Analizando Umineko: Legend of the Golden Witch. Capítulo 3. Shannon.

¡Último capítulo de octubre! Seguiremos intentando mantener un ritmo semanal hasta terminar Legend, eso sí. Recordad, cuidado con los spoilers y si os habéis saltado algo, tenéis aquí la página con todos los artículos.

Resumen básico del capítulo


Los niños pasan el rato poniéndose unos a otros al día, Battler bromea con el acoso sexual y Shannon llega para repartir chucherías y escarbar en la memoria de Battler. Poco después regresan a la mansión y por fin vemos el rostro de la famosa antagonista de Umineko: Beatrice. A su vez, Krauss no logra que su padre baje a comer, por qué será, y este sostiene una dramática conversación con el mayordomo Genji.

Metacomentario


Puedo sentir la ironía del «hace mucho que no nos vemos, Battler-sama».

Sinceramente, me agota que se repita una y otra vez el tema de los seis años, por mucho que sepa que Sayo sufría cada vez que la escribía… Pero es recurso de mal escritor hasta que sale de boca de Shannon. Entonces hace daño. Solo a traves de Shannon, los seis años se convierten en una dolorosa arma, y por eso me duele tanto que no se vuelva un tema especialmente asociado a ella.

En fin, no me cabe duda de que Sayo menciona expresamente la cantidad de tiempo que Battler que lleva ausente para comprobar si de verdad la ha olvidado. Yo, por mi parte, me niego a creer que Battler borrara de su memoria a la chica que le gustaba, con la que se divertía leyendo y que era parte de su grupo de juegos en una isla aparentemente idílica. Así que esta presentación, al menos para mí, es el punto más ficticio de la historia de Sayo.

Yeah, she does.
Dicho esto, notad cómo señala la narración que Shannon está temblando. Me encantan los momentos sutiles como este, no solo por el recurso narrativo, sino porque nos llevan a preguntarnos qué debe estar sintiendo Sayo. ¿Miedo? ¿Furia? ¿Frustración? Solo podemos especular.

Por otro lado, me pregunto si la obsesión por los pechos es un rasgo más bien de Sayo que de Battler —sin negar que ya desde pequeño le gustaban las mujeres con curvas—. Es ella la que se compró la talla 200 para asegurarse de estar por encima de Jessica y por su desesperación por entrar dentro del canon más extremadamente femenino posible, no Battler, así que no puedo evitar sospechar… Pero bueno, que Ryukishi07 y Sayo consideren que esta escena merece la pena se debe, claro, a las pistas sobre su ausencia de senos. Pero sobra. En cualquier caso, a menudo se resalta la parte de la narración donde Battler comenta que no recordaba que Shannon tuviera formas de mujer y la gente lo toma como un foreshadowing. Yo no. Shannon era una criatura. Da igual lo que piensen los japoneses, a los 10 (la edad que se supone que tenía Sayo) se suele ser plana. 

Más interesante resulta la pasividad de Shannon, que habla de su predisposición en cada historia a verse sometida a las reglas del juego y el riesgo. Sinceramente no creo que se hubiera descubierto todo el pastel porque Battler notara que los pechos de Shannon son falsos —¿lo notaría? ¿Tiene Battler experiencia manoseando pechos? Diría que no, pero bueno—, si es que llega a ser capaz de comentarlo en voz alta. Pero es un detalle que alivia un poco la estupidez de la escena y casi la vuelve crucial para el personaje de Shannon.

Sin embargo, creo que el comentario meta más interesante de este capítulo reside en la presentación del cuadro de Beatrice y en cómo Sayo nos cuenta leyendas acerca de ella. Se percibe el mimo, el respeto que siente por la figura que ha creado… Y no me creo que Battler fuera capaz de experimentar unos sentimientos tan intensos, cuando ha llegado a Rokkenjima tras tantos años. Creo que aquí Sayo se apropia con descaro de la voz narrativa, en especial para que los lectores sepamos que Beatrice es una fuerza que gobierna y envuelve Rokkenjima, que sitia a los personajes y lidera el juego que va a comenzar en pocas horas.

