Impresiones: Yuri!!! on Ice #3, inesperadísimo desenlace

El segundo episodio de Yuri!! on Ice nos dejó con un reto al que Yuuri se tendrá que enfrentar para seguir siendo el prota pupilo de Viktor Nikiforov. Como todo el mundo sabe, en esta serie hay dos Yuris (el Yuuri japonés y el Yurio ruso en la edad del pavo) así que estamos a tiempo de cambiar de protagonista. Al menos, es lo que el equipo de animación intenta decirnos al meter la competición de Aguas termales sobre hielo, en la que ambos mozos se baten usando los arreglos de una canción que, a priori, menos pegan con sus personalidades. Es como darle a un santo dos pistolas solo que sin santos ni armas de fuego.

Hasetsu está plagado de periodistas, Yurio tiene mucha ira acumulada por una promesa rota, Yu-Topia se llena de gorrones y Yuuri solo quiere comer algo así como con grasita… Y la culpa de todo esto es de Viktor, que es algo así como un señor excéntrico de la leche a quien todo el mundo respeta porque no le conocen por sus medallas de oro. Pensándolo bien es como el típico de mi barrio solo que él lleva las cuchillas en los patines.

Este episodio empieza con un señor en una calidad regulera que baja hasta rozar el nivel Paint con la punta de sus dedos deformes enseñando cómo se interpreta Agape, el arreglo que le han asignado a Yurio. Sorprendentemente, el señor Low Quality se convierte en Viktor en los primeros planos, así que imagino que Viktor está por algún lugar por ahí haciendo el mismo baile. ¿O es que Low Quality-kun y Viktor son la misma persona? Porque nunca les he visto juntos.

El caso es que Viktor reaparece al final de Agape y vuelve a desaparecer tras anunciar que va a bailar Eros. Low Quality-kun deja boquiabierto a Yuuri —y, bueno, casi mata de una hemorragia nasal a Yuuko— con su sensualidad y esos movimientos imposibles que, ojo cuidao, dejarían embarazado a un hombre. Palabras de Yuuri, no mías ni ni Perla Shumajer.

Ya sé de dónde salió todo ese Mpreg de Fanfiction.

Yuuri entra un poco en pánico porque no cree ser capaz de dejar embarazada ni a una patata ser tan sexy como su ídolo ni como el señor de baja calidad que le hace de doble en las escenas de baile. Y, bueno, Viktor le dice que le entrenará para que gane confianza y se le acerca mucho para verle bien los ojos (¿necesita gafas?) y susurrarle así como con tono sexy que quiere ver su Eros.

Por la cara de pánico de Yuuri, es más como que se le ha acercado con la cuchilla —y no hablo de la de los patines— y le ha susurrado que quiere ver su cartera. Y como vea su tarjeta, se lo lleva al huerto cajero.

Ah, volviendo a lo del entrenamiento de Viktor.

No hay.

Viktor se larga con Yurio, su compatriota, hasta que Yuuri encuentre su Eros.

Cosa que, no sé, no hará nunca porque no le pega ni con cola. Así que Yuuri entrena por su cuenta con la ayuda de Nishigori. En algún momento se quita las gafas y el cambio es como el de Superman y Clark Kent solo que la diferencia se nota de verdad. O sea, puede ser Yuuri o su hermano guaperas en High Quality.

¿En qué momento el equipo de animación abandonó a Viktor para hacerse Team Yuuri?

Por otro lado, Yurio tiene problemas para encontrar a su Agape. Viktor se marca un yolo cuando el otro le pregunta qué es Agape para él y suelta que no se puede describir con palabras. Yo pensaba que el rubito le ladraría pero, no, acaba en un templo.

Ruso #1 se lleva a Ruso #2 a un templo japonés para que descubra el significado del amor incondicional a base de golpes con una especie de palitas de madera.

Cae la noche y los Yuris son poco más que desechos humanos en el onsen… Pero llega Viktor y su reluciente anatomía en HD para subir los ánimos y lo que no son los ánimos. Digo, que quiere una foto para subirla a internet. Yuuri apenas tiene fuerzas para decirle que no se pueden tomar fotos en el baño.

Llega la hora de la cena y los Yuris siguen así como un poco muertos, sin fuerzas ni para comer.

Qué triste todo.

Cuánta comida desperdiciada.

Aunque no la de Viktor, que traga como una trituradora de papel.

Como se nota que allí nadie paga.

Yuuri empieza a alucinar y llega a una sorprendente conclusión: su Eros es el katsudon.

Está visto que a los hombres se les conquista por el estómago.

No sé, desde que Yuuri se tiene que convertir en un plato de cerdo, el anime ha dado una mejora sustancial. Y hambre. Da hambre cada vez que Viktor le dice que tiene que enredarse con el huevo y ser el tazón. Se ve que son técnicas rusas de visualización de comida japonesa.

