Analizando Houseki no Kuni #5. Regreso

Cerramos el episodio anterior de Houseki no Kuni con Phos a punto de ser capturado por los lunarian. ¡Tensión! Ahora toca cerrar la historia de Ventricosus y despedirnos de su magnificencia entre lágrimas.

Lo primero que vemos es a Morganite inspeccionando el campo donde la serie abrió con Phos por primera vez, así que deja claro que al menos él tiene claro dónde tiene que buscar. Parece que Phos, como veremos más adelante, adora tumbarse entre la hierba.

La situación es bastante desesperada entre las gemas. Diferentes parejas no dan por ninguna parte con nuestro protagonista y hay una organización seria en su búsqueda. Cuando Red Beryl protesta porque Phos se ha llevado el nuevo uniforme, Rutile une ideas y se pregunta si no habrá ido al mar. Jade intenta sugerir que Phos quizá, por una vez, está investigando y haciendo su trabajo, pero ni Rutile ni Euclase —¡traición!— se creen que pueda ser posible. Todo deriva en un enfrentamiento entre Rutile y Jade, de los que ya hemos visto que tienden a encararse bastante por lo diferentes que son en actitudes. Entre tanto Diamond corre a buscar a Cinnabar. ¡El shippeo lo puede todo, así que se imagina que Phos ha ido a ver a su amorcito!

Cinnabar, irritado porque le molesten —mirad sus bolitas de mercurio convirtiéndose en pinchos— se desentiende. Debe ser la primera vez en años que requieren tanto su presencia, pero no es por él, sino por Phos. Es comprensible que le saque un poco de quicio, si bien sabemos que en realidad sí se preocupa por la gema.

—¿Por qué Phos querría marcharse al mar tan de repente?

—Y yo qué sé.

—Tiene que haber algo… ¿Puede que fuera a buscar algo que no podemos encontrar aquí?

Diamond es bastante intuitivo, no solo porque Phos le ha perseguido intentando averiguar una tarea para Cinnabar, sino que, imagino, la edad le da perspectiva. Además de los hechos de que Phos mismo dijera que se iba a ir al mar. A Cinnabar le afecta la mera posibilidad de que la frágil gema se haya marchado a buscar su trabajo. Y entonces…

—¡Como tu corazón o algo por el estilo!

¡Parece puro y angelical, pero Diamond tiene más carácter malévolo del que nos deja entender a menudo! Una vez ha trolleado lo suficiente a Cinnabar, le pide que se una a la búsqueda y él mismo se marcha a continuar con su camino. Cinnabar se queda atrás, debatiéndose consigo mismo y recordando la promesa de Phos. Al final grita al aire:

—¡Nunca he pedido esto!

Que alguien se sacrificara por él y saliera malherido. Desde luego que no. Debe de tener muchísimos sentimientos encontrados.

Como para hurgar en la herida, en ese mismo momento Phos está siendo capturado por los lunarian. Una red lo saca del mar—¿cómo la han pasado por debajo de Phos? ¿Les ha ayudado Ventricosus?— mientras que sus restos se quedan en el fondo del mar. Phos no se debate, está sin fuerzas tras el largo camino y los lunarian se asoman desde su nube gigante con sonrisas de satisfacción.

Morganite llama a Jade y le muestra las huellas de Phos hacia la orilla. Parece una escena algo metida con calzador que podría haber aparecido antes. Quizá quieran darnos a entender que podrían llegar a ayudar a Phos, pero… Ventricosus y él caminaron durante casi todo un día, de modo que lo dudo mucho.

 

Entre tanto, Phos ha acabado amordazado y atado, en uno de los cuencos de los lunarian. Me encantaría saber cómo ha subido Ventricosus encima de la nube… El caso es que los lunarian no están satisfechos con lo que tienen no, quieren más gemas. Ventricosus se niega, señalando que el trato era una, y exige que le devuelvan a la cordura a su hermano. Como respuesta, un lunarian intenta quemarla. La dama resigna y recalca que las gemas no se fiarán de ella después de haber abducido a Phos. Murmurando para sí misma, señala que quizá podría intentar atraer a Cinnabar, consciente del vínculo que tienen ambos.