La reflexión acerca del triste papel de las mujeres en la familia Ushiromiya también siento que parte de Sayo, más consciente de nadie de cómo las considera Kinzo por vivirlo y verlo día tras día.

Si ya hemos comentado la parte más interesante para Sayo, ahora toca mencionar la situación más meta. Es, por supuesto, cuando vemos a «Kinzo». No se trata del real, sino, como bien dice Krauss, de un «fantasma». En ese momento el despacho está vacío mientras Krauss y Nanjo hacen el paripé en el pasillo.

No puedo evitar interesarme por el rechazo que Sayo siente por Kinzo, pero lo identificada que se encuentra con su figura y rol. Es más, se podría decir que interpreta el papel de Kinzo y, si leemos el texto desde la perspectiva de Sayo, cuando describe la atmósfera de impaciencia que predomina en el despacho no es difícil imaginarla ansiosa —y a la vez disfrutando de ejercer su pizquita de poder para hacer esperar a la familia—, repasando los detalles de su plan.

Por otro lado, su descripción de Kinzo es sublime. Tantos años sirviéndole han sido más que suficientes para saber cómo insultaría a sus hijos para luego quejarse amargamente de su existencia… Y aun así no dejo de preguntarme si sus melodramáticos discursos donde impulsa a que desmiembren a sus hijos son más invención de Sayo que de Kinzo. Al fin y al cabo, toda esta imaginería bestial se representa en el siguiente Episodio con todos los repugnantes detalles gore, y apostaría una mano a que es lo que ella (en su faceta de Beatrice) desea hacerle a la familia. Si no… No escribiría unos finales tan horripilantes, ¿no?

Cuando Krauss da orden a Genji para que se quede con su padre, solo exige que salvaguarde la farsa. «Kinzo solo habla con Genji. Genji está con él ahora mismo». Después Sayo misma aclara con el texto que la familia «promueve» el aislamiento de Kinzo y que queda en manos de los sirvientes ocuparse de sus… necesidades. Qué agradable estar sentado al lado de un cadáver, eh.

La descripción de los Grimorios, por cierto, parece un detalle más propio de Sayo que lo que un escritor impondría a unos lectores que esperan que las cosas empiecen a moverse pronto. Desde luego nos presentan la obsesión de Kinzo con la magia negra, pero no es información vital. Se puede contar más tarde (es más, se desarrollará hacia el final de la historia, cuando se visite el despacho) y ahora mismo distrae de la trama. Así que quiero justificarlo como el interés de la propia Sayo por los misterios y la magia. Quién sabe, quizá consideraba que el despacho de Kinzo era como la cueva de las mil maravillas. Supongo que también sirve de base para los Episodio 2, 3 y compañía, cuando empiezan a aparecer los demonios, ya que se mencionan libros específicos de círculos mágicos y temas demoníacos.

Y hablando de detalles que fascinan a Sayo… Deja más que claro, una y otra vez, es muy consciente de la estrecha relación entre Kinzo y Genji. Me pregunto si es por respeto a este último que describe a su padre-abuelo como alguien digno e inteligente cuando está en su presencia. En cualquier caso, es muy inteligente por la escena imaginar que Genji está bebiendo solo, ya que Kinzo le ofrece beber antes.

También me pregunto con si las quejas de Kinzo sobre su familia no están teñidas por la parte más amarga de Sayo, que quizá se aferró un poco a estas palabras después de escucharlas durante tanto tiempo —pero no pondría la mano en el fuego, porque Sayo quiere muchísimo a Maria y me cuesta imaginarla transcribiendo esas palabras con odio—.

La escena sigue durante un rato y llegamos al punto en que Kinzo vuelve a gritar su posesividad sobre Beatrice. Se me ponen los pelos como escarpias. ¿Qué debió sentir al escribir estas palabras cuando ya lo sabía todo? ¿Al repasar los discursos y llantos de Kinzo? ¿Al saber que podría haberla visto como otra reencarnación a la que violar y encerrar?

