Analizando Umineko: Legend of the Golden Witch. Capítulo 8. La Declaración

Como siempre, por aquí tenéis un enlace al resto de ensayos de Umineko.

Resumen básico del capítulo

En un capítulo extraordinariamente largo los niños se enfadan con sus padres porque no saben que el dinero no brota de suelo, Maria llora frente al retrato de Beatrice hasta caer rendida de agotamiento, Krauss demuestra que el oro existe, Kyrie sugiere que Beatrice es una de las personas de la isla, Rudolf confiesa que va a morir, y George decide pedir la mano de Shannon.


Metacomentario


Sayo realmente se regodea haciendo daño a Gohda, incluso de refilón, porque lo primero que se comenta es que la carta ha «borrado» la cena de la memoria de la gente. Madre mía.

Quitando eso, francamente, el meta del inicio de este episodio es poco interesante. Si consideramos que Sayo escribe todos los pensamientos de los personajes, entonces estamos ante una persona muy hipócrita —que ya sabemos que Sayo no es pureza y amabilidad al 100%— y que trata de meternos en la cabeza lo sucios que son los adultos por pelearse por dinero. Supongo que para alguien menor de edad, que ha trabajado desde niña en un empleo cruel, pero seguro, que no necesita el dinero ahorrado para alimentarse, mantener su casa ni nada similar, es decir, que tiene toda la vida «solucionada», y saldría al mundo con increíbles recomendaciones (en caso de haber sido esta una historia más común y no de explotación infantil) es fácil pensar así.

En fin, si hay algo más o menos interesante es que filtra a través de Battler cómo nos aferramos a la ilusión sobre gente de «corazón puro». Una idealización repugnante, la verdad, sacada de un libro. La historia se refiere a menudo de esta forma a Maria, pero ahora lo hace a Jessica por su crudo rechazo al comportamiento de sus padres. Y me pregunto hasta qué punto está siendo Sayo irónica. Claro que criticar a una persona por su escapismo cuando ella misma está creando novelas para asesinar a gente es la hipocresía máxima.

Acto seguido, Sayo usa a Battler y a Kyrie para discutir todos los detalles acerca de Beatrice, pero al final es lo mismo de siempre; se vuelcan algunas verdades en medio de muchas teorías que no van a ningún lado. No es que Kinzo confíe en Beatrice, es que Sayo es la heredera de Rokkenjima. Me sorprende que nadie llegue a esa conclusión (y por tanto evitan que tú lo hagas si no te detienes a pensar) de que Beatrice no es solo la hija de la anterior Beatrice, sino que quizá de verdad ha heredado cosas hasta dentro de un tiempo. No recuerdo si se menciona en esta novela o hay que esperar a la tercera…

En cualquier caso, tenemos ya la cortina de humo de la historia: ¿Hay diecinueve personas en la isla? Sayo justifica las dos teorías, que sí y que no, y también deja caer algo que tarda novelas en tocarse de nuevo: ¿por qué tanta complicación? ¿Qué es lo que busca? El objetivo de un criminal siempre es algo básico que debe intentar averiguarse para adelantarse a sus movimientos. ¿Es pura malicia? ¿Obedece a un plan inteligente que no podemos ver? ¿Dar por saco a los demás, desvelarse y arriesgarse es parte inherente de su forma de ser y podemos intentar forzarle a que cometa un error?

Por desgracia, nada de esto se tiene en cuenta en Umineko, excepto para echarnos en cara que no lo hayamos «buscado».

Sinceramente, creo que Sayo confiaba en que Kyrie podría guiar a los demás, pero la dejó de lado porque le daba miedo que ella fuera la Detective. La descubriría en un abrir y cerrar de ojos si no la mataba pronto. Si  los personajes hubieran seguido su razonamiento, lo primero habría sido sospechar de los sirvientes y luego de los que creen en Beatrice. Kanon y Shannon habrían estado muy pronto en la mira por ser los más jóvenes y los que pueden desplazarse con seguridad. Con solo tener que llamarlos a ambos y no poder presentarse se habría acabado todo.

Es que es increíble, es Kyrie quien nos deja caer el bombazo de que Maria trabaja con alguien. Bombazo para nosotros y para la atmósfera de la historia, puesto que nadie se toma en serio interrogar bien a Maria. No pongo esto en la parte de personajes, porque Kyrie actúa más como la voz de Sayo, a la que le gusta decirte la verdad a la cara para luego intentar cubrirla con actos inexplicables de «magia», así que es necesario que aparezca en Meta como parte de su plan. Hasta usa a Battler para que descartemos que Maria pueda estar trabajando con alguien porque es una niña inocente. Sabe cómo vamos a pensar.

Sin embargo, a partir de Kyrie, Sayo intenta salvaguardar a Maria al convencernos de que no va a decir palabra sobre Beatrice. Cierto es que Kyrie señala que Battler puede intentar interrogarla, pero no vuelve a preocuparse por el asunto. Es otro hilo que no va a ningún lado y que, sinceramente, es estúpido. Quiero decir, ¿por qué mandar a Battler a interrogar a Maria cuando es el más insensible (por algún motivo) en estos temas de brujas? Aparte de por ir construyendo al supuesto Detective que Sayo desea, que resulta dolorosamente contradictorio porque a Battler no le interesa el oro, sino vivir aventuras divertidas. En cualquier caso, Kyrie es inteligente, tiene ojos. Podría haber ido a George y sugerirle que interrogue de inmediato a Maria (nunca comprenderé por qué posponer todo hasta que la niña caiga dormida del cansancio. Podrían haberla hecho sentir mucho mejor con confiar en ella). Solo habría tenido que decir: «Maria, los adultos no se lo creen porque son tontos. Pero yo te creo. Y me parece que una bruja debe ser muy poderosa y bella. ¿Me la podrías describir, para que sepa reconocerla si me la encuentro?» Y entonces Maria diría que Beatrice puede tomar cualquier forma, o que se presentó con la de Kanon y adiós muy buenas una vez más.

Sayo escribe su historia confiando en el riesgo… hasta cierto punto. No es tan hábil e inteligente como quiere creer. Se nota que depende demasiado de que los adultos sean unos ineptos. Y no lo son, como ya sabemos.

Por cierto, siempre me hará gracia que Rosa, tan pendiente de las rarezas de su hija, no se de cuenta de que reconoce a la gente por el comportamiento antes que por el aspecto. Qué apropiado.