Phos, horrorizado, niega con la cabeza. Vemos a Ventricosus de lejos, así que no sabemos qué cara ha puesto, pero su cambio de opinión es suficiente. Se siente culpable, ha desarrollado cierta simpatía por Phos. Hacerle daño a su persona más importante es ir demasiado lejos. Por otra parte, toda la conversación se da sin que escuchemos una palabra. ¿Cómo se han comunicado con Ventricosus para pedirle más gemas? ¿Con gestos?

Debido a su negativa, tres lunarian se precipitan sobre Ventricosus y le reducen el brazo derecho a nada. Este ataque cruel y desmedido une bien con la idea de que los humanos debieron ser terribles y sádicos y que los lunarian han heredado esas características. Escuchamos los gemidos ahogados de Ventricosus mientras se queda al borde de la inconsciencia. En esta serie no hace falta sangre para que notemos el juego «gore» que quiere imponer y es que es… escalofriante pensar que le han arrebatado un miembro con simple fuego. ¿Cómo tratarán al resto de su gente en la luna? Hace reflexionar sobre por qué está tan determinada a traicionar a un amigo para salvar a su hermano…

Irónicamente, esta salvajada es lo que salva a Phos y a Ventricosus: Aculeatus se despierta por el olor a carne. Su tamaño lo vuelve casi inmanejable para los lunarian, pero por suerte intentan detenerlo o quizá habría intentado comerse a su hermana mayor. Y, la verdad, Phos tiene razón cuando dice que es adorable. Bastante más que Ventricosus en modo gigante. Por otra parte, su brutal reacción demuestra que Ventricosus conoce bien a su hermano y sabe lo agresivo que es. Debido a lo estrecho de la  nube en la que flotan, Aculeatus termina cayendo al mar. La sal lo quema, pierde «grasa» y recupera un tamaño normal. Eso le da la capacidad de salvar a Ventricosus antes de que los lunarian acaben con ella. Sus tentáculos son letales y acaba con sus enemigos en un instante.

Acto seguido lo vemos por fin, con un tema musical propio. Si Ventricosus era dignidad y despedía un aire regio, Aculeatus es pura arrogancia y elegancia ya solo con su forma de moverse y los tentáculos de los hombros, que parecen casi una casaca de caballero o don Juan.

Lo que está claro es que no es tonto. A pesar de haber despertado en plena caída, de inmediato ataca, se libra de sus enemigos y comenta con algo de preocupación que deberían aprovechar para marcharse. Es más, nada más ver a Phos, quien yace pensativo y cansado, roto por un golpe de Aculeatus, de inmediato valora la situación. Se da cuenta en segundos de lo que estaba haciendo su hermana y decide que quizá puedan rescatar a algún familiar más si usan a Phos.

—Puede que para padre, madre y nuestros amigos sea la última oportunidad de ser liberados de una vida de domesticación.

El resto de la conversación parece algo forzada, resaltando la soledad de Ventricosus en sus esfuerzos por salvar a la familia. Es evidente que se pretende que Phos escuche y se piense qué hacer. No por parte de Aculeatus, ya que solo se dirige a su hermana, sino para que la audiencia también comprenda la situación del rey y de por qué ha hecho lo que ha hecho. Es una salida más o menos fácil, podría haber estado mejor hecha, pero tampoco es del todo irreal.

Así pues, Phos comenta que es injusto porque ahora no puede albergar malos sentimientos contra Ventricosus. Cansado, sin la mitad de su cuerpo —la verdad es que cuesta comprender cómo funciona esto de los recuerdos. Más tarde olvidará toda esta escena, ¿cómo es que recuerda quién es Ventricosus?—, decide entregarse a cambio de que no hagan daño a Cinnabar. Aculeatus, que no tiene ningún nexo con Phos, a quien considera un desconocido, le da su palabra (ni sabe quién es Cinnabar, así que para él todo ha sido coser y cantar).