Que bebas, que quiero un beso indirecto

No sé ponerlo en palabras, pero el llanto de Kinzo… Se queda. El dolor trasluce. Está ahí, dolorosamente presente. Eso sí, doy gracias al seiyuu porque los OOOoooh, OOoooh son bastantes ridículo y no sé si es cosa de la traducción o si Sayo pretendía ser despectiva hasta cierto punto. Imagino que sí. Un poco de todo. Compasión, tristeza y odio. Puede haber de todo cuando se habla de alguien que marcó de esa manera su vida.

Y entonces, Sayo pone las cartas sobre la mesa y presenta el Demon’s Roulette, que no se molesta en ocultar que ha copiado de Kinzo. Lo triste es cuando despojas el discurso de simbolismos y te das cuenta de que encontrar la solución a un problema es «magia» porque Kinzo se sienta frente a una bomba y la tensión le fuerza a explotar todas y cada una de sus neuronas hasta dar con una forma de salir adelante.

Sayo bebe de esa ideología, y por eso está dispuesta a jugar con su vida y la de los demás en una partida que no tiene casi ninguna oportunidad de ganar. Pero entonces no sería magia.

Personajes destacados


Shannon, desde luego. Ya he hablado de ello en la parte del metacomentario, pero creo que cada frase que dice, cada movimiento que hace tiene un doble significado. Lo primero que hace es recordarle a Battler que hace tiempo que no se ven, seis años en concreto, y tiembla mientras se presenta.

Y, por supuesto, lo primero que destaca Battler son sus pechos. Ugh. Que Shannon catalogue a Battler como un importante invitado y no un antiguo amigo dice bastante del personaje y de cómo se ha separado de su antiguo amor. Buena caracterización.

El caso es que Shannon, para justificar su decisión de no defenderse, se apresura a colocarse por debajo de un ser humano al decir que no puede golpearse en defensa propia. Porque es un mueble. ¡Y lo dice dos veces! Ni George, ni Jessica, ni Battler tienen nada que apuntar sobre esta valoración y no dejaré de sorprenderme por ello. Sobre todo en el caso de Battler y de George (Jessica ya tuvo su ración con Kanon y sabemos cómo acabó). No creo que en ninguna relación sana uno de los miembros aceptara que su pareja se humillara de esa forma. Llevaría a preguntas sobre cómo les tratan sus jefes, entre otras cosas.

Pero George nunca termina de valorar la inteligencia de Shannon y le gusta sentirse superior, de modo que aprovecha de nuevo su posición para dar órdenes a su novia. Sanísimo y bello todo. Además, George no le echa la bronca a Battler por ser repugnante, sino que ordena a Shannon que se proteja. Ugh elevado al cuadrado.

Quiero pensar que Sayo también disfruta un poquito de la ironía del juego del amo y el mueble, puesto que es ella quien ostenta virtualmente el poder sobre la mansión… Y sabe lo que va a pasar esa noche.

Después de esta vergonzosa y horrible presentación, se nos informa de que Shannon lleva 10 años sirviendo en la casa, y se supone que tiene unos 16 (19 en realidad). Eso es muy siniestro. La misma narración nos aclara que lleva trabajando desde los 6. ¿Y nadie tiene un comentario que hacer sobre la explotación infantil?

Pues no, porque George considera más importante presentar a Kanon como el hermano de Shannon y esta tiene que corregirlo de inmediato. De verdad, conoce un poco mejor a tu novia.


Decidme qué habéis pensado de mi otra persona, pls, espero que sean cosas bonitas. Puedo imaginar a Sayo asustada por si uno de sus personajes favoritos no ha gustado a los lectores.

