La historia de Emil en ‘NieR’ y ‘NieR: Automata’. Tus ojos no son un pecado

En el anterior artículo tocamos la poca información que tenemos del pasado de Emil, anterior a los eventos de NieR. Fueron, con todo, seguramente los años que más le influenciaron y que más enterró después de tener que petrificar a su hermana Halua. Pero a su vez se trató de un período muy corto de su vida, ya que tras eso transcurrieron mil años sin que apenas pasara nada que lo obligara a cambiar.

Así pues, se fueron sucediendo generación tras generación de Replicantes, como podéis comprobar en este artículo si tenéis curiosidad, pero Emil se mantuvo como siempre y eso de alguna forma ha tenido que afectar a su forma de ser y pensar. No sabemos bien qué fue de él, excepto que tendió al aislamiento, siempre con los ojos cubiertos. Se instaló en una mansión construida sobre el laboratorio y esperó. Y esperó. ¿A qué? Bien, nunca se dice, pero es evidente que aguardaba a que algo cambiara, aunque no estaba preparado para intentar encontrar ese cambio por su cuenta. De ahí que Taro decidiera arrebatar los colores a la mansión para enfatizar la sensación del tiempo detenido, de la falta de vida.

Es imposible imaginar cómo debe ser vivir siglos en la oscuridad, en el olvido, sin más compañeros que aquellos que terminaron petrificados por error y un mayordomo llamado Sebastian. De acuerdo a Taro, tanto Sebastian como Emil son inmortales… Lo cual despierta algunas preguntas. Los Replicantes son sustituidos por los androides —así, a veces se dan problemas como el cuerpo de Kainé, mezclado con el del esposo de su Gestalt, que terminó desarrollando una condición de hermafroditismo— y no mantienen recuerdos. Por fuerza, Sebastian no puede ser un Replicante. ¿Significa que Sebastian es un androide? ¿O solo es un apoyo para Emil al que no conviene dar más profundidad en guion…?

En cualquier caso, Emil pasó una eternidad casi solo, renunciando a su vista después de haber condenado a suficiente gente. Por supuesto, eso implica desarrollar una concepción monstruosa sobre sí mismo. Aunque para la época de Nier ha olvidado que tuvo una hermana, considera que su don es más una maldición que otra cosa. Por eso decide de forma voluntaria dar la espalda al mundo… A la vez que desea amigos. Pero no se atreve a buscarlos, en parte por miedo al rechazo. Sin otras personas con las que interaccionar, Emil mantuvo más o menos su personalidad infantil y se consolaba con libros y música. Exactamente igual que cuando era un sujeto de laboratorio.

Al final, Sebastian escribe a Nier pidiendo ayuda para encontrar una forma de curar a Emil. ¡Tras mil años! Y es que la casa es peligrosa, porque se ha llenado de Sombras. Por una pequeña equivocación, termina carteándose con Yonah y a pesar de las malinterpretaciones que esto provoca, cuando Nier se entera de la situación decide quedarse a ayudar.

Antes de continuar, creo que hay que tener en cuenta que la versión original de Nier es la de un muchacho joven, físicamente de poco más que la edad que Emil. La atracción (o el crush si queremos llamarlo así) que experimenta Emil hacia Nier es más comprensible en este caso, en especial asumiendo que se cartean durante años, que con la ruda y robusta versión paternal de nuestro protagonista.

Porque sí, Emil es gay. Taro lo ha confirmado en entrevistas variadas, una de ellas incluidas en Grimoire Nier. Y sus sentimientos por Nier son simplemente eso. Que le gustan los chicos. Por eso sigo pensando que Brother Nier es mil veces más apropiado que Papá Nier.

El caso es… ¿Os imagináis que un chico llega un día a vuestra casa tras los dioses saben cuánto tiempo? ¿Podéis llegar a imaginar lo deseoso que debía estar Emil de alguien con quien poder hablar? ¿Y del miedo que debía sentir a hacerle daño con su vista? No solo eso, sino que quizá esta persona encontrara una solución para ayudarle a volver a ver. Los deseos contradictorios debieron ser muy dolorosos para Emil.