Por cierto, es Kyrie, manipuladora y falsa por excelencia, la que presenta la idea que luego desarrollará Virgilia sobre The North Wind and the Sun. Algo básico para cualquier persona que ha tenido hijos, y que hasta Rosa sabe emplear de vez en cuando, pero claro, cómo iban a ser un verdadero desafío para Sayo y ganarle terreno en la primera novela.

Acto seguido, Sayo hace que Rudolf se disponga a confesar que intercambió los bebés. Así que el augurio de «voy a morir» sirve como algo que alimenta la atmósfera mágica de la isla. Podríamos decir que, como escritora, Sayo opta porque Rudolf decida confesarse en el ambiente más hostil, menos adecuado y más incómodo —¿quizá quiere testigos para que Kyrie no lo mate? Pero la reunión sería en la casa de los niños, donde no hay adultos, así que…— porque el tema de muerte de bebés y descubrir tu identidad propia encaja con las ideas que quiere dejar caer a sus lectores. Sin embargo, es un tema que se deja bastante de lado y no se construye bien para la cuarta novela. Volviendo a comparaciones con Canción de Hielo y Fuego, es como averiguar quién fue el que intentó asesinar a Bran con un cuchillo cuando ya no podría importar menos. Ay, escritores jardineros y sus debilidades.

Con el regreso de la narrativa a Natsuhi, puedo entender con facilidad por qué tanta gente termina por rechazar, agotada, Umineko. Los resúmenes de lo que ha pasado hace menos de media hora son… fatigantes. No es como si Sayo no nos explicara todo al detalle en su momento. Dejando las quejas de lado, fijémonos en que se dice claramente que Beatrice es un personaje ficticio. Sayo establece la colaboración de los sirvientes, pero nos distrae introduciendo el vestido (que no es necesario para Maria) y asumiendo que la culpable es Shannon antes que Kanon. Qué descaro, por favor. Luego nos enreda para que creamos que Kinzo está al mando de todo —a pesar de que ya nos ha mostrado en escenas de fantasía que no es el caso—. La mentira dentro de la mentira de la mentira termina por ser confusa, y lo digo para mal. Aquí supuestamente es Natsuhi quien reflexiona sobre todos estos detalles, aferrándose a la idea de que Kinzo ha enviado la carta… Lo cual es absurdo, porque sabemos bien que Natsuhi es la perpetuadora de la mentira acerca del cadáver. ¿Son sus pensamientos? ¿Es fantasía? ¿Es Sayo actuando como narradora no-fiable? ¡Quién sabe!

Lo importante, al final, es que Krauss decide confiar en Natsuhi y mostrarle que el oro existe, lo cual es un profundo golpe a la moral de la pobre mujer. Natsuhi se viene abajo, cosa comprensible, pero debemos tener en cuenta que ella está cometiendo toda clase de acciones ilegales para proteger a su marido. Triste, pero quizá haya cierta justicia kármica.

Por cierto, ¿Krauss consiguió el lingote por su cuenta o Sayo se lo dio para chantajearlo y que trasladara a los sirvientes a la casa de invitados…? Hmmm.

Shannon reaparece en escena cuando los primos deben volver a casa. Aprovechando cada segundo para que tu personaje tenga atención antes de deshacerte de ella, ¿eh? Y preparando la declaración, por supuesto.

Y entonces suceden *redoble de tambores* bromas de pechos. Battler no quien está obsesionado, es Sayo y por eso insiste tanto en que SHANNON ES PECHUGONA, ¿OS HABÉIS DADO CUENTAAAAA? ¿Se percatará el chico de sus sueños de que tiene tetas gordas mientras se pega a su novio actuaaaaaal? Sí, sí, ya lo pillamos, Ryukishi, stop.

Se nos dice que los horarios se han alterado, vaya, vaya, así que nadie va a saber bien dónde andan Shannon y Kanon…

La siguiente escena, en la sala de los sirvientes de la casa de invitados, es pura fantasía. Desde luego no se necesitan tres personas para atender a niños cuando tienes a muchos más adultos en la casa principal, así que es de imaginar que Genji estaba solo. Pero Sayo construye este cuadro para representar las dos partes de sí que quieren estar (y no estar) con los primos antes de poner en marcha su plan. De modo que la conversación entre Kanon y Shannon no deja de ser un tira y afloja consigo misma sobre sus motivos para estar con los primos. De paso, cuando Kanon sugiere que Shannon estará contenta por mantenerse alejada de las abusadoras de Natsuhi y Eva, se enfatiza a Shannon como una víctima y quitarnos de encima la idea de que pueda ser la asesina.

El caso es que elabora una excusa para que Kanon, Genji y Kumasawa se encontraran en la casa de invitados y, a su vez, nos muestra que Sayo desearía que Kanon también pudiera existir y pasárselo bien jugando a las cartas.

Tienes que morirte en el almacén, ¿recuerdas? Además, estamos planeando matar a sus padres, querida mía, ¿de verdad crees que es el momento para irte a jugar a las cartas con tus futuras víctimas? Todo esto lo hacemos porque no nos consideramos dignos de ser humanos y queremos llevarnos a los Ushiromiya enteros por delante. Deja de fingir y ser hipócrita, eres un mueble, atente a los hechos, ¿ok?

Francamente, entiendo por qué la gente encuentra mona a Sayo y tengo que repetirme que esto es una novela, que ella no llega a asesinar a nadie en realidad. Pero su tendencia a representar a Shannon como un ser de luz —a la vez que reflexiona sobre si caería o no en la tentación de pasárselo bien una última vez— me pone los pelos de punta. Funciona mejor con Kanon porque al menos tiene remilgos y cree que no se lo merece. Es más humano.

Y entonces aparece Genji, que ha debido estar viendo la silenciosa pelea interna de Shannon, y le dice que podría ir a jugar. Quiero pensar que Sayo considera que Genji trataría de animarla a no cometer el suicidio final, pero a lo mejor le doy demasiada credibilidad a Ryukishi07. En cualquier caso, es una escena triste. Recordemos que Kanon es la persona más fiel a Sayo, la que más se odia a sí misma y es más realista. Por supuesto que no se dejaría llevar por el deseo de pasar el rato junto a sus primos-futuros-cadáveres.

Supongo que podría interpretarse como que Genji anima a Sayo a quitarse un poco la máscara y divertirse, ya sea como Shannon, Kanon o ella misma. La respuesta, tras una vacilación, de Kanon es que es un mueble. Vuelve a encerrarse y a decidirse por el suicidio. Hasta dedica unas palabras a explicar por qué su faceta como Shannon es casi estúpida por cómo se hace daño a sí misma. La réplica de Genji es prepararle chocolate. ¡Bueno, qué se le va a hacer, tendremos que continuar con el plan de asesinato!

