Reseña: ‘The Promised Neverland’ #1, que no os engañe su feliz portada

Apenas hace una semana que salió a la venta el primer tomo de The Promised Neverland de Kaiu Shirai (guion) y Posuka Demizu (dibujo) y nos ha faltado tiempo para ponernos a reseñarlo. Este manga fue una de las novedades que Norma Editorial anunció en el Salón del Manga de Barcelona del pasado noviembre y, cinco meses después, ha llegado a las librerías de nuestro país con una promoción que seguro que animará a más de uno a hacerse con un ejemplar: la primera edición del primer tomo cuesta solo 4 euros. Dichos tomos están marcados con una pegatina que, para alivio de todos, se quita sin dejar marcas.

The Promised Neverland nos traslada al orfanato House Field Grace, donde varias decenas de niños viven felices bajo el cuidado de una mujer a la que llaman Madre. Cada día, todos los jóvenes dedican parte de la mañana a hacer una serie de tests y luego tienen el resto de la jornada para jugar con el resto de niños —a los que consideran hermanos— o relajarse. La verdad es que es una vida casi utópica para los habitantes de House Field Grace: tienen casi todo el día libre, su casa está en muy buenas condiciones, viven rodeados de naturaleza a las afueras de un bosquecito, nunca les falta comida y su ropa, de color blanco, siempre está inmaculada. Solo tienen que tener cuidado con no acercarse a la Puerta de salida del recinto (que se encuentra separada de la casa, en una especie de muralla) ni a la valla que lo limita por la zona del bosque. No es un gran problema, tienen espacio por el que corretear e, incluso, jugar al escondite entre los árboles.

Entre esos huerfanitos, se encuentran los protagonistas de esta historia, Emma, Norman y Ray, que son los más mayores (con once años) y los más inteligentes. Y no lo digo yo, lo dicen los resultados de sus exámenes, que son simplemente perfectos. De entre los tres protagonistas, Emma destaca por su fuerza física, Norman por sus capacidades analíticas y Ray por sus conocimientos. Emma y Norman son los más sociables del trío y pasan mucho tiempo juntos mientras que, por otro lado, Ray prefiere sentarse por ahí para leer tranquilamente.

La historia empieza en un día muy especial: Connie, una niña de seis años, ha sido adoptada. Todos se despiden de ella antes de que Madre le acompañe a la Puerta pero, nada más irse, Emma y Norman se dan cuenta de que Connie se ha olvidado su querido peluche. Como saben que es un posesión más preciada y tenía pensado llevársela consigo, salen corriendo para intentar alcanzarla. Llegan a la Puerta y allí se encuentran a Connie… Pero no como esperaban. Está muerta, dentro de un camión de mercancías. Además pueden ver a unos seres demoníacos, de aspecto inhumano, hablando con Madre acerca de carne de humano de alta gama y refiriéndose al orfanato como una granja. Dicen algo interesante: el próximo pedido será el de los tres con mayor puntuación en los exámenes.

Haciendo cálculos, Emma y Norman llegan a la conclusión de que tienen dos meses (el tiempo que suele transcurrir entre adopción y adopción) para huir con todos sus hermanos. Sin embargo, no va a resultar nada sencillo. ¿Cómo lograrán escapar sin que Madre los pille con tantos niños, algunos de los cuales ni siquiera saben caminar todavía? Además, ¿qué clase de mundo les espera? ¿Acaso más allá del orfanato no hay más que demonios?

Dejando de un lado el conflicto de los más jóvenes, hay que estar bien atentos a la Madre. Este personaje se dedica a criar a decenas de niños aparentemente con amor para luego venderlos a demonios como si fueran no más que animales de granja. Es evidente que pone mucho esfuerzo en su trabajo, pero no como los pequeños creían al principio. Ahora saben —al menos los protagonistas— que tienen números en el cuello para marcarles igual que al ganado (antes ni se planteaban qué significaban). Su inmaculada ropa blanca es para que sea fácil ver cuándo se ensucian y evidenciar lo limpios que están siempre. Esa muralla y la valla en el bosque no son para protegerles, si no para tenerles encerrados. Pero, claro, ¿por qué iban a escapar cuando Madre les cuida con tanto mimo? Será interesante conocer sus razones para actuar con tantísima sangre fría y falta de humanidad.

 

The Promised Neverland esconde una historia oscura tras una portada llena de alegría y vitalidad. Esa fachada se desploma ya en el primer capítulo, donde se descubre la verdad tras el orfanato de Grace Field House y empieza la carrera de unos niños para buscar un método para huir sin dejar a nadie en el camino. Es increíble ver a críos de once años tantear el terreno, hacer conjeturas y planear posibles escapatorias. Ese, precisamente, es el encanto de este manga: hay una fecha límite y mil y un obstáculos —en apariencia insalvables— que superar. ¿Lograrán huir a tiempo? Y, si lo consiguen, ¿qué les espera fuera del orfanato? Habrá que esperar para ver qué nos tiene reservado Kaiu Shirai, el guionista de esta obra.

Una vez comentada la historia, no hay que olvidarse de Posuka Demizu, que trabaja codo con codo junto a Shirai, encargándose del dibujo. Sus ilustraciones son dinámicas, limpias y llenas de expresividad. Sabe mostrar claramente los contrastes entre el orfanato que los niños creían conocer y la granja que ahora saben que es en realidad, así como las dos caras de la Madre.

Por último, queda hablar de la edición. Norma ha hecho un buen trabajo con este tomo. El texto está en una fuente de fácil lectura que no desentona con el dibujo de Demizu. Destaca la portada bajo la cubierta, con letras en color dorado metalizado, un detalle que no es más otra muestra del mimo que le ponen a su trabajo.

El primer tomo de The Promised Neverland de Kaiu Shirai (guion) y Posuka Demizu (dibujo) ya está a la venta. No habrá que esperar mucho para leer más… ¡En dos meses tendremos el siguiente!

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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