Pero, en cualquier caso, este punto es… Horrible. Un fallo enorme de la caracterización de Ryukishi07 y de Sayo en menor medida. Si asumimos que ella misma decide ignorar el evidente parecido que existe entre Shannon y Kanon… Bueno. De acuerdo. Quería poner difícil el misterio. Pero por fuerza Jessica, al menos, tendría que señalar que Shannon y Kanon son casi iguales. Nunca entenderé por qué Sayo no decidió presentarlos como familiares como mínimo. No tengo ni idea de si en el mundo real los ojos de ambos son azules (imagino que no o se habría comentado, igual que Battler probablemente no sea pelirrojo ni comparta ojos azules con Jessica), pero sin duda el maquillaje tiene un límite para disimular el tipo de cara. Y, desde luego, no puede hacer nada con la voz y la altura, donde los tacones juegan un papel pequeño en el día a día. Ryukishi07 sin duda trabajó mal la existencia de Kanon y Shannon en este sentido, con su negativa a presentarlos como hermanos aunque fuera para disimular su parecido (que ni siquiera se comenta y así puede ahorrarse la molestia de tener que justificarlo). Ojalá hubiera habido más mimo y atención en esta parte.

Curiosamente, Jessica critica a Kanon —lo cual debe sentarle mal a Sayo— frente a los primos mientras que Battler sale en su defensa. Maria felizmente se declara parecida a Kanon porque la llaman asocial. Quiero llorar, pero nos permite entender por qué Sayo quiere tanto a Maria, aparte de por ser buena persona. Se sienten identificadas entre sí. Y mirad cómo Shannon ríe y cuida de Maria, asegurándole que es una chica sociable. Puede parecer que Shannon simplemente se limita a ser correcta (y desde luego, en el caso de la persona así es), pero Sayo siempre está protegiendo y defendiendo a Maria en la medida de lo posible. A su vez, me pregunto si no estará desviando la conversación por miedo a que Maria suelte que «es agradable ser como él» porque, bueno, es Beatrice.

De nuevo ninguno de los primos, ni siquiera Battler, tiene nada que decir sobre el comentario de la pequeña. George hasta cambia de tema. Hermoso.

Más tarde se nos presenta a Genji con algo de más profundidad. Es aquí cuando averiguamos lo cercano que es a Kinzo, y que se trata de un compañero inseparable desde que eran jóvenes. Hasta qué punto habrá oído Sayo hablar de los sentimientos de Genji, es difícil saberlo, pero en el Episodio 3 tendremos algún detallito suelto gracias a Ronove.

Si a esto sumamos que Genji está dispuesto a cumplir el plan suicida de Sayo… Puede que estemos dejando un poco de lado los propios amores obsesivos de Genji. Sus decisiones, su insistencia en seguir a Kinzo lo ponen bajo una nueva e inquietante luz, en mi opinión. Sería muy interesante poder conocer a este personaje más de cerca, saber qué siente al encontrarse con Battler, que tanto se parece a un joven Kinzo, y hasta qué punto decide seguir a Sayo solo por culpabilidad… Y qué piensa sabiendo que otros niños a los que ha cuidado morirían esa noche gracias a su mano. Demasiadas se dejan en el aire por su parte, desde lo que debió ser ver consumirse a su antiguo amigo a lo que pensaría de cómo crio maltrató a sus hijos, violó a su hija… Evidentemente con lo último no estaba de acuerdo o no habría ocultado a Sayo, rompiendo la pasividad de los muebles, pero es una lástima que no tengamos más posibilidades de entender su forma de ver las cosas.

De una forma u otra, la narrativa se centra en que es el sirviente de mayor rango, el más antiguo, el único que puede razonar con Kinzo. Su «apoyo» a Natsuhi y a Krauss es inestimable para mantener la falsa imagen de que Kinzo sigue vivo, y también es lo que seguramente impulsa a Eva y a Hideyoshi para aliarse con él. Porque es de fiar.

Pero siempre es el mayordomo, como ya sabemos, el culpable.