Es divertido que Sayo use a Kanon para justificar las acciones de Krauss al alejar a todos los que están en la mascarada de la casa principal. El verdadero motivo podría ser que no quiere que ninguno de sus hermanos pida a Kanon o a Shannon, mucho más manipulables que Genji, que los lleven a ver a su padre. Pero, por supuesto, Krauss y Natsuhi tendrían motivos para sospechar de Kanon, Shannon y Genji, además de Kumasawa, porque ellos saben que Kinzo está muerto. Podrían haber robado el anillo y organizado todo para jugar con ellos. No pueden interrogarlos frente a la familia, así que… Nada mal cómo se las apaña Sayo para cubrirlo todo.

Me encanta cómo Shannon y Kanon responden a la vez a Genji, que le deja caer a Sayo que si «pasa algo», le avise. Pocas veces veremos el velo de la fantasía más levantado que aquí, con Sayo respondiendo en nombre de las dos personas.

En fin, ahora viene La Declaración. La encuentro desagradable e inquietante por parte de ambas partes, que conste en acta.

Shannon bromea sobre que espera que el tifón no afecte al trabajo de George el lunes —jajaja qué GRACIOSA— y luego sobreviene toda la parte de George, que trataré en su sección del personaje. Es evidente que Sayo quiere a su futuro prometido, pero creo que del texto se puede extraer cierto desdén paternalista. Por ejemplo, está cómo hace que Shannon se ría de lo infantil que es George. Vamos, siempre lo ha tenido calado y sabe que es celoso, y se regodea en ello. Al fin y al cabo,no podemos olvidar es ella quien está escribiendo que George se mete con Battler porque compite por ella. No dudo que George sea pueril en la realidad, pero el texto dice mucho sobre lo que Sayo espera de él.

Por otro lado, Sayo es muy consciente de la dinámica establecida entre ambos. George nunca pregunta cosas a Shannon, no si no puede adelantar él la propia respuesta, y Shannon es como una chiquilla tontica y sin experiencia que se dedica a alabar al chico, consciente de qué es lo que tiene que decir para que todo vaya como la seda.

Es decir, que por lo general George habla, y Sayo se esfuerza por ser una sirvienta ideal y centrarse en los puntos positivos de su novio. Por eso, porque de verdad quiere a George, es capaz de apreciar que admire tanto a su padre. ¿Qué mayor contraste puede haber con ella, que no tiene ninguna figura paterna o materna a la que imitar con orgullo y por eso las inventa e idealiza en su fantasía? Cuando comenta que está celosa, me niego a pensar que es un comentario sin importancia.

Por otro lado, debo decir que Sayo sabe poquito de romance. Ryukishi07, también. No es su campo. ¿Cuánta gente abandonó Umineko en la segunda novela por lo aburrido que es el principio si no cuentas con el contexto de todo lo que está sucediendo por debajo? ¡Mucha! ¡Demasiadas!

Y entre George y Shannon, y cualquier otra pareja menos quizá Will y Lion porque son versiones idealizadas y sanas, tienes que poner mucho de tu lado para encontrar una pizca de romance. Una vez más, me gustaría creer que esto es a propósito, pero después de haber leído todo Umineko lo dudo. Los fans se emocionan más con escenas aisladas que con cualquier otra acosa. Ryukishi07 sabe hablar de familias y de amistad. De amor, le queda tomar mucha nota. Así que cuando Ryukishi te habla de historias de amor como algo más desafiante que las de misterio me entra la risa, porque tiene razón, visto que le queda mucho por trabajar.

Puedo entender que George es torpe socialmente. ¿Quién se pone a hablar de generales antes de pedir matrimonio? Es una pobre excusa para que podamos ligar la admiración de George por su padre con la ausencia de familia de Shannon. Está metido todo con calzador y es una construcción terrible y poco interesante. Para empezar, todo el mundo sabe que Shannon o George van a morir, porque en las historias de terror o drama siempre se nos cuenta algo triste sobre un personaje para que empaticemos antes de que lo maten. De verdad, es de cajón y está muy visto. Hasta se burlaron del tema en Fullmetal Alchemist. El pasado de Shannon se nos debería haber dicho bastante antes, no deberíamos estar trabajando sobre hielo tan quebradizo. No funciona, no hay química entre ambos, no viene nada al caso.

Lo único válido que veo de toda esta rigidez es que sí hay un metamensaje; Sayo quiere hacernos entender que es Shannon quien está aquí y que Shannon no existe. George se está declarando a una persona que no conoce y a la que no se va a molestar en intentar comprender. Y lo vemos cuando George dirige un poco la conversación hacia los ahorros de Shannon, ella reconoce que no tiene «un lugar al que ir» (PORQUE SE VA A SUICIDAR) y le pinta la vida de rosa.

Pero es que hasta leyéndolo desde la perspectiva del metacomentario es aburrido.

Esto es más interesante, porque de nuevo vemos a Sayo dejándose ver demasiado como narradora.

Encuentro interesante que George y Jessica, nunca Battler (para él Sayo es Shannon o Beatrice. Viva el amor), son los que conocen el nombre «original» de sus parejas. Es un voto de confianza y de drama, en especial en el caso de Shannon porque… Bien, su futuro, con el que de verdad se atrevía a soñar, era al lado de George. Y por eso trató de mostrarle un poquito de su realidad.

Quizá por eso la metáfora de George sobre vivir dentro de una cáscara, aparte de ser muy Utena, provenga más de la propia Sayo. Al fin y al cabo, sabemos que le presentó a George la imagen de vivir en una pecera y sentir que aun así todo eso es su mundo y ser feliz con ello.

Pero bueno, toda La Declaración no deja de ser Sayo anticipándose a la posible pedida de matrimonio de George, lo que definitvamente sabe que la empujará al suicidio.

Porque George le está pidiendo a una máscara que viva con él para siempre. La perspectiva es sofocante, terrible, aparte de insostenible psicológica y físicamente. Dentro de su isla, de su huevo, Sayo puede vivir sin miedo a tener que desvelar las crueles verdades que ese vasto mundo llamado Japón no aceptará. A pesar de lo que dice la narración, no es que Sayo sea perezosa, por mucho que se critique a sí misma por ser incapaz de cambiar, sino que está enferma y aterrorizada, demasiado hundida en su propio trauma para poder escapar sin ayuda.