Pero Ventricosus, aun sin brazo (mirad cómo se ha cerrado la piel para proteger la zona herida), detiene a su hermano y se acerca a hablar con Phos. Aculeatus, atentos, no se interpone en el camino de su hermana a pesar de que tienen relativa prisa. Respeta la autoridad de su hermana, a pesar de su arrogancia.

—¿Estás seguro?

—Sí. Te perdono. De todas formas no tengo esfuerzas para resistirme. No se me ocurre otra idea mejor, así que… ¿Qué he estado haciendo hasta ahora? Hoy cumplo 300, ¿sabes? Debes ser mucho más joven que yo y mira todo lo que has logrado.

Vaya por Dios, justo hoy y no se le ocurrió decirlo antes. Es curioso que Kongo les imponga tantas costumbres humanas pero de los cumpleaños no sabemos nada, excepto que llevan la cuenta. Volviendo a la serie, es interesante que Phos comenta, no sin algo de ironía, que Ventricosus es suave y puede tocarle sin hacerle daño… si así lo quiere. Por una parte resalta la resistencia de las gemas a tocarse unas a otras —solo hay que ver cómo cierra el ojo cuando nota la mano— y por otra resalta cómo ahora Ventricosus, al contrario que cuando era una bestia, está en plena posesión de sus facultades. Haga lo que haga, esta vez no será sin querer. Está todo en manos de su voluntad, igual que cuando llevó a Phos al mar.

—Si no cambiamos nuestros métodos, no somos diferentes a los lunarian, ¿verdad?

Ah, a pesar de todo, Ventricosus ha tomado nota del idealismo de Phos. Está viendo a una gema que, aunque fue engañada, se ofrece para salvar a un ser querido de Ventricosus y se antepone para que no hagan daño a Cinnabar.

Ventricosus no es malvada, solo se encuentra en una situación desesperada y las gemas no es que la trataran especialmente bien en cuanto a comentarios y desdén, así que es comprensible que estuviera dispuesta a usarlas. Por tanto, el paso que da, el sacrificio que hace al ser consciente de que no volverá a ver a sus padres ni a sus amigos, es brutal. Phos es inmortal, él mismo comenta que no ha hecho nada de mérito, pero sigue siendo… un ser vivo. Una buena persona, también.

 

Aunque olvide esto, nosotros no debemos perder la perspectiva de cómo una criatura mortal decidió que Phos merecía seguir viviendo a pesar de que no cumpliera ningún rol. ¿Por culpabilidad? ¿Porque decidió ser mejor que sus enemigos?

En cualquier caso, es la primera señal de que otra sociedad puede considerar que merece la pena que existas y seas feliz incluso si «no sirves para nada».

Así pues, se arrojan al agua mientras la nube de los lunarian termina de deshacerse. Aculeatus coge dos fragmentos de su concha, quizá anticipándose a lo que le pedirá su hermana.

Y no volveremos a verlos más. es una buena forma de cerrar su breve pero poderosa historia. En otro manga o anime, habrían sido ellos los protagonistas.

A punto de hacerse de noche, las gemas se preparan para investigar el mar, así que la búsqueda será bastante dura. A pesar de ser criaturas inmortales y con problemas para las relaciones, pueden trabajar bien como sociedad y se movilizan para buscar a una de las suyas. Se ve que el secuestro o la pérdida les afecta bastante más que una posible conversión siempre y cuando sepan dónde está la persona.

Cinnabar contempla todo desde lejos. Probablemente no se ha ofrecido a unirse a la búsqueda, pero es interesante preguntarse si no se atreve a meterse en el agua por miedo a contaminarla o quizá perder parte de su veneno. En cualquier tanto, intenta convencerse de que no está preocupado por Phos y falla miserablemente. Repite lo inútil que es Phos, pero su rostro habla por sí solo.

