Analizando Umineko: Legend of the Golden Witch. Prólogo. Kinzo Ushiromiya

¡Bienvenidos! Octubre es el mes de Umineko y sabemos que vamos a tener más tarde que pronto un WTC 5, así que el hype es incontenible. Por eso, tras la presentación que hicimos en este artículo para quienes no sepan de qué va esta historia, nos disponemos a analizar los ocho arcos de las Sound Novel. Lo cual significa, sí, que nos llevará mucho tiempo… ¡Pero para eso estamos!

Como suele pasar con esta clase de análisis, he de advertir que estarán repletos de spoilers y no están preparados para gente que no haya leído al menos hasta la séptima novela de Umineko, donde se nos aclara de forma rotunda qué es lo que ha estado sucediendo durante la historia.

Para las capturas de pantalla usaremos los juegos de Steam, que están a buen precio y a menudo se encuentran de rebaja. Eso sí, como los rediseños para PC me hacen sangrar los ojos, me he tomado la libertad de instalar el parche para PS3, que incluye las maravillosas voces de los seiyuus y que vuelven Umineko una experiencia completamente distinta —y mucho más asimilable—.

Así pues…

Advertidos estáis porque vamos a empezar a la de YA. En tres…

Dos…

Uno…

Aviso de spoiler flagrantes de toda la historia de Umineko

WELCOME TO ROKKENJIMA

Primero de todo, quiero mencionar los detalles sobre cómo nos vamos a referir a ese gran personaje que se encuentra detrás de todo. Sayo —ya que odia que la llamemos Yasu me abstendré de hacerlo— no tiene un sexo conocido clínicamente, aunque todo parece indicar a que seguramente nació como varón o, quizá, intersexual. En cualquier caso, y por temas que no trataremos hasta la llegada de Lion en la séptima novela, Sayo usa sus personas para intentar encontrar su género entre otras cosas… y parece evidente que se identifica más con las mujeres que con los hombres. Eso sí, estoy de acuerdo con distintas analistas acerca de que Kanon es su persona más cercana, el que más se aproxima a su forma de ser y de pensar. Se equilibra así cierta balanza donde casi todos los roles de género de Sayo son femeninos, pero Kanon ocupa un lugar muy importante como el yo masculino.

Pero debido a que en español carecemos de una forma neutral —oficial— de dirigirnos a la gente, me referiré a Sayo como «ella». Por suerte o desgracia, no sabemos bien qué pensaba Sayo sobre sí misma, así que incluso si alguien decide dirigirse al personaje en neutro o en masculino, solo podríamos discutir detalles, nunca sacar un párrafo concreto que demuestre nuestra teoría.

Aclarado todo esto, ¡vamos allá!

Resumen del capítulo


Umineko abre con Kinzo y los dos hombres que lo traicionaron para intentar salvar a Sayo —y que la traicionarán a ella para concederle a él su último deseo—. El doctor advierte a Kinzo que deje de ahogar su dolor en alcohol, que va a matarse. La música y la escena pretenden establecer un ambiente melancólico, si bien dudo que la narración trate de hacernos simpatizar con Kinzo más allá de la lástima que sentiríamos por un hombre al final de su vida.

Se nos deja entender que Kinzo es un hombre muy rico, que sus hijos aspiran a su herencia y, presentados desde este punto de vista, parecen dispuestos a saltar sobre su cadáver… Lo cual no está muy alejado de la realidad. También vemos que Kinzo se prepara sus propias bebidas, probablemente como consecuencia de tantos años experimentando con la alquimia. ¡Cómo no va a saber improvisar brevajes alcohólicos si trabaja con cosas mucho más siniestras!

Luego, por fin, se menciona a Beatrice, el motivo por el que casi todo el mundo entra a Umineko. Una historia de detectives contra una posible bruja. Solo que, en vez de presentarla como tal, se habla de ella como la persona de la que claramente estaba «enamorado» Kinzo. No es la presentación más típica, ni siquiera más entretenida, para una historia de brujas o de asesinatos. Un hombre al borde de la muerte lamentándose porque no puede ver a una mujer de la que no sabemos nada de nada.

 

Metacomentario


En esta sección nos dedicaremos a examinar el texto considerando que Sayo lo escribió. Al fin y al cabo, Legend, Turn y el descartado Land of the Golden Witch (Ryukishi07 lo escribió con la intención de que fuera el tercer Episodio, pero lo descartó por ser demasiado complicado tras las quejas que Turn suscitó entre los lectores) son mensajes en botellas que Sayo arrojó al mar antes de la llegada del tifón. Por tanto, cada palabra tiene una doble intención que nos puede contar algo importante del corazón de esta historia.