Y con esto y la pedida de mano, Sayo se decide a llevar a cabo su plan, porque George va a romper toda la fantasía.

Pero claro, Sayo, es difícil leerte la mente, así que no puedo considerar que George sea culpable de la muerte de toda su familia.

Eso sí, cabe reflexionar… ¿Cuántas veces habrá soñado Sayo con que George pidiera matrimonio? ¿Con construir la familia feliz que él desea y que ella sabe que nunca podrían tener a menos que adoptaran?

Sin duda Sayo se refugia en las órdenes de George porque así las cosas son más fáciles, porque es el juego que siempre ha promovido, pero a la vez… Es consciente de que George quiere una respuesta sincera. Una promesa que no puede conceder, porque Shannon solo existe en Rokkenjima.

Parece tan feliz y entusiasmada, w-o-a-h.

Todo depende de lo que Sayo, no Shannon, decida, como bien dice el texto. Y si Sayo opta por poner el anillo a Shannon, significa que debe crear una situación donde Shannon pueda seguir existiendo para siempre en la mente de los demás.

Y llegados a este punto, Sayo deja de escribir como si Shannon fuera corta de entendederas y deja claro que siempre ha sabido todo lo que George le estaba pidiendo. ¡Qué menos, ella es la escritora! Así pues, retira a su persona de la escena porque tiene que morir para empezar el juego y mantener la ilusión de que Shannon podría haber sido la esposa de George Ushiromiya.

Personajes destacados


En este capítulo Battler empieza a ser consciente de que la realidad no es tan bonita como se esperaba. Hablando en plata: que los adultos están muy desesperados por dinero. Y me gustaría matizar que desesperados en el sentido real, no como suele ser con la mayoría de los ricos que venden armas y matan gente por tener más. Llegados a este punto, sería interesante que se le diera mayor calado a nuestro supuesto Detective. No sé, por ejemplo, que se sentara a preguntarse por qué están tan obsesionados por la herencia —aparte del comprensible temor a que llegue alguien que no conoces de nada y amenace con quitarte todo lo que se supone que va a ser tuyo, claro—.

Pero no. Battler se limita a recular con asco, considerando todo un espectáculo despreciable. Y por eso no sirve como Detective, su curiosidad natural no se dirige hacia estos lares, como prueba una y otra y otra y otra vez. Conan ya estaría especulando, examinando rostros ajenos y reflexionando sobre la situación. Battler no. Ni siquiera se queja concretamente de que el comportamiento de los adultos sea horrible, no, sino de que, cómo pueden ser tan avariciosos y pelearse por dinero. Y para alguien que vive la crisis económica, que ha visto cómo sus padres hacían cuentas cada día y su familia iba perdiendo trabajos, además de haber sido testigo de robos de hijos a padres, no puedo evitar querer golpear a Battler, a los primos y a Sayo. Y a Ryukishi, ya que estamos, por tanta tontería.

Pero centrémonos en las incoherencias de Battler, criado con unos abuelos que en principio no son ricos. Alguien pobre o alguien que viene de un mundo de clase media-baja debería saber lo importante que es llegar a fin de mes. Debería saber sumar dos más dos y entender que unos ricachones como su familia no gritarían a una niña, no discutirían durante horas, si no pasara algo grave.

En fin, la obsesión de mantener la «pureza» de los personajes jóvenes es uno de los temas de Sayo y Umineko, así que hay que lidiar con la estupidez supina de estos «niños» que rondan los veinte años y se comportan como si tuvieran doce. Si hubiera una mínima diferencia entre Battler y Jessica y George, criados entre sedas, al menos sería pasable. Pero tiene que ser George quien se plante frente a Jessica —que rechaza con asco las peleas sobre la voluntad de un muerto— y Battler, avergonzados, asqueados, decepcionados por el comportamiento de sus padres, y les diga: hola. ¡Viva la empatía!

Y sé que George está de nuevo posando como el adulto, pero es que tiene razón. Hasta cierto punto. Los menores que dependen de sus familias (ricas) no tienen ni idea de lo importante que es el dinero en una sociedad capitalista. Ni idea. Eso de vivir sin dinero pero arriesgándose para conseguir algo grande es una romantización de la pobreza y el sufrimiento. George nos da una visión teñida de rosa sobre cómo los padres son unos héroes para sus empresas, cuando la realidad que debería plantear a Jessica y a Battler es que si la cagas y la empresa cae contigo, afecta a todo el mundo. A ti en primer lugar, por incompetente. Pero bueno, en Umineko hasta que no llega Erika (o Beatrice a veces) todo se dice con suavidad y dando vueltas. Al menos George, por mucho que esté insistiendo en que él es adulto y comprende cosas y los demás no, mete un poquitito de realidad en nuestras cabezas. También es quien mantiene una relación más sana con sus padres, de modo que es comprensible que se ponga de su lado.

Y entonces George se sube al carro de los niños para marcharse del lugar y no tener que estar escuchando horribles discusiones donde su voz no importaría lo más mínimo. Vaya, vaya.

Y, por cierto, a pesar de que piensan en Maria, ni Battler ni George son capaces de ir junto a una niña de 9 años y abrazarla. De verdad que los japoneses tienen problemas sociales.

En fin, volviendo a Battler, creo que queda claro que no tiene bases para ser Detective, un título que le impone forzosamente Beatrice. No alberga ningún interés intelectual por nada de lo que presenta Beatrice, ¿por qué la historia intenta convencerme de lo contrario?

Conscientes o no de que este personaje no va a hacer avanzar la trama con su curiosidad, Sayo/Ryukishi07 deben meter a Kyrie como la persona que incite a Battler a pensar. Por cierto, me pregunto si Kyrie se alejó del resto de adultos y se detuvo a hablar con Battler para poner en orden sus ideas. Después de todo, ese día se ha enterado de que las cosas le van mal a Rudolf en el trabajo y alguien más ha aparecido para tambalear todo su plan. Entre eso y que no se le permite hablar…

Y entonces la narrativa te explica de nuevo lo que Kyrie acaba de decir, por favor que alguien me pase una pistola. Como si no tuviéramos suficientes reiteraciones, Battler vuelve al tema de qué asco los adultos que luchan por la herencia. Por favor, cállate. No recordaba que fuera tan niñato.