Mientras tanto, conocemos al doble de patinaje de Yurio, que es una mezcla de modelo de anuncio de champú, la niña de la curva y un palillo con brazos largos y pálidos.

Entrenan.

Y entrenan.

Viktor decide mandar a los Yuris bajo una cascada porque seguro que la noche anterior vio una peli así como de karatekas o yo qué sé.

El pelo de Yurio es más corto en la cascada que el resto del tiempo.

La cascada sirve para desbloquear un flashback bonus de Yurio de pequeño diciéndole a su abuelo que, aunque no esté su madre, seguirá esforzándose más. Y, bueno, ese es su Agape. El amor que siente hacia su abuelo. Vaya con el poder de la cascada.

Es más digno que lo del katsudon, pero seguro que se niega a decirlo en voz alta.

En realidad es triste porque la escena podría haber sido muy conmovedora pero fue más bien breve y la cascada cortaba el rollo así como si de un bisturí se tratara.

En algún momento Yuuri le pide a Yurio que le enseñe a hacer un salto que no domina aún porque Viktor solo les entrena como en las pelis de Karate Kid y tiene miedo de tener que empezar a dar cera, pulir cera por toda Yu-Topia.

Llega la víspera de la competición y Viktor revela que hizo traer todos sus antiguos trajes para que eligieran alguno que ponerse. Esto no lo dicen claramente, pero no lo envió Correos porque a día de hoy seguirían «En tránsito». Yurio curiosea buscando uno guay y Yuuri fanboyea y se coge uno que le inspiró y le daba dokis.

Sí, así de cuidadosamente eligen sus trajes. Lo tienen todo calculado al milímetro.

Entonces Yuuri tiene una revelación… Y, bueno, a casa de Minako que se va.

En medio de la noche.

Cada vez tengo más claro que Yuuri va a morir y Yurio le va a sustituir como protagonista.

Por fin llega el día de la competición y el trío hace el idiota frente a las cámaras. Es que no hay otras palabras para definirlo y mira que las he buscado hasta en Google.

Empieza Yurio, que se queda sin cejas (¿o nunca las tuvo?) por decisión de los animadores, sale decidido y espantado por las tendencias fangirl de Yuuko —hacia Viktor, ojo— a darlo todo con su Agape.

El público queda fascinado con su actuación.

Lo que la mayor parte de ellos no sabe es lo que Yurio está sufriendo. Es incapaz de pensar en la actuación y en interpretar a Agape a la vez y se muere de ganas de acabar de una vez. Los saltos fueron perfectos, pero Agape brilló por su ausencia, especialmente al final.

Mientras Yurio agradece los aplausos de los espectadores, Yuuri sufre un ataque de pánico.

¿Y si pierde?

¿Y si Viktor se va?

¿Y si…?

Viktor le distrae de sus miedos y Yuuri se aferra a él para ganar confianza.

Literal.

Seguro que el ruso tiene moratones allá donde el prota le ha abrazado.

—Voy a ser un tazón de cerdo super delicioso, así que no te lo pierdas.

Mientras el doble de baja calidad de Yuuri actúa y el público se pregunta por qué demonios su Eros es un tazón de cerdo, Yuuri recuerda cómo la noche anterior decidió que en vez de ser un seductor, como el nombre de Eros sugiere, sería la mujer que seduce al galán.

Vamos, que quiere seducir al katsudon. ¿Quiere que le compren katsudon? ¿Quiere…? ¿Qué quiere?

En algún momento de la actuación falla un salto, pero luego se recupera y lo peta con una combinación de la leche. O algo así, porque mis conocimientos del deporte son muy básicos y aquí explican patata. Lo importante es que Yuuri se cree mejor que el resto de las mujeres. O, bueno, mejor que las mujeres en general.

Acaba la actuación, el público aplaude y Viktor critica a Yuuri, que muere.

Y hasta aquí Yuri!! on Ice. Pensé que serían más episodios, pero…

Oh, sigue.

Yurio se larga antes del funeral de los resultados a seguir entrando con Yakov —que, por cierto, estará contento— y le pide a Yuuko que le haga saber a Yuuri que él será el ganador de la final de ese año.

Yuuri le promete lo mismo a sus fans al recibir su premio (¿el premio es Viktor, o cómo va esto?) y el final da a entender de esa será su última temporada como profesional.

Vaya, vaya.

Ahora sí acabó el episodio.

Se puede resumir en que Yuuri es una mujer katsudon que seduce a los hombres, Yurio se volvió con Yakov y Viktor se cree el maestro Miyagi. Eso y que cada uno tiene un doble Low Quality-kun para las escenas de baile.

Hay que decir que los momentos del templo y la cascada le quitan mucho hierro al asunto. No es muy serio que los dos patinadores se aprendan el baile por ciencia infusa en cosa de unos días. Esto pasó del spokon a la comedia y de la comida a la fantasía en cuestión de unos capis. Cuidado, no vayamos a tener terror en el siguiente.

Ya veremos cómo sigue esto. ¡Hasta la próxima!

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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