Dejando de lado a Genji, tenemos que hablar de Natsuhi. Gracias a que se sienta junto a Battler, se nos muestra una cara amable, tímida y un poquito torpe que ayudará a lidiar un poco mejor con su constante frialdad. En momentos así resulta adorable lo formal que es, lo poco propensa a las bromas que resulta, y que se sienta tan perdida frente a un humor que no es de su generación. O frente a cualquier clase de humor, en realidad. Battler también es algo torpe lidiando con gente que no sea abierta, porque trata de acercarse a todos humillándose a sí mismo (lo cual es un dato interesante y que creo que casi nunca se tiene en cuenta a la hora de analizar al personaje) para hacer reír… Y en el caso de Natsuhi no lo consigue.

Esta, por cierto, tiene mucha suerte de que la gente esté acostumbrada a que regañe a Jessica, porque visto con retrospectiva parece bastante evidente que la niña intenta cubrir a sus padres con todo eso de que Kinzo viene tarde a cenar. Natsuhi la manda callar de inmediato, ocultándolo bajo la excusa de que está siendo maleducada, pero… Bien. En otras circunstancias habría sido sospechoso. En realidad, lo es, porque sabemos que toda la familia sospecha que Kinzo está muerto. Pero que Natsuhi salte en vez de seguirle la corriente a su hija llama bastante la atención. Natsuhi no está hecha para la intriga, para su desgracia.

Por último, hay que hablar de la presentación de Krauss como el snob arrogante que es. Que lo primero que diga a sus hermanos sea una mentira como una casa no ayuda demasiado a establecer una buena imagen de él. Menos con esa sonrisita. No me extraña que sus hermanos lo odien y que no confíen en él —Eva no duda en volverse hacia el eslabón más débil, Nanjo, para preguntar sobre la salud de su padre. Es tan como ella dejar en evidencia a su hermano y, a la vez, dejar claro que sospecha algo—. Y aun así, Krauss se las apaña bastante bien mientras está en público y sus hermanos no se atreven a unirse. Por ejemplo, aísla a Rudolf, interrumpe sus quejas y se ve rápidamente cómo solía imponerse a su hermano menor desde siempre: con burlas. Y Rudolf se echa atrás de inmediato, me pregunto si por cobardía o por ser la forma que ha encontrado desde joven para huir de las hirientes palabras de sus hermanos mayores.

Krauss controla que sus hermanos mientras estén cada uno por su lado y no formen un pack. Así que en la comida lleva las de ganar, invitándolos —peligrosamente— una y otra vez a hablar con Kinzo si tantas ganas tienen de verlo. Ten cuidado Krauss, que confías demasiado en el miedo que le tienen.


Es difícil opinar sobre la salud de los muertos, síp.

Eso sí, creo que aunque nunca se toque demasiado la relación de Krauss con su hija, es interesante ver la diferencia entre él y Natsuhi a la hora de lidiar con la charlatana de su Jessica. Natsuhi grita, es llamativa y desagradable. Krauss resulta más calmado, sus intenciones no son tan evidentes como las de su esposa. Es un detalle pequeño, pero creo que establece una dinámica familiar triste e interesante a partes iguales.

Pistas de las que no nos damos cuenta


Shannon y Kanon no aparecen juntos frente a los niños.

El cuadro se encargó en abril de hace dos años. Se nos está dejando caer que algo importante pasó entonces. Kinzo probablemente estaba convencido de la existencia de Lion.


*redoble de tambores*

El descaro de Sayo/Ryukishi07 es magnífico.

George señala el tema de la voluntad de Kinzo —que no termina de ser mentira; aguantó hasta que pudo encontrarse con «Beatrice»—, pero en el fondo nos está dando más pistas: ¿tres meses siempre? Huele un poco a chamusquina…

Función del capítulo


Presenta a Shannon de tal forma que consideramos que es un personaje bastante secundario (jaja) y la destierra pronto a un segundo plano. Genji, a su vez, se establece como figura de autoridad y de confianza.