Y, justo entonces, Phos aparece y confirma sus peores temores: que fue al mar para buscarle un trabajo. Estoy segura, pero segura, de que Ventricosus vio a Cinnabar y dejó a Phos en sus manos a propósito. Es un detalle pensar que fueron a buscar el fragmento de su rostro como mínimo.

Phos pide que le perdone por no encontrarle un trabajo y Cinnabar se niega. Hasta cierto punto, al poder llorar con mercurio, lo que le unirá indirectamente con Phos cuando este esté compuesto de oro, es el más humano de los personajes al poder volcar hacia fuera su rencor y dolor. Es por eso que Cinnabar se puede permitir ser borde, frío o distante. El mercurio lo traiciona y nos habla a nosotros como público.

 

 

Phos podría haberle dicho por todo lo que ha pasado, el casi secuestro, el casi entregarse a cambio de que no lo tocaran. Habría sido interesante porque forzaría a Cinnabar a reaccionar, a enfrentarse a lo mucho que le ha acabado importando a Phos, aunque solo sea por la promesa y la obligación. Sin embargo, nuestro protagonista ya está comenzando a olvidar.

La escena sirve un poco como contraste con Ventricosus. Phos puede perdonarla por traicionarle, pero Cinnabar no es capaz de disculpar a Phos por arriesgarse de esa forma. Son situaciones completamente diferentes, pero hablan de tipos de madurez y de relaciones. Es triste que entre Ventricosus y Phos se trazara un lazo poderoso en pocas horas, llegando a conocerse a fondo, mientras que con Cinn apenas sabe nada de él.

En cualquier caso Phos está acostumbrado a las negativas de Cinnabar. Que sepa lo que va a decir, considerando las pocas veces que han hablado, dice mucho de todo el tiempo que dedica a pensar en él. Cuando le comenta que es fuerte, deja claro que ve a Cinn de forma diferente, que ahora comprende un poco mejor a todo lo que se ha enfrentado. Por primera vez, después de haber pasado por una crisis, puede ver lo complicado que es sobrellevarlas y mantenerse firme.

Y pasamos a un atardecer, que ya tenemos muy asociado a Cinnabar, ya que nos recuerda a su primer encuentro con Phos.

Después del corte vemos que han transcurrido unas cuantas horas desde la última escena y las gemas siguen sin hallar a Phos. Las fuentes de luz (parece que se trata de las medusas luminiscentes que emplean las gemas para iluminar sus noches) están probablemente para que no se desgasten tanto por la oscuridad. Bajo el mar, el único que todavía llama a voces a Phos es Dia; eso sí, el resto sigue buscando.  Pese a la seriedad de la escena, ver a Bortz con medusas pegadas a su cabello es refrescante. Entonces Rutile habla con Kongo y plantea lo que ya nos debería estar quedando más o menos claro: no suelen trabajar en el mar, están agotados y puede que al día siguiente tengan que luchar.

El Maestro permanece en silencio, y cuando Rutile le dice que necesitará más resina si seguirán buscando, responde con una voz que parece estar tomada. El rostro de Rutile habla por sí solo, aunque no es que haya sido sutil antes. Y es que siempre se muestra como la voz de la razón, un personaje lógico (excepto cuando interviene Padparadscha). No es de extrañar que vea la búsqueda como una causa perdida.

Por suerte (de verdad, ¿por qué Cinn no se acercó a decirle a las gemas que había encontrado a Phos?) Cinnabar arrastra a Phos hasta la enfermería. Phos le promete que la próxima vez le salvará él. No recibe ninguna respuesta y Phos se duerme. Es interesante el plano que se usa porque no vemos su expresión en ningún momento, quitando que vemos que está calmado (por el mercurio). No sabemos lo que siente.

 

 

Rutile vuelve, meditabundo, preguntándose dónde podría estar Phos, y no ve la concha de Aculeatus (cariño, ¿por qué no miras por dónde vas?), lo que terminar por provocar un despliegue acrobático interesante. Acto seguido se pone a discutir con Phos, sin darse cuenta de que es él.

