‘Sasaki to Miyano’ de Harusono Syou

Las historias de otakus son bastante populares y cuando las protagonizan mujeres, independientemente de su edad, a menudo son fujôshi (mujeres fans de BL). Así que cuando lo pensamos, no es tan extraño ver BL protagonizados por un fudanshi, su contraparte masculina.

Sasaki to Miyano, como deja el título a la vista, trata sobre Miyano, un estudiante que sufre por su aspecto «femenino» y oculta en la medida de lo posible que es fundashi y Sasaki, su senpai, que tiene fama de delincuente por meterse en algunas peleas y llegar tarde a clase. Eso sí, adora los dulces. Cuando se conocen de casualidad, a Sasaki empieza a gustarle Miyano y se interesa por los manga que lee. Así desarrollan una amistad que comienza mediante discusiones acerca de las tramas de estos manga.

El reparto de personajes es bastante amplio (hacia el tercer tomo encontramos siete destacados) y el diseño de se encarga de que los distingamos sin problemas. A ello se une un trabajo en sus personalidades, lo suficiente detalladas para que identifiquemos el carácter de cada uno.

En principio destacan los amigos de Miyano, Kurosawa y Tashiro. El primero es bastante tranquilo y suele presumir de novia por horas si le dan la más mínima oportunidad, mientras que Tashiro es el típico chico energético que está en un club de deporte y no se le dan bien los estudios. Por el lado de los senpai encontramos a Hirano, un amigo en común con Miyano, que tiende a ser responsable y amable. Más adelante conocemos a Ogasawara, un chico bruto traumatizado con los fans del BL por cortesía de su novia y, por último, está Kagiura, al que se le pegan a menudo las sábanas y es compañero de habitación de Hirano, de quien está enamorado. Miyano, sobra decir, los shippea.

Quitando algunas cosas, todo esto huele a estereotipos, ¿cierto? Es la idea, puesto que el manga se construye sobre todo en la comedia. Sin embargo, va un paso más allá de jugar con escenas y personajes cliché (o de mostrarnos fichas al final del tomo) para trabajar detalles que vuelven únicos a los personajes. Gracias a que resultan bastante orgánicos, podemos pasar por situaciones que hemos visto miles de veces y encontrarlas naturales… y hasta algo especiales.

No sólo eso, Harusono, la mangaka, evita clichés dañinos. Al menos hasta el tercer volumen, donde me he quedado, no nos damos de bruces con el infame «Soy hetero, pero me he enamorado de ti porque eres tú», que los protagonistas masculinos se encaprichen de gente de su mismo género solo porque vivan en un instituto para chicos, o que Miyano sea literalmente un personaje femenino. Cosas así se agradecen, y mucho.

Por desgracia, no todo podía ser bonito. A pesar de que es comprensible, duele ver cómo Miyano trata su afición como si fuera algo prohibido, sucio, que debe esconder de todo el mundo. Si muchas mujeres ocultan ser fans de BL por las apariencias, los chicos lo tienen peor porque se asume que si les gusta, es que son gays. Ahora, si bien entendemos que el mensaje es que los gustos no definen la orientación sexual de alguien (o peor, los causan), es un poco incoherente que se trate en un BL. Sería diferente si hubiera algún otro chico fan del género que fuese hetero, pero el mensaje cae en saco roto cuando Miyano parece ser bisexual y Sasaki se pasa toda la historia enamorado de él.

Dejando de lado esto, es una suerte para Miyano que Sasaki se niega a pensar como él sobre su gusto, y lo trata con normalidad y defiende el género BL ante sus compañeros de clase. Lástima que no haga lo mismo con las relaciones homosexuales en general. Claro que son adolescentes criados en un mundo machista, así que tampoco hay que pedirles demasiado. De momento.

Respecto a la relación de los protagonistas, para decirlo en pocas palabras, es adorable. Ya no es solo asistir a cómo el sincero interés de Sasaki por las historias BL, pensando en ellas como algo más allá, es liberador para Miyano, sino ver que su creciente cercanía deriva en que Sasaki comprenda que no va a poder ocultar con bromas que está enamorado. Su relación se basa en un respeto mutuo que resulta encantador. No solo eso, sino que Miyano piensa seriamente en los sentimientos de Sasaki y en cómo se siente él mismo, mientras que éste le deja espacio. Muy importante es que Sasaki no fuerza a Miyano a nada, no hay ninguna clase de manipulación emocional. 

Por ejemplo, aunque le gustaría cogerle la mano o darle un beso cuando está dormido, no lo hace porque carece del permiso de Miyano. Es algo que debería ser habitual en historias de romance, pero no suele serlo, así que de nuevo hay que darle las gracias a Harusono por no perpetuar estereotipos dañinos.

En cuanto al dibujo, es más que acertado. Los diseños de personajes se diferencian lo suficiente entre sí como para que no tengamos ningún problema en identificarlos, las páginas son claras, de tonos agradables que van con la atmósfera ligera y adorable de la historia. Además, se hace un gran trabajo a la hora de emplear la iluminación para ambientar las escenas. El trazo es firme y estable, y da solidez a los personajes.

Lo que puede echar a algunos atrás es la composición, ya que varía entre la estándar a la que estamos acostumbrados para los eventos importantes, y yonkoma para el resto, más cómico que emocional (formato que se mantiene en los extras, aunque gran parte de estos sean dos o tres paneles). Personalmente lo veo correcto, ya que hay un buen balance de ambos tipos de composiciones por tomo, y así se mantiene el tono ligero de la obra, sin impedir que se traten cosas con seriedad también.

Otra cosa que destacar es que el primer tomo ejecuta gran parte de la historia de forma no lineal y, si bien no es torpe, hace que se note cierta falta de experiencia narrativa. No es extraño, considerando que Harusono se acaba de estrenar con este manga.

En conclusión, es una obra muy bonita, que recomendaría a aquellos que les guste la comedia y el romance, sin importar la composición de las páginas. No es una historia que vaya a hacer que nadie profundice en sus temas horas luego de la leer, pero sí una lectura ligera y cálida con la que poder reírse un rato y con la que cualquiera que se haya enamorado podrá empatizar con Sasaki, en menor o mayor medida.

Queda ver qué tal sigue la historia, y si se puede mantener a la altura del principio.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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