Y, por supuesto, nos presenta por fin el rostro de la querida antagonista de Umineko: Beatrice. Se comenta que el cuadro se instaló hará unos dos años, por lo que posiblemente fuera una forma de Kinzo de intentar llamar la atención de un posible Lion. También, al haberse escrito el dichoso epitafio, se nos permite imaginar que Kinzo sabía que se acercaba su muerte… y que estaba desesperado por atraer a su «legítimo» heredero, porque Lion fuera capaz de demostrar que era superior a sus hermanos/sobrinos para alcanzar el tesoro de Bice.

Por supuesto, al presentarse a Beatrice como una bruja en vez de como la amante de Kinzo —aunque se deja caer que esa podría ser su posición cuando Battler considera que, de haber tenido el pelo negro, habría asumido que era un retrato de su abuela—, se permite que el elemento mágico de Umineko cobre cierta credibilidad porque la tenemos asumida desde muy pronto. En particular porque la narración deja caer que quizá la leyenda de esta bruja sea muy anterior a la presencia de los Ushiromiya en Rokkenjima, lo cual luego coincidirá con las afirmaciones de Beatrice acerca de su edad, que supera los mil años. Quién iba a pensar que todo es una elaboración de Sayo, que bebe de rumores, de lo que aprende de su abuela y su madre, y de sus propias ensoñaciones de cuando se apropió de la leyenda…

Curiosamente, que una bruja occidental habite la isla parece algo un poco artificial, pero tiene lógica que los occidentalizados Ushiromiya recurran a esto antes que a cualquier yokai típico japonés.

Además, también se nos presenta el rígido sistema jerárquico de la familia Ushiromiya. Resulta un alivio que Battler se sienta incómodo con que Natsuhi tenga que estar a su lado —más allá de que nunca se haya llevado bien con ella— porque lo ve tan injusto y humillante… Pero tampoco le da muchísimas vueltas y es una lástima. Pero encuentro encantador que le pida perdón al tomar asiento y se pregunte qué está pensando —aunque, de nuevo, en esto veo la mano de Sayo como narradora—. Al menos Jessica no ha acabado detrás de George por ser mujer o menor que él, algo es algo. Supongo.

Y, como detalle, establece una habitación cerrada que será esencial en esta historia y en otras: el despacho de Kinzo.

Manga


Siempre he tenido problemas con la forma de Kei Natsumi de dibujar los senos de todas las mujeres de Umineko, pero de verdad, los de Shannon se llevan la palma que alguien me diga por qué tiene pezones POR QUÉ TIENES QUE HACER ESTO, MANGAKA. La hipersexualización de estos personajes (y no voy a hablar de Beato cuando decide llevar falda corta, aunque esto sea cosa de otro dibujante) siempre me pone histérica y me agua muchísimo leer el Primer Episodio de esta mangaka, cuando su dibujo tampoco era tan impresionante… Ni lo era su caracterización de personajes. Su Shannon es exageradamente moe y carece del aire grácil y maduro que se presenta en la VN original y en los diseños de PS3.

No pienso comentar la escena de Battler intentando manosearla (y llegando a tocarla). No tiene gracia y es asqueroso.

El comentario sobre el cambio de Shannon es breve y ella rápidamente se enfoca en George antes que en Battler. Ya que George es bastante diferente a su original, diría que esto es una indicación de una relación un poquitito más sana. Podemos ver que hace amago de detener a Battler, aturdido y desconcertado por la situación, pero sigue ordenándole que se defienda en vez de cantarle las cuarenta a su primo, como debería hacer.

Nada en esta presentación indica unos posibles sentimientos por Battler. Es más, ni siquiera se mencionan los seis años. Por cierto, tampoco se llega a corregir que Kanon sea hermano de Shannon.

