Liar Princess and the Blind Prince, reinventando los cuentos de hadas

Llevaba esperando Liar Princess and the Blind Prince desde el momento en el que vi sus preciosos diseños, que me enamoraron sin remedio. Eran la cosa más bonita y tierna del mundo, y descubrir que tras ellos había una historia oscura disfrazada de cuento de hadas me encantó todavía más.

Los cuentos de hadas siempre han tenido muchísimo potencial y, con el paso de los años, ese potencial se ha convertido en casi una obligación. Hemos visto, oído y leído centenares de historias sobre príncipes y princesas, sobre brujas y reinos mágicos, y estamos hartos de encontrarnos siempre con el mismo patrón. Con mínimas variaciones de ese mismo patrón, si es que hay alguna. Los cuentos necesitan reinventarse, echar mano de nuevas ideas y darles la vuelta a sus clichés. Liar Princess and the Blind Prince logra eso, y el resultado es brillante.

Como cabe esperar, la trama es muy simple. En un bosque encantado, una loba cantaba todas las noches a la luna desde lo alto de una montaña. Su música era tan bonita que atrajo a un joven príncipe, quien la escuchaba desde abajo y la deleitaba sin falta con una ráfaga de aplausos entusiastas. El príncipe siempre se limitaba a escuchar, sin saber a quién pertenecía aquella bonita voz, pero un día decidió escalar la montaña y averiguarlo. Cuando la loba se dio cuenta de lo que pretendía, entró en pánico. Ella era una bestia, un monstruo. Si descubría su identidad, el príncipe la odiaría y la temería. Justo cuando él estaba a punto de llegar a la cumbre, la loba hizo ademán de taparle los ojos, pero sus garras no estaban hechas para algo tan delicado y el príncipe, herido, cayó.

Por suerte, un guardia paseaba por ahí y logró rescatar al príncipe. En el castillo, los médicos no pudieron hacer nada por curarle los ojos, y la ceguera de su hijo se convirtió en la mayor vergüenza del rey y de la reina. Lo encerraron en una torre, sin más que una venda que le tapase la cara.

Entre tanto, la loba se sentía culpable por lo ocurrido. Quería arreglar el daño que había causado y, tras pensarlo, se le ocurrió la solución: pedir ayuda a la bruja del bosque. Esta podía concederle cualquier deseo que pidiera, pero no podía curar al príncipe a distancia. De modo que la loba le pidió que la convirtiese en princesa para poder así guiar al príncipe hasta su guarida; a cambio, la bruja le exigió su canto.

De esta manera, la loba consiguió colarse en la torre del príncipe. Haciéndose pasar por la princesa a la que había oído cantar todas esas noches, se ganó la confianza del príncipe y le prometió que iban a encontrar una cura. Y así, juntos de la mano, partieron en busca de la bruja.

La historia es tan corta como aparenta. No deja de ser un cuento, así que en unas tres horas podemos terminar el juego. Ahora bien, Liar Princess and the Blind Prince sabe aprovechar bien su duración para sumergirnos de lleno en su trama. Es casi una visual novel, y la simpleza y la facilidad de sus niveles pueden hacer que más de uno rechine los dientes (pero bueno, si aplaudimos por ello a GRIS…). Por tanto, el plato fuerte son sus escenas, donde transcurre toda la historia. En un principio, la gran cantidad de texto puede generar rechazo, en especial si tenemos en cuenta que no hay traducción al español, pero el inglés de Liar Princess and the Blind Prince es muy básico y fácil de seguir. A malas, podemos detenernos a buscar la traducción de alguna palabra, porque el juego no avanza si tú no se lo permites, y eso no es necesariamente algo malo si así podemos disfrutar unos minutos más de la increíble banda sonora. Cada nivel tiene su propio tema musical y creedme cuando os digo que ni uno solo es malo. Ayuda todavía más a la inmersión: cada nota y cada acorde gritan magia y fantasía, misterio y temor, amor y amistad.

La propia jugabilidad también nos cuenta mucho sobre los personajes y el mundo en el que viven. Controlamos a la loba, y con ella podemos transformarnos en princesa a voluntad. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ir como princesa nos permite guiar al príncipe llevándole de la mano e interactuar con él para que nos ayude a superar los puzles que nos impiden avanzar. Sin embargo, nuestra movilidad se ve muy reducida y los monstruos no vacilan en atacarnos, algo que no ocurre cuando somos una loba. Para librarnos de ellos tenemos que volver a convertirnos y destruirlos con las garras —curiosamente, con el mismo botón que nos permite darle la mano al príncipe siendo humanos— y bajo esa forma podemos recorrer grandes distancias en un momento, saltar a gran altura y gozar de una fuerza descomunal. Si algo nos enseña Liar Princess and the Blind Prince es que los humanos son débiles. Y frágiles.

También podemos coleccionar pétalos y flores que hay repartidos por cada escenario. Con ellos no sólo hacemos feliz al príncipe —sí, esto son lágrimas de ternura, sigue leyendo—, sino que además desbloqueamos contenido extra: arte conceptual, la historia de la bruja del bosque, lore y worldbuilding

Como sólo hay dos personajes principales, el juego puede desarrollar con total libertad la relación entre ambos, permite conflictos y una evolución personales. Tengo que aplaudir a los diseñadores, además de por los dibujos, por la personalidad que le dan a cada uno. La loba es un manojo de nervios e inseguridades con patas, que siente la necesidad de mentir y mentir sin parar incluso con las cosas más innecesarias porque cree que su verdadero yo no es lo bastante bueno. Quiere ser amiga del príncipe, haría lo que fuese por conseguirlo, pero a la vez no es contraria a su naturaleza salvaje y depredadora. Nosotros mismos lo notamos al jugar: ser una loba es cómodo, es más divertido que ser humana. Es una contradicción. Y es que está bien ser contradictorio, no todo es blanco o negro ni siquiera cuando se trata de ti mismo. Es una maravilla.

Por otra parte, el príncipe la complementa a la perfección. Su naturaleza dulce y bondadosa le permite confiar de inmediato en la loba, aprender de ella y enseñarle a su vez a medida que avanzan juntos en la historia. Además, es un demoledor de estereotipos. Le gustan los libros, las flores y las voces bonitas. La sensibilidad y la fragilidad son sus mayores distintivos, y me parece muy importante el trato que le dan a su ceguera, que no le impide realizar nada de lo que la princesa puede hacer. Sí, depende de ella para que le guíe, pero no queda relegado a un rincón cual florero.

Liar Princess and the Blind Prince es justo lo que promete: un cuento de hadas. No tiene sentido que nos engañemos. Es un juego muy corto, fácil, con mucho texto en inglés, pero precioso. Sirve muy bien para romper con los últimos grandes estrenos, que son todo drama y tensión, y ofrece una experiencia tierna y con mucho más que ofrecer de lo que aparenta a simple vista. ¿Vale la pena darle una oportunidad? Sin duda. Pero esto es a lo que te enfrentas y por lo que pagas. Una vez decidas probarlo, no te defraudará.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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