Ay, con todo las discusiones entre madre e hijo sobre las personas que hay en la isla son fascinantes. Piensan tan parecido que da gusto. Además, se nos muestra que Battler se ha dejado influenciar porque ya ha adoptado la idea de «darle la vuelta al tablero», que es una de las frases favoritas de Kyrie. ¡Ryukishi07, cuéntanos más de su convivencia, diantre!

En esta novela, Battler interpreta que Kyrie pretende animarle. No sé si de verdad Sayo pensará que eso es lo que Kyrie busca lograr, cuando en la vida real lo más probable es que estuviera interesada en que uno de los primos hablara con Maria para sonsacarle la verdad. Pero luego tienen un momento adorable con ella dándole un suave codazo y no puedo evitar preguntarme si Kyrie, en la realidad, no se sentiría a veces atraída por Battler. Si no le causaría sentimientos conflictivos. ¿EH, RYUKISHI07? Con todo, puede interpretarse como ella haciéndole callar simpáticamente porque es protectora con Rudolf.

Y hablando de Rudolf, también se ha escaqueado de la reunión. Las bromitas sobre el maquillaje están un poco fuera de lugar, pero creo que establecen la dinámica que tienen los esposos y es… no sé, agradable que no todo sean momentos de control o manipulación. Esta escena es de las pocas donde averiguaremos algo de Rudolf. De verdad, tiene tela que para ser Battler el protagonista, él y su familia son los que menos desarrollo tienen, salvando a Ange.

Rudolf se acerca a él con tacto, simpatía, sin bromas ni ataques físicos. Asumiendo que Battler estará despierto hasta tarde, le dice que si sigue en pie cuando se reencuentren, quiere tener una reunión familiar.

Es evidente que el término familiar juega un papel importante para Rudolf, que busca una reunión que vaya más allá de lo simplemente físico. La culpabilidad lo ha estado persiguiendo durante años y ya no puede más al ver a madre e hijo juntos, con cierta química pero manteniendo distancias.

En cualquier caso, Rudolf suele lidiar con las cosas mediante las bromas o el sarcasmo, de modo que su actitud deja a su esposa y a su hijo con la misma reacción de estupefacción. Al final se marcha, como nos explica Kyrie, porque desea que le hagan hablar. Lástima que casi nunca volvamos a tener momentos así entre los tres.

Y por esto Battler es un Detective nefasto. Kyrie lo habría arreglado todo en segundos. Me fastidia profundamente porque, cuando la narrativa lo necesita, Battler es comprensivo e intuitivo, pero para rellenar seis novelas, Ryukishi07 necesita que Battler sea un protagonista shonen de cabeza dura y que implosiona cuando se habla de sentimientos. Decepcionante, pero bueno, ya sabíamos lo que veníamos a leer. Supongo que podría justificarse con que Battler es ciego en todo lo que rodea a su padre, pero Ryukishi07 no se esfuerza en demostrarlo, así que no vamos a hacerle el favor de arreglarle la historia.

Por cierto, Sayo acaba de describir su propio comportamiento con el mundo y la Verdad —la actitud de Rudolf se suele asociar a la forma de ser de las «mujeres»—. Supongo que podría considerarse una pista, pero me niego a reconocerla como tal. Demasiado poco relacionado con el tema de la carta y la búsqueda del tesoro.

«La comunicación es importante». ¿Por qué el personaje psicópata es el que da los mejores consejos, a ver?

¡Cambiamos de personaje!

La reacción de Natsuhi al averiguar que existe el oro es dolorosamente comprensible, como ya se ha comentado. Que Krauss se encuentre incómodo con sus explosiones emocionales, por un lado, también es entendible… Solo en el contexto de que Natsuhi no es capaz de controlarse frente a gente como Eva. El resto es puro machismo y las mujeres sois unas histéricas y no se puede hablar con vosotras. El caso es que si Krauss quiere una muñeca que le obedezca sin quejas, no tendría a nadie que elaborara los planes por él. Es evidente que Krauss se siente culpable por no haber confiado hasta ahora en Natsuhi, pero esperar que ella no se sienta decepcionada o atacada tras esto es tener mucho morro. Por otro lado, nunca dejará de sorprenderme la poca comunicación que existe entre ambos. Krauss intenta actuar como un caballero, proteger a su tontica esposa librándola de problemas y sufrimiento, sin tener en cuenta sus sentimientos. Natsuhi se retira, se intenta apartar de la narración, por despecho y decepción… Y así va todo.

 

Natsuhi sufre al no poder llevar el símbolo de los Ushiromiya y, aun así, insiste en que este problema es cosa de familia y debería tener derecho a estar ahí. Porque, no sé, es la que está ocultando a Kinzo y todo eso. Pero Krauss, que no es muy sutil ni espabilado, no se da cuenta (o no quiere) del daño que le hace con estas palabras. Puede que no se dé cuenta de que está confirmando que piensa igual que Eva, al menos de forma superficial, por mucho que quiera a Natsuhi.

Curiosamente, Natsuhi habla de cómo su subconsciente la ha llevado a tener una mala relación con Jessica. Cuando una lo piensa, es normal que arrojar a un bebé y una sirvienta por un acantilado te deje cargo de conciencia. Sin duda, la necesidad de enterrar y superar a Lion ha influenciado en cómo se comporta con Jessica. Sorprendentemente, reconoce que ha sido excesivamente dura en su disciplina.

Sin embargo, cuando hablamos de subconsciente… ¿A qué nos estamos refiriendo? ¿A que Natsuhi considera que su hija nunca estará a la altura de Lion y por eso se frustra? ¿A que Natsuhi no puede evitar volcar su rabia, dolor y exigencias en Jessica, tratándola como un útero andante, igual que le hacen a ella? En cualquier caso, todavía piensa que tiene que convertirla en una Cabeza de familia digna. Piensa que su hija no es digna. No que esté verde, que le falte camino por recorrer ni nada similar. Simplemente, Jessica no alcanza sus expectativas. Es más, apunta que será su marido el que se convierta en Cabeza de familia y no ella. Agh, los escalofríos.

En serio, es repugnante. Como Eva con George, carga sobre su hija la vida que ella hubiera querido tener, para conseguir la satisfacción de triunfar a través de ella. Es evidente que hay amor en las palabras de Natsuhi, pero es un amor egoísta y poco interesado. Para Natsuhi el futuro de Jessica solo es el que ella ha programado. Si  supiera lo mucho que Jessica quiere escapar (si se diera cuenta de que es algo más de una fase rebelde) me pregunto si se tendría que replantear un poco el tipo de madre que es.