Pero Emil, ante todo, está sediento de compañía y no deja de hablar y de intentar comunicarse a pesar de sus reticencias y advertencias a Nier y Weiss. En su biblioteca deben enfrentarse a un Libro Rojo (Grimoire Rubrum) similar a Grimoire Weiss, que tiene su propia y triste historia. Por desgracia, en su interior no encuentran una cura para los ojos de Emil, sino para salvar a la gente que ha sufrido petrificación. Además, para colmo, los datos están cifrados. De momento solo pueden marcharse. Aquí os dejo un fragmento de lo que Emil opinará de la pequeña aventura, bastante tiempo después:

¡Sí, sí! ¡Ese libro! Ese libro travieso que volaba por mi biblioteca. Usa magia para volar por todos lados, es tan peligroso… Es bueno saber que mi poder de petrificación fue útil. Lástima que no pudiera encontrar información para arreglar mis ojos, ya que el libro solo contenía la localización de mi hermana. Hablando de eso, por la época no me imaginaba que iría de aventuras con Nier y los demás. ¿Y por qué el libro se parecía tanto a Weiss? Nah, estoy pensando demasiado.

O puede que no, ya que Grimoire Rubrum es muy parecida a Weiss. Pero eso es una historia para otro artículo. El fragmento sirve no solo para ver que Emil es un chico bastante espabilado,que busca ser útil para los demás y se siente bien ayudando a sus amigos. También nos permite acercanos un poco a él y ver lo poco probable que consideraba que alguna vez formara parte de un grupo.

En cualquier caso, por primera vez en años Emil ha establecido conexión con gente. Gente que no lo rechaza ni trata como un monstruo. ¿Cómo, estando Yohna infectada por una maldición aparentemente incurable y cuando a Nier lo acompañan una mujer poseída por una Sombra y un libro mágico parlante? Emil debe haberse sentido en su salsa.

Lo más importante de esta secuencia es cómo establece una relación personal con Kainé. Ella se identifica con su sufrimiento, comparando sus ojos con su cuerpo y su Sombra. Es más, acaricia la cara de Emil sin miedo, asegurándole que sus ojos no son un pecado. Esto, viniendo de cualquier otra persona, no habría tenido el mismo peso. Sin embargo, Kainé le habla de su vida, de cómo su brazo está vivo y permite que lo toque. Así, por primera vez en cientos de años, Emil siente que no está solo.

Dejad que os incluya parte de una entrevista de Grimoire Nier a Natori Sawako, la principal escritora de Nier, los Drakengard (y otros juegos como Tales of Eternia). Es decir, una de las personas que no se suele mencionar, pero que escribía los guiones y la historia de NieR.

Natori: Me encantó la escena donde Kainé cae dormida en la mansión de Emil, y el intercambio que sigue con Weiss. Cuando escribo esas escenas donde parecen una familia, me siento feliz por Kainé. También, y sin querer echarme flores, me gustó cuando Kainé le dijo «Esto no es un pecado» a Emil. Cuando pensaba en lo mucho que Emil necesitaba alguien que pensara así, volqué todo mi amor y las palabras salieron con naturalidad.

-Hace que de verdad parezca una hermana mayor.

Natori: Creo que me dediqué mucho más a Kainé y Emil. Cargan con más peso que Nier y Weiss, al menos en términos físicos, lo que los ha llevado a aislarse, de modo que escribí muchas conversaciones que enfatizaran lo maravilloso que es tener compañeros.

Una lástima que, tras esto, Kainé le susurre al oído que la detenga si alguna vez la Sombra se apodera de ella.

Sin embargo, el aislamiento al fin se ha terminado. Este chico por fin tiene amigos en los que confiar, hasta una joven pone su vida en sus manos. Debe ser una carga terrible, porque es la primera que le ha dicho que no tema a sus ojos, pero también reconfortante pensar que alguien te puede tocar o hablar sin tenerte miedo.