Por otra parte, incluso si el retrato de Beatrice, no tiene nada de la presencia que desprende el original… No deja de resultar una presentación mucho más efectiva que la de la VN al enfatizar las expresiones de Battler, completamente impresionado (casi asustado) por el retrato. Lástima que la escena se corte rápidamente y saltemos al comedor, porque no da espacio para asentar bien su figura. Eso sí, en el siguiente capítulo, un poco fuera de lugar, se introducen dos páginas donde se ve a un precioso y chiquitín Battler aterrorizado porque Rudolf le contaba historias de la bruja que rondaba los bosques. Muy bien planteado, en especial al revolver el miedo de los niños por las ventanas cuando no se ve qué hay al otro lado.

Por último, no tenemos conversación de Kinzo y Genji (Krauss tampoco comenta que su padre esté muerto) y aunque sin duda pasar las tijeras ayuda a establecer un ritmo más aceptable que el de la VN, perdemos muchos detalles básicos para poder adivinar que Kinzo ha fallecido.

P.D.: ¡Bern sale en la serie que ve Maria!

Detalles a mencionar


Shannon nunca define su relación con Kanon, pero asegura que este la quiere como una hermana mayor… porque para eso fue creado. Para ser su apoyo, para poder gritar cuando ella era incapaz. Quiero llorar. Por favor, notad cómo Sayo siempre está ahí divirtiéndose porque sabe más que los demás. ¿No os habrá molestado Kanon, verdaaaad? Aunque es posible que también quiera escuchar la opinión de Battler sobre su alter ego.

Me llama la atención la obsesión de Maria por respetar las promesas. Se ve que no ha salido a su madre. Supongo que podría también relacionarse con un extraño paralelismo entre Battler y Sayo, pero no me convence.

Sabiendo que Battler es prácticamente igual a su abuelo, y que a partir de Ronove aprendemos que es muy posible que Genji sea gay o bisexual… Ejeje… Y a la vez es todo un poco creepy cuando piensas en cómo lleva Kinzo el tema de las reencarnaciones, así que demos gracias porque Genji no haya seguido sus pasos. No todos, al menos.

Vaya, Jessica acaba de resumir una de las principales gracias de Umineko… Por otro lado, resulta muy interesante que sea ella quien hable de cómo Kinzo se inventa la existencia de Beatrice, cuando sabemos que Jessica le tiene un sano temor. Uno que trata de disimular por la vergüenza… Pero prefiere asumir que de verdad puede existir algo antes que creer que los criados puedan ser tan malévolos como para provocar una broma tan cruel como la que le hicieron.

Encuentro poética la ausencia de Kinzo, no solo porque esté muerto, sino porque el asiento del Cabeza de familia está desierto. Beatrice solo puede ocuparlo cuando todos creen en ella, o durante la noche, cuando la fantasía es más fuerte que nunca.

Kumasawa señala que Natsuhi no tiene ningún motivo para odiar a Kanon y a Shannon, pero que el corazón tiene sus motivos. Vaya, vaya, vaya. No creo que esto sirva para situar a Natsuhi bajo una buena luz, incluso si ser una asesina ya resulta bastante imperdonable.

No recuerdo si alguna vez se confirmaba si el «olor» dulce de la habitación de Kinzo se usaba para ocultar el hedor del cadáver o no…

A pesar de que la narrativa dice que los sirvientes han ido renunciando a su trabajo, seguramente Natsuhi y Krauss expulsaron a la mayor parte de los criados después de la muerte de Kinzo para mantener esta en secreto. Y no puede ser si los pocos que hay no están metidos en el ajo.

Por otro lado, en este capítulo se instaura la idea —poco explorada más allá de las quejas de Jessica acerca de sus idas y venidas a clase— de que el heredero vive en Rokkenjima y está estancado con Kinzo. Siempre bajo su sombra, incapaz de actuar por su cuenta. Es un precio muy alto a pagar, que habla metafóricamente de cómo Kinzo controla y controlará con puño de hierro a toda su familia. No me extraña que sus hijos salgan tan desastre, si nunca les ha enseñado a ser adultos independientes. ¿Quizá un reflejo de la propia crianza y madurez de Kinzo, siempre tratado como una marioneta hasta que logró encontrar la independencia mediante el dinero (robado)?

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