Al menos la narrativa —aunque odio que lo tenga que decir— reconoce que puede que Natsuhi se esté proyectando un poco demasiado en Jessica.

Por cierto, si alguien duda que a Lion los demás lo identifiquen como un hombre, la prueba es evidente. Jessica será la esposa del líder; Lion, en cambio, será el siguiente patriarca. Si Lion hubiera sido mujer o tenido al menos genitales más cercanos a los de una mujer cis, ¿qué habrían hecho, casarlo con una mujer, hacer que siempre fingiera y adoptar en secreto un descendiente? Absurdo.

Encuentro fascinante el contraste que hay entre Rosa y Natsuhi, ambas con malas relaciones con sus hijas. Por supuesto, al lado de Rosa cualquiera es buena madre, pero Natsuhi nunca trata de acercarse a Jessica. Siempre es esta la que da el primer paso. Y hasta cuando Jessica busca su amor y aprobación, Natsuhi no deja de pensar en sus modales. Unos que resultan muy agresivos porque Jessica está inquieta y asustada. Por cierto, me sorprende que nunca haya sido consciente del evidente miedo que tiene Jessica a lo mágico. Si hasta piensa que es un fantasma cuando se la encuentra por el pasillo. Nunca ha olvidado la broma de Sayo.

La narración dice que Jessica odia a su madre, lo cual no es cierto. De nuevo, Sayo está jugando con la realidad y saltando de una persona omnisciente a otra que no lo es y me quiero morir de rabia. Pero el caso es que por una vez las acciones muestran algo que la narrativa no.

Pero mirad cómo Jessica, a pesar de lo borde que es Natsuhi con ella, trata de ayudarla, de comprenderla, de traerle medicina. Desde luego Natsuhi está intentando no cargar contra Jessica, pero utiliza las mismas tácticas que Krauss y da un mensaje muy claro porque Jessica no puede leer su mente ni entender sus intenciones. Qué desastre de gente, de verdad.

Entonces Natsuhi trata de ser un poquitito amable y Jessica le ofrece el amuleto. Es bonito porque, aunque ella no le concede valor como protección, sí se la da como ofrenda para acercarse a su madre. Natsuhi es capaz de entender este detalle y aprovecha la ocasión para intentar darle algo a cambio (y de mucho más valor sentimental) a su hija. Bueno, es un intento.

Y saltamos a los primos.

Estos deciden marcharse a la casa de invitados. Rosa vuelve a repetir su comportamiento arrepentido y va buscando a Maria, a la que dejó sola llorando frente al retrato, y pide que se la lleven consigo. ¿No es bonito cómo todos sonríen y han olvidado su anterior paliza? Pero me gusta cómo pide perdón mientras se alejan… Las últimas palabras que escucharemos son de ella disculpándose antes de que aparezca muerta. A Sayo le encanta la tragedia y la ironía.

Tanto que introduce en este capítulo, excesivamente largo, la declaración de George. Resulta cuanto menos extraño que decida declararse ahora, en una noche tormentosa y todo eso… Pero tampoco es que se vean tanto el uno al otro. Y, además, hemos de suponer que George intenta ganarse a Shannon antes de que pueda volver a «caer» en manos de Battler.

Y Battler ni un pelín de celos, que me muero de risa. Si una vez tuvo un crush con Shannon, es evidente que ya no.

La narración describe a George como un niño que se pavonea delante de Shannon y, la verdad, no anda muy desencaminada (aunque no noto ninguna variación en la voz del seiyuu). Personalmente, lo que me hace gracia es que te digan que es ahora cuando actúa como un crío y no en general.

Y hablando de niños, todo el discurso sobre los generales y la guerra surge porque Ryukishi07 es un friki que no sabe que el infodumping es malo.Todo se camufla bajo la excusa de que George comienza hablando de su padre y lo mucho que lo admira. Ya hemos dicho varias veces que su familia es de las pocas casi sanas por completo que hay en Umineko, y encuentro adorable que George pueda estar tan orgulloso de Hideyoshi y aspire a ser como él.

George, en cualquier caso, está dispuesto a usar la batuta para dirigir la vida de Shannon, aleccionarla como si fuera una niña pequeña. ¡No puede seguir siendo sirvienta! ¡Es mejor ser ama de casa mientras cuida de sus hijitos! George une la idea de la familia a ser adulto, lo cual encuentro fascinante porque es algo muy, muy, muy tradicional y rancio… Pero a la vez, comprensible. George está obsesionado con librarse del control de su madre, con demostrar al mundo que es un hombre que triunfa. Con una empresa, con una esposa sumisa y bonita, muchos hijos… Vamos, que no hay nada que se le escape. ¡Ni siquiera bromear con su futura esposa sobre que los muebles no deben desobedecer órdenes!

Me gusta que su personalidad verdadera, tímida y poco sociable, aflore cuando va a pedirle matrimonio. Es una faceta interesante del personaje. George usa máscaras, igual que Shannon, por lo que debe recurrir a órdenes sin percibir el ambiente que ha creado. Órdenes, George. No es muy romántico, ni gracioso, ni sano, ni nada. Pero deja claro que quiere que sea Sayo quien lo elija frente a cualquier otro.

Lástima que no sepa a quién está hablando. Porque George, como muchos hombres, piensa en que el mundo gira a su alrededor. Que Shannon lo elegirá porque no conoce a otro hombre igual, aislada como está en Rokkkenjima, y que de todas formas él es el mejor postor posible. Explorar otras opciones, intentar conocer a su novia (como, por ejemplo, saber que no tiene hermanos) es arriesgado, porque rompería la ilusión del joven hombre de negocios, triunfador y perfecto, que George intenta construir para sí mismo. Así que manipula, creo que sin darse cuenta en muchas ocasiones, la situación para convencerse de que está haciéndolo lo mejor posible. Por eso está convencido de que lo que él diga sobre el futuro de Shannon es lo mejor. No le importa lo que ella piense, porque es una niña (no quiero pensar en que empezó a ir tras ella cuando pensaba que ni era adolescente) y no sabe cosas. En fin. De todas formas, prefiero dejar a George para el segundo Episodio, que ahí le daremos caña. Pero si os quedáis con ganas, creo que este post resume de maravilla todo sobre George en esta escena.

Pero a lo que voy es a que Shannon nunca le lleva la contraria de forma abierta, así que ¿por qué iba George a pensar otra cosa que ella está de acuerdo con él?

