Analizando Umineko: Legend of the Golden Witch. Capítulo 6. Madres abusivas

Recordad no saltaros ningún capítulo, ¡por aquí tenéis el resto de links a los análisis de Umineko!

Resumen básico del capítulo


Los primos se reúnen en la playa e intentan resolver el epitafio. Se habla de brujas, de oro y se va acercando lentamente el tifón. Disfrutad, porque son las últimas horas de diversión para los pobres condenados… Y entonces llega Rosa, que tiene un cartel en la frente donde pone en mayúsculas maltratadora.

 

Metacomentario


Sayo no va a dejar que olvidemos el epitafio que le cambió la vida, así que usa a Battler como catalizador para presentarnos los detalles y jugar con nuestras impresiones No me centraré en el epitafio porque, por una parte, no tenemos un mapa de la isla y, por otra, está en japonés y habla de una geografía que al final no es importante porque si no te vas a Taiwán no te das cuenta de cómo funcionan las cosas. Aquí tenéis un par de links de gente que logró resolver el epitafio en inglés (¡gracias a Marina por compartirlos!) antes del quinto Episodio, pero no soy tan devota ni estoy tan interesada en este concreto misterio que de todas formas no se puede resolver como tal en este episodio sin saber lo de Taiwán, así que siento decepcionaros si esperabais un desglose.

Me interesa mucho más cómo Sayo tomó las instrucciones de forma tan literal para incorporarlas a la leyenda de la bruja. Me encantaría saber si de niña vio una película gore y así se obsesionó con tripas y mutilaciones… En cualquier caso, no cuesta imaginarla comentando estos detalles con Maria, que no tiene remilgos en identificar los sacrificios como víctimas para revivir a Beatrice.

La narración nos cuenta que Jessica había intentado resolver el epitafio muchas veces, sin éxito. Puedo imaginarme una sonrisilla sardónica en los labios de Sayo, que siempre ha sido acusada de tonta o lenta —a pesar de que trabajaba y estudiaba a la vez y a ver cuántos niños y adolescentes pueden permitirse algo así— cuando su señorita no ha sido capaz de resolver el mismo problema que ella. Qué satisfactorio debe resultar para ella poder soltar críticas indirectas a medida que escribe sin tener que forzar a sus personas a romper su caracterización para volverse contra Jessica, la verdad.

Por cierto, cuando Shannon interviene para ofrecer comida a Battler no puedo dejar de pensar en que está intentando llamarle la atención y es muy adorable… O que lo sería si no estuviera pensando en matarle junto a todos los primos para el final de esos días, yay, viva el romance.

Centrémonos en cómo Sayo nos deja claro que Shannon disfruta charlando con gente de su edad. Siempre aislada con Jessica, sin otros amigos ya que no va al instituto… Debe ser un verdadero cambio, desde luego. ¡Por no hablar de la presencia de Battler! No me cabe duda de que Ryukishi07 hace que Sayo ignore completa y absolutamente, sin duda sin ser consciente de ello, la existencia de Kanon para ver si nos damos cuenta de este detalle. Por otro lado, la gente suele atacar a Battler porque no recuerda que leía libros con ella cuando eran críos. De nuevo, esta narración es de Sayo, así que…

La verdad es que, para este capítulo, podría limitarme a poner imágenes de Shannon dando «pistas» con esa sonrisita aparentemente inocua y sería suficiente para el metacomentario porque… Por favor. Por favor. La maldad. La presuntuosidad. El cachondeo intenso que debe estar experimentando Sayo es demasiado grande. No es difícil imaginarla, tras muchas conversaciones con Jessica o George, sonriendo mientras escribe estas líneas, dejando caer algún que otro detalle mediante su personaje mientras nos lleva a un camino sin salida.

Por otro lado, Sayo se vuelve a quitar el velo al usurpar la narración de Battler y explicarnos de forma exacta lo que Maria siente cuando habla de brujas. Quiero decir, hasta especifica que son un consuelo para su vida cotidiana a medida que se hace mayor. ¡Claro que Battler sabría algo así, claro que sí! La verdad es que diría que Maria se aferra desesperadamente al mundo mágico, pero ya sabemos que a Sayo le gusta presentar las cosas de una manera y darles la vuelta después.