Personalmente dudo bastante que a Sayo le diera tiempo a escribir taaaantas novelas del tamaño de Umineko o que pudieran siquiera entrar en una botella. Legend por sí sola abarca 170.398 palabras, aproximadamente, lo cual se traduce en nada menos que 469 páginas.

Simplemente no cabe.

Pero quedémonos con que esta es la novela que escribió Sayo.

Me gusta verla (aunque el culpable es Ryukishi, claro) como una escritora novata por su tendencia a exponer y repetir ideas sin descanso dentro de diálogos y narración, como si temiera que algo no nos quedara claro. Kinzo es repetitivo hasta la muerte, y el resto de personajes no se salvarán durante el resto de novelas de preguntas, lo cual es una lástima porque hace que muchos lectores se salten detalles ya por el puro agotamiento de tener que encontrarse una y otra vez con lo mismo.

En los primeros Episodios, por suerte, todo tiende a ser bastante sencillo. Incluso si albergamos dudas sobre si una escena pertenece o no a la novela que Sayo escribió, en general creo que podemos asumir que lo que leemos son sus palabras, su interpretación de la historia. Sin ir muy lejos, la escena de Kinzo clamando por Beatrice es una indirecta muy descarada por su parte. Sayo quiere que profundicemos en el misterio de Beatrice, que lleguemos a ella de una forma u otra, así que no habría incluido a su tan odiado Kinzo de no ser algo necesario. Y a pesar de que no me cabe duda de que Sayo tiende a exagerar el lado de nigromante de Kinzo después de tantos años observándolo, temiéndolo y, ahora, repleta de resentimiento… Las súplicas que dirige a Beatrice (a quien confunde con Lion) suenan demasiado reales.

Como se comenta aquí… ¿Cuántas veces ha debido escuchar Kanon esta súplica, esta insistencia acerca de que Beatrice está ahí, burlándose de él? Mientras escribe, Sayo sabe que siempre la estuvo llamando a ella. Debe ser una sensación muy extraña.

Personajes destacados


Kinzo, por supuesto.

Se nos presenta como un hombre repleto de autoridad y que, a pesar de ser ya bastante anciano, no deja de ser un señor… Aislado. Considera que su médico, que no tiene ninguna clase de control sobre él, es su amigo y torea sus recomendaciones de dejar de beber con un nuevo vaso de alcohol. Su otra persona más cercana es un sirviente que apenas abre la boca y que obedece sus órdenes (casi) con total sumisión. Dice mucho sobre su vida social.

Sin embargo, lo más resaltable de Kinzo es que se ahoga en alcohol, una tendencia que adoptó desde que lo convirtieron en cabeza de la familia Ushiromiya: beber para olvidar una vida sin amor, sin objetivo, vacía de significado.

Al menos parece ser esa clase de hombre hasta que sale el nombre de Beatrice. Pero atentos, porque no llama a su hija, ni tampoco a su nieta/o —a pesar de que a estas alturas ya sospecha que «Lion» existe—. Clama a los cielos por la mujer a la que encerró como un pajarito y de la que claramente mantiene una imagen fantasiosa. Que sepamos, Bice jamás fue maliciosa, ni tampoco le gustaba hacerle sufrir. Son ideas que él ha impregnado en Bice para intentar justificar su ausencia y para enterrar sus propios crímenes hacia su hija común.

En su desgracia hay puro egoísmo, retorcido y victimizado durante años y años de darle la espalda al mundo y maltratar a su familia, hasta crear a esas hienas que tanto desprecia.

Por otro lado, Kinzo no duda en afirmar que no dejará nada en este mundo, porque no ama a nada que no tenga que ver con Beatrice. En ese sentido, hace tiempo que es un cadáver en vida. Lo único que lo mantiene atado a la vida es el remordimiento de no haber podido pedir perdón a Beatrice (su hija), y la sospecha de que su nieto no falleció, incluso de que quizá podría ser una nueva encarnación —o, ya dejando de lado esas fantasías, simplemente un descendiente— lo corroe. Creo que cuando dice que su alma no tendrá descanso eterno es una forma, un poco melodramática, de reconocer sus pecados. Eso no condona nada de lo que ha hecho, pero le da un punto de comprensión menos egoísta que debería apreciarse…

Al menos hasta que pensamos en cómo su deseo de reencontrarse con Lion es una obsesión para que él y no su nieto pueda estar en paz.