 

Pistas de las que no nos damos cuenta


Ea, en la cara. Claro que esto es «trampa» y deberíamos incluso plantearnos la idea de que haya menos de 18 personas, cosa difícil debido a cómo Kanon y Shannon funcionan con diseños y voces diferentes. A su vez, sin embargo, se nos está permitiendo alimentar la idea de que una persona puede interpretar a otra… Pero con sutilidad. Nos seduce demasiado la idea de Beatrice, que se ha construido desde hace horas, como para descartarla de inmediato.

Todo estaba aquííí. Pero luego Kyrie dice, como respuesta a que Battler sugiera que alguien se puso el vestido de Beatrice (que en realidad no es necesario para que Maria vea a la bruja, pero nos engañan para que tengamos que añadir un pesado traje que debe dificultar el movimiento en nuestra imaginación), que «todas las mujeres somos sospechosas». Y así nos aleja de la certeza de que fue Kanon quien se acercó a Maria.

No tengo palabras para describir lo dolorosamente anticlimático que es todo el tema de Battler como bebé intercambiado. Aquí las debilidades de Ryukishi07 como escritor y planificador brillan, porque me niego a creer que sea intencional. Las relaciones de Battler con su familia nunca se construyen con firmeza, de modo que la revelación da bastante igual porque no sentimos conexión —como podría pasarnos con toda la historia de Natsuhi, su deseo de tener hijos, su honor y fidelidad a Kinzo y cómo arrojó a Lion por el acantilado. La sucesión de hechos y la profundización de su personalidad son brillantes—. Battler apenas tiene algo más allá de su personalidad, el trabajo que Ryukishi realiza con él es casi de broma y es como si se olvidaran de la idea… Que solo sirve para explicar la historia de Sayo. Sinceramente, me indigna. Sayo es maravillosa, la historia va de ella, pero Battler se merece un arco que explique bien la historia de su familia —no, Ange, no vale con que digas «todo el mundo sabía que no era hijo de Asumu», ugh—.

En fin, el caso es que el anticlímax llega al punto dantesco de que esto debería servir para adelantarnos que Kyrie es una psicópata. ¿Hasta qué punto es Rudolf consciente de ello? Mucho, parece, pero tampoco sabemos lo que siente al vivir en constante peligro con su esposa, así que al garete todo. No solo eso, sino que ¿cómo sabía esto Sayo?

De una forma u otra, merecía un importante desarrollo, en especial porque tiene relación con la maternidad de Kyrie, su trauma del pasado y cómo ve a los hijos como algo que debe atar a Rudolf.

Así que decepción tras decepción.

Anda, Ryukishi07 diciéndonos, en vez de mostrándonos, que esto es un romance. Anda, Ryukishi07 metiéndonos mierda sobre los sexos. Podría excusarlo como caracterización de Kyrie, pero es todo tan bullshit que me da pereza.

A la cara, oiga. Lo único es que nos distrae con la idea de que ha sido Shannon y que el vestido hace a la bruja.

Mirad cómo se organiza todo para que los que van a morir (hola, Gohda) se acumulen en un mismo sitio. Te dicen que es Krauss, pero claramente Sayo como narradora lo organiza todo. Total, Krauss va a estar muerto y no es una mejor posición para denunciar que él no cambió ningún horario o que Sayo le prometió el oro a cambio de que le dejara manipular la situación de los sirvientes…

 

Función del capítulo


Por fin este es el capítulo que precede a la tormenta, de modo que se asegura de dejar cabos sueltos que tendrán que solucionarse en otras novelas cuando los personajes en concreto sigan vivos, y también establece la carga dramática para las muertes. Rudolf no confesaría que va a ser asesinado en el antepenúltimo capítulo antes de los asesinatos porque entonces habría tiempo para preguntarle qué pasa. George no se declararía a Shannon con tiempo porque la gracia es que lloremos y nos dejemos abrumar por la desgracia de una pareja feliz que nunca pudo ser y no pensemos que Shannon en realidad es la asesina y anda vivita y coleando por ahí.

Por otro lado, cosa que nunca se profundiza ya que los personajes van a reaccionar con un prolongado shock emocional (que no les impedirá investigar ni nada) a la muerte de sus seres queridos, se construye el tema de los adultos como gente despreciable, pero… ¿Acaso merecen la muerte? Jessica fortalece su débil vínculo con su madre, que sobrevive, pero Battler sigue tan apartado como siempre de su familia, Maria no intercambia una sola palabra con Rosa y Jessica tampoco con su padre. Cuando muere un ser querido nos pasamos la vida lamentando la última pelea, la última impresión, el último insulto. ¿Por qué tuve que pelearme con él/ella? ¿Por qué tuve que ser tan desagradable? Ojalá hubiera dado más abrazos. Ojalá hubiera sido más amable. Ojalá…

Esta es la idea básica que tendría que desarrollarse en los siguientes episodios tal y como se ha planteado la escena. No confiéis en ello. No encontraremos arrepentimientos fuertes en Battler o en Jessica. Si eso en George, al que se le prestará especial atención por haber perdido a su novia, como si los padres (o quedarse huérfano y al cargo de una hermana pequeña a la que no se dedicará un pensamiento) no importaran.

Aparte, la intervención de Jessica al dar el amuleto a Natsuhi es imprescindible para que entendamos ciertas reglas sobre esta supuesta bruja. Kyrie nos invita a pensar sobre quién es Beatrice puesto que nadie más parece dispuesto a hacerlo y, por supuesto, Krauss refuerza la presencia y motivos de la bruja al mostrarnos que el oro existe.

Manga


El manga trabaja mejor la decepción de Jessica y Battler con su padre. En el primer caso, porque dura poco. Aunque nos tienen que mete por la boca eso de que Jessica, a pesar de su coportamiento rudo, es una chiiiica duuuuuulce y puuuura ¿y he resaltado que es el comportamiento femenino esperable? El caso de Battler me gusta más porque, en vez de lloriquear con una voz interna, lo vemos todo desde fuera y sin explicaciones. Mira con muda decepción hacia la puerta de la que salen los gritos y se marcha con los labios apretados. ¡Eso es poderoso! Ni dramático, ni exagerado ni lloriqueante. Es perfecto para que notemos y comprendamos su decepción, sin que alcance extremos pueriles.