Ay, lo que hace el cansancio.

Phos le informa que perdió las piernas, y su voz denota mucho, mucho cansancio. Tanto que sorprende que pueda estar despierto. Pero, ante todo, podríamos notar que podría sentirse resignado. No lo dice, pero no es la primera vez que las cosas le salen tan mal, así que conociéndolo se debe estar criticando para sus adentros.

Jade entra en escena, corriendo, y pregunta si aún no tiene la resina y urgiéndole a que la prepare. Entendemos el apuro aunque no verbalice el motivo: cada segundo que pasa Phos podría estar yéndose más lejos, o destrozarse por corrientes, o…

—Regresaste.

Por segunda vez. De muchas.

Tras el grito de asombro de Jade, pasamos a ver a Kongo. Pisa tan fuerte que rompe el suelo y el techo se resquebraja sobre ellos (espero que haya gemas que trabajen sólo arreglando lo que él rompe). Hasta la medusa que tiene un preocupado Euclase salta en su cuenco, mientras que Jade está aterrado. Como representante, es natural que se ponga mal y es adorable, en especial porque todo está pasando porque avisó al Maestro. Rutile, muy enfadado, parece que pensaba arreglar a Phos a escondidas, pero ya no hay forma y se lamenta porque solo ha podido aplicar una capa de pegamento. Phos, por cierto, está horrorizado. Todos sabemos lo que se viene encima, después de todo.

 

Intentando evitar el desastre, Rutile le pregunta a Jade si no puede hacer algo. Y claro que lo hay. ¡Dar la orden de retirada! Obsidian y Red Beryl no necesitan que se los diga dos veces, pero a Rutile hay que recordarle que, si se rompe, no hay quien le pueda arreglar y tampoco podrá seguir tratando a otras gemas… Lo cual deja implícito no solo a Phos, sino a Padparadscha.

Al final Euclase, Jade y Rutile no tienen tiempo a irse lejos, además es probable que tengan cierta preocupación o sentido del deber, así que se esconden tras los pilares. Al menos su dureza es bastante alta, pese a cómo se siente Euclase.

La música juega un muy buen papel a la hora de ponernos en tensión, incluso después de ver a las gemas asomarse tras las columnas, en especial con el agudo de las cuerdas. Entonces Kongo parte a Phos con un grito, como ya hizo en el primer episodio con Morganite y Goshe. Parece que de verdad les dan miedo sus estallidos de rabia, pero se ve que el Maestro suele ser tan calmado que no están acostumbrados a esa clase de, vamos a decir, castigo.

Porque Kongo inmediatamente recupera el control de sí mismo y atrapa a Phos antes de que caiga, hecho pedazos, al suelo.

—El mar fue… aterrador.

Es probable que ya lo hubiera decidido antes, o que esto fuera la gota que colmó el vaso, pero la respuesta del Maestro es informarle que a partir del día siguiente ya no volverá a trabajar en la enciclopedia. Ni siquiera le da tiempo a Phos a prometer que se esforzará.

Así que no solo Phos ha perdido un tercio de su cuerpo (con lo que implica para su memoria, personalidad e identidad), sino que también ha perdido su trabajo.

Tras el corte se nos muestra la mañana siguiente, con Euclase y Jade agotados (las gemas no sienten mucho el cambio de temperatura, pero aun así vemos al primero con una manta por encima), y Rutile termina de arreglar el cuerpo de Phos. Sin embargo, quedan las piernas.

 

Rutile retoma su costumbre de volcarnos infodumping, porque todo lo que comenta deberían saberlo las gemas. Pero en fin, el resumen es que deben reemplazar partes de su cuerpo con material similar que no contenga microorganismos (inclusiones). Por desgracia, Phos es un material poco habitual y es demasiado frágil para aceptar sin más otras gemas. Al final, solo pueden volverse hacia el regalo de los Admirabilis.