Eso sí, el prólogo muestra bien que hay una familiaridad y lealtad entre Kinzo y los dos hombres que lo acompañan. Bromea con Nanjo con cierta cercanía y, a pesar de que Genji es silencioso, sigue siendo quien mejor conoce a Kinzo. No es que se desarrolle mucho, pero permite que veamos a Kinzo como algo más que un estereotipo de anciano enloquecido… y un monstruo con sus hijos.

Pistas


—Oh… Y aparte de la división de la herencia, ¿qué debería escribir?

—…Podría escribir sus remordimientos o… asuntos que haya dejado sin resolver. Cosas que quiera pasar a otros… o que simplemente desee comunicar. Lo que quiera.

Nanjo siempre ha sido muy cobarde y la narración exige que no se nos cuente la base del misterio desde un principio, pero está tan metido en el ajo de Sayo como Genji y Kumasawa. Cuando Kinzo reconoce que tiene un asunto pendiente, Nanjo insiste con increíble suavidad —en parte para evitarle dolor a Kinzo, supongo, igual que usa metáforas de ajedrez antes de poner en números cuánto le queda de vida— en que lo deje escrito aunque solo sea para que ellos puedan terminar el trabajo. Muy posiblemente se están tanteando el uno al otro. Kinzo no tiene asegurado que Kanon (o Shannon en el manga) sea Lion, y ni Genji ni Nanjo han tenido el valor para presentárselo por miedo a su reacción. Da, por tanto, la sensación de que ambos están intentando invitar a que el contrario cante. Kinzo puede sospechar a quién se refiere Nanjo, pero no se atreve a albergar esperanzas, mientras que Nanjo quiere saber qué es lo que tiene en mente su viejo amigo.

Así que, al final, Kinzo clama que no puede escribir nada. Que quiere que su asunto pendiente sea en vida. ¡En vida! Si sospecha que Lion está vivo, es un mensaje más que claro para sus compañeros. Quiere verlo ahora, no dejarle un mensaje en su testamento.

Claro que, cuando Kinzo cambia de tema y empieza a lamentarse por Beatrice y expone su deseo de ver su sonrisa una vez más, Ryukishi07 nos desvía de lo importante. Porque se ha estado hablando de hijos, de familia, de un legado. ¿De quién iba a estar hablando sino de Sayo?

Ah, sí, Nanjo también está insinuando que quiere una porción de la herencia, por supuesto. Sabemos que en su día intentó descifrar el epitafio, así que soñaba como cualquier otro con obtener una fortuna. Una que está muy lejos de sus manos, visto que Kinzo planea no dejar su verdadero legado a quien no sea capaz de encontrarla, muy acorde con su concepción egoísta y romántica de ver las cosas. También podría ser una amenaza para Nanjo y Genji. Si no le dan a Lion, no quedará nada para ellos una vez muera. El problema es que nunca tenemos muy claro el orden de los hechos. En el Episodio 7 se indica que Kinzo sospecha que Lion está vivo, mientras que el manga del Episodio 8 confirma sus sospechas porque vio el pie descalzo de Shannon (cosa que siempre me parecerá un error. Es Kanon quien ronda cerca de Kinzo y a quien le guarda especial cariño, no a Shannon. Había mil oportunidades más con Kanon. Pero, claro, supongo que es para mantener la idea de Beatrice reencarnada en mujeres).

Creo que os voy a dejar este parrafito traducido de análisis del maravilloso tumblr Rambling of the Golden Witch para resumir bien esta escena:

«Para él debería haber sido fácil imaginar que, si Lion sobrevivió y se convirtió en Shannon, entonces los responsables eran Genji y Nanjo, quienes no solo tenían el poder de hacerlo, sino que siempre se mostraron parciales respecto a ella. Sin embargo, probablemente no tenía pruebas, así que su discurso, que aparenta ser el de un lunático, en realidad está dedicado a ellos en particular. Amenazas (¡No dejaré nada detrás!) se mezclan con ruegos (¡Quiero ver a Beatrice una vez más antes de morir!), sobornos (¡Le daré todo!) y súplicas que llaman a la compasión (¡No quiero morir solo, así! ¡Estás en esta habitación, burlándote de mí! ¡Regáñame, mátame, pero muéstrame a Beatrice!).

Aparte, por supuesto, está el tema de que Kinzo no pretende dejar nada atrás, que no desea tumba, que por él todo desaparecería. Son referencias que todavía no podemos captar respecto a la bomba, pero que en una relectura deberían hacernos clic en la cabeza.

Y, por favor, como se dice en esta entrada, imaginad a Kinzo lanzando este discurso frente a la bomba y más que dispuesto, en momentos de locura, a dejar explotar la isla por los aires. Encantador.