Nier, Kainé y Weiss rompen su mundo monótono y triste, le dan la esperanza de poder volver a ver un día. Son lo más importante. Por eso, tiempo después, a pesar de no poder ver, corre desde su mansión hasta el hogar de Nier para advertirle de la llegada de peligrosas Sombras. ¿Cómo debe ser un camino así? Más cuando sus poderes le permiten defenderse, pero es tan débil que no puede hacer nada si una Sombra lo atrapa por detrás o lo hiere a distancia… En definitiva, que Emil no solo es un buen chico, sino que es valiente.

A pesar del agotamiento, logra dirigirse más tarde a la biblioteca donde Kainé, Nier y Weiss pierden a Yonah a manos del Nier original. Allí, sus gritos ayudan a evitar que Grimoire Weiss se fusione con Grimoire Noir (lo que quizá habría salvado a la Humanidad, ups). Por desgracia, la batalla está perdida y con Nier herido, resulta imposible contener a la Sombra que casi ha destruido el pueblo entero. Kainé, que se esfuerza por sujetar la puerta al sótano donde la han encerrado, se vuelve hacia Emil para pedirle ayuda.

Le pide que la petrifique y que no llore por ella (lo cual nos daría para hablar de lo poco que Kainé se valora a sí misma. En sus palabras finales, deja claro que no cree que vayan a poder revivirla nunca. Es decir, se está ofreciendo a morir).

En pocas palabras, para salvar a una mayoría desconocida, Kainé exige a Emil que la petrifique. Que condene con su maldición a la primera persona que lo había comprendido después de mil años. Aun así, Emil lo hace. Porque es un buen chico y porque hizo una promesa. Podría haberse negado, podría haber intentado arriesgarse a petrificar a la Sombra para no perder a ningún ser querido, pero optó por lo más seguro.

Una decisión que lo persigue durante años. Cuando Sebastian logra descifrar las instrucciones de Grimoire Rubrum, Emil descubre, con la ayuda de Nier, que su casa no era más que una fachada para proteger el laboratorio que había en los sótanos. Si nos fijamos, no solo hay habitaciones con mesas para investigar o hacer pruebas, sino… dormitorios. ¿Es posible que Emil nunca haya abandonado el lugar donde experimentaron con él? Casi con seguridad es el caso, porque mientras investigan Emil recupera ciertas memorias y, poco después, encuentran la sala donde su hermana espera desde hace mil años a que alguien acabe con su agonía.

Es gracias a mi hermana que estoy vivo, así que tengo que esforzarme. Si me diera por vencido, mi hermana se entristecería. Por favor, sigue protegiéndome, hermana, que coexistes con mi alma… Para siempre.

Halua es prácticamente indestructible y al final la única forma de liberarla es que se fusione con su hermano. En cierta manera, Halua cede su cuerpo y parte de su conciencia a Emil, que adquiere unos impresionantes poderes mágicos a un alto precio. Un niño encantador, adorable e inocente pasa a convertirse casi en Jack Skeleton y es desgraciadamente consciente de cómo lo van a tratar los demás a partir de entonces. Él mismo siente un profundo rechazo por su cuerpo (lo cual no hará más que aproximarlo a la disforia que también experimenta Kainé).

Sin duda, Emil no habría podido seguir adelante de no ser por el apoyo que le ofrecen sus compañeros. A pesar de la impresión inicial, en especial por parte de Weiss, Nier no duda en abrazarlo y decirle le dice que lo ha hecho bien, que está contento de que haya sobrevivido. Es como si Taro se estuviera riendo de nosotros, porque por fin se cumple el sueño de Emil (y de cualquier niño enamorado)… Solo después de que se haya convertido en una bestia, en vez de en un príncipe.

Pero todo está bien. Más o menos. Emil, en vez de hundirse en la desesperación, busca ir a toda prisa junto a Kainé, convencido de que ahora sus poderes le permitirán romper el maleficio. Si hay algo adorable en este mundo es cómo al ser despetrificada y encontrarse con una calavera sobre ella, Kainé no solo no se asusta, sino que reconoce a Emil a la primera. Le sorprende más el estirón de Nier porque habla del paso del tiempo… O que la versión Padre lleve una braga en la cabeza, supongo.