Y luego, cuando hace que Shannon cuente cosas sobre Beatrice a Maria, casi seguro está reescribiendo escenas que han sucedido en la vida real. Shannon no deja de respetar a Beatrice, así que Sayo la usa (como no podría emplear a Kanon, que es tan torpe en reuniones sociales) para suavizar el dolor de su amiguita. De paso, aprovecha para dejarnos caer que Beatrice es de la época de la construcción de la mansión. Supongo que Kinzo puso en marcha ciertas leyendas entre los criados para que no se acercaran a Kuwadorian… Pero en cada novela la idea parece cambiar un poco, así que asumo que es un constante retcon de Ryukishi disimulado con la escritura de Sayo, que mezclaría ideas.

El tema de las mariposas como representantes de Beatrice se presenta como una idea muy concreta de Sayo para establecer las escenas de magia. Y lo demuestra al incluir a Kanon en la ecuación. Por una parte esto nos muestra que Sayo ha creado un sistema del que sus personas no pueden escapar, incluso si lo desean —Kanon niega a la bruja, pero no tiene otro remedio que reconocer su existencia—. Por otra, ya que Kanon ha recibido el broche de Beatrice, supongo que hace referencia a este detalle.

En cualquier caso, Sayo disfruta mucho poniendo en marcha los cuentos sobre Beatrice.

Entonces, una vez Battler señala que Beatrice da miedo, sin duda correspondiendo a lo que se espera de una historia de fantasmas, Shannon rápidamente puntualiza que no pasa si se respeta a Beatrice. A ver si pilla la indirecta. La chica también menciona que, antes de que empezara a trabajar, un sirviente se hizo daño en la espalda tras hablar mal de Beatrice. Creo que nunca se entra en mucho detalle en las novelas sobre este incidente, pero habría que comprobarlo.

Y aquí Sayo introduce como escritora un punto de inflexión interesante porque podría pasarle en la vida real cuando quiera llevar a cabo su plan. Maria y ella tienen unas normas sobre cómo funciona la magia. ¿Qué pasaría si Maria entrega amuletos a Battler y a Jessica o a cualquier otra persona? Pues que tendría que jugar de acuerdo a las reglas y quedarían protegidos como posibles víctimas.

Además, se le vuelve a ir un poco la máscara, esta vez directamente a través del personaje de Shannon, al decir que ha escuchado a otros criados decir que los escorpiones tienen propiedades de protección. Seguro que los criados hablan a menudo de eso, sí. Podría disimularse diciendo que Shannon solo le dora la píldora a Maria, pero lo dudo mucho. Por otro lado, se establece la idea de que los sentimientos importan aunque el objeto sea una aburrida cosa capitalista, y así Sakutaro se volverá especial para Maria.

Sobre Battler y su tendencia a burlarse de cosas… De nuevo quiero creer que es Sayo decidiendo que tiene que ser su enemigo y negar su existencia, porque en general el chico se presenta como alguien amable, sin dobleces y más que predispuesto a pasar un buen rato. Su fijación con rechazar todo lo que presenta Maria como magia siempre me ha parecido fuera de lugar, demasiado enfocado a su rol como Detective.

Pero bueno, Sayo nos deja entender el sistema mágico: la forma no importa, sino los sentimientos. Que hay que ver con amor, en definitiva. Se ve que Ryukishi07 no encontró la frase hasta bastante tiempo después, pero la idea ya flota por este primer episodio.

Al final Sayo hace que Shannon se retire rápido, a pesar de que seguro que quería pasar más tiempo con ellos. Pero, después de todo, tiene una rosa que cortar.

La escena que sigue con Kinzo, sinceramente, ya empieza a sentirse cansina y repetitiva. Es puro meta incluido por Sayo para generar tensión, y funciona porque es rápida. En el momento que comienza la lluvia, Sayo usa al fantasma de Kinzo, que siempre ha sido fantasía, para declarar el inicio de su juego. Algo apropiado porque esta escena casi sin duda es totalmente inventada y no corresponde a ningún momento ni conversación que se hayan dado en la realidad, pues se limita a representar la metáfora de que Kinzo ya carece de poder.

Personajes destacados


Me gusta que Battler sea capaz de apreciar el esfuerzo más bien obsesión de Maria por apuntar diligentemente el epitafio. ¡Hey, que con él se supone que revivirá su amiga! Por otro lado, su emoción con los misterios, que identifica con aventuras, se muestran como la clave para motivar al personaje.

