Respuestas al Curious Cat: la excepcionalidad de Hunter x Hunter

¿Qué hace desatacable a Hunter x Hunter? Aparte de los hiatus, claro.

Más allá de la increíble frustración de los fans ante un autor loco, original y con gran habilidad que ha tenido más tiempo de dejar su obra en hiato que en publicar como tal, Hunter x Hunter ha ofrecido a numerosos fans algo que no suele verse en otras historias: un mundo loco, pero coherente. Personajes de diseño simple, pero profundos y con conflictos que los alejan de los maniqueísmos. Sus historias, los dilemas a los que deben enfrentarse y sus respuestas desatan grandes guerras entre los fans en el intento de decidir si estamos ante ángeles o demonios cuando no son ni lo uno ni lo otro.

Pero lo más impresionante es la narrativa, que cambia en cada arco, arriesgándose a no repetir esquemas o ideas que hayan gustado. Y, aun así, sigue siendo Hunter x Hunter.

No pretendo entrar en discusiones sobre si One Piece u otras obras hacen lo mismo. Vengo a resaltar lo bien que lo hace Hunter x Hunter.


Para empezar, es que la serie no tiene una historia muy lineal. Hasta hace muy poco, el objetivo de nuestro protagonista era encontrar a Ging. Pero nuestro Viaje del Héroe tuvo muchos desvíos. Como señaló Ging, lo que más importaba era el camino, no el destino. Cada paso que dieron Gon y sus amigos fueron importantes e insustituibles, incluso si hay arcos más flojos que otros.

Pensemos en lo valiente, casi descarado, que fue Togashi. Comenzó todo con una primera saga que se ha vuelto un total clásico: un Examen que, sin dejar de ser brutal en muchos aspectos, tuvo un aire optimista y divertido. Solo hubo un chico del grupo que suspendiera, así que manteníamos las esperanzas. Sin embargo, el siguiente interludio que nos asomó a una de las familias más oscuras de Hunter x Hunter, los Zoldyck. Y ahí se tocaron temas muy dolorosos. La dureza de la vida de los sirvientes de los asesinos, la terrible infancia de Killua (extendible a todos los personajes. ¿Qué hicieron los padres para que Illumi, el mayor, sea así? Nada bueno, desde luego. Ser el campo de pruebas no tiene nada de bonito)… Una clara señal de que el mundo al que iban a acceder nuestros Cazadores novatos iba a volverse más y más oscuro.

Entonces los protagonistas se separaron. ¡Durante una temporada entera! Volvimos a un formato de entrenamiento algo menos alocado que el Examen con el Coliseo Celestial. Allí Togashi se arremangó y empezó a mostrar sus cartas con el Nen. El sistema de auras empezaba siendo sencillo, pero dejaba una increíble libertad de movimiento que solo estamos apreciando hasta sus extremos más siniestros en el último arco. El Nen obedece a las categorías básicas que triunfan en todo anime y manga dirigidos a jóvenes; es como la división por colores, puedes elegir tu favorito y encajar dentro. Pero también permite comprender sus reglas y utilizar la imaginación para intentar adelantarse a Togashi y ver qué ocurrire si se elige cierta clase de poder.

Con el arco del Genei Ryodan, Hunter x Hunter dio el salto de fe. A pesar de que Gon y Killua continuaban absorbiendo mucha parte de la trama, el protagonismo se trasladó a Kurapika. Vimos hacia dónde llevaba la venganza y empezamos a apreciar la forma de escribir de Togashi: te establece un objetivo, deja claro un camino… ¡Y se desvía por donde menos lo esperamos! Es la clara marca de un escritor jardinero o brújula, que se guía por la intuición antes que tener unas normas marcadas y estrictas para continuar su manga.

El Genei Ryodan puso, por primera vez, a un protagonista matando y convirtiendo ese acto en una decisión moral. Killua asesinó en otros arcos, pero la narrativa no se detuvo a examinar sus arcos. Kurapika, que buscaba la venganza, se transformó en una figura muy gris al llegar a los mismos métodos que esos hombres y mujeres a los que quería (con todo motivo) ajusticiar a costa de su propia salud física y mental. Togashi creó un grupo carismático de asesinos y los volvió humanos, protagonistas de sus propias historias. Es decir, hizo que nos importaran sus vidas y sus muertes. Que sintiéramos la rabia de querer hacer justicia, pero apreciar a la vez que Kurapika iba a por seres humanos (detalle que el Ryodan jamás tuvo con sus víctimas, por cierto). Dio arcos de personaje a Pakunoda y a Uvogin, además de a Hisoka y a Kuroro…

Y entonces volvió a dividir al equipo para introducirse nada menos que en un videojuego, un isekai antes de SAO (aunque no de .hack//SIGN) que tiene sus amantes y detractores, pero que fue una explosión de originalidad y que preparó el terreno para el mundo exterior. Es decir, para uno de los arcos más ambiciosos, polifacéticos y que más destrozaron la salud de Togashi. La trama de las Hormigas Quimera recogió las ideas del Genei Ryodan al crear enemigos con personalidades propias, admirables y horroríficas al mismo tiempo, que enamoraron al fandom… Pero también trató a los protagonistas en profundidad. Llegó al extremo de hacer que un niño de 12 años emprendiera el camino que parece justo, que debería ser el bueno: vengar a un ser querido. Pero por el camino no solo destrozó a Killua, sino que estuvo a punto de matarse a sí mismo. Su papel se convirtió casi en el del Villano frente a Neferpitou, que ocupó el rol tradicional de un Héroe al defender a muerte a su señor.

Tras esto hemos vivido un arco de nuevo familiar y de política con los Zoldyck y las elecciones Presidenciales, incluyendo todavía más personajes reconocibles y memorables… ¡Y no solo eso! ¡Togashi no tenía suficiente! Togashi crea un personaje que debería ser un Deus ex Machina, Nanika, que gracias a su naturaleza y a que se encuentra bajo el cuidado de Killua funciona como un personaje más que ojalá vuelva a aparecer y tenga desarrollo. Además, cuando por fin Gon alcanza a su padre, este es una decepción. Tiene su propia vida, su propio camino, y Gon nunca ha formado parte del mismo.

Ahora no solo hemos dejado de lado a los protagonistas más populares, Gon y Killua, para saltar a Kurapika de nuevo… Sino que el drama de lucha dinástica, magia y supervivencia casi a lo Battle Royale promete ser el arco más explosivo de todos al incluir una terrible rivalidad entre Hisoka y el Genei Ryodan.

¿Cómo no va a ser HxH diferente si puede incluir todo esto y mantener su esencia de desear explorar a los personajes en un mundo que no deja de crecer y de maravillarnos? ¿Cómo no va a ser HxH una buena historia si sabe arriesgarse, si se atreve a juzgar a sus personajes, a enfrentarlos y separarlos por motivos duros pero comprensibles? Togashi no obedece al público, sino que desarrolla unas líneas argumentales buenas, coherentes, con personajes grises. Da giros de guion que podrían ser decepcionantes pero encajan bien en la trama general, improvisa y explota su mundo, disfrutando del mismo. Puede que repita ideas, puede que sus textos sean infumables, pero al final hay algo tan personal en HxH, tan creativo y tan propio que muchísimos otros shonen que tocan los mismos temas pero no se atreven a profundizar… Terminan por ser lo que son.

Hunter x Hunter tiene esa gracia de ser imprevisible, porque el autor quiere crear una historia que pretende terminar incluso a costa de su salud, no un producto. Y eso es algo con un valor incalculable.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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