Aunque todo ha salido bien, Kainé y Emil deben quedarse fuera del pueblo de Nier porque la gente no se atreve a acercarse a ellos. De haber estado solo, este rechazo habría destrozado a Emil por mucho que comprenda los motivos. Pero ahora tiene a Kainé y en vez de noches de soledad, acampa con una amiga bajo las estrellas e intercambia historias con ella. Es una pena que no podamos asomarnos a estas conversaciones, porque evidentemente por aquí se desarrolló una relación tan intensa que miles de años después una de las copias de Emil menciona más a Kainé que al propio Nier.

Al empezar a viajar con Nier y el resto en busca de la llave para entrar al castillo de Shadowlord, Emil desarrolla más confianza en sus poderes y se acostumbra a pelear para apoyar a sus compañeros. También, emocionado por ver el mundo por primera vez en siglos, no deja de revolotear (literalmente) por todos lados. En Façade, la perspectiva de acudir a una boda hace que empiece a soñar con una persona que lo acepte a él. En la traducción al inglés se borra buena parte de sus intenciones al hablar con Nier (en especial con el que es padre) porque en esta versión estaba casado y la conversación intenta tocar a su esposa, de la que nunca sabemos su nombre. Con Nier joven, en cambio, Emil quiere saber qué tipo de pareja le gustaría tener y, cuando Nier abandona la habitación, murmura que le gustaría ser su esposa.

Por si hay alguna duda de lo que Emil piensa de Nier, en Grimoire Nier también habla sobre él:

Oh ¿Nier? ¡Es tan guay! Ese brillante pelo plateado, su apariencia tan fuerte y guay, además de su lado amable… Pero si tuviera que decir lo que más me gusta de Nier, ¡sería el dulce aroma que emana de su cuerpo cuando me abraza fuerte! ¡¡AAAH!! ¡Lo he dicho sin querer en voz alta! ¡No se lo digas a nadie!

Y no, no tiene nada que ver con haberse mezclado con su hermana, como repetiré otra vez porque hay gente que no parece tener lo claro:

-Una teoría es que Emil desarrolló sentimientos femeninos y le atrajo Nier como resultado de fusionarse con su hermana Halua:

Yoko: No, ¡Emil es gay!

Tan gay que tiene sus propias ensoñaciones… Que son más aceptables, insisto, con Nier joven:

[…] Kainé lo dijo, que cuantas más Sombras se combinan entre sí, más fuertes se vuelven. […] ¿Sería más fuerte si me COMBINO también? Por ejemplo, (beep) con Nier? Espera, por qué se ha censurado eso. Yo solo (beep) con todo mi corazón, con mi cuerpo (beep), lo que he dicho era (beep) espera (beep) ¡oye!

No parece ser simplemente platónico.

Aclarado esto, la historia de Emil le obliga a enfrentarse al mismo dilema que habría tenido Halua de ser consciente de sus actos. Cuando acuden al pueblo de Kainé, donde las Sombras han empezado a fusionarse con algunos humanos, terminan por hacer frente a una Sombra llamada Wendy. Al principio Emil se negó a destruirla, consciente de que en su interior no había solo sombras, sino aldeanos. Pero la brutalidad de sus ataques y el odio de Nier por las Sombras terminó por forzar al niño a proteger a sus compañeros con un increíble rayo mágico que mantuvo a Wendy inmóvil… El suficiente tiempo para que Nier y Weiss lograran acabar con él. Las consecuencias de esto, sin embargo, fueron nefastas: Emil es una mezcla de Nº 6 y Nº 7, dos armas mágicas con un potencial incomensurable y que en NieR: Automata demuestra ser capaz de destruir la Tierra. No solo eso, sino que Emil nunca ha llevado su magia tan lejos, de modo que pierde el control.

¿El resultado? Un inmenso agujero, con un pueblo entero reducido a la absoluta nada, como si nunca hubiera existido. Nier trata de calmar a Emil con su propia ideología de que, bueno, les ha salvado a ellos en concreto.

Matar a tantísima gente cuando te has pasado la eternidad intentando rehuir a los demás para no hacerles daño y te has convertido en un monstruo (físicamente) para proteger y ayudar no tiene que ser un trago fácil. Es una lástima que el juego no profundice demasiado en ello, pero no puedo dejar de ver en esto los motivos por los que Emil opta por sacrificarse al final del juego.