Una que… Vaya, que no funciona muy bien a lo largo de Umineko. Nunca me terminaré de enterar de por qué Ryukishi07 creó a un personaje que nunca se interesa de verdad por Beatrice ni quién está detrás de ella. A ver, esto se debe en parte a que Sayo hace un trabajo desastroso para presentar las reglas y los objetivos de su mundo a Battler. Sinceramente, no puedes esperar que alguien quiera jugar contigo a las adivinanzas después de asesinar una y otra vez a su familia en la puñetera cara, Sayo. Pero diría que su gran error es que nunca logró presentarle el mundo de las Piezas como un libro, que se supone que eso es. O un Cluedo. Me entendéis. Tanto echarle la culpa a Battler cuando es ella quien lo hace sufrir y quien quería matarlo me parece excesivo. Pero me adelanto.

Battler disfruta de las pequeñas cosas, de las adivinanzas en grupo, de algo que compartir con los amigos. Eso es más importante que la promesa del oro. No es la muerte, lo visceral y cruel lo que le atrae —me gustaría ver esto como un ejemplo de que Sayo jamás conoció a Battler hasta que fue demasiado tarde, pero no confío tanto en Ryukishi07 viendo el poco cariño que concede al chico—, ni tampoco lo intelectual. Beatrice siempre intentará que Battler juegue a su juego, que quiere compartir como un personaje tsundere, sin decirle lo que de verdad espera de él. Y así nos va. Sobre Battler se imponen expectativas injustas, porque a Battler se le daría bien estar en un videojuego, no resolver misterios y asesinatos. Tiene demasiada empatía para eso. Su mente es ágil, tendente a la fantasía y a la diversión. Así se le puede ocurrir reventar una puerta antes que buscar una llave (o usar bombitas en comida, jaja) cuando el resto se guían por las normas. Y con este personaje, sin reglas claras, Sayo, es imposible que lo seduzcas para jugar a tu historia de venganza. Incluso entonces necesitará una enemiga, no una rival (eso será solo cuando el «Síndrome de Estocolmo» haya hecho su efecto), para motivarse a derrotarla. Porque la rivalidad no lo es todo, eh, bien que Jessica ha retado a Battler y este olvida con rapidez que iba a resolver el epitafio.

Dejando de lado a Battler… Maria dice que suele olvidar las cosas, por lo cual las escribe. Esto se une de forma muy tierna con la tendencia a crear historias junto a Sayo/Beatrice y elaborar un mundo propio. Con todo… Creo que, como le pasa a mucha gente, su faceta olvidadiza es muy parcial. Al fin y al cabo, es capaz de memorizar cartas o salmos de la Biblia, entre otras cosas. No creo que Maria sea olvidadiza, sino que le cuesta entender las cosas tal y como se presentan en el colegio o en la vida cotidiana. Además, tiene mayor facilidad con el inglés como se dijo en este comentario antes que con el japonés (o, más bien, con los kanji y tiende a favorecer el katakana). Mucho me temo que la recomendación de Rosa se enfoca, pues, más a lo que dirán de su hija que a darle un consejo amable.

La verdad es que la pobre me da bastante pena durante este trecho. A pesar de que lee bien una frase y busca aprobación que se le debería dar después a una criatura por haber leído bien, no se le hace caso. Aunque se queja de que no se entera de nada, nadie le presta atención (ni siquiera Shannon). Pobre cosita.

Y bueno, qué decir de su bolsita de Doraemon. Maravillosa imagen. Espero que Rosa no suela mirar dentro o le daría un infarto. Seguro que Sayo lo ha hecho alguna que otra vez por pura curiosidad. En cualquier caso la niña se siente tan, tan feliz de hacer algo bueno por los demás que dan ganas de llorar.

El Rey Escorpión no existía por su época, pero seguro que a Maria le daba un chungo viendo esta película.

Y llega el momento de la horrible escena con la rosa. Maria se empeña en que sabe dónde está la flor y puedo comprender su frustración al no ser capaz de expresarse y estar convencida de que tiene razón pero los mayores no le hacen caso. A ello tiene que sumarse la constante de que la gente nunca la cree, así que para ella es una obsesión demostrar que tiene razón… A menos que se trate de un signo, como apuntó Marina en los comentarios anteriores, de un posible autismo.

Sayo tiene muy mala baba para hacerle esto a Maria, desde luego.