Ágata, dureza de 7. Tendrán que romperlo y mezclarlo para que tenga una dureza parecida a la de Phos. Es uno de los elementos de los Siete Tesoros; si queréis saber a qué me refiero, podéis echar un vistazo a este artículo, y da pistoletazo de salida al cambio y reconstrucción de Phos.

Ante la pregunta de Rutile de si Phos está escuchando, éste responde que lo hace, pero le cuesta concentrarse por haber perdido su trabajo. Lo cual es normal. A nosotros nos debería molestar en particular por todas las lecciones que ha aprendido, por la relación que tuvo con Ventricosus… y porque esta lo eligió por encima de su familia. Maldita autora.

Por su parte, el médico no se corta en decirle que se suspendió su tarea —amable de tu parte, Rutile, pero Kongo la canceló, no es algo temporal— porque el Maestro está preocupado, ya que Phos es el menor y siempre se ve el resto de las gemas involucradas en sus problemas, y pagan ellas el precio. La sinceridad sobra al decir que el último es el verdadero motivo, Rutile. Como si Phos no tuviera bastante ya. Lo triste es que él también lo piensa.

Ya que no sabe de dónde proviene el ágata, Rutile no está convencido, pero al final Phos logra recordar vagamente que son restos de un caparazón —tras casi hacernos pensar que va a decir «Rey», recordando a Ventricosus— y se convence porque al menos tiene una vaga idea de cómo funciona y con qué va a hacer que se fusione el protagonista.

Y vemos por fin las piernas, que hacen de transición a la nueva escena (visualmente este corte es raro, ya que conviven ambas escenas por un momento, y queda muy bien). Piernas que no se mueven, ya que Phos no se derrumba solo gracias a la ayuda de Jade y Red Beryl. Hasta Euclase echa una mano. Phos da las gracias con sinceridad, formando un bonito contraste respecto a la vez en que creyeron que se había «convertido en un animal».

El problema es que no logra recordar a Jade. De acuerdo a Rutile, es algo normal puesto que ha perdido la mayor parte de su cuerpo, pero a Jade lo deja con muy mal cuerpo y Euclase tiene que consolarlo. Hablando de ánimos, pese a los intentos de Red Beryl, Phos no se ve muy bien mientras está al sol. Al menos no reacciona mal cuando Alexandrite le pregunta sobre los lunarian, pero sin duda agradeció para sus adentros que Red Beryl se lo llevara lejos. Por un tiempo, al menos.

Incapaz de lidiar con la quietud, que solo lo llevaría a reflexionar sobre su situación, Phos intenta hacer algo útil: mover las piernas. Falla, se cae —y vemos a un insecto muy muy raro, aunque considerando la evolución del mundo no es de extrañar tanto—, y vuelve a estar tirado en la hierba, pensando, como al inicio de la serie o antes de que Ventricosus le dijera de ir al mar. Son escenas recurrentes que hablan bastante de lo mucho que se atasca, de cómo a pesar de todos sus esfuerzos, vuelve a situaciones iniciales. Es más, en apariencia todo ha ido a peor que el primer episodio.

 

Con todo, ahora se dedica a pensar en Cinnabar, en lugar de sí mismo.

Grita con energía que no debe darse por vencido y salta, poniéndose de pie sin darse cuenta. ¿Lo veis? Cuando Phos se dedica a otra persona, sale de su apatía y es probable que sus inclusiones reaccionen a ello. Es su voluntad lo que le hace avanzar cuando por fin tiene un objetivo y es capaz de dejar de lamerse las heridas. Después de la emoción y el griterío (deja dormir a Rutile, Phos), la escena salta a Benitoite y Neptunite, cansados por haber trabajado de noche. Phos pasa a su lado como una exhalación, tanto que ni lo distinguen.

Por último suenan las campanadas que advierten de presencia lunarian —se cumplió la predicción de Rutile—, con las que empezará el siguiente episodio.

¡Que el viento sople a vuestro favor!

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