Cuando por fin se encuentran con todos los fragmentos de llave que permite acceder al castillo de Shadowlord, dos androides, aunque ginoide sería más correcto, se interponen en el camino de Nier y sus compañeros. Devola y Popola sirven al Shadowlord y su objetivo no es otro que recuperar a la verdadera humanidad. Pero nada de esto importa a Nier o a Emil… y tampoco es que ellas den una explicación pormenorizada. Al final todo desemboca en una nueva batalla que termina con Devola muerta y una Popola desesperada. Es irónico porque estas ginoides fueron creadas para estar siempre juntas y no hay nadie como Emil o Kainé para comprender lo que es perder a un ser querido y tener que afrontar la vida en solitario.

Popola no deja lugar para las discusiones y trata de matarlos a todos en un ataque suicida. Uno que recuerda bastante a lo que pasó en el pueblo de Kainé. Esto es pura especulación, desde luego, pero cuando Emil salva a sus amigos a pesar de sus ruegos (¡no has sentado un buen precedente, Kainé!) quizá no sea solo por amabilidad o porque de verdad no puede escapar al hechizo de Popola. Puede que sea una forma de castigarse, de forma inconsciente, por lo que ha hecho.

Después de todo, Emil tiende a separarse de los demás y aislarse desde hace mil años por sus poderes. ¿Por qué no iba a ser igual en esta ocasión?

Sabéis… Cuando era joven… Yo… odiaba mis ojos. Ahora que soy mayor, odio en lo que se ha convertido mi cuerpo. Pero hay algo más ahora. Algo como… orgullo. ¿Sabéis? Quiero decir, sin todo esto… no habría podido convertirme en vuestro amigo. ¡Adiós, amigos! Gracias por todo. […] Durante tanto tiempo, todo lo que he podido hacer es destruir. Pero ahora tengo la oportunidad de salvar algo…

En una de las escenas más terribles del juego, Emil se abraza a sí mismo mientras reconoce que está aterrorizado y que no quiere morir. No ahora que había empezado a vivir. La valentía no implica la ausencia de miedo. Que Taro nos muestre lo que sucede cuando se deja a un compañero atrás, cómo un niño se viene abajo después de hacer lo correcto, es lo que da a juegos como NieR momentos de una humanidad inolvidable. Emil no quiere morir, Emil quiere que lo salven. Esos sentimientos contradictorios son los que crean a un buen personaje. No es de extrañar que nuestro niño se haya convertido en la mascota de la saga.

Emil no es solo un buen chico, sino que es realista (dentro de lo que cabe el no haberse vuelto loco tras mil años de soledad) y es imposible no empatizar mientras lo oímos llorar y sabemos que la muerte se precipita sobre él.

Un momento. ¿Lo hace?

Halua se volvió indestructible. Emil no podía morir, al menos que hayamos visto. Ahora que es el arma más letal del mundo… ¡Es imposible que muera! Su cabeza sobrevive a la brutal explosión, aunque acaba en el otro extremo del mundo. De buen humor, sorprendido por su resistencia, decide que tiene que regresar al lado de Kainé, Nier y Weiss.

La vida no será buena con él. Dependiendo de qué final haya escogido el jugador, o bien Kainé ha muerto o lo ha hecho Nier. En cualquiera de los casos, Weiss ha desaparecido. Hay una tercera posibilidad narrada en Grimoire Nier donde Kainé encuentra a un pequeño Nier, una réplica fabricada a partir de recuerdos de una máquina. En cualquier caso, el tiempo que pasará con ellos es corto. Al haber eliminado al Gestalt original, Nier ha condenado al Humanidad a la desaparición. Tanto los Replicantes como los Gestalt terminarán por morir.

Emil… No.

4Gamer: ¿Emil morirá algún día?

Yoko: No tiene razón para ello, así que no.

4Gamer: Probablemente sobrevivirá después de que Kainé y Nier hayan muerto, eso es triste…

Una idea que ya se presentó en NieR y que se desarrolla hasta sus más lamentables consecuencias en NieR: Automata. Y es que la eternidad duele.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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