Cuando Rosa entra a escena tenemos el primer momento en que la narración de Battler, toda optimista y feliz, de verdad se viene abajo. Rosa ya viene con los nervios destrozados por el bonito revés que les ha dado Krauss en el comedor, de modo que su predisposición a cargar contra su hija, que se pone «difícil» delante de sus primos, es grande. No tanto porque Rosa no se preocupe por ella, sino porque la angustia la imagen que da como madre. Lástima que no se dé cuenta de que golpear y chillar no es precismante buena publicidad. Creo que una de las cosas más tristes es que Maria está tan acostumbrada a que su madre la golpee que ni siquiera se encoge o se asusta por el rechazo, sino que sigue llorando a pleno pulmón por la rosa con la que se identifica y a la que quería cuidar.

Vaya, Rosa, ¿no eras de las que no quería poner en ridículo a Maria? En cualquier caso, sabiendo el pasado del uu-uuh, estas escenas se vuelven aún más lamentables.

En definitiva, Rosa usa a Maria para descargarse. En los ochenta y en una cultura como Japón creo que puede llegar a entenderse una bofetada. Pero ella destroza a Maria porque no sabe cómo controlarla y porque ve los errores de su crianza en cómo se comporta su hija, sin ser capaz de sentir más que autocompasión por si misma.

Al menos Battler se interpone. Ciertamente no se queda a proteger a Maria, ni tampoco se indigna como debería, pero trata de calmar a Rosa señalando algo tan básico que da igual que sea su niña: está siendo violenta. Cabe apreciar que la narración insiste en que Battler no debería meterse porque no es su problema, lo cual no deja de ser una crítica a la sociedad japonesa. En Higurashi se habló largo y tendido del maltrato, en particular con Satoko, y cómo se abandona a muchísimos niños al dolor y la soledad. Hay que intervenir. Hay que avergonzar a Rosa de su maldito comportamiento porque como la gente mira a otro lado, simplemente es más fácil golpear hasta que se arrepiente de sus actos.

Lo terrible es que Rosa ha sido una niña maltratada, pero no es capaz de ver que está culpabilizando a su hija por lo que le hacen los otros chiquillos, en vez de ponerse de su lado y tratar de ayudarla y quererla como es. Hay que reconocer que la situación de Rosa no es fácil. Es una mujer que no debería ser madre, que está sola, que tampoco parece que tenga amigos y además vive en una sociedad hipercompetitiva que desprecia a las personas que son diferentes. La existencia de Maria le parece un error, le hace sentir aún más fracasada y le recuerda que ni siquiera puede triunfar en algo tan propio del rol de las mujeres, de acuerdo a los patriarcales esquemas de los Ushiromiya, como ser madre.

Lidiar con Maria acabaría con la paciencia de cualquier persona —Sayo está con ella solo unos pocos días al año, después de todo—, pero eso no es excusa. Maria es una buena niña que necesita ayuda, amor; Rosa, una abusadora que repite lo que se le hizo a ella de pequeña. Rosa supo verse a sí misma todavía como una cría, porque lo es. Una cría capaz de dejar a su hija llorando bajo una creciente tormenta.

Es con escenas así que uno se da cuenta de que Umineko tiene verdaderos mensajes que mandar, más allá de contar una historia sobre brujas y detectives.

Quién podrá haber arrancado una rosa marcada y diferenciada de las demás, NO PUEDO IMAGINARLO…

Hablando de otros personajes…

Jessica de verdad es maliciosa con Battler. Lo veo como una forma de expresarse un poco irritante —pero no inesperada. ¿En esta familia hay alguien aparte de Hideyoshi, Battler, Maria y Ange que no se meta con nadie de forma habitual?—, pero tampoco es exagerado. Creo que todos nos hemos divertido proponiendo acertijos o pruebas que sabemos que la otra persona no va a resolver y Jessica y George no son la excepción, aunque George se moleste en disimularlo.

Creo que a estas alturas se ve que la tendencia de Jessica a recular cada vez que molestan a Maria es fruto del rechazo. No hace esfuerzos grandes por calmarla o demostrarle que confía en ella, pero al menos trata de no enfadarla. Hasta incita a Shannon a contar el cuento de terror —que afirma no le suena, seguramente porque rehúye a los criados para evitarlo—; uno que, por cierto, George conoce gracias a Eva. Viendo lo mucho que le gusta fastidiar a la gente, seguro que en su día le encantó aterrorizar a su hijo interpretando a una bruja. Pero, volviendo a Jessica, y sabiendo que no le gusta Maria, no puedo evitar comprender de dónde vienen sus sentimientos. Apenas la ve y, cuando lo hace, Maria es una bomba de relojería. Incluso si sabe cómo la maltratan, como mucho Jessica podría llamar a servicios sociales… Y dudo que sirviera de mucho. Podría plantarse ante Rosa, pero al carecer de una perspectiva general, estoy segura de que piensa que la niña se merece al menos las bofetadas y gritos iniciales, porque Maria puede volverse muy desagradable e incomprensible para alguien más o menos externo. Pero es una pena que sea tan fría con la niña…

