.Gray-man todavía no había tomado sus derroteros más oscuros, pero…

He de decir que la traducción vuelve a ser molesta porque borra partes de la personalidad de Allen. Es difícil trasladar muchos matices japoneses al español, pero la gracia de Allen es que es dolorosamente educado y formal con todos, incluidos sus amigos. Así que traducir su respetuoso saludo, tan cómico cuando está mirando al Guardián con cara de «qué es esto»,  que vendría a ser un «encantado de conocerte» por un mero «hola» es uno de esos matices que no se tendrían que adaptar porque pierde el espíritu original.

Siguiendo con la historia… El Guardián se pregunta «¿humano o Akuma?» Cuánto se debió reír Hoshino mientras dibujaba esta escena… ¡Porque no nos confirma una cosa ni otra! A pesar de que los Noé son humanos, todavía no tenemos muy claro qué ocurre con sus genes, y tampoco sabemos bien quién era el Antiguo Allen, así que no es de extrañar que Hoshino quisiera mantener en misterio la identidad de nuestro protagonista. Me encanta que desvíe nuestra atención con la maldición que le impuso Mana. Y así, entre alaridos y comedia, se nos presenta la más irónica de las equivocaciones de esta serie cuando conocemos lo que hay detrás: que Allen (o Nea, si queremos verlo así) es un esbirro del Conde. Puedo imaginarme a Nea revolviéndose dentro de Allen con intensidad.

¡Ajá, por fin aparece Kanda al mejor estilo ninja con la luna de fondo!

En especial en comparación con Lavi, que se presenta como un personaje cercano y amistoso, este primer cruce de protagonistas es dramático y juega estéticamente a niveles muy interesantes. Allen aparece como la pura inocencia (pun intended) mientras que Kanda tiene cara de maníaco; Allen está abajo, Kanda, arriba. Allen viene dispuesto a hablar; Kanda, a matar. En general es una dinámica que se reitera una y otra vez a lo largo de la historia que comparten entre sí, hasta que llegue el momento de que los roles se inviertan y Kanda sonría y acepte a Allen.

En cualquier caso, cuando pensamos en lo que hay detrás de los personajes, todo resulta más que delicioso. Allen no es un Akuma, pero sí contiene a un peligrosísimo Noé, que es el epítome de todo lo que la Congregación enfrenta y los responsables de que Kanda haya nacido. Por otro lado, Kanda es una terrible víctima de las circunstancias y resulta poético pensar cómo el joven que tanto odia y desprecia la Inocencia, la utiliza como el más terrible y cruel de sus torturadores y se ha amoldado por completo al rol que querían para él: un Exorcista perfecto y utilizable incluso tras la muerte. No solo eso, sino que la persona anterior al nacimiento de Kanda murió cerca de la casa que Allen está buscando.

Esto sienta base para los constantes enfrentamientos entre Allen y Kanda a lo largo del manga; en particular destaca que lo primero que hace Kanda sea herir a Allen en su Inocencia (ey, recordemos que Kanda la odia aunque aquí no vaya tras ella en particular), que es todo lo que Allen aprecia porque también ha construido su personalidad entorno a ella. Y es que Kanda no dudará más tarde en atacar a Allen al descubrir que es un Noé.

Aun así, es con Allen con quien Kanda aprende a valorar a las personas de nuevo, por quien decide volver a pelear y reconciliarse con la Inocencia para perseguir un bien mayor, cuando ahora básicamente es un autómata asesino en demasiados aspectos que hace frente una y otra vez a la muerte.

Como nos falta todo este contexto, cuando lees por primera vez D.Gray-man, la reacción de Kanda (por mucho que se atempere con las reacciones humorísticas de Allen) parece desproporcionada. ¿Es que no puede comprobar de otra manera si Allen es o no un Akuma? Sin embargo, a medida que avanzamos en la historia, vemos cómo viven el día a día los Exorcistas que no tienen el ojo de Allen: para ellos cualquiera es un enemigo. Los Akuma hasta pueden disfrazarse de un colaborador o incluso de un Exorcista, cosa que podemos intuir por la necesidad de que un guardián examine a los recién llegados. Y Allen es un desconocido al que se ha identificado como maldito que se encuentra a las puertas de la Congregración de la sombra. Toda precaución es poca: solo hay que ver el desastre que acontece más tarde cuando los Noé se infiltran en el edificio.

En realidad, teniendo en cuenta que Allen también es indirectamente un Noé, tiene cierta ironía poética la situación…

Por suerte, Allen está acostumbrado a lidiar con situaciones límite y se da cuenta de que la labia es lo único que le puede salvar en ese momento, además de permitirle empezar con buen pie con sus compañeros Exorcistas. Claro que tiene suerte de que les esté espiando un departamento entero que juzga muy fuerte a Komui al escuchar su nombre, o quizá las circunstancias habrían sido distintas.

Komui se niega a tomar responsabilidad de la situación, exigiéndole a otro que busque la carta de Cross por él. La carta en sí misma es una delicia por su brevedad, ya que dice mucho de la personalidad de Cross, pero me pregunto qué sentiría al enviar a Allen a cumplir un sueño que no puede durar mucho tiempo. Puede que por eso, aparte de porque le gusta fingir desapego, diera tan escasa y poco útil información acerca de su pupilo. ¿Es posible que buscara no alertar demasiado a la Congregación y que tuvieran que lidiar con Allen directamente en vez de prepararse para su llegada e investigarle?

De una forma u otra, habría estado bien que le diera una carta a Allen, aparte de enviar otra, por mucho que Timcanpy sea de por sí un identificador claro.

Así pues, las puertas de la Congregación de la sombra se abren para Allen.

Y a continuación tenemos una pequeñísima ficha de personaje de Komui Lee, un genio científico maligno que ha alcanzado lo más alto de la Congregación en menos de una década. Lo más interesante es que yo tenía once años cuando leí este tomo y ahora me acerco a la edad de Komui help Hoshino comenta que se basó en su editor para crearlo. Situación curiosa dado que considera que sus ideas eran muy malas pero que a partir de ellas lograba inspirarse para sacar adelante la historia de D.Gray-man. Dada su tendencia a «temer» las reacciones de Yoshida y que no tiene ni idea de cómo acabó formándose la personalidad histriónica (asumo que se refiere a eso) de Komui… Tiene verdadera gracia que se basara en él, desde luego, para crear las situaciones más absurdas. ¡Al menos nos dejó un grandísimo personaje!

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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