Función del capítulo


Temporalmente, que el prólogo comience con esta escena y con Nanjo asegurándonos que le queda poco tiempo a Kinzo, sirve para desconcertar al lector. Asumimos que esto ha ocurrido poco antes de la llegada de la familia a Rokkenjima. Es decir, ¡que Kinzo debe seguir vivo durante la historia!

Por otro lado, establece a la figura de Beatrice. Es el leitmotiv de esta historia, tanto que siempre oculta con su máscara a la verdadera protagonista. Este prólogo siembra toda clase de preguntas que se alimentan de los rumores que nos han atraído hacia las Sound Novel: ¿Quién es esta Beatrice con la que Kinzo está tan obsesionado? ¿Murió? ¿Por qué aparece en todos lados? ¿De verdad es una bruja?

Pero, al final, la pregunta es… ¿Quién es Beatrice?

Y por eso lo que importa no es cómo matara a la gente. Como nos contará Will en Requiem, lo básico para comprender una historia es alcanzar su corazón. Seguir la lógica de Battler, de intentar desentrañar el misterio y no a la persona que hay frente a él, es lo que nos llevará a necesitar nada menos que siete novelas —la octava, por mucho que me encante en ciertos aspectos, es más un plus— para comprender el misterio que es Sayo.

La otra función es presentar el dilema del dinero y las malas relaciones de la familia Ushiromiya. Dramática, cruel, enfrentada, tóxica, digna de lástima en muchos aspectos, no es casualidad que lo primero que tengamos sea una mala impresión. Se habla de los hijos (que no nietos) como hienas, pero el siguiente capítulo trata de presentarlos bajo la mirada de Battler de forma mucho más amable. Es un contraste perfecto para que no sepamos a quién creer. Porque las primeras impresiones en Umineko siempre demuestran ser superficiales.

Por eso, porque los Ushiromiya son el centro del mundo de Sayo, no es extraño que todo empiece con Kinzo, el creador de la familia. Como gran representante del capitalismo y de la meritocracia —que, al parecer, incluye asesinar compañeros y robar oro de otro país—, considera que su familia es indigna de sus logros. No parece consciente de la baja autoestima que ha provocado en todos sus hijos, y aunque lo supiera probablemente tampoco le importaría. Considera que son escoria porque no descienden de Beatrice, porque le recuerdan a la vida que nunca pudo tener con su amante, y porque nunca se ha molestado en verlos de otra manera que «la familia oficial que le apartaba de lo que de verdad quería».

Todo confluye, pues, en sus súplicas por ver a Beatrice… Posiblemente refiriéndose a Sayo, negándole su nombre original (Lion). Si sigue insistiendo en verla como a su esposa reencarnada, no es de extrañar que Genji y Nanjo se resistan a reunirles, la verdad.

Manga


El anime no existe, así que no tendrá entrada en estos análisis. Kei Natsumi es la principal artista de Umineko, o al menos la que ha adaptado más Episodios, así que es un placer encontrarla desde el principio dándolo todo… Y creciendo con Umineko. Su estilo a estas alturas todavía era muy inconsistente y poco definido. Por suerte o desgracia, no dedica más que dos páginas al prólogo, mucho más dramático y sin contexto alguno. Solo vemos a Kinzo gritando por la sonrisa de Beatrice, jurando que no morirá hasta verla una vez más. Es muchísimo más teatral que la Sound Novel, pero al haber menos espacio resulta comprensible.

Detalles a mencionar


Umineko siempre ha empleado la partida de ajedrez como una representación de personas enamoradas (asumo que la excepción son Nanjo y Kinzo, por supuesto, aunque no me interpondría entre ellos. Solo sería un tórrido romance) que juegan a intentar vencerse porque no son capaces de decir las cosas como tal. Kinzo posiblemente secuestró a Beatrice, y desde luego mantuvo encerrada a su hija en Kuwadorian, para después tantear a Sayo intentando averiguar si es Lion. Desde hace generaciones, juega solo contra el deseo imposible de recuperar algo que está muerto. Por eso me resulta tan fascinante que se diga que la partida entre Kinzo y Nanjo nunca se terminará.

Parece un comentario casi metafórico sobre Battler y Beatrice, que son un reflejo de Kinzo y Bice. En cualquier caso, ambos hombres fallan en el intento de descubrir a Sayo como persona. Kinzo hasta llegó a morir negándole su identidad, mientras que Battler no será capaz de alcanzar la verdad de Sayo y se quedará con la imagen que ella creó para Beatrice frente a todo lo demás.

Me pregunto si fue aquí cuando Genji y Nanjo decidieron disfrazar a Sayo para Kinzo…

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¡Que el viento sople a vuestro favor!

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