Respecto a George, se comporta bastante bien apoyando a Maria e incitando a Shannon a seguir hablando. Puede que quiera demostrar sus conocimientos del tema (como se ve con los detalles sobre Odawara. No dejo de preguntarme si Eva y Hideyoshi visitaron el lugar con la intención de encontrar el oro. Sé que Eva fue a Taiwán, pero tengo la cronología muy difusa) o porque sí que ha escuchado a menudo a Shannon, por mucho que no tome en serio sus historias. George es controlador e infantil, pero tiene detalles que a veces hace que se comprenda por qué Sayo se sintió atraída por él. Al fin y al cabo, es él quien sugiere la idea de los amuletos, lo cual implica que Sayo sabe que George comprende los sistemas que le ha explicado. Sí, lo hace para calmar a Maria, pero también aprovechando unas ideas que ha aprendido mejor que Jessica, diantre.

Me gusta cuando todos ayudan a Shannon a recoger a pesar de que ella insista en que es su trabajo. En el caso de Battler queda un poco paternalista, pero se hace con toda la buena intención. Visto que también ayudó a Kanon, me niego a creer que sea un sesgo limitado a las mujeres.

Luego Jessica y George muestran su verdadera cara cuando, a lo sociedad japonesa, se niegan a intervenir para impedir que Rosa le rompa el cráneo a Maria a base de tanta bofetada. Quiero decir, Jessica tiene narices por comparar lo que está viendo con que su madre la regañe por cómo habla. Y George lo justifica con «es por el bien de Maria». No solo eso, sino que se justifican porque, por supuesto, ¡nadie quiere ver cómo lo regañan! Es mejor dejar sola a Maria con Rosa, que se encarguen ellas solas de sus problemas… ¡Y hasta harán después como que no ha pasado nada para que Maria no se sienta mal! Cobardía pura y dura. Es repugnante. Y Battler, por desgracia, se aferra a esta idea y se retira —aunque me pregunto qué pasó en ese día de los padres para que hiciera el ridículo…—. Por lo menos la narrativa de Battler reconoce que se están justificando para huir.

Por lo menos.

Seguuuuuuuuro que sí, George.

Curiosamente, averiguamos que Kinzo casi nunca habla del pasado. Si con pasado nos referimos a todo lo que no implique a Beatrice, claro. Shannon especifica que si menciona cosas del terremoto de Kanto es como «si le hubiera pasado a otra persona». Una disociación fascinante de este Kinzo poderoso y destrozado que no quiere tener que ver con el «fracasado» que fue durante su juventud y madurez

 

Pistas de las que no nos damos cuenta


Ni siquiera se comenta que Kanon no tenga horario libre (ni la narración nos invita a preocuparnos por él, no vayamos a pensar demasiado).

 

Noooooo, claro que nooooo.

 

Función del capítulo


Desarrollo del epitafio y de la idea de Beatrice como La Otra Gobernadora de la isla. Importante para cuando toque sentarse a hablar de ella porque su carta aparece reclamando el oro.

Por otro lado, establece la terrible relación entre Maria y Rosa, que justifica el que la primera vaya a estar sola y aislada, en una posición perfecta para recibir la invitación de Beatrice. Además, la escena de Kinzo representa figuradamente la ausencia del anillo del cabeza de familia, que no deja de pertenecer a Sayo… o a Beatrice.

Manga


Yey, tetas de Shannon, os echaba tanto de menos. Maldita autora. Curioso que en el manga es Shannon quien aprecia que Maria ha escrito todo el epitafio. Supongo que tiene sentido si la señorita es tu personaje favorito, pasas la tijera y la caracterización del resto de personajes te importa bien poco. Lo siento, de verdad que no soporto el protagonismo de Shannon. Aquí Jessica no reta a Battler y simplemente tiene los ojos muy abiertos mientras escucha a su primo intentar resolver el acertijo. La verdad es que parece mucho más motivado que en la VN. Así la gente viene luego mezclando a los dos personajes y va mal la cosa. Pobre Maria, jugando solita mientras… dibuja a sus primos y tíos y… se los lleva una ola mientras ella pone mirada demoníaca. Por favor, Natsumi Kei, por favor, basta. Al menos aquí cuando Jessica y Battler, muy resumidamente, critican a Beatrice suponen que la niña no escucha nada (¡pero han subestimado el oído de los chiquillos aburridos!).