Natsuhi, en cambio, pierde muchísimo. Se la muestra gritando (¿esta mujer no tenía dolor de cabeza?) detrás de Krauss en vez de estar cansada pero digna, como se la representa en la VN. Porque tiene que gritarse todo para que acto seguido, zas, ¡noooo, resulta que el oro existe! Es una sucesión muy torpe de los hechos, e innecesaria porque antes ya nos quedó claro que Krauss dijo que el oro es una leyenda. Y Natsuhi es… Es tan gritona, es tan distinta del personaje de la novela, que comprendes y respetas precisamente porque en general intenta ser calmada, dura y distante, pero luego la sobrevienen las emociones y se viene abajo entre lágrimas. Aquí no hay decepción y traición. Hay chillidos. Y Krauss se marcha dramáticamente entre las sombras sin intentar expresarse.

Tan diferente es de la Natsuhi original que habla bien a Jessica. El enorme abismo que hay entre ellas no parece existir, ni tampoco la dificultad de Natsuhi para expresarse.

Y las tetas, Natsumi Kei DEJA DE RESALTAR LAS TETAS, POR FAVOR TE LO PIDO.  Y ni siquiera hemos llegado a Shannon *llora*.

No hay mucho que comentar sobre el discurso de Kyrie. Al ir acompañado de imágenes resulta mucho más tragable que lo que encontramos en la VN. Y… me hace preguntarme, más fuerte que nunca, por qué a nadie le aterroriza pensar en un extraño dándole una carta a Maria. Pero ¿qué le pasa a esta gente? Al menos Battler parece incómodo, pero no va más allá. Muestra más emoción saltando a defender a Maria de la acusación de estar compinchada con nadie, lo cual es adorable. Y luego llega Rudolf y bromas sobre pechos, porque no tenemos suficientes en general. Kyrie es, definitivamente, un personaje diferente. No se nota su agresivo pasividad en general, ni tampoco es tan protectora/controladora sobre Rudolf. Al menos en la VN puedes releer y decir: oh, si es que si te fijas podemos ver que no era la bueeeena persona que creíamos. Pero aquí ni siquiera hace bromas a costa de Rudolf.

Aquí se acaba el capítulo y encontramos un comentario de Ryukishi07 que me saca de quicio:

In Umineko, events will unfold similarly to those of a mystery novel. But the issue in question is not quite the same as the traditional «find the culprit» narrative. In this case, the question is, «does the witch exist or not»?

Si te miente en la cara, ¿cómo se atreve a quejarse después de que sus lectores no sepan encontrar la respuesta que él quiere?

Ajajaja la portada del siguiente capítulo todo a color tiene las tetas de Shannon, pezones incluidos, frente a todo lo demás y la siguiente es tan fanservice que no solo incluye a Jessica en bikini, sino un primer plano del culo de Maria. Odio este manga. 

En fin, sigamos. El siguiente capítulo nos muestra detallitos de Battler, cosa que nunca hace la versión original, y lo vemos de chiquitín mirando con odio a su padre y hay una escena de cómo abandonó (en uniforme, so cute) a su padre por cómo traicionó a Asumu. ¿A qué viene todo esto? Exposición porque Rudolf apenas se ha desarrollado y, claro, no sabemos cómo es con Battler. Kyrie se muestra mucho más comprensiva con él y menos irritada que en la VN, tanto que la relación casi parece ideal por las expresiones de la señora.

Bueno, pues los niños se van, tetas de Shannon en puto primer plano otra vez, qué asco joder, y por el camino se detienen a hablar sobre el pasado de Shannon. Supongo que es más comprensible aquí, con Battler no sabiendo nada… Wait. ¿Por qué no sabe que Shannon se crió en en un orfanato…? ¿Uh…? Ah, bueno, salen Kanon y Shannon de nenes dándose la manita así que todo da igual, son demasiado monos para el cuerpo. No, espera, ¡sí que me fijo en la historia! Battler saca a colación que Shannon debe tener un nombre y ella lo niega porque los muebles no tienen nombre. ¿En serio no podéis preocuparos un poquito por este comportamiento?

Tengo la sensación de que la mangaka no sabe que estos dos son la misma persona, ni nada del contexto tras Umineko. En cualquier caso, me gusta esta escena porque puede interpretarse bien para la lucha interna que sostiene Sayo. Una parte fría, resignada, y la otra dolida porque, bueno, van a empezar una matanza interesante.

La escena con los sirvientes es casi literal, por una vez, así que no hay mucho que comentar. Solo que el enfoque vuelve a ser Shannon y no se nos muestra a Kanon triste, ni a Genji comentándole que es un crío y debería divertirse. Luego me dirán que la autora no favorece a Shannon. ¿Cómo puede hacer esto, cuando evidentemente Kanon es la fuerza dominante, que siempre se impone a Shannon de una forma u otra en este Episodio, y es mucho más importante para acercanos a sus verdaderos sentimientos? Por favor, si hasta le hace una reverencia antes de marcharse a obedecer sus órdenes. Pero aquí no. Porque boobs y moesidad.

Eso sí, me gusta que haya continuidad y que George aproveche para salir con Shannon porque se la ve yendo a avisar de que no puede jugar a las cartas.

El manga se salta todo el discurso de George, gracias, y enfoca a Shannon con super labios, super sonrojo y, en definitiva, una interpretación horrible porque Sayo no reacciona así a saber que va a tener que suicidarse. Oh, Dios, no puedo con moe-Shannon, no puedo. La escena pierde muchísimo porque no tenemos discurso interior de Shannon y es todo asqueroso y parece que vaya a llorar, o a tener un orgasmo, supongo que depende del contexto… Y bueno, solo comentar que como George es diferente y las expresiones ayudan mucho, aquí el tema de las órdenes es menos agresivo.

Y entonces Shannon abraza el anillo y parece sumamente feliz.

¿He dicho ya que odio el manga?

 

Detalles a mencionar


¡Diecinueve! Como la edad de Sayo.

Ahí, anticipando la existencia de Erika.

Esto habría sido un punto tan bueno para desarrollar a Asumu, para que el desplome emocional de Battler en Alliance tuviera sentido, para que las palabras de Ange fueran proféticas… Porque lo que importa no es que Kyrie sea su madre. Es que Asumu lo fue de verdad. Pero nada.

Sayo, si quieres cambiar de opinión antes de mandarme a matar gente porque te pones en modo Beatrice, estoy más que predispuesto a no perpetrar un asesinato en masa. Solo lo dejo caer, eh.

Conclusión: George no va a parar hasta que nos casemos y no tengo futuro, así que mejor suicidarme. Y os llevo a todos por delante.

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