Madre mía, George está fuertote en el manga. Me gusta cómo abraza a Maria y se nota que está intentando animarla con cierta resignación. Imagino que la escena se ha repetido muchas veces. VAYA, Kanon hasta sale, ya pensaba que iban a cortar el detalle de que él vio las mariposas. Pero no olvidemos ponerle pezones a los pechos de Shannon, duh. He visto algún que otro comentario sobre cómo Battler está más predispuesto a creer a Shannon que a Maria con los cuentos de terror y… La verdad es que el manga lo representa mejor. No es que crea, es que la historia da mal rollo y él lo dice tal cual. No es que los feels le impulsen a apoyar a Shannon. Si eso, es más fácil tomar en serio a una persona casi adulta que a una niña de nueve años. Por favor, mantengamos los análisis con algo de lógica.

Shannon acompaña a los chicos hasta prácticamente la casa y desaparece entonces porque tiene cosas que hacer. Raro. Supongo que en esta versión es cosa del aire que se lleva la rosa de Maria…

Anda, la niña del Exorcista.

De nuevo, la expresividad del manga juega a favor de su narrativa en momentos ligeros como este. Se puede ver a Battler cuando está molesto o incómodo, y las reacciones ante la búsqueda del amuleto son encantadoras por parte de cada personaje, con Battler y Jessica a la expecativa y algo fuera de lugar mientras que George y Shannon tienen la misma sonrisa paternal. Sé que estos dos últimos no son la mejor pareja del mundo y es una relación tóxica, pero tanto en el manga como en la novela se comportan igual con Maria, siendo majos y fingiendo sorpresa con sus historias, así que se nota la química.

Y… luego juega en contra con el hiper dramatismo de las reacciones de los personajes. La impresión que queda de Maria es contradictoria a más no poder. A veces parece que sepa algo que nosotros no, otras veces es la chiquilla de la VN y luego llegamos a este punto donde empieza a gritar por la rosa de tal forma que no se parece a la terca fijación de una niña que podemos ver a menudo, sino… Un importante ataque de… de algo. No sé describir lo fuera de lugar que resulta todo.

Pero entonces llega Rosa. Rosa, a la que no conocemos de nada, como a ninguno de los adultos, y su carga contra Maria parece sacada de la nada porque no la hemos visto corregirla y criticarla sutilmente una y otra vez. Los problemas de recortar. Eso sí, por una vez puedo perdonar la exageración con la que se dibuja a Rosa golpeando a Maria, porque se representa al monstruo que es en este momento. Sin embargo, como no hemos visto a Rosa con otras facetas… Sigue siendo una mala elección. Al menos después incluye el detalle de que se toca la mano dolorida y hay cierto amago de culpabilidad. Está bien, ayuda a comprender un poquito mejor lo que pasa.

Sin embargo, Battler apenas interviene (a pesar de que se representa bien su shock) y George, tan responsable, tan poco agresivo como en la historia original, siempre me parecerá mal caracterizado aquí. Alguien como el personaje que se nos ha presentado se interpondría un poco, no tiraría de Battler para apartarse de la escena y ya. Y estaría bien que el manga dejara de quitarle a Jessica las pocas frases que tiene, la verdad.

De nuevo tenéis un análisis más pormenorizado aquí, a pesar de que no coincido en la buena opinión que tiene sobre el capítulo.

Detalles a mencionar


Vaya, Jessica, parece que hacías enfadar a menudo a Sayo…

Una línea interesante, más allá del epitafio, es que Jessica señala que Shannon solía servir bebidas a Kinzo. Es interesante porque, aun así, con quien le vemos ser amable es con Kanon. Sinceramente, aparte de machismo, imagino que es porque relaciona a un HOMBRE con Lion antes que a una mujer. Es más, lo que hacen al final Genji y compañía es vestir a Sayo de… Beatrice. No de Lion. A pesar de que Kinzo la reconozca en parte como tal. Es raro.

¿Podéis sentir el cachondeo interno de Sayo?

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¡Que el viento sople a